Pablo Gargallo. El gran profeta. 1933. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Madrid.
Las innovaciones plásticas escultóricas del siglo XX son de una audacia innegable. Podríamos sintetizarlas en estos principios:
• La Deformación: constituye un recurso tradicional del artista, en el que descubren nuevas posibilidades (Moore).
• La incorporación del espacio: la escultura se funde con su contorno (Hermanos Pevsner).
• La abstracción: las formas sin apoyo en la realidad han renovado el léxico escultórico (Chillida).
• El movimiento: unión de la energía y la forma en esculturas-máquinas (Calder).
Max Klinger. Busto de Nietzsche. 1901. Museo de Leipzig.
Tras la revisión escultórica de Auguste Rodin y los demás escultores impresionistas de finales del siglo XX (Arístide Maillol y Medardo Rosso), se puede afirmar que el primer gran escultor del siglo XX es el austriaco Max Klinger (1857-1920), considerado como escultor simbolista, pero también participa del Modernismo y de las primeras vanguardias del siglo XX. Le interesa la exuberancia matérica, y en algunas obras combina mármol griego de tres colores, marfil, bronce y piedra (Estatua Homenaje a Beethoven), estando su escultura a mitad de camino entre Fidias y Rodin (Busto de Nietzsche).
Los inicios Cubistas
Las repercusiones del cubismo en la escultura no fueron menos importante que en la pintura. Por lo pronto desaparecen los últimos restos realistas y de modo paralelo al collage en dos dimensiones, surge la escultura construida, a veces, con materiales de desecho. Como la obra no procede de un bloque homogéneo de piedra o mármol, el resultado presenta huecos y vacíos entre las superficies, dando lugar a una nueva estética de la ausencia de masa. El escultor no define ya volúmenes sino espacios, y su método de trabajo tiende idealmente a parecerse cada vez más al de los arquitectos.Pablo Picasso rompe con la tradición formal e introduce la descomposición geométrica como un nuevo lenguaje en la escultura, que apuntala el desarrollo de la abstracción, e introduce concavidades que sirven para incorporar el vacío como elemento escultórico. Entre 1904 y 1914 realiza esculturas introduciendo nuevos materiales (chapa, alambre, cordeles), que cobra vida propia con su manipulación: Cabeza de Fernande, Guitarra... Más tarde hará obras como Mujer con cochecito, La cabra...
Alexander Archipenko es el introductor del hueco o del vacío en la masa escultórica, al mismo tiempo que aplica los experimentos cubistas, progresando en la concepción de la escultura como collage: Mujer andando; Mujer peinándose; Médrano II.
Pablo Picasso. Cabeza de Fernande. 1906. Fundación Vollard. París.
Alexander Archipenko. Mujer andando. 1912. Museo de Denver.
También cubistas pueden citarse a Henry Laurens, interesado en un cubismo curvilíneo (Mujer del pájaro, La gran música), J. Lipchitz, que inventa sus "trnasparentes" donde invierte la relación de sólido y hueco (El tocador de guitarra, Mujer reclinada), o Duchamp-Villón (El caballo).
En España destaca la labor de Pablo Gargallo, gran artesano que trabaja con chapas de hierro dándoles formas cubistas, aprovechando los espacios vacíos, dotándolos de fuerza, al igual que las aristas. El cubismo le suminstra la metodología para una interpretación amable de la escultura, próxima a la estética del Art Decó. El Profeta es su obra más conocida; otras son Pequeña bailarina, Pequeño arlequín con flauta o Greta Garbo.
Julio González, de familia de orfebres del hierro, es el primero en utilizar las chapas de hierro de forma sistemática, es decir, el hierro soldado. Parte de formas cubistas para llegar a la abstracción, modelando poliedros abruptos y eruptivos de picos: Mujer ante el espejo, Don Quijote, Montserrat, Hombre cactus....
Pablo Gargallo. Pequeño arlequín con flauta. 1931. Museos Reales Bellas Artes. Bruselas.
Julio González. Mujer ante el espejo. 1936. Instituto valenciano de Arte Moderno. Valencia.
Las vanguardias escultóricas
Dentro del movimiento futurista podemos incluir las esculturas del italiano Umberto Boccioni, que trata de dotarlas de fuerza, dinamismo, audacia y energía, dándonos una de las mejores versiones dinámicas de los planos cubistas en obras como Desarrollo de una botella en el espacio o Únicas formas de continuidad en el espacio.
Henri Matisse también hizo esculturas dentro de la estética fauvista, como sus Desnudos reclinados.
El movimiento expresionista trata de presentar en sus esculturas figuras deformadas, esquemáticas, corroídas y arrugadas, tal y como debe ser el alma del hombre que vive en soledad y en total incomunicación. Los artistas descubren pronto la intensidad expresiva de las deformaciones y el vitalismo de los gestos crispados. Uno de sus mejores representantes es Wilhelm Lehmbruck, autor de figuras lánguidas y adelgazadas, postradas y abatidas física y mentalmente (Mujer arrodillándose, Hombre abatido). En esta línea se mueve el suizo Alberto Giacometti, con figuras que no son cuerpos sino la mínima expresión humana, almas que caminan, rugosas y deformadas. Su obra avanza hacia el surrealismo, ya que la mayoría de sus obras buscan la representación de un universo onírico, algunas con enigmáticos objetos suspendidos, que recuerdan a los universos de De Chirico(Hombre andando, 7 figuras y una cabeza, El palacio a las cuatro de la madrugada, Diego). En la misma línea se mueve G. Richier (La tempestad). La intensificación expresiva del realismo mediante deformaciones ofrece a principios de siglo una tendencia dramática en las esculturas de Ernst Barlach, el cual consigue convertir sus mensajes en muecas punzantes (La cantante, El terror...).
Alberto Giacometti. El palacio a las cuatro de la mañana. 1932-33. Museo de Arte
Moderno. Nueva York.
Wilhelm Lehmbruck. Hombre abatido. 1915-16. Pinakothek der Moderne. Munich.
Surrealismo y Organicismo. Constantino Brancusi es otra de las grandes personalidades de la escultura del siglo XX. De espíritu independiente, este rumano experimenta con inquietud cómo penetrar más allá de la apariencia, hasta llegar a la esencia y alcanzar la belleza eliminando detalles y simplificando formas. A pesar de llegar a una extraordinaria estilización no a cepta el arte no-figurativo; el punto de partida es siempre algo real. A diferencia de la mayoría de los maestros del siglo XX, le atrae el volumen cerrado, tradicional, aunque da vida de forma diferente a los objetos con gran simbolismo y estilización. Sus mejores obras han ido en una línea de depuración formal hasta alcanzar lo absoluto en cuanto a perfección y despojamiento anecdóticoInvestiga en todas las vanguardias, así El beso es un anticipo de la escultura cubista. Otras obras suyas se han considerado como organicistas o surrealistas: Pájaro en el espacio, Pez, Foca, Madame Pogarny.
Henry Moore es un escultor inglés, para muchos surrealista. Para él es más importante la fuerza que la belleza convencional. La figura es tratada como si fuera arquitectura, adquiere un aire monumental, incluso cuando es de pequeño tamaño. Su profundización en los secretos de la forma-expresión se mueve entre la abstracción, la figuración y la semifiguración. Uno de sus temas preferidos es la figura femenina reclinada, consiguiendo crear una sugerente mujer, muy vital y madre. Otro tema común es la mujer asociada a la fertilidad, de inspiración prehistórica. Disfruta trabajando el material y descubriendo el camino que este le indica, antes que alterar deliberadamente la forma natural de una pieza de piedra, bella por sí misma. Representa, por tanto, una línea más amable y más clásica, con tendencia a las formas orgánicas y humanísticas: Figura recostada, Grupo de familia y Madre reclinada e hijo.
C. Brancusi. El beso. 1912. Museo de Arte de Filadelfia.
Henry Moore. Grupo familiar. 1950. Museo de Arte Moderno (MOMA). Nueva York.
En España, el surrealismo escultórico está representado por Alberto Sánchez, hombre de pueblo formado a sí mismo en contacto con las formas naturales. Abandona los ecos realistas para hacer figuras erguidas y misteriosas con curvas sinuosas e incisiones enigmáticas. Su organicismo abstracto posee una fuerza casi geológica que no tiene la obra, mas refinada, de los coetáneos europeos. Su escultura más conocida es la que hizo para el Pabellón de la II República en la Exposición de París de 1937: El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella. Otras obras suyas son Maternidad o Mujer castellana. Joan Miró también alterna algunas creaciones escultóricas con la pintura, que pueden catalogarse como surrealistas: (Dona i Ocell, Dos personajes fantásticos...).
También podríamos hablar de una escultura dadaísta, basado en lo absurdo e inútil. Ya Hans Arp ensaya en un arte de tres dimensiones las formas de sus pinturas. Man Ray hace New York y Raoul Hausmann hace la inexplicable El espíritu de nuestro tiempo.
Alberto Sánchez. El pueblo español tiene un sueño que conduce a una estrella. 1937.
Raoul Hausmann. El espíritu de nuestro tiempo. 1920.
La segunda mitad del siglo hasta la actualidad
La espantosa tragedia de la II Guerra Mundial, con toda la lacra de horrores que llevó consigo, provocó de nuevo una vuelta al Expresionismo o Neoexpresionismo, ahondando los escultores en las deformaciones y en los gestos de angustia y en formas geométricas gesticulantes, como nuevas obras de Lipchitz (Hagar), o en el ruso Ossip Zadkine (ambos parte de la estética cubista, movimiento al que habían pertenecido anteriormente), cuya obra El Grito es un monumento conmemorativo a la destrucción de la ciudad holandesa de Rótterdam, a la vez que un testimonio de la capacidad de destrucción del hombre.
O. Zadkine. El grito. 1953. Rotterdam.
El origen de la escultura abstracta habría que buscarlo en los experimentos de los artistas del Constructivismo del período de entreguerras, que persiguen la forma al margen de la masa, prefiriendo un desarrollo de las superficies en el espacio. Los máximos representantes son los hermanos Pevsner. Naum Gabo Pevsner aplica teoremas matemáticos de ingeniería a sus superficies alabeadas (Construcción nº 2), siendo el primero en hacer la primera escultura cinética del mundo, consistente en una lámina que vibra por el impulso de un motor, y que demuestra como una superficie se convierte virtualmente en un volumen. Antón Pevsner se distingue por los desarrollos helicoidales de superficies curvas formadas por varillas de bronce (anillos envolventes): Columna desarrollada, La Columna de la paz.
Anton Pevsner. Proyección en el espacio. 1924. Museo de Baltimore.
Naum Gabo. Columna desarrollada. 1923.
Alexander Calder es una figura singular, inventor de la escultura móvil o escultura cinética, para la cual estaba muy preparado gracias a sus estudios de ingeniería. El ha sentado las bases de la moderna desobjetualización de la escultura. Sus "objetos libres" o "móviles", apoyados o colgantes, hechos con láminas de metal, se mueven casi siempre con las mínimas corrientes de aire. Los más originales son los móviles aéreos, hechos de materiales ligeros y unidos por varillas de alambre, suspendidos del techo, que giran, se mueven, suben y bajan y emiten sonidos metálicos. Los más apreciados están en la Terminal Internacional del Aeropuerto Kennedy de Nueva York y el Móvil gigantesco para la UNESCO. Muchos de sus móviles se exponen en los mejores museos del mundo. Además, el equilibrio inestable que genera movimientos prolongados de las formas será el objetivo de la escultura cinética, que se desarrollará tras la obra de Calder, donde destacarán los escultores húngaros Nicolás Schöffer y Vasarély.
Alexander Calder. Móviles en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela.
Alexander Calder. Móvil en la Fundación Beyeler. Basilea.
Eduardo Chillida es el escultor donde se aprecia ya la plena abstracción. Abandonó sus estudios de arquitectura para esculpir enormes bloques de hierro, en los ue parece haber señalado el punto de encuentro de arquitectura y escultura. Trabaja el hierro, el acero, la madera, el hormigón, el alabastro. Se observa gran elegancia en sus estructuras de corte arquitectónico y majestuosa presencia, estableciendo el punto de encuentro entre arquitectura y escultura: Abesti Gogora, Yunque de sueños, Lugar de encuentro, El peine de los sueños. La misma preocupación se aprecia en las esculturas de otros escultores españoles como Jorge Oteiza, Pablo Serrano o Ángel Ferrant (Tres mujeres), representantes españoles del Informalismo escultórico.
Eduardo Chillida. Yunque de sueños VII. 1959. Städel Museum Frankfurt.
Eudardo Chillida. El peine de los vientos. 1979. San Sebastián.
También podríamos hablar de las últimas tendencias en la escultura, como la escultura pop, cuyo mejor representante es George Segal, que hace vaciados en yeso del natural y es lo que expone, de modo que el espectador no puede percibir los rasgos naturales (Habitación de un motel, mujer esperando el autobús). Otros como Spoerri o Arman (Asociación de jarros) colocan objetos reales, restos de comidas, plásticos, etc. Cesar Baldaccini expone automóviles triturados, pintados con brillantes colores. Este autor revolucionó el mundo del arte cuando empezó a experimentar con sus composiciones, que el llamó Compresiones, que consistían en esculturas cubistas obtenidas a partir de la comprensión de una carrocería de automóvil por medios mecánicos. Mediante la utilización de la chatarra y la soldadura, consiguió composiciones nada convencionales que eliminan la realidad objetiva de los fragmentos para obtener una única composición de sus ensamblados.Un pionero del arte pop fue el escultor norteamericano Claes Oldenburg, autor de objetos cotidianos a escala gigantesca, de aspecto blando, ya que estaban hecho de vinilo, relleno de espuma de caucho (Pinza de ropa, Mistos...). Allen Jones también hace Mujer mueble.
George Segal. Bus Riders. 1964. Hirshhorn Museum. Washington.
Claes Oldenburg. Clothespin. 1976. Centre Square Plaza. Filadelfia.
La escultura hiperrealista se tradujo en la utilización de moldes de cuerpo humano a gran escala, en fibra de vidrio resina de poliéster, que luego serían vestidos con ropas reales. De Andrea, Hanson y John Davies fueron sus principales exponentes. John De Andrea trabajó especialmente las figuras humanas desnudas en resina de color carne, con cabello y vello reales, dotándolas de un potente erotismo y morbosidad (Pareja). Duane Hanson estuvo más preocupado por el tema de la muerte, pero tiene temas habituales como la mujer en el supermercado, o turistas, de un realismo alucinante, auténticos arquetipos de la sociedad norteamericana de los años 70 y 80 (Mujer en el supermercado, Turistas....)
Duane Hanson. Mujer en el hipermercado. 1970.
A finales de los sesenta y en los setenta surge con intensidad otra moda de entender la actividad artística. Se basa en la idea de cansancio del objeto artístico habitual (pintura, cerámica, escultura...) con su vergonzante utilización comercial. Esta tendencia trata de vulnerar los límites del arte, extendiendo la creatividad a intervenciones sobre la naturaleza, el propio cuerpo humano, o sobre actos cotidianos, buscando siempre la provocación y la participación del espectador.
El arte Conceptual es un vasto movimiento que tiene como denominador común la supremacía de la idea, del concepto sobre el objeto. Aquí el artista solo elabora propuestas y es el espectador el que tiene que materializar o intervenir sobre ellas, por tanto responde a una preocupación por los problemas de comunicación. La materia sobe la que trabaja el artista es la realidad misma (construye con ella, agrega, rebaja, excava...), considerándose potencialmente estético todas las intervenciones operativas que sobre la realidad se efectúen (enriquecimiento de nuestros actos cotidianos); precisamente lo que pretende el arte conceptual es romper las barreras entre el arte y la vida (nuevo dadaísmo o Neodadaísmo).
El arte conceptual es una contestación al sistema de la sociedad de consumo, por la vía de evadir los circuitos del mercado estético, las galerías y los marchantes, que convierten a la obra de arte en una mercancía: el arte no es mercancía, sólo creatividad y ésta es necesaria para nuestra vida.
Joseph Kosuth. Una y tres sillas. 1965.
Joseph Beuys. Cómo explicar cuadros a una liebre muerta.
Los desarrollos o direcciones del arte conceptual son variados:
El Happening o arte de acción sería el origen de esta nueva forma de hacer arte. El objeto artístico en el happening es la propia acción realizada en muy diversos medios cotidianos no necesariamente elaborados dentro de una estructura artística como galerías o museos. Los Happenigs son acontecimientos- espectáculos, cuyo origen está en el dadaísmo (provocación, agitación, escándalo) y en la action painting de Pollock, pero aquí el espectador se puede integrar como participante en la acción. Joseph Kosuth presenta en 1965 su obra Una y tres sillas, donde hay una silla en la realidad, su fotografía y un texto del diccionario donde se define la palabra silla. Juntos configuran el concepto de silla, lo que es mucho más completa que la representación de la imagen de la silla. Jannis Kuonnellis expone Doce caballos vivos en 1969, convirtiendo la galería en una cuadra. Hermann Nitsch en su obra Colonia, pintó el cuerpo de un colaborador suyo con la sangre de una oveja destripada que estaba al lado en 1974. Joseph Beuys fue un gran provocador y hace obras como presentarse él mismo con el cadáver de una liebre (Cómo explicar cuadros a una liebre muerta), Coyote o El Jefe. Aunque los artistas como Beuys no tenían como objetivo producir objetos artísticos, fue tal la expectación que crearon con sus acciones que se buscaban fotografías y restos de los montajes que adquirieron precios astronómicos en el mercado, con lo que se lograron objetivos totalmente opuestos a sus propósitos.
Al final del siglo nos encontramos con un eclecticismo que lleva a los artistas a buscar y experimentar nuevas soluciones. Así, algunos se exponen a sí mismos en galerías, buscando un arte provocativo, son los Body-Art, es el caso de Gilbert and George, que utilizan su propio cuerpo como materia escultórico (Performance, Frío). Bruce Neuman se fotografía escupiendo agua por la boca(Autorretrato como fuente).
Gilbert and George. Performance.
Bruce Neumann. Autorretrato como fuente.
Otros buscando evadirse de las galerías y los museos y el mundo mercantilista del arte, encuentran en el contexto de la naturaleza nuevos espacios para la intervención artística. Esta tendencia de los años 70 es conocida como Land Art (arte de la tierra) y se da en Estados Unidos, y busca en glaciares, desiertos y acantilados nuevos soportes para la expresión artística. En plena sociedad industrializada, el artista modifica el espacio, amontonando tierra,, haciendo espirales y trazando surcos sobre el hielo..., o bien cuelga cintas o paraguas de colores. Pero en el fondo es un arte efímero, tan efímero como la vida misma. Destaca Dennis Oppenheim y sus círculos de hielo, y los surcos o las Espirales del Lago Salado en Utah de Smithson. En otra línea el búlgaro Christo Javecheff embala edificios (Reichstag de Berlín, Pont Neuf de París...) y espacios naturales, o expone objetos cotidianos embalados en tela o papel.
Dennis Oppenheim. Annual rings. 1960.
Christo Javecheff. El Reichstag de Berlín empaquetado.
Otro movimiento de los años setenta, típicamente norteamericano, fue el Minimal Art o Arte minimal. Los artistas de este movimiento rechazan la artisticidad de los objetos expuestos, así como toda imposición naturalista o figurativa, heredando la tradición geométrica abstracta de Malevich y Mondrian. Todos tienden a concretar su trabajo en unidades modulares geométricas y tridimensionales que juegan con la escala y el tamaño. Además hay un vínculo directo entre escultura y espacio, de manera que la obra está acabada cuando participa de un ambiente preciso y concreto, que ha sido previamente y largamente estudiado y planificado. Todo ello provocaba un gran interés en el público, y ese era su objetivo. Los artistas más importantes de este movimiento fueron Donald Judd, Dan Flavin, y Robert Morris. Por su parte, Anthony Caro (Promanade) y Richard Serra (también participa del arte Póvera), hacen grandes obras de hierro y otros metales, en espacios públicos, pero también de manera ordenada y racionalizada, donde el material sigue siendo el protagonista.
Anthony Caro. Promenade. // Donald Judd. Sin título.
M. Pistoletto. Venus de los trapos.
Richard Serra. Fulcrum. Londres.
Quisiera advertirles que por problemas informáticos (problema de fuente o ventilador o no sé) tendré que llevar el ordenador al técnico, con lo cual estaré unos días sin maquinaria de trabajo. De esta manera, no podré publicar ni contestar a los comentarios, ni comentar en otros blogs amigos. Espero que sea poca cosa y poco tiempo.
13 comentarios:
Sin parecer políticamente incorrecto, hay que decir que todo criterio a favor o en contra, depende de gustos personales y estéticos. A mí hay esculturas que no me dicen nada o simplemente me echan para atrás. Otras muchas, sin embargo, creo que son creativas, originales y han dejado una estela de seguidores y de imitadores. Por citar, nombraría a Chillida y a Gargallo. La escultura de "El profeta", que abre la entrada, es portentosa. En casi todos los pueblos de Madrid hay "esculturas" en las rotondas que imitan a Chillida.
Un saludo.
Hoy de todo lo expuesto me quedo con Gargallo y ese pequeño arlequin.
Pero lo del body-art no me convence en absoluto. Mire, a mi ese caballero escupiendo agua como si fuera una fuente me parece muy simpatico, pero muy poco artistico.
Buenas noches, monsieur
Bisous
A mi también me cuesta mucho entender (y apreciar) gran parte de la escultura a partir del S. XX. Ni siquiera carreras enteras: me gustan cosas de Moore, de Gargallo, de Picasso, de Brancusi... y poco más.
Como dice Cayetano, tenemos demasiadas glorietas llenas de fantasmadas.
Saludos
Hay amigo me has tocado el corazoncito con "El peine del viento" de Eduardo Chillida, algo de mi tierra natal. Me gustan ese tipo de esculturas. Tengo un amigo que es escultor y hace ese tipo de arte. Contigo siempre aprendo...
Un abrazo
Paco, yo, pese al clima general de apatìa y como dices los otros blogueros no entendimiento de la escultura del s.XX, debo decir que soy un enamorado de la escultura contemporànea pues va màs allà de la simple representaciòn del hombre a nivel polìtico o propagandìstico como en otras èpocas, permitièndolo expresar lo que siente, lo que tiene dentro, sin censuras y sin un concepto pre-impuesto.
Me encanta la "El pueblo español tiene un sueño que conduce a una estrella" presente al ingreso del Reina Sofia, Gargallo exlente, Hanson rompedor...
Excelente entrada y de verdad gracias por traernos estos temas tan poco estudiados.
Un saludo.
Quizá yo sea más clásico en cuanto a mis gustos, pero reconozco que hay piezas modernas que me impresionan. Por cierto que el arte efímero de Christo Javecheff siempre me ha parecido espectacular.
Saludos
Hola Paco, a mi me encanta la escultura contemporánea. En especial Chillida, Brancusi, Henri Moore y Gargallo. Me gustó muchísimo también la escultura de Oteiza del Museo reina Sofía (espero hacer una entrada de este escultor).
Estupenda entrada, enhorabuena.
Saludos
yo... lo del arte moderno... no lo termino de pillar....
Hola Paco!! Es difícil decirte qué me gusta de esta época de la escultura, creo que no puedo asegurar que un movimiento me agrada por completo. Prefiero ser más individualista y decir qué escultura me gusta sin fijarla en un movimiento en particular. Por ejemplo me gustó Pequeño arlequín con flauta de Pablo Gargallo.
Como siempre muy completo e ilustrativo amigo.
Besosssssss
Mezcla de materiales en una misma escultura, expandir el espacio que siempre constriñó a la imagen, insinuar movimiento si no efectuarlo en realidad, romper las formas, impactar, crear una sensación envolvente en el espectador. Esto y todo lo que tú nos has reflejado maravillosamente es la esculruta del siglo XX:
Un besazo
Es un placer siempre, pasaear de tu mano por el arte. Un gusto todo lo que se recuerda y lo que se aprende mucho más. (me encantó la frase del día!!)
un abrazo afectuoso.
Hola Paco, pasearme por tu blog es como tener un compendio de arte en mis manos, por eso me da mucha rabia cuando no puedo ver algunas imágenes, pero bueno cosas de bloger que le vamos a hacer, la escultura clásica está en decadencia pero siempre permanecerá su belleza, esa belleza me cuesta encontrarla ¡y eso que la busco! en la escultura moderna, un abrazo.
Gracias Paco por tu comentario
que viniendo de alguien tan sensible al arte y con tan amplio conocimiento, me llena de ánimo para seguir adelante en este mundillo bastante complicado por cierto.
Un abrazo
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