ARTE TORREHERBEROS: enero 2013
RICHARD ESTES. "Water Taxi, Mount Desert". Óleo sobre lienzo. Kemper Museum of Contemporary Art, Kansas City (Missouri).


BIENVENIDOS A TODOS Y TODAS. Este blog nace con la única pretensión de complementar y facilitar las tareas a los alumnos/as de Historia del Arte de 2º de Bachillerato del IES Torre de los Herberos de Dos Hermanas (Sevilla), así como hacer pasar un rato agradable a todos los amantes del arte. No tiene ninguna otra pretensión intelectual. De los textos es responsable el administrador del Blog, no así de las opiniones expresadas en los comentarios. Las imágenes o fotografías, videos y presentaciones están tomadas de internet mayoritariamente, citando la autoría siempre que ha sido posible; si en alguna de ellas no aparece, es por error o descuido, y ruego que me lo hagan llegar para subsanarlo. Casi todo lo que aparece en estas páginas es libre y abierto, y se puede descargar para otros fines, pidíéndose únicamente que se cite la procedencia.





jueves, 31 de enero de 2013

LAS "VIDAS" DE VASARI. ALGUNOS ARTISTAS DEL TRECENTO Y QUATROCENTO

Portada de la primera edición de las "Vidas" de Giorgio Vasari. 1550. 



Giorgio Vasari (1511-1574) fue un artista completo del Renacimiento, ya que fue arquitecto, pintor, escultor y escritor en la Roma del Cincuecento. Sin embargo, a pesar de dedicarse a todas estas artes, su aportación más importante para la historia del arte, es la colección de biografías de los grandes artistas italianos del Renacimiento, desde el Trecento (S. XIII) hasta su época en el siglo XVI, recogidas en el libro "Vite de' più eccellenti architetti, pittori, et scultori italiani, da Cimabue insino a' tempi nostri", publicadas en 1542-1550. Esta obra ya fue todo un éxito en su época, tuviéndose que reeditarse en 1568, en una versión revisada y ampliada. Así que podríamos decir que es el primer historiador del arte de la historia.
Vasari nació en Arezzo en 1511 y empezó a formarse con Luca Signorelli y Giuglielmo de Marsaglia, pero fue enviado a Florencia para formarse allí, travajando con Bienvenuto Cellini, Andrea del Sarto y, sobre todo, con Miguel Ángel, al que ademiraba profundamente, y fue áquel quien lo orientó hacia la arquitectura, arte en la que más destacó, por encima de su pintura. Trabajo en Florencia para los Médicis, en Roma, así como en Nápoles, Arezzo, Pisa y Módena.
Como arquitecto, dentro ya de la corriente manierista, realizó el Palacio de los Uffizi para los Médicis (donde siguió el modelo miguelangelesco de la Biblioteca Laurenziana), además de la galeria o Corredor vasariano que une dicho palacio con el Palacio Pitti, a través del Ponte Vecchio. También trabajó en las iglesia florentinas de Santa María la Novella y Santa Croce, así como en Villa Giulia en Roma para el Papa Julio III. Como pintor trabajó en la Cupula de la Catedral de Florencia y en el Ayuntamiento florentino, en la Sala del Consejo (donde transformó las pinturas de Leonardo da Vinci), así como algunos frescos en el Palacio Vecchio florentino. Son también importantes sus frescos en el Palacio de la Cancellería de la capital romana.

 Giorgio Vasari. Autorretrato. 1566-1568. Galería de los Uffizi. Florencia.

Pero, como ya hemos dicho, su gran aportación son sus "Vidas", obra que publica por primera vez en 1550 en Florencia (llamada edición Torrentina por ser editada por Lorenzo Torrentino) y dedicada al Duque Cosme I, que completó con ediciones posteriores (edición de 1568, llamada la Giuntina), edición ampliada y donde se incluían retratos de los artistas tratados. La obra se inicia con algunas notas sobre las artes mayores y los procedimientos y técnicas utilizadas en cada una de ellas. Este texto se ha de situar en el fenómeno de la literatura del arte que tuvo lugar en el siglo xvi, cuando aparecieron multitud de teorizadores, como Zuccaro, Vignola, Palladio o Bellori (considerado el sucesor de Vasari, al escribir otro libro sobre los artistas de la siguiente generación).
Si bien es cierto que proliferaron tratados y otros estudios, el texto de Vasari se suele considerar como uno de los más importantes, al introducir por primera vez un nuevo género, el de las biografías de artistas. Sus biografías arrancan con Cimabue en el siglo XIII y llegan hasta sus días; están salpicadas de rumores, anécodotas y leyendas, y notas tomadas en el contacto con alguno de ellas. No fue un historiador riguroso, por lo que las biografías más fiables son la de los artistas coetáneos suyos, aunque sigue siendo hoy una fuente insustituible en la historia del arte.


 Giorgio Vasari. Exterior y patio interior de Villa Giulia (actual sede del Museo Nacional Etrusco). Roma.


Las "Vidas" están estructuradas en tres partes:

La primera parte recoge  la vida y la obra de los artistas del Ducento y Trecento (Siglos XIII y XIV): Cimabue, Arnolfo di Lapo, Nicola Pisano, Giovanni Pisano, Andrea Tafi, Giotto, Pietro Lorenzetti, Andrea Pisano, Ambrogio Lorenzetti, Pietro Cavallini, Simone Martini, Taddeo Gaddi, Andrea Orcagna, Agnolo Gaddi, Duccio, Gherardo Starnina, Lorenzo Monaco y Taddeo Bartoli.

La segunda parte se centra en los grandes artistas del Quatrocento (siglo XV): Jacopo della Quercia, Nanni di Banco, Luca della Robbia, Paolo Uccello,Lorenzo Ghiberti, Masolino da Panicale, Masaccio, Filippo Brunelleschi, Donatello, Giuliano da Majano, Piero della Francesca, Fra Angelico, Leon Battista Alberti, Antonello da Messina, Alessio Baldovinetti, Fra Filippo Lippi, Andrea del Castagno, Domenico Veneziano, Gentile da Fabriano, Vittore Pisanello, Benozzo Gozzoli, Vecchietta, Antonio Rossellino, Bernardo Rossellino, Desiderio da Settignano, Mino da Fiesole, Lorenzo Costa el Viejo, Ercole Ferrarese, Jacopo Bellini, Giovanni Bellini, Gentile Bellini, Cosimo Rosselli, Antonio Pollaiuolo, Piero Pollaiuolo, Sandro Botticelli, Andrea del Verrocchio, Andrea Mantegna, Filippino Lippi, Bernardino Pinturicchio, Francesco Francia, Pietro Perugino y Luca Signorelli.

La tercera parte ya está dedicada a los pintores del siglo XVI y será motivo de una entrada posterior.

 Giorgio Vasari. Mutilación de Urano por Saturno. Palacio Vecchio. Florencia.


Recogemos aquí, por tanto, extractos de las vidas y obras de algunos de los artistas italianos desde el siglo XIII al XV.


GIOVANNI CIMABUE

“Cuando no terminaban los males, que postraban a Italia, y ahogada, no solamente arruinados los que podrían se llamar edificios, sino aún peor, habían desaparecido todos los artistas, quiere dios que  naciese en la ciudad de Florencia el año 1240, para dar luz al arte de la pintura, a Giovanni Cimabue, de la familia de  Cimabuoi en ese tiempo noble. Según, crecía,  su  padre  y los demás veían como ganaba en ingenio y talento. Se dice que, aconsejado de muchos, el padre deliberó ejercitarlo en liras, y le envió a la Santa Maria Novella con un pariente, maestro que entonces enseñaba  gramática a los novicios de ese convento.  Cimabue, no  aplicaba su cabeza a estas tareas, en vez de estudiar pasaba  el día  dibujando  en las hojas de los libros, hombres, caballos, casas y varias fantasías. Su propia naturaleza le empujaba, y se sentía molesto si no  practicaba. Sucedió que llegaron  pintores  a Florencia venidos de Grecia, llamados por el gobierno de  esa ciudad para introducir el arte de la pintura, que en Toscana había desaparecido hacia mucha tiempo. Entre los muchos trabajos que les encomendaron estaba la capilla de los Gondi, al lado de Santa Maria Novella. Las pinturas de las bóvedas están  muy deterioradas y consumidas por el tiempo. Cimabue se escapa  a menudo de la escuela y se pasaba todo el día viendo trabajar a los maestros. Por lo que juzgaron sus maestros y su padre que si se dedicaba a la pintura, sin  duda sería un maestro en esa profesión. Con gran satisfacción, le dejaron comenzar con estos maestros el arte de la pintura, continuamente practicando, en poco tiempo superó a los maestros, que no se preocupaban en avanzar en el oficio. Y aunque imitaba a los griegos hizo muchas obras en su patria dándole mucha honra, adquiriendo para si fama  y provecho (…)

La naturaleza dotó a Cimabue ingenioso, de gran talento, por lo que fue nombrado arquitecto, en compañía de Arnolfo alemán, para construir  Santa Maria de Fiore en Florencia. Con él mejoró la pintura, que en su tiempo pasó a ser excelente y admirable, que arte fue llamada, y que la anterior edad había sido enterrada. Cimabue vivió sesenta años, y dejó muchos discípulo de ese arte, y entre ellos  Giotto con gran  talento. Murió en el 1300, y recibió sepultura en Santa Maria de  Fiore en Florencia (…)
La Gloria de Cimabue hace contraste con la grandeza de Giotto su discipulo, su  reputación sería mayor, como hace fe Dante Aligheri en la Divina Comedia en el canto XI pasaje del Purgatorio aludiendo a la inscripción de su sepultura: "Creyó Cimabue en la pintura, abarcar el campo, que ahora lo labra Giotto quien da sombra a su fama". Cimabue fué la luz de la pintura entre las tinieblas, y no solamente en el dibujo de las figuras, también en el color, el cual era  innovador, despertando el deseo de seguirlo en la ciencia de lo bello  y difícil, para merecer alabanza, ante la imposibilidad y poca maña del siglo en que nació, y que ahora superado tenían  Y ésa era la causa  que movió a Giotto, en su crear, la ambición de la reputación y ayudado desde el cielo, y por su  naturaleza, fue tan arriba con el pensamiento, que abrió la puerta de la verdad en quienes han tomado este oficio y lo han elevado al asombro de maravillas, no se dan cuenta de las dificultades  vencidas. Es mejor para quien se esfuerza recibir insultos y avergonzarse para crecerse luego, en lugar de recibir elogios y admiraciones”.

 Dibujo de Cimabue, que introduce su "Vida". Giogio Vasari. Edición de 1568.

GIOTTO

De la misma manera que los  los pintores y artesanos son deudores de  la naturaleza, la cual les sirve de modelo continuamente, también lo son de Giotto. Ya, que después de muchos años de guerras y la ruina que conlleva, perdiéndose las buenas maneras de la pintura y el dibujo. Él solamente, aunque había  nacido entre artesanos ineptos, resucitó de forma celestial lo que estaba perdido, a lo que hoy llamamos buena forma. Siendo el milagro más grande seguro en esa edad inepta y larga, el que tuviera Giotto fuerza para aprender de sí mismo el dibujo, del cual poco o nada de conocimiento tenía los hombres en aquellos tiempos, solo y por medio de su buen arte, vuelto de todos mientras vivió. Siendo los comienzos de este gran hombre en el condado de Florencia, vecino a 14 millas de la ciudad. Corría el año 1276 en el villazgo de Vespignano, donde un agricultor de buena reputación en vida de gran valor en el arte de la agricultura cuyo nombre era Bondone, que en todos los alrededor no había nadie más estimado que él. Estaba tan ingenioso en todas las cosas, y con sus herramientas de uso, que no parecían rusticas de uso de un campesino, sino que de su mano parecía digna del trabajo de un orfebre o de un tallador. A este le regaló la naturaleza un hijo, a quien él, le puso de nombre Giotto. Según crecía este niño, con buenas costumbres demostraba en todas las acciones, aún de su fantasía infantil una gran vivacidad y una diligencia y talento extraordinarios para su edad pueril. Y no solamente se ganó la admiración de Bondone y sus parientes sino aún los de fuera lo sabían (…)
Fue llamado a Asís para terminar el trabajo comenzado de Cimabue, y pasando por Arezzo trabajó dentro de la capilla bautismal de San Francisco, y en una columna redonda, cerca de un bello y antiguo capitel corintio, pintó a San Francisco y Santo Domingo. En las afueras en el duomo de Arezzo un capillita, con la lapidación de San Esteban con una composición hermosa de figuras. Cuando estos trabajos estaban terminados marchó a Asís, para acabar la obra comenzada de Cimabue, donde adquirió la reputación más grande, por la calidad de las figuras que en ese trabajo hizo, en la cual se ve el orden, la proporción, la vivacidad y la facilidad con que le dotó la naturaleza y que hizo crecer Giotto con el estudio y el trabajo continuo. Luego pintó en la iglesia de Santa Maria de los Ángeles y, en la iglesia de los franciscanos de Asís, donde pintó en la iglesia de abajo”.


FILLIPO BRUNELLESCHI



“La naturaleza crea a muchos hombres pequeños en persona y en las características de nacimiento, y encierra en su cuerpo una mente de tal grandeza y un corazón de tal vehemencia e irresistible, que comienzan cualquier cosa o empresa por difícil o casi imposible que parezca, y la lleva a buen término para maravilla de todos los que la contemplan, no cejando nunca, si en alguna ocasión algún trabajo ponen en sus manos, por humilde y bajo que pueda ser, dándole mayor valor y nobleza. Nadie debe andar a vueltas con el aspecto, si la naturaleza no le dió la belleza, puede haberlo hecho por encima de su nariz  siendo esta la gracia con la que viene al mundo. Sin duda alguna, que escondidas debajo de la tierra están las vetas del oro. Y muy a menudo, en las más insignificantes formas, hay una enorme generosidad de ánimo y una sinceridad tan grande de corazón, que, si la nobleza se mezcla con esto, solo las maravillas más grandes se pueden esperar de ellas, por la razón de que se esfuerzan en embellecer las fealdades del cuerpo con la virtud del ingenio; esto, se ve claramente en Filippo di Ser Brunellesco, que era esmirriado de aspecto, pero tan alto en intelecto que puede ser dicho de verdad que el cielo nos lo envió para dar forma nueva a la arquitectura, que había estado perdida por cientos de años; en los cuales los hombres de esas épocas habían gastado tesoros con ningún propósito, haciendo edificios sin orden, con mal método, de triste diseño, extraños y extravagantes, con poca gracia, y peor ornamento. Y el cielo quiso, ya que la tierra había estado por tantos años sin ninguna mente suprema o espíritu divino, que Filippo dejase al mundo el más grande, el edificio más alto, y más hermoso que fue hecho en épocas modernas, o incluso en la antigüedad, probando que el talento de los artesanos toscanos, aunque estuvo perdido, no lo estaban por lo tanto del todo. El cielo lo adornó, por otra parte, con las mejores virtudes, entre las cuales está la amistad, de modo que no hubo hombre más benigno o más amable que él. En el juicio estaba libre de la pasión, cuando él vió algo digno de mérito en otros, sacrificaba su propia ventaja en el interés de sus amigos. Se conocía a sí mismo, y compartía su sabiduría con los demás, socorrió siempre al prójimo en sus necesidades. Él se declaró un enemigo mortal del vicio, y amigo de los que practicaron la virtud. Él nunca perdió el tiempo en vano, ni consigo mismo ni con las obras de los demás, trabajaba para resolver las necesidades ajenas, y siempre aprovechaba sus paseos para de camino visitar a sus amigos y socorrerlos (…)

Puso mucha atención en la perspectiva, que estaba entonces mal ejecutada por causa de muchos errores que se hacían; pasó muchas horas, hasta que encontró un método por el que puede parecer ser verdad y perfecta, a saber, el de mostrarlo con planta y perfil y por medio de líneas que se cortan en un punto, que era algo verdaderamente muy ingenioso y útil en el arte del dibujo. Y esto le gustó tanto que dibujó con su propia mano la plaza de San Juan, con todos los compartimientos incrustados de mármol blanco y negro de la iglesia disminuyendo de una forma singular, asimismo dibujó, el edificio de la Misericordia, con las tiendas de los pasteleros y la bóveda de los Pecori, y la columna de San Cenobio en el otro lado. Este trabajo, le trajo las alabanzas de los artesanos y de todos que tenían juicio en el arte, alentado se puso a trabajar en otra y dibujó el palacio, la plaza, y la logia de la Signoria, junto con la azotea del los Pisani y de todos los edificios que se ven alrededor de esa plaza; y estos trabajos fueron los medios de despertar las mentes de otros artesanos, que se dedicaron luego a esto con gran celo. Él la enseñó, particularmente, al pintor Masaccio, joven y su amigo, que usó bien este arte que Filippo le mostró, pues es evidente de los edificios pintados en sus trabajos. Ni él se refrenó de enseñarlo incluso a los que trabajaban en taraceas, que es el arte de incrustar las maderas coloreadas; y él las estimuló tanto que él era la fuente de un buen estilo y de muchos cambios útiles que fueron realizados en este arte, y de muchos trabajos excelentemente labrados entonces, y, que luego han traído fama y se benefician de ello en Florencia por muchos años”.


 Giorgio Vasari. Palacio de los Uffizi (actual Galería de los Uffizi). Florencia).


MASACCIO



“Acostumbra la benigna madre naturaleza, cuando hace a una persona muy excelente en alguna profesión, comunmente no hacerlo sola, para que al mismo tiempo, y cerca de aquella, hacer otra para su competencia, porque ella ayuda uno al otro en la virtud y en la emulación, impulsando a continuación con excelencia aquellos mismos miembros dónde ella emplean, a beneficio del universo. También esto contribuye, encendiendo  los espíritus de los que vienen después de esta edad a esforzarse en el estudio y trabajo, de ganar ese honor y aquélla gloriosa reputación, que los últimos oyen elogiar. Y que esto sea la verdad, se da en Florencia producto en una misma edad a Filippo, Donato, Lorenzo, Paolo Uccello y Masaccio, muy excelentes cada uno en lo suyo, no solamente se terminan las viejas maneras, que se han mantenido hasta este tiempo, que con hermosas obras incitó y encendió mucho los espíritus impulsando estos oficios la perfecion que se ve en nuestros tiempos. Tenemos, por verdad, una deuda singular con estos primeros, que por medio de sus cansancios nos mostraron los verdaderos caminos para alcanzar grados supremos. Y en cuanto al estilo de las pinturas, con Masaccio por poner los pies sobre el plano y en escorzo el primero, desterrando el hacer las figuras de puntillas de pies, empleado universalmente por todos los pintores hasta este tiempo; y además por haber dado tanto viveza y tanto relieve a sus pinturas, que; merecen ciertamente ser reconocido como si fuera el inventor de este arte. Las cosas hechas antes de él no eran realmente pinturas pintadas, no hay comparación con sus competidores al cual quisieron imitar muchos, mas se ve que tienen falsa vivacidad. Es originario de Castillo San Giovanni de Valdarno, y dicen que  se pueden ver  algunas figuras hechas por  él en juventud. Persona muy abstraída y de ideas fijas ponía todo el espíritu y la voluntad en las cosas del arte, se ocupaba poco de él y de otros. Y porque  no quiso pensar ya nunca en clara manera en los cuidados y las cosas del mundo, ni siquiera de vestirse incluso, olvidando de ingresar los dineros de sus deudores, hasta que no estaba en necesidad extrema, en vez de Tommaso, que era su nombre, todos lo llamaban Masaccio. No ya porque fueran vicioso, siendo  él la bondad natural, sino por su despreocupación, aunque no olvidaba ser  él muy afectuoso en hacer a otros servicio y placer, mas más allá de lo que puede desearse ardientemente. Él comienza en el arte en el tiempo que Masolino de Panicale trabajaba en el Carmine de Florencia la capilla de Brancacci, siguiendo siempre en cuánto se podía el estilo de Filippo y Donato, aún que el arte fuera diferente, y buscando continuamente hacer las figuras muy vivas, bellas y  similares a la verdad. Y muy modernas tanto que extrajo antes que  los demás sus contornos ya que las obras suyas pueden seguramente estar en paragón con el dibujo y color modernos. Fue muy estudioso en impulsar, las dificultades de la perspectiva, como se ve en su historia de pequeñas figuras, que hoy esta en el archivo de Ridolfo del Ghirlandaio (…)

Llegando mientras tanto la muerte de Masolino, lo que dejaba inacabada  la capilla  Brancacci, por lo que Masaccio fue llamado a Florencia por  Filippo de Ser Brunellesco su muy amigo; y por medio de este le fue encargado terminar dicha capilla. Y entonces hizo a Masaccio para prueba en San Pablo junto a  las cuerdas de las campanas, solamente para mostrar la mejora que había hecho en el arte. Y mostró realmente infinita bondad en esta pintura, conociéndose en la cara de este santo, que es Bartolo de Angiolino Angiolini de natural, con una terribilità  muy grande, que  parece que la palabra es lo único que falta a esta figura. Y quien no conoció a San Pablo, observando esto, verá  bien la civilización romana, junto con la invicta fortaleza de su espíritu muy divino todo entregado a los cuidados de la fe. Mostró aún en esta pintura propia la inteligencia de escorzar las vistas de abajo a arriba, que fue realmente maravilliosa, como aparece aun hoy en dia, a los pies propios de proverbio Apóstol, pero con un dificultad añadida por él, respeto a aquella izquierda manera vieja que hacía (como dije antes) todas las figuras de puntillas, estilo que  duró hasta él sin que otro lo corrigiera, y él solamente lo perfeccionó hasta hoy”.

Giorgio Vasari. Perseo y Andrómeda. Fresco del Palacio Vecchio. 1570-1572. Florencia.


DONATELLO


“Los escultores que llamamos viejos, no antiguos, sorprendidos por las muchas dificultades del arte, llevaban las figuras mal compuestas de arte y belleza, ya fueran de metal o mármol, que no eran sino toscas; pues tenían aún tosco el espíritu y los talentos necios y embrutecidos. Y nacía esto de que, al retratarse a si mismos, a ellos mismos se parecían. Y sus pobres cosas estaban en todo desprovistos de la perfección del dibujo y de la viveza, siendo realmente imposible que quien no la tiene pueda darla. Por lo que, la naturaleza precisamente indignada, por verse horrible de tan extrañas figuras que dejaban al mundo, deliberó hacer nacer a alguno, que impulsara, y redujera a excelente forma, con buena gracia y proporción, los mal rematados bronces y los pobres mármoles, tanto de ella como madre benigna, como para las cosas de ella producidas con la mayor diligencia y el máximo cuidado. Y para que se cumpliera mejor su voluntad deliberó, colmar a Donato al nacer, de maravillosas cualidades; y en persona, casi ella misma, lo envió aquí entre los mortales, lleno de benignidad, buen juicio y amor. Para que, dignándose con cada uno en sus creaciones, y con deleite hacer que otros creasen, dejando que siempre gozaran de sus esfuerzos no solamente los amigos suyos, sino aún quienes no lo conocían. No reinó con una tiranía en la virtud que le dio el cielo, no se encerraba a trabajar en agujeros, para que las modalidades de su hermosa manera no fueran conocidas; al contrario trabajó siempre las cosas suyas abiertamente, cada cual que quiso pudo verlo. Fue reconocido con los demás, agradable y muy honesto en cada una de las acciones, que si el siglo de hoy le aprecia y venera muerto, lo adorarían si estuviera vivo. Aún que hoy, los modernos artistas, están plenos de envidia y soberbia, y con una inútil ambición insolente, Donato era benigno, agradable, humilde, no presumía; donde otros perjudicaban al prójimo, él se esforzaba en ayudarlo siempre, elogiando modestamente y con juicioso respeto las cosas de los artistas de su tiempo, ¡Felices días y encantadores siglos cuando gozaban de tanta virtud y tanta bondad, cuando los artistas buenos eran padres y amigos de los artistas que querían aprender! Les decían, eso es así y les mostraban los errores, pero suavemente, y cuando se podían aún reparar: y si no se podía, no publicaban las vergüenzas de otros. Trabajaban juntos como hermanos, con caritativa ternura, y siempre en las necesidades ellos se ayudaban los unos a los otros. Por lo que satisfecho el cielo, en este siglo pleno de bondad, por enviar a Donato a impulsar en la tierra, acciones, al encontrar a los artistas buenos, porque encontraba aún a los hombres con voluntad para hacerles encargos. Donato nació el año 1383 en la ciudad de Florencia, y sus ciudadanos y los artistas, le llamaban Donatello, y así firmó en muchas obras. Escultor extraordinario, estatuario maravilloso con el bronce, y con los yesos muy válido, también trabajó la perspectiva y del mismo modo fue muy apreciado en arquitectura.
Puso en sus cosas gracia, bondad y diseño y cuando se observan los vestigios a la antigua manera de los excelentes Griegos y Romanos, tan similares parecen, que se debe admirarse como uno de los principales talentos que más se acercaban a las verdaderas dificultades, y que algunos perfectamente mostraron, así como aparece en todas las obras suyas. Por lo que realmente si se le señala como el primero, que usó bien y ordenado, imaginar historias en los bajorrelieves, concretándolos, para una perfecta observación y magisterio, esto lo mostró con saber y con inteligencia y con una belleza más que ordinaria. Porque ningún autor entonces lo superó, y en la edad nuestra nadie se le ha podido comparar(...)
Se encuentra en el palacio de la señoría un bronce, de un David desnudo  de tamaño natural, que le ha cortado la cabeza a  Goliat, y tiene un pie sobre ella colocado, y en la mano derecha una espada. Y es la figura muy natural en la vivacidad y con morbidezza, que imposible parece a los artistas que no se vaciara sobre el modelo vivo. Estaba esta estatua antes en la casa de los Médicis, y por el exilio de Cosme se llevó al sitio mencionado. Se colocó en la sala donde está reloj de Lorenzo del Volpaia, a mano izquierda, un David de mármol, que tiene entre las piernas la cabeza muerta de Goliat bajo los pies, y con un honda en la mano, aquella con la que le golpeó (...)
Trabajó en el Castello di Prato el altar de mármol donde se muestra el cíngulo, en cuyo compartimiento talló un baile de niños bellos que es maravillosos, que se puede decir que muestra la perfección del arte en esto que es él hacía y en otras cosas. Además hizo, para soporte de dichos trabajas, dos capiteles de bronce, uno aún está allí, y otro fue saqueado de estas tierras por los españoles(...).



DOMÉNICO GHIRLANDAIO



“Muchos altos talentos se habrían encontrado y se habrían dedicado alegremente a las ciencias y al ejercicio del arte , si los padres los hubiesen dirigido desde el principio a esos mismos a su natural inclinación; pero sucede a menudo quizás que quienes los gobiernan  no saben más allá, y descuida aquél aquello que debería más cuidarse; y es la causa de que los talentos producidos de la naturaleza al ornamento se arruinen y se vuelva inútil para el mundo. ¿Y, a cuántos hemos visto seguir un rato largo la profesión, solo por cosa de sus padres, y que llegando a los años maduros después lo han dejado en el abandono por otro más agradable?. Es mucha la fuerza de la naturaleza, que al inclinado a una profesión saca mucho fruto y más te hace en un mes, que con estudio fatigoso y trabajo duro no hará otro en muchos años. Y sucede a menudo que a continuación, por el instinto que tira a ello, hacen admirar y asombrar con el arte y la naturaleza; como con razón hizo asombrar Domenico di Tommaso Ghirlandaio, que fue colocado en el arte del orfebre, y obligado a ello, y que permanecía continuamente pintando. Porque siendo equipado de la naturaleza de un espíritu perfecto y de un gusto admirable y juicioso en la pintura. Aun siendo orfebre, en cualquier momento siempre estaba atendiendo al dibujo, viniendo en él la destreza, que muchos dicen que mientras que ejerció de orfebre, retrataba a los campesinos y a otras personas que por el taller pasaron, sacándoles el parecido. Todavía hacen fe de ello su retratos infinitos, de que están igual y divinamente vivos. Las primeras pinturas suyas que se saben están en la capilla de los Vespucci, en OgniSanti, un Cristo muerto y otros, y sobre un arco una Misericordia, y en el lugar del refectorio una última cena al fresco.. Pintó en Santa Croce a la entrada de la iglesia a la derecha, la historia de San Paulino. Y aumentando su reputación y prestigio, trabajó en Santa Trinita para Francisco Sassetti una capilla con la historia de San Francisco, que él admirablemente realizó, y que con tolerancia, con pulcritud y amor trabajó. En estas paredes retrató el puente de Santa Trinita, con el palacio de los Spini, representando dentro la historia de San Francisco cuando aparece en aire y resucita al niño, donde desnuda la mirada en esas mujeres que están en la resurrección, está el dolor de ellas por el muerto en llevarlo a enterrar, y la alegría y la maravilla por su resurrección. Hizo a los frailes que salen de la iglesia detrás de la cruz para enterrarlo, con mucha naturalidad, y otras figuras que se maravillan de ese hecho, y que da gusto mirarlas. En otro hizo cuando San Francisco, en presencia del vicario, rechaza la herencia de su padre Pietro Bernardone,  y toma como vestido tela de saco ciñéndolo con una cuerda. Y de frente cuando va a Roma a ver al papa Honorio y hace confirmar la regla, llevando en enero rosas a ese Pontífice. En la historia están los cardenales del consistorio sentados alrededor, y una escalera de donde salen; precisamente las figuras de medio cuerpo seguros retratos de natural subiendo, y entre esos, retrató al médici magnífico Lorenzo el Viejo. De igual manera pintó cuando San Francisco recibe los estigmas. E hizo cuando se muere llorando los frailes por él, donde se ve un fraile que le besa las manos, y en verdad que no se puede expresar mejor en la pintura, también está un obispo que lleva anteojos en la nariz que le canta la víspera, que de no oirse demuestra que está solamente pintado".
 

  Giorgio Vasari. Apoteosis de Cósimo I de Médicis. Fresco del Salón del Cinquecento del Palacio Vecchio. 1565. Florencia.

 

Para leer todas las "vidas" de Vasari, aquí en Wikipedia están todas en versión original, y aquí bastantes de ellas traducidas al castellano.


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