No se escriben muchas novelas relacionadas con la historia del arte, y menos ambientadas en museos. También algunas de las que se escriben no guardan el rigor y la fidelidad histórica que se requiere. Pero de vez en cuando, aparecen obras muy interesantes que facilitan el conocimiento de determinadas obras de arte, al mismo tiempo que incitan al acercamiento de nuestra disciplina. Este es el caso de la nueva novela de Javier Sierra, presentada en febrero de este mismo año: "El Maestro del Prado" (Planeta, 2013).
Javier Sierra es un consumado novelista que mezcla muy bien la erudicción histórica con misterios, intrigas y ciertas dosis sobrenaturales, moviéndose muy bien en el terreno de las aparaciones, los mensajes cifrados y las revelaciones ocultas que esperan ser descubiertas. Ya nos lo ha demostrado en novelas con gran éxito comercial como "La cena secreta" (que giraba en torno al misterio del fresco de La última cena de Leonardo da Vinci en Milán), "Las puertas templarias" "La dama azul" o "El ángel perdido".
En primer lugar, veamos la presentación en video (book trailer) de la novela:
El propio autor nos narra al principio del libro que lo que va a contar le ocurrió cuando era muy joven (19 años) y estudiaba periodismo en la Universidad a principios de los noventa; allí, en sus continuas visitas al Museo del Prado, conoció a un misterioso maestro, Luis Fovel, quién le va a descubrir los secretos de varios de los grandes lienzos encerrados en el museo; al mismo tiempo, el protagonista se ve envuelto en una investigación que le lleva a visitar el Monasterio de El Escorial, y a Lucía Bosé en Turégano (Segovia). Además, es perseguido por un misterioso inspector de policia.
Casi toda la trama se desarrolla en el mismo museo, donde el viejo maestro le incita a observar determinados lienzos e intente desentreñar por sí mismo los secretos de los cuadros que le muestra. En una palabra, que analice los lienzos con otros ojos y que complete las indicaciones que el maestro le da. De ahí la importancia de la frase:
"el buen maestro llega cuando el discípulo está preparado".
"el buen maestro llega cuando el discípulo está preparado".
Según el autor, todo esto le ocurrió de verdad a él en sus primeros años de estudiante, y que no es ficción, y si él lo dice, habremos de creerle. Asegura que recibió esas peculiares lecciones de su maestro en cinco días y que luego no volvió nunca más a saber de él. Así pues, está escrita en primera persona y podemos hablar de una ficción realista,
que deja a juicio del lector conjeturar lo que crea oportuno de la extraña
historia que se narra en El maestro del Prado.
Rafael. Sagrada Familia del roble. Óleo sobre lienzo. 1519. Museo del Prado. Madrid.
Tiziano. La gloria. Óleo sobre lienzo. 1551-1554. Museo del Prado. Madrid.
La obra empieza con mucha fuerza, nos atrapa y nos absorve, intentamos meternos dentro del misterio que encierran estas grandes composiciones pictóricas, así como en el misterio que envuelve desde el principio a los protagonistas. Además, el estilo literario es fluido, sencillo, directo, con un indudable trabajo de investigación y estudio de las obras. Pero con el tiempo la obra se va haciendo pesada, se sobrecarga la información que nos ofrece de determinadas obras, la trama misteriosa que rodea al protagonista se va diluyendo, el ritmo del libro se va ralentizando y los acontecimientos son muy poco relevantes. Incluso el final es algo decepcionante.
Eso sí, estamos ante un libro muy interesante para todos los amantes del arte y perfecto para los estudiantes de arte, pues intenta explicar de manera diferente determinados aspectos de ciertas obras, incitando y estimulando a conocer más de los pintores y de las obras en concreto. A mí me ha dejado con ganas de volver a visitar El Prado y repasar ciertos lienzos. Si esto es lo que quería conseguir el autor, creo que lo ha conseguido.
Como en otras novelas del mismo autor, la mayoría de los lienzos que analiza son de autores que pudieron pertenecer a sociedades secretas o a sectas y que trataron de ilustrar libros misteriosos y proféticos escritos en su tiempo. Así trata de explicar obras tan turbadoras e inexplicables como "El triunfo de la muerte" de Brueghel el Viejo o "El jardín de las delicias" de El Bosco. Pero también se sumerge en obras de Rafael ("La perla", "Sagrada familia del roble" o "Retrato de cardenal"), Tiziano ("La Gloria" o "Carlos V vencedor en Mülhberg"), Botticelli ("Historias de Nastagio degli Onesti"), Juan de Juanes ("La Santa Cena") o El Greco ("El sueño de Felipe II", "La Encarnación" o "La Resurrección").
Además, se hacen referencias a otras grandes obras de arte que no están en el Museo del Prado como "El Papa León X y dos cardenales" y "La Escuela de Atenas" de Rafael, la "Anunciación" de Fra Angélico o "La Virgen de las rocas" de Leonardo. Por cierto, el libro viene con magníficas ilustraciones de las obras analizadas, que nos facilitan el seguimiento de las mismas.
Además, se hacen referencias a otras grandes obras de arte que no están en el Museo del Prado como "El Papa León X y dos cardenales" y "La Escuela de Atenas" de Rafael, la "Anunciación" de Fra Angélico o "La Virgen de las rocas" de Leonardo. Por cierto, el libro viene con magníficas ilustraciones de las obras analizadas, que nos facilitan el seguimiento de las mismas.
Pieter Brueghel. El triunfo de la muerte. Óleo sobre tabla. 1562. Museo del Prado. Madrid.
El Greco. La resurrección. Óleo sobre lienzo. 1597. Museo del Prado. Madrid.
Hay algunos aspectos de la novela que no me acaban de convencer. En primer lugar, da la impresión ha querido meter en la obra muchos de los misterios de la historia y encerrarlos en determinados lienzos: así aparece la lanza de Longinos en el retrato de Carlos V de Tiziano, la historia de los dos Jesús o Jesús y San Juan Bautista en los lienzos de Rafael y Leonardo, el Santo Grial en la Última Cena de Juan de Juanes... Toda esta parte sobrenatural parece estar metida con calzador, como piezas de puzzle encajadas a martillazos; ello puede dar la impresión de ser un pastiche de difícil digestión.
Por otro lado, algunas de las explicaciones que se dan de ciertas obras paracen inconcebibles, irreales; para mí, la menos creíble, es la de "El triunfo de la muerte" de Brueghel, ya que me parece bastante rebuscada; en cambio, la explicación de "El jardín de las delicias" de El Bosco, me parece muy interesante, pues estamos acostumbrados a interpretarla como la corrupción de la vida, la lujuria y el pecado continuo nos conduce al infierno, mientras aquí se aventura que El Bosco perteneció a la secta de los adamitas, que creían y defendían la desnudez del cuerpo y la inocencia de Adán y el Edén, creyendo en la regeneración del ser humano para alcanzar el paraíso. Así, hay nuevas aportaciones a ciertos cuadros, muchas de ellas bastante provocadoras, algunas más razonables que otras, y que, seguramente, muchos historiadores del arte interpretarán como absurdas, como auténticas herejías.
Sobre el Museo del Prado, hay muy buenas obras noveladas sobre los misterios que encierran sus obras. Cabría destacar la memorable guía de Eugenio D´Ors, "Tres horas en el Museo del Prado" (publicada en 1922 y recientemente reeditada), también la entrañable ficción de Manuel Mújica Laínez "Un novelista en el Museo del Prado", o la más reciente del pintor Eduardo Arroyo, "Al pie del cañón. Una guía del Museo del Prado", basada en los recuerdos e impresiones que algunas obras causaron en su espíritu. La obra de Javier Sierra es distinta, es una novela con una trama distinta al propio museo en sí, pero que nos acerca inteligentemente a conocer determinadas claves ocultas en muchas de sus obras. Y ahí radica su interés.
Sobre el Museo del Prado, hay muy buenas obras noveladas sobre los misterios que encierran sus obras. Cabría destacar la memorable guía de Eugenio D´Ors, "Tres horas en el Museo del Prado" (publicada en 1922 y recientemente reeditada), también la entrañable ficción de Manuel Mújica Laínez "Un novelista en el Museo del Prado", o la más reciente del pintor Eduardo Arroyo, "Al pie del cañón. Una guía del Museo del Prado", basada en los recuerdos e impresiones que algunas obras causaron en su espíritu. La obra de Javier Sierra es distinta, es una novela con una trama distinta al propio museo en sí, pero que nos acerca inteligentemente a conocer determinadas claves ocultas en muchas de sus obras. Y ahí radica su interés.
Alessandro Botticelli. Segunda tabla de la historia de Nastagio degli Onesti. Temple sobre tabla. 1483. Museo del Prado. Madrid.
Juan de Juanes. La última cena. Óleo sobre lienzo. 1562. Museo del Prado. Madrid.
Os dejamos con un video sobre esta obra, una entrevista del autor para RTVE: