ARTE TORREHERBEROS: LA ESCUELA DE PARÍS
RICHARD ESTES. "Water Taxi, Mount Desert". Óleo sobre lienzo. Kemper Museum of Contemporary Art, Kansas City (Missouri).


BIENVENIDOS A TODOS Y TODAS. Este blog nace con la única pretensión de complementar y facilitar las tareas a los alumnos/as de Historia del Arte de 2º de Bachillerato del IES Torre de los Herberos de Dos Hermanas (Sevilla), así como hacer pasar un rato agradable a todos los amantes del arte. No tiene ninguna otra pretensión intelectual. De los textos es responsable el administrador del Blog, no así de las opiniones expresadas en los comentarios. Las imágenes o fotografías, videos y presentaciones están tomadas de internet mayoritariamente, citando la autoría siempre que ha sido posible; si en alguna de ellas no aparece, es por error o descuido, y ruego que me lo hagan llegar para subsanarlo. Casi todo lo que aparece en estas páginas es libre y abierto, y se puede descargar para otros fines, pidíéndose únicamente que se cite la procedencia.





jueves, 27 de mayo de 2010

LA ESCUELA DE PARÍS


Marc Chagall. París a través de mi ventana. Óleo sobre lienzo (136 x 141´5 cm.). 1913. Guggenheim Museum. Nueva York.

Hoy conocemos por el nombre de Escuela de París a un heterodoxo grupo de artistas, franceses y extranjeros, que  trabajaron en la ciudad de París en el período de entreguerras (1915-1940), contribuyendo estos artistas al nacimiento y desarrollo de la vanguardia. Estos artistas no formaban un grupo común, ni tenían un ideario artístico, perteneciendo y estando vinculados a diversos estilos artísticos, tales como el posimpresionismo, el expresionismo, el cubismo e, incluso, el surrealismo.  
A finales del siglo XIX, el creciente prestigio de las nuevas escuelas había empezado a atraer a París a los artistas extranjeros (Sisley, Van Gogh, De Vleaminck...), iniciando un proceso que se acelerará a principios del XX. Todos ellos se van a aglutinar o agrupar en dos barrios, Montmartre y Montparnasse. En Montmartre la mayoría se instalarán en el extraño edificio llamado "le Bauteau-Lavoir", en el que Picasso mostró a algunos amigos "Las señoritas de Avignon", dando origen al cubismo. En este barrio, la famosa colina de París, monte de Marte para los incrédulos y de los Mártires para los creyentes, es donde se concentran mayor número de artistas extranjeros, algunos hijos de buena familia pero que viven en condiciones de extrema miseria, atiborrados de alcohol y drogas, y muchos con tuberculosis. Es el barrio que contribuye a la fábula y la realidad de la bohemia, con gran número de cabarets, frecuentado por artistas, poetas y mujeres liberales que ejercen de modelos y amantes. El café más famoso será "le Lapin Agile", una de cuyas salas es decorada por Picasso, quién también pintó el lienzo "En el Lapin Agile. Muy frecuentado también en el barrio es el Circo Medrano. Aquí vivirán Picasso, Derain, Van Dongen, Dufy, Braque, Ramón Casas, Utrillo, Modigliani y Apllinaire.
 Em 1914 la mayoría de los artistas se trasladan al otro barrio, Montparnasse. Este es un barrio nuevo, que se pone de moda, en el que viven artistas de todo el mundo: Delauny, De Chirico, Modigliani, Marquet, Picasso, Gargallo, Gris, Chagall, Fujita, Léger y Brancusi, así como escritores (Stein, Apollinaire, Hemingway) y marchantes (Vollard o Kahnwailer). En Montparnasse se encuentran en los cafés del cruce rue Vavin-boulevard Raspail ("Dame", la "Rotonde", "Coupole"), en el restaurante "Rosalie", mientras los más pobres viven en una extraña construcción circular llamada "la Rouche". Son cafés más elegantes y cosmopolitas que los de Montmartre. Gracias a la diversidad de su población (rusos, italianos, españoles, escandinavos, japoneses, americanos...), Montparnasse se caracteriza por la gran libertad de costgumbres; las mujeres, que reivindican su igualdad con los hombres, visten pantalones, llevan el pelo corto, fuman, beben y son independientes. Conviven con grandes artistas y poetas, pero tratan de hacer un arte propio, como Marie Lurencin, Gertrude Stein o Marie Blanchard.





Marc Chagall. Yo y la aldea. Óleo sobre lienzo (192,1 x 151,5 cm.). 1911. Museo de Arte Moderno. Nueva York.
Marc Chagall. El cumpleaños. Óleo sobre lienzo. 1915. Museo de Arte Moderno. Nueva York.

La aparición del Fauvismo en 1905 y del Cubismo en 1907 y el paso fulgurante de los Ballets Rusos crean un clima excepcional de experiencias que se verá frenado por Gran Guerra de 1914, aunque sin sufrir una interrupción total. Al terminar el conflicto bélico, aquel clima artístico cobra nuevo vigor, con una turbulencia un tanto desordenada, con nuevas tentativas en búsqueda de nuevas expresiones. Son los primeros pasos del arte abstracto, la explotación del cubismo, del fauvismo y del expresionismo, que dejan de ser algo excepcional gracias a una difusión cada vez mayor, y cuya búsqueda de la originalidad se convierte en habitual.
Otros artistas procedentes de Europa Central o de Rusia, judíos en su mayor parte, aportan un acento más atormentado por su temor o huída de las persecuciones, y  atraídos por el espejismo de la independencia. Inquietos y melancólicos dan a sus pinturas un giro muy especial, una atmósfera de vida ardiente y de trágico dramatismo.
Chaim Soutine (1894-1943, natural de la actual Bielorrusia) era un libertino con ganas de autodestruirse, que además destrozaba constantemente sus obras o las rehacía, por lo cual es difícil seguir su trayectoria. Admiraba mucho a Rembrandt, Renoir, Bonnard, a Rouault y a Van Gogh, expresenado como éste su propio tormento interior. Su pintura resume por sí mismo y con un raro poder de expresión las acusadas características de este grupo: la manera de proyectar furiosamente el color sobre la tela, cercana al automatismo,  la pincelada descriptiva y aparentemente incontrolada y violenta, la manera de improvisar formas delirantes, y ello tanto en retratos (generalmente grotescos) como en paisajes muy apacibles en realidad, o en bodegones a base de carroña. Esta pintura expresa la desesperación o la cólera, cualquiera que sea el tema elegido, aunque en Soutine esta demencia alcanza una suntuosidad y un lirismo de visionario. Algunas de sus obras más famosas son "Aldea", "La loca", "El buey en canal" o el retrato de "Moïse Kisling".


Chaim Soutine. La loca. Óleo sobre lienzo (87 x 65 cm.). 1919. Colección particular.
Ch. Soutine. El buey en canal. Óleo sobre lienzo (140 x 107 cm.).1926. Museo del Louvre. París.

Otros pintores también rusos y que se expresan en la misma línea son Kremegne, Kikoine, Mané Katz o Eugene Zak, así como el polaco Moïse Kisling.
El paradigma de todos los artistas de la Escuela de París es el italiano Amadeo Modigliani (1884-1920). Hijo de padres acomadados de origen judío y cultos, se fue de su Livorno natal a París en 1906, tras viajar por el sur de Italia donde estudia el arte tardogótico y el manierismo, que tanta influencia tendrá en su obra,  donde residió varios años perturbado por la tuberculosis, el alcohol y las drogas, cosechando fama de pintor maldito. Modigliani encarna el romanticismo del artista maldito, de la miseria y del alcoholismo, con su vida de joven y agraciado descubridor de mujeres de cuerpos lisos y miradas perdidas. Aunque fundamentalmente pintor, realizó bastantes esculturas influencidadas por Constantin Brancusi. Su estilo arranca de los Nabis y de Cézanne, pero a partir de su experiencia escultórica se interesó por la figura fuertemente modelada, inspirada en los Kouroi del aracaísmo griego y en las máscaras africanas. Cuando Modigliani llegó a París no tardó en comprender que todo el arte moderno nacía de Cézanne. En un principio dirigió su interés hacia la escultura, pero posteriormente se dió cuenta de que no podía prescindir del color en su búsqueda plastica. Se dedicó fundamentalmente al retrato, de aspecto alargado y estilizado, derivado del primitivismo de los Nabis, pero realizado con una especial sensibilidad para captar al retratado. Los rasgos fundamentales de sus retratos son una sensualidad afectada, contornos muy marcados, que unen en un sola superficie planos de distinta profundidad, el predominio de la línea, a veces muy gruesa, como un surco negro y otras sutil y filiforme, el colorido rico pero de gama limitada y las formas sinuosas transformadas en cilindros y óvalos. La galería de sus retratos abarca sus amistades a las que supo caractrizar dentro de su peculiar estilo: "Retrato de Jeanne Hébuterne", "Retrato de Chaim Soutine sentado", "Jacques Lipchitz y su esposa"... En estos retratos se observa una elegante estilización y el uso de formas que derevan claramente del arte primitivo, como los ojos vacíos, a los que se suma un juego de masas claras y oscuras, que no responden tanto a la concepción cromática de los fauves, como a la descomposición que posterioremente preconizaría el cubismo, una concepción que Modigliani no llevó a sus últimas consecuencias porque para él la pintura debía ser, sobre todo, poesía.




















A. Modigliani. Retrato de Chaim Soutine. Óleo sobre lienzo (100x 65 cm.). 1916. colección particular. París.
A. Modigliani. Retrato de jeanne Hébuterne. Óleo sobre lienzo. 1917. Colección particular. Washington.

Su estilo, emparentado con las elegancias del más tradicional manierismo italiano, aporta al expresionismo una nota muy diferente del patetismo un tanto declamatorio que caracterizaba a los artistas procedentes de la Europa central y oriental. Sus desnudos femeninos son también muy famosos y cuentan entre los más sensuales de la historia del arte, cercanos a la perversidad. Suelen cerrarse en un espacio agobiante, presentados en un plano corto imposible de evitar, con cierta carga de insolencia. La belleza y elegancia de los torsos desnudos, alargados hasta la exageración, quedan matizados por una suave gradación de color que le otroga calidades táctiles. ("Desnudo echado con los brazos abiertos", "El gran desnudo"). La tuberculosis acabó con él en 1920; al día sigueinte, su amante y modelo, Jeanne Hébuterne, que esperaba su segundo hijo, se suicidó.


A. Modigliani. Desnudo recostado. Óleo sobre lienzo. 1917. Colección Gianni Mattioli, Mailand.
A. Modigliani. El gran desnudo. Óleo sobre lienzo (72´4 x 116 cm.). 1919. Museo de Arte Moderno. Nueva York.

Jules Pascin (1885-1830) es un pintor búlgaro que estudió en Alemania y Austria, asentándose en París en 1905; en 1914 se traslada a Estados Unidos, volviendo a París en 1922, ciudad en la que se suicidó en 1930. Es sin duda alguna uno de los artistas que mejor puede ilustrar la personalidad del judío errante, en la que el alcohol, la droga y el erotismo ocupan un importante papel. En sus cuadros  el tema preferido es el desnudo femenino, o semidesnudo, de prostitutas y jovencitas en posiciones lascivas, impersonales por completo, que ponene de relieve la sensibilidad del pintor, como puede observarse en la obra "La camisa azul".
Tsuguharu Fujita (1886-1968) procede de una familia acomodada y estudio pintura occidental en la Escuala de Arte de Tokio. En París (desde 1913) le atrae extraordinariamente la obra de Rousseau, quién le influye en sus primeros paisajes parisinos. Pronto se le reconoce su obra por su delicadeza, especialmente en retratos y desnudos. Evolucionó hacia un manierismo virulento y con más riqueza cromática. Obras suyas son "La diosa de la nieve" y "Retrato del artista por él mismo".

Jules Pascin. Dos desnudos. 1919. Colección particular.
T. Fujita. Café. 1913.

Marc Chagall (1887-1985) es un artista ruso cuya personalidad se impuso muy pronto, gracias a sus cualidades de colorista y de narrador maravilloso. Procedía de una modesta familia judía rusa y en 1910 se traslada a París, donde descubre la luz y el color. Del fauvismo adoptó el color puro y alegre y del cubismo la descomposición del objeto, que se hace patente en sus primeras obras parisinas como "Yo y la aldea", "El cumpleaños" o "El soldado bebido". En la obra "Autorretrato con siete dedos" aparecen ya los temas de la ventana y el cuadro dentro del cuadro, que luego repetiría en "París a través de mi ventana". En 1914 pasa de nuevo a Rusia, donde se casará con Bella, que será la musa de toda su producción. Permanecerá en Rusia hasta 1922, a causa de la guerra y la revolución, donde lleva a cabo una obra sorprendentemente realista. Sin embargo, hay una serie de cuadros en los que parece huir de la realidad para sumergirse en el mundo de la fantasía y de la ficción, como en "El violinista en verde".  En la obra de 1917 "Doble retrato del vaso del vino", el pintor aparece subido a los hombros de su esposa Bella con un fondo de paisaje ruso; cubre con la mano el ojo derecho de ella, más ebrio de alegría que de vino. El otro ojo de Bella, bien abierto, muestra una radiante felicidad. En 1922 abandona Rusia y regresa a París: Francia se convertirá en su nueva patria, que sólo abandonará durante la ocupación nazi, período en el que residió en Estados Unidos. Durante el resto de su vida Chagall continúa siendo un artista original y solitario que nunca se adhiere a ninguna escuela o movimiento en particular, pero que tampoco es impermeable a sus influencias, exceptuando las de la abstracción total. El deseo de Chagall era crear grandes obras y cumple a lo largo de su vida con esa exigencia de diferentes maneras: pinturas murales monumentales, vitrales, tapices, mosaicos, ilustración de libros...























Marc Chagall. Autorretrato con siete dedos. Óleo sobre lienzo (128 x 107 cm.). 1912-13. Stadelijik Museum. Amsterdam.
Marc Chagall. Doble retrato con vaso de vino. Óleo sobre lienzo. 1917-18. Centre Georges Pompidou. París.

Chagall se sirve de los colores como músico y como pintor, complaciéndose en crear una armonía con dominantes, variaciones y contrastes, aunque sin dejarse encerrar en los límites de una mera imitación de la realidad; pero sin prescindir de ésta de modo sistemático y obedeciendo únicamente a las fantasías de su propia imaginación (en una carta a Apollinaire escribió: "El impresionismo y el cubismo me son extraños. El arte me parece ser sobre todo un estado del alma"). Su inquietud y su dramatismo se expesan por una sonrisa y una gran ternura que concilian seres y cosas, gracias a una forma muy personal de moverse entre lo real y lo irreal, y de utilizar sus virtuosismo de soñador despierto, libre de coacciones. Con desenvoltura de poeta inspirado, ha eliminado todas las leyes físicas de nuestro mundo material; ignora los principios elementales de la pesadez para que personas y animales floten en el espacio, rehúsa admintir las estructuras de los seres vivientes, chocando cabezas de pájaros o de peces en los cuerpos de otras especies, y todo ello sin presentar la menor afectación. A veces, su juego adquiere un acento más patético y la fantasía da paso a una emoción más profunda.
Su arte de imaginero oriental, después de haber pasado por las corrientes expresionistas y cubistas, incluso surrealistas, le ha permitido abordar todo tipo de temas, técnicas y dimensiones; ilustrar libros y decorar amplios muros, hacer cuadros de caballete y vidrieras; representar a enamorados entre flores y evocar a personajes religiosos. La aparente simplicidad de que ha dado muestras le ha hecho accesible a todos los públicos, y le ha deparado los éxitos más resonantes, sin que haya tenido que defeenderse de los rápidos cambios de la moda ni someterse a ésta.

Marc Chagall. El violinista en verde. 1923-24. Guggenheim Museum. Nueva York.

Un pintor que se sale un poco del modelo de vida bohemia y mísera de la Escuela de París es la de Maurice Utrillo (1885-1955), hijo ilegítimo de la pintora Suzanne Valadon, modelo de Renoir, Dégas y Toulouse-Lautrec, que recibió el nombre prestado del pintor y crítico barcelonés, Miguel Utrillo. Expulsado de la escuela y luego del banco en que trabajaba por causa del alcohol, a los 18 años se le internó en un sanatorio. Con un estilo muy ligado a lo tradicional pinta vistas de Montmartre y de París, que recuerdan ciertas tarjetas postales, con calles solitarias y paleta dominada por el blanco. En estos cuadros de calles, plazas e iglesias, el barrio es el sujeto principal junto al color, con ausencia de toda referencia literaria. En los años treinta recompuso su vida, adquirió profunda devoción religiosa y acabó rico y homenajeado, y siempre bien relacionado con los numerosos artistas que dieron vida a la Escuela de París.

Maurice Utrillo. La belle Gabriela Montmartre. 1917. Colección particular.


Para conocer esta época, Mick Davis dirigió una interesante película sobre la vida de Modigliani (Andy García), "Modigliani", donde queda muy bien retratada la Escuela de París y las relaciones de todos estos pintores en el café "Rotonde" (Soutine, Rivera, Picasso, Stein...), además de la rivalidad entre Picasso y Modigliani, así como la vida tortuosa de éste último y sus relaciones con Jeanne Hébeturne.

8 comentarios:

Xibeliuss dijo...

Modigliani y Chagall son dos artistas que más me han fascinado.
Ahora, lo que también tenía que ser digno de ver era el ambiente de Montmartre o Montparnasse.
Saludos

Anónimo dijo...

Hola Paco!! Comienza a verse la pintura abstracta. Me gusta Modigliani porque como dices, en sus retratos se observa una elegante estilización y poesía. También me gusta Chagall y su maravillosa forma de describir su arte: "El arte me parece ser sobre todo un estado del alma"
Muy buen post amigo.
Besossssssss

Cayetano dijo...

Veo que no aparece el comentario que te hice. Algo habré hecho mal.
Te lo repito más o menos.
Coincido con Xibelius en lo de los dos pintores que me gustan: Modigliani y Chagall, sumamente originales y reconocibles. Tienen un sello peculiar, característico...
Y luego la pregunta a ver si tú me puedes dar una opinión. Hay una canción de Silvio Rodríguez, "Óleo de mujer con sombrero" que habla de "Como en un cuadro del viejo Chagall". Si conoces la canción, ¿a qué cuadro se podrá referir?
Un saludo.

Julia dijo...

Chagal, Modigliani... hoy me has ganado con este post, y la información tan completa, amena, como siempre. Esta época en el arte es de lo más atrayente.
Gracias, saludos y hasta pronto.

clariana dijo...

¡Hola Paco Hidalgo!
Me encanta Chagal, es un pintor tan sensible, tan soñador...
Y no se olvida de ningún detalle de la vida que le apasiona y le inquieta. Encuentro muy misterioso uncuadro de él que creo se llama "Crucifixión blanca."
Modigliani también es un artista muy peculiar y con un bellísimo diseño y color.
A Soutine y Pascine no los conocía y a Utrillo poco, son muy buenos también.
Gracias por toda esta interesante información que nos aportas. Un saludo afectuoso.

Ccasconm dijo...

Chgall podría considerarse El Greco del arte del siglo XX, ¿no te parece?

Un saludo

Alfredo dijo...

Una efervescencia magnífica, la que se vivió en el París decimonónico y hasta la Primera Guerra Mundial, fundamentalmente, con una confluencia de artistas de todo tipo y condición, y procedentes de diferentes campos artísticos entre los que estuvieron muchos españoles.

Un abrazo.

CAROLVS II, HISPANIARVM ET INDIARVM REX dijo...

Paco me ha encantado esta entrada, La vida de todos y cada uno de estos pintores fue apasionante, digna de una estrella del rock. Es la època dorada de ese Parìs ejemplo de vìa de escape para todos estos hombres que buscaban refugiarse de algo que ni ellos mismos sabìan que es lo que era. MOdigliani excelente, Picasso supremo.

Un saludo.

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