Francisco de Goya. Autorretrato. Óleo sobre lienzo. 1797-1800. Museo Goya. Castres (Francia).
todo es mentira. Todos quieren parecer lo que no son, todos engañan y nadie se conoce a sí mismo".
(Comentario de Goya a la VI lámina de los Caprichos)
Goya es la gran figura del arte y el pintor más genial desde el barroco hasta finales del siglo XIX. Vivió a caballo entre el siglo XVIII y el XIX, conociendo y trabajando para cuatro reyes (Carlos III, Carlos IV, José I y Fernando VII). Es un pintor excelso difícil de encasillar, ya que cultivó el Rococó, el Neoclasicismo y el Romanticismo, y anticipó los cambios radicales de la pintura contemporánea: Impresionismo, Expresionismo y Surrealismo. Dominó todas las técnicas pictóricas: pintura mural al fresco y de caballete, cartones para tapices y grabados y litografías; cultivó todos los géneros y temas: retratos psicológicos, bodegones, cuadros religiosos, costumbristas e históricos. Goya, como buen pintor del siglo XVIII, abarcó todos los géneros pictóricos, pero se situó, además, junto a unos pocos, intemporal y universalmente, entre los grandes creadores de imágenes de todos los tiempos. Algunas de sus obras, unas más que otras, y sin que se puedan establecer fronteras por su técnica, se han convertido en emblemas de conceptos avanzados, que el siglo XX ha hecho suyos: "Los fusilamientos del 3 d mayo", "La maja desnuda", "El sueño de la razón produce monstruos". Son composiciones que, junto a otras, quizá menos universales y profundas, pero de energía y belleza sorprendentes, han elevado a Goya a un puesto en la Historia ocupado sólo por unos pocos.
Nació en 1746 en Fuendetodos (Zaragoza), en el seno de una familia de artesanos. Sintió, ya de niño la afición por el dibujo y aprendió en el taller del oscuro pintor José Luján., Por dos veces fue rechazado por la Academia de Bellas Artes de San Fernando para viajar becado a Italia. Se casó con la hermana del pintor Francisco Bayeu y fue discípulo suyo; este pintor fue quién le abrió las puertas de la corte. Pronto se traslada a Madrid como pintor de cartones para la Real Fábrica de Tapices, bajo la dirección de Mengs. Hasta los cuarenta años Goya se limita poco más que a pintar escenas costumbristas. De ahí ascendió hasta el triunfo total: ser pintor real y miembro de la Academia de San Fernando y retratista de la nobleza. Fue protegido por la Duquesa de Osuna y más tarde pintor real de Carlos III y de Carlos IV, convirtiéndose en el retratista de moda de los salones aristocráticos, políticos y artísticos de la época.
Francisco de Goya. La gloria o El nombre de Dios adorado por los ángeles. Pintura al fresco. 1772. Bóveda del Coreto de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar. Zaragoza.
Hacia 1790 una enfermedad le deja sordo, iniciándose una auténtica metamorfosis de su personalidad espiritual y artística. La sordera le inclina al aislamiento y la introspección, deja de contemplar la sociedad como un conjunto de cuadros y costumbres amables y empieza a considerar el ángulo negativo de los convencionalismos. A la crítica amarga se suma una imaginación casi febril, un mundo interior turbado y desgarrador. Después, la Guerra de la Independencia marcó su obra. La secuela de horrores de la guerra va a suponer una experiencia dolorosa que intensifica su veta pesimista y crítica; ya el arte de Goya no volverá a ser la representación de un mundo amable; ahora el ser humano se convierte en una bestia dotada de instintos increíbles de crueldad. Deambuló entre su patriotismo antifrancés y sus ideas liberales profrancesas y en la última etapa de su vida su obra fue distinta y amarga; los excesos del absolutismo le inclinan a aislarse de todo trato mundano. Es la época de las Pinturas Negras en la Quinta del Sordo, a orillas del Manzanares. Con la entra de los “Cien mil hijos de San Luis” en 1823, y la iniciación de la represión absolutista, se desterró voluntariamente a Burdeos y allí murió en 1828, atendido por su nuera y su nieto Mariano. En 1901 sus restos fueron exhumados y trasladados a Madrid y en 1929 se decidió su entierro definitivo en la iglesia de San Antonio de la Florida.
La personalidad de Goya es compleja y muy influenciada por su enfermedad y por los terribles momentos convulsos que tiene que vivir. Situada su biografía entre dos épocas históricas, el Antiguo Régimen, con sus monarquías absolutas y la prepotencia social de los estamentos privilegiados, y el Régimen Liberal, nacido de los principios revolucionarios franceses con la exaltación de las clases medias, el papel inspirador de los intelectuales y la limitación de todo centro de poder mediante la redacción de cartas constitucionales, Goya es partidario de las nuevas ideas, no se limita a testificar sino que contribuye con su crítica a desmontar un mundo que declinaba, para lo que le favorecieron algunas circunstancias, como ya no existir la Inquisición. Por familia pertenecía a la clase artesanal, pero por su trabajo se codeó con las aristocracias de la Corte e incluso con la familia real, por talante se convirtió en amigo y contertulio de los intelectuales reformistas como Jovellanos, Moratín o Cea Bermúdez. Pero siempre fue patriota y su serie bélica una acusación contra los excesos de los invasores franceses. Se le acusó de afrancesado, pero su colaboración con José I fue ocasional por su carácter liberal.
Francisco de Goya. La merienda a orillas del río Manzanares. Óleo sobre lienzo. 1776.
Museo del Prado. Madrid.
Por tanto, posee una personalidad muy compleja, difícil de definir, igual que sus obras. Tanto es así que eun principio sus biográfos lo tachaban de ser solamente un "aventurero pendenciero, mujeriego y torero ambulante". Pero luego se ha comprobado que también era mundano y festivo, ilustrado, satírico, trágico, melancólico y atormentado, pasional y rebelde. Fue un cortesano, intérprete de una sociedad y de un modo de vida elegante y alegre. Fue presa de la sordera y de sus fantasmas. Estuvo obsesionado por una realidad sin sonidos, por el demonio de un amor atormentado, el que sintió por la duquesade Alba. Conoció la mediocridad y la combatió; la venció con la tenacidad de su carácter, con intuición, astucia y prudencia. Sintió el miedo abismal de la incompresión, de no lograr comprender, el terror de perder la libertad, de sentirse abrumado por los monstruos de su inconsciente. Sin embargo, a pesar de esos miedos e inquietudes, nunca dejó de creer en la razón. Y en el hombre, a pesar de que lo maltrató y lo representó resaltando sus aspectos más grotescos.
Algunas notas se desprenden de su extensa obra. En primer lugar su amor al pueblo. Las escenas populares, fiestas y trabajos, están plasmadas con simpatía y los cuadros patrióticos traslucen una honda compasión por los sufrimientos colectivos. En contraposición, aunque de manera sutil, un tanto disimulada, puede vislumbrarse en la serie de retratos reales y nobiliarios una posición crítica, que en parte se dirige a las personas pero también a las instituciones. La crítica social, lo que ama y aborrece el artista, se pone de manifiesto en los expresivos pies de sus grabados, sobre todo en la serie de los Desastres, donde canta las excelencias de la paz, exhibiendo lo monstruoso, lo irracional y cantando la necesidad de la razón. Lucha contra los convencionalismos y las tradiciones, anhelando una sociedad libre, una sociedad mejor, en la que los seres humanos puedan vivir en paz, sometidos al imperio de la justicia y a las luces de la inteligencia crítica. Goya pertenece al siglo XVIII, racionalista e ilustrado, por la primera parte de su obra (tapicerías, retratos y dibujos) con una fuerte influencia de Velázquez. Pero Goya también fue un romántico del siglo XIX puesto que dejó que encarnara en él el viejo fuego español abrasador por lo místico y que se ríe con un humor feroz. En él se dan todos los contrastes de ese momento transicional entre el racionalismo ilustrado del Neoclasicismo y la tormenta romántica del liberal- romanticismo. El mismo hombre que hacía resplandecer la carne de la Maja Desnuda con la sensualidad del deseo, se convierte, al final de su vida, en el patriota fiero de los fusilamientos del 3 de Mayo o en el solitario encantado de la Quinta del Sordo, rodeado de monstruos y aquelarres.
Francisco de Goya. Los duques de Osuna y sus hijos. Óleo sobre lienzo. 1788. Museo del Prado. Madrid.
Goya no fue un pintor precoz. Probablemente si hubiera muerto a los cuarenta años no hubiera pasado de ser un maestro de segunda fila; pero precisamente la lentitud de su aprendizaje ha influido en su insatisfacción, en su búsqueda constante de nuevas fórmulas expresivas. Se trata e un arte en permanente autorrevisión. También el suyo es un arte de contrastes, como ya hemos apuntado. Goya es el pintor de las fiestas y de los fusilamientos, de los niños que juegan despreocupados y de las brujas horribles que se reúnen en aquelarres. ¿Es un pintor realista o un artista fantástico? Las dos facetas pueden aplicársele, aunque probablemente domina en el fondo, siempre el realismo, y la fantasía es en el pintor aragonés una postura táctica, un grito que pretende cambiar la realidad que tan bien conoce.
En conjunto podríamos distinguir dos etapas artísticas, que se corresponden con dos fases de su biografía. En la primera, de triunfos profesionales y visión optimista de la vida, predominan los colores rojos y grises, la factura acabada, el dibujo de trazo continuo y los temas amables y divertidos; en la segunda, de sufrimiento y visión patética, la creciente presencia del color negro, la factura de manchas, el dibujo roto, los temas dramáticos, macabros o de una fantasía sombría. En pocos años el número de personajes de sus pinturas aumenta, las posiciones y ademanes se multiplican, y la paleta se vuelve más clara y brillante, en parte influido por Velázquez. En su paleta el gris se convierte en un color alegre. Poco a poco su pintura se va haciendo más honda y crítica, aún en sus cuadros costumbristas (El albañil herido o La nevada no tienen nada que ver con El pelele o La gallinita ciega).
En los cuadros patrióticos suscitados por la Guerra de la Independencia se enriquece la paleta, se descubren nuevas posibilidades a las manchas y la composición se mueve de manera trágica con la utilización de escorzos dinámicas, mientras el lenguaje del cuerpo intensifican la sensación de opresión. Estamos en pleno expresionismo; no es simplemente una escena lo que contemplamos, es un símbolo, con gritos, frío, respiración.
Francisco de Goya. El 2 de mayo en Madrid o La carga de los mamelucos. Óleo sobre lienzo. 1814. Museo del Prado. Madrid.
Por último, la ausencia de color, el negro, pasa de ser un elemento más en los cuadros patrióticos a protagonista de “Las pinturas negras” de la Quinta del Manzanares. Es el imperio de la mancha, desaparecido ya el dibujo, y de las visiones oníricas. Se abandona la representación de lo visible y se crea un mundo de monstruos horribles, es una especie de alucinación mental. Goya renuncia a todo lo que antes ha demostrado dominar, el dibujo, la gama cromática, la composición dinámica, las luces poéticas o dramáticas, y reduce su mundo expresivo a símbolos.
Un compañero de generación, más joven que el artista, el poeta Manuel Jose Quintana, preveía en 1805 la fama que Goya iba a alcanzar en el futuro, desbancando, según él, la universal admiración que se había tenido hasta entonces a Rafael de Urbino, que continuaría aún hasta a fines del siglo XIX. Quintana, con sorprendente anticipación, afirmaba poéticamente: "...Sí, vendrá un dia,/Vendrá también ¡Oh Goya! En que a tu nombre/ el extranjero estático se incline.". Ciertamente el joven Quintana, un genio modesto al lado de Goya, supo entender con gran sensibilidad en qué consistía la modernidad de su amigo pintor, al mismo tiempo que parecía anticipar los derroteros por los que iba a avanzar el gusto futuro en materia artística, que no iban a ser ya nunca más los de un mundo perfecto de belleza ideal reflejado por Rafael.
Un compañero de generación, más joven que el artista, el poeta Manuel Jose Quintana, preveía en 1805 la fama que Goya iba a alcanzar en el futuro, desbancando, según él, la universal admiración que se había tenido hasta entonces a Rafael de Urbino, que continuaría aún hasta a fines del siglo XIX. Quintana, con sorprendente anticipación, afirmaba poéticamente: "...Sí, vendrá un dia,/Vendrá también ¡Oh Goya! En que a tu nombre/ el extranjero estático se incline.". Ciertamente el joven Quintana, un genio modesto al lado de Goya, supo entender con gran sensibilidad en qué consistía la modernidad de su amigo pintor, al mismo tiempo que parecía anticipar los derroteros por los que iba a avanzar el gusto futuro en materia artística, que no iban a ser ya nunca más los de un mundo perfecto de belleza ideal reflejado por Rafael.
Francisco de Goya. Dos viejos comiendo sopa. Óleo sobre muro trasladado a lienzo. 1819-1823. Museo del Prado. Madrid.
Dos videos nos acercarán mejor a la vida y la obra del genial pintor aragonés:
22 comentarios:
Este post me viene de maravilla. Hace unos días recorrí la zona de los fusilamientos del dos de Mayo, San Antonio de la Florida y el Cementerio.
Bss
Un genio atemporal, un monstruo, un testigo de una época terrible, un pintor versátil e incomprendido en su tierra y en su tiempo. Aparte de los "cartones para tapices" y los retratos de encargo para nobleza y realeza, el Goya que prefiero es el más auténtico que aparece en las "pinturas negras" y en los aguafuertes.
Un saludo.
no se calificar el arte, solo siento la fuerza de las obras de Goya, veo el conocimiento del sufrimiento humano en ellas, saludos querido Paco
Magnífica aproximación a Goya. Desde luego, pocos pintores han acompasado tam bien su obra a los sucesos vitales que gozó y sufrió.
Un abrazo.
Vivirà por siempre.
Sigue vigente, a pesar de lo que digan los crìticos "modernos".
Un abrazo.
Tampoco sé calificar el arte, pero magnifica la obra de goya y magnifica aproximación.
Difícil que quede en el olvido
Saludos Paco
Me faltan dos cuadros en el post, Paco :) la familia de Carlos IV donde tan bien, pero tan bién, los pintó a todos y la riña a garrotazos...
Son los míos :)
Así somos, él nos vio, nos conocía... muchas veces me gustaría que no hubiera sido tan clarividente.
Es inmortal
Un beso Paco. Gracias por este post
Posiblemente el parto de los siglos, ya que un genio de ese calibre sólo sucede de muy tarde en tarde. Magistral, como siempre, Paco.
¡Qué decir de este genio de los pinceles! Para mí es pintor y al mismo tiempo filósofo, porque en sus Caprichos y en sus cartones para tapices (entre otras muchas obras) retrata a la sociedad de su época y al espíritu español de tal forma que es la imagen que se va a tener de España hasta el presente. Un adelantado de su tiempo, además, pues prefigura movimientos artísticos tales como el impresionismo, el surrealismo o el expresionismo (y eso que ahora se pone en duda la autoría de algunas de sus más famosas obras). Y, por cierto, un artista incomprendido pues murió en Burdeos, autoexiliado por motivos políticos.
Saludos
Como todo artista Goya tuvo su parte de luz y su parte sombria. Los pintores van cada uno a su ritmo algunos necesitan mucho tiempo para liberar su paleta y sus trazos, Picasso dijo: he tenido que llegar a viejo para poder pintar como un niño (màs o menos). El pintor Edouard Manet se inspiró del cuadro de "los fusilamientos del 3 de Mayo" de Goya para realizar su cuadro "El fusilamiento de Maximiliano" era como un homenaje al pintor español.
Un fuerte abrazo
Particularmente siempre me han encantado los cartones que realizó para las tapicerías.
Su vida se reflejó a través de la pintura, sus emociones, tiempo aunque muchas veces no fue bien comprendido, pero me parece que así han sido los famosos.
Un abrazo
Me gusta Goya su vida dificil y su legado magnifico, que le llevo tiempo, pero Roma no se hizo en un dia, no? ;)
Tambien me gustaria dedicarle una entrada.
Un abrazo.
Genial Goya. Igual que Alma, me gustan los dos que cita. La riña a garrotazos es desgarrador y... tan nuestro, desgraciadamente.
Un saludo.
Una buena entrada, nos has hecho hacer un recorrido por la vida y obra del gran maestro Goya. Muchas gracias.
un abrazo
fus
Goya ha sido un genio, quizás por vivir entre varias épocas y distintas situaciones su arte perdura en el tiempo
Una entrada muy completa que me hace volver a pensar en este genio de la pintura, sus avatares y sus fantásticas obras.
Un saludo.
Goya es una figura de esas tan absolutamente geniales que se escapa a cualquier tipo de etiqueta. Viendo los cartones para los tapices no era fácil sospechar que iba a tener esa evolución tan majestuosa hacia sus grabados y sus obras marcadas a fuego por la barbarie de la guerra y su propia personalidad.
Un abrazo!!
Un post muy completo,y muy útil.
Por cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
Paco...." Aproxi...a la figura de Goya "
Gracias por compartir estos cuadros e historia de Goya.
¡¡¡ una belleza todos !!!!
se asemejan a fotos
un beso desde Argentina
Yo, de Goya, me quedo con toadas sus láminas de "Los desastres de la Guerra, uno de los mejores documentos gráficos de esos lamentables hechos, tristes y lejanos...
Salud ¡¡¡
Extraordinaria la aproximación a Goya, sus luces y sus sombras.
Un abrazo.
Excelente entrada amigo Paco. Por fin he podido volver a visitarte en tu sitio y al llegar me he encontrado con esta magnifica entrada. Sin dudas haces un gran trabajo aquí amigo!!
Saludos.
Uriel
Estupendo post Paco. No conocía las apreciaciones de Manuel José Quintana. Muchas gracias y saludos
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