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miércoles, 13 de febrero de 2013

EL PLATERESCO EN SEVILLA



 Diego de Riaño. Fachada del Ayuntamiento de Sevilla.

En  España,  como  en  el  resto  de  Europa,  el  renacimiento  italiano  llegó  con  el  paso  de  la centuria. Esta penetración del renacimiento italianizante se vio favorecida por las intensas relaciones políticas que los Reyes Católicos y Carlos I tuvieron con Italia: en la primera mitad, el emperador Carlos conquistó Nápoles y Sicilia y lucho contra los franceses por el Milanesado.  Si a ello sumamos la creciente influencia mundial de la corona española después de obtener la unidad peninsular y el apoyo moral y económico  del  descubrimiento  de  América,  tenemos  que  España  nunca  fue  tan  internacional  en  la Historia.  Todo esto influyó en la penetración oficial y desde arriba del Renacimiento. Se produce así una disociación entre la nobleza cortesana con el rey, con una mentalidad más abierta porque son los únicos que tienen libertad, y el pueblo, inculto y sometido al la Inquisición.
Pero la situación social y religiosa de España supuso un freno a esta apertura paganizante. El baluarte espiritual, el "centinela de Europa" frenaba a nivel popular la introducción del Renacimiento. Estas pervivencias de pensamiento medieval se identificaron con formas artísticas del Gótico, las  cuales  estaban  fuertemente  arraigadas  en  España.  Además  la influencia  musulmana  en  el  arte mudéjar  también  frenaba  el  nuevo  estilo  (los  trabajadores  mudéjares  trabajaban  más  barato  y  con materiales más baratos).
Así una mezcla de Gótico final, mudéjar y las primeras formas decorativas del Renacimiento forman el Estilo Reyes Católicos. Por eso el Renacimiento penetrará poco a poco, desde arriba, y a lo largo del siglo XVI será digerido y asimilado.

Por tanto, en España se subraya de un modo especial la continuidad Edad Media-Renacimiento por la pervivencia de formas de poder, propiedad y mentalidad medievales en los siglos XV y XVI. El en terreno del arte convive durante largo tiempo las formas artísticas góticas y mudéjares, combinadas con las nuevas formas renacentistas italianas, cuya entrada se ve facilitada por la intensa relación de los puertos mediterráneos españoles con  Italia a lo largo de la Baja Edad Media. Además, a ello contribuyó la llegada de artistas italianos para trabajar en la Península Ibérica; la educación de españoles en Florencia, Roma y Nápoles; la importación restringida de sepulcros, portadas y fuentes genovesas; y la masiva llegada de libros de arquitectura y estampas grabadas (Vignola, Palladio o Serlio).


 Diego de Riaño. Ayuntamiento de Sevilla.

En  los  últimos  años  del  siglo  XV  y  durante  el  primer  tercio  del  S. XVI  la producción arquitectónica  manifiesta  una  dualidad  formal:  mientras  la  estructura  del  edificio continua  siendo gótica,  el  Renacimiento  se  deja  sentir  en  lo  decorativo  y  superficial.  Así se  configura  un  estilo protorrenacentista denominado tradicionalmente Plateresco, por lo similar con la labor de orfebres y plateros y por su gran minuciosidad. A este estilo se le ha llamado, tambien, Protorrenacimiento, Gótico plateresco y estilo Príncipe Felipe.


El plateresco es un término acuñado en el siglo XVII por el analista sevillano Diego Ortiz de Zúñiga, al detectar la semejanza existente entre la decoración de los edificios hispalenses de la primera mitad del siglo XVI y la labor de orfebres y plateros. Hay un predominio de decoración arquitectónica: grutescos, medallones, columnas abalaustradas. Se desarrolla en la etapa del reinado de Carlos I, y más concretamente, en el primer tercio del XVI. Es un estilo mucho más escultórico que arquitectónico, ya que la estructura de los edificios sigue siendo gótica, lo que cambia es la decoración, por lo menos en las obras más cercanas al principio del siglo, ya que no hay un corte radical entre el Gótico Reyes Católicos y lo que ahora llamaremos Plateresco.
Se caracteriza por el predominio  de  lo  ornamental,  sin  conexión  con  lo  estructural, emparentando  con  las obras de la Lombardía (Cartuja de Pavía) y superándolas en decoración. Básicamente, lo plateresco es un uso incontenible de los elementos decorativos: columnas abalaustradas, medallones, emblemas heráldicos, remates de edificios con cresterías y candelabros, figuras humanas entrelazadas con animales y tallos formando figuras fantásticas, lo que se llama grutescos, uso que revela influencias italianas y creaciones genuinamente españolas y que se dan de forma simultánea. Continúan elementos góticos como los pináculos, fachadas divididas en tres cuerpos, fachadas-retablos, hornacinas, etc. Los elementos estructurales son clásicos: columnas y pilastras corintias o compuestas, arcos de medio punto, bóvedas de crucería, pero también de cañón o acasetonadas, paramentos almohadillados..., pero se muestra reacios al sentido de las proporciones clásicas, usándose muchos elementos con mucha libertad, cubriendo por entero la decoración las superficies.
Los núcleos fundamentales del Plateresco son Salamanca y Valladolid (con arquitectos como Lorenzo Vázquez, Rodrigo Gil de Hontañón o Juan de Álava), Toledo (Pedro Gumiel), Burgos (Diego de Siloé) y Sevilla.

Precisamente en esta entrada, nos vamos a centrar en la producción artística en la ciudad andaluza. 

 Diego de Riaño. Detalles ornamentales del Ayuntamiento de Sevilla.

La llegada de las formas platerescas a Sevilla va unida a la del cántabro Diego de Riaño (afincado en Sevilla desde 1523), cuya labor parece fluctuar entre obras del más absoluto goticismo, en buena parte heredadas, y creaciones de marcada impronta italianizante cuya erección final escaparía a su competencia, por lo breve de su actividad. 
Comenzadas en 1526 y sembradas de adiciones y reformas que desvirtúan su aspecto original, las Casas Consistoriales de Sevilla (Ayuntamiento) son el primer edificio hispalense que muestra una imagen decididamente renacentista, merced a la articulación apilastrada de su fachada, en la que fluyen con contención las formas ornamentales, integrando medallones de Hércules y Hebe, de Carlos I e Isabel de Portugal, o de Julio César, de Marte y de Minerva, junto a motivos alegóricos, en exaltación de la ciudad y del emperador, al tiempo que en las puertas del Apeadero y en la Sala Capitular otros elementos iconográficos muestran el edificio del Ayuntamiento como Templo de la Justicia. La labor de Riaño, que dio la traza original, quedó ceñida a lo que hoy son las dos áreas góticas del edificio, y es difícil determinar hasta qué punto Juan Sánchez fue fiel a sus diseños. En este proyecto trabajó Riaño hasta 1534, año de su fallecimiento.
Se proyecta en lenguaje clásico cargado de alto contenido simbólico, empleando elementos estructurales ornamentados con una rica y delicada decoración de grutescos y una selecta iconografía. Entre lo mejor del conjunto destaca el basamento en que se apoya el edificio, el rigor en la composición y las cuidadas proporciones, con un interior donde sobresalen el Apeadero y la Sala Capitular, que presenta una soberbia bóveda artesonada con figuras de reyes. Las fachadas se desarrollan con marcada horizontalidad articuladas mediante una composición arquitectónica precisa, con dos plantas recubiertas tanto al exterior como al interior de relieves platerescos de vibrante talla escultórica y grutescos de acento florentino, y con escudos heráldicos y emblemas alusivos a la justicia, la armonía y el buen gobierno. 
En la planta baja se situan la Sala del Apeadero (acceso al edificio), con elementos híbridos entre el gótico y el plateresco; el Antecabildo con la escalera, y el Cabildo bajo o Sala Capitular, con una magnífica bóveda casetonada. Junto al Arquillo, y sin comunicación con las anteriores, está la Sala del Juzgado de Fieles Ejecutores. La escalera desemboca en el vestíbulo de la planta alta. Aquí están la Biblioteca, desde la que se accede a la Sala Capitular alta, cubierta de artesonados de madera, y la sala del Archivo.  


En 1528 Riaño es nombrado Maestro Mayor de la Catedral Hispalense. Como maestro mayor de la Catedral de Sevilla sus primeras ocupaciones consisten en acabar algunas obras iniciadas por sus antecesores, y entre ellas, las capillas de alabastro de los flancos del coro, donde trabajó Juan Gil de Hontañón.

En la Sacristía de los Cálices  habían intervenido Alonso Rodríguez y el propio Hontañón, siendo luego replanteada por Riaño en 1530, englobándola en el conjunto de edificaciones que ocuparía el ángulo suroriental de la catedral.
En la Sacristía Mayor de la Catedral de Sevilla, libre de prexistencias góticas anteriores, demuestra Riaño su dominio profesional, apartándose de esquemas tradicionales y recurriendo al tema de los espacios centralizados. Entre sus elementos constructivos destacan las columnas acanaladas, con grutescos y entorchadas, por ser las primeras de carácter monumental de la arquitectura sevillana, así como las ventanas elípticas, auténtica novedad en la construcción española.
También la gran bóveda semiesférica trasdosada y su decoración clásica, así como el monumental muro que sirve de fachada a la Sacristía y dependencias paredañas, la primera fachada renacentista religiosa de orden gigante del arte sevillano.

 Diego de Riaño. Cerramiento lateral de la Catedral de Sevilla.


 Diego de Riaño. Sacristía Mayor y Sacristía de los Cálices. Catedral de Sevilla.

Es el vizcaíno Martín de Gaínza, colaborador y continuador de Riaño en las obras catedralicias, quien todavía a mediados de siglo dota a la Capilla de los Reyes de la Catedral de Sevilla de una pintoresca y algo rancia definición ornamental, con gigantescos balaustres aplanados, arcosolios murales de afiligranado enmarcamiento, honacinas-tabernáculo dobles y arracimada ordenación de imágenes en la venera de su exedra.

Un edificio sevillano que puede considerarse plateresco es la Casa de Pilatos o Palacio de Medinaceli, obra iniciada por el Adelantado Mayor de Andalucía, Pedro Enríquez de Quiñones, y continuada por su hijo, Fadrique Enríquez de Ribera y su nieto, Per Afán de Ribera. El edificio es una combinación de los estilos renacentista italiano y el mudéjar español. Es considerada prototipo de palacio andaluz. Entre los años 1518 y 1520 realizó un viaje de peregrinación a la ciudad santa de Jerusalén, en el que atravesó toda Italia, y en el que quedó profundamente impresionado del arte renacentista que imperaba en las ciudades italianas. A su regreso trasladó esas maneras renacentistas que había observado a la Casa de Pilatos, combinando el estilo renacentista italiano con el mudéjar sevillano, en las ampliaciones que realiza del palacio, ocupando varios solares anexos al mismo.

 Casa de Pilatos de Sevilla. Patio central.


Se accede a través de un portal de mármol, realizado por Antonio María Aprile en 1529 en Génova, de estilo renacentista y rematado por una crestería gótica que parece ser fue traída del palacio que los promotores del edificio tenían en Bornos, y dando la sensación de que se viajara en el tiempo cuando se entra al Patio Principal, típico patio andaluz, donde una fuente hace de centro y lo guarda con celo la diosa Palas representada en dos estatuas situadas en ambos ángulos y que a su vez todo es observado por veinticuatro bustos entre emperadores romanos y españoles y otros personajes relevantes (Mario, Marco Agripa, Valerio, Trajano, Tiberio, Vitelio, Lucio Vero, Antonio Pío, Marco Tulio Cicerón, Carlos V, Turita, Aníbal, Scipión el Africano, Calígula, Máximo, Tito, Quirino, Rómulo, Filipo, Adriano, Marco Aurelio, Vespasiano, Máximo y Marco Aurelio; procedentes de las ruinas de Itálica) que se distribuyen a lo largo de las galerías bajas del patio. Desde este patio se llega a dos jardines maravillosos que están engalanados con artesonados, y un pabellón, ambos en el jardín chico, también son admirables los zócalos y las rejas de estilo plateresco.
La escalera por la que se sube al piso superior está decorada con admirables zócalos de azulejos y su techumbre es una cúpula de madera apoyada con trompas de mocárabes, hecha por Cristóbal Sánchez.
Como la mayoría de estos centenarios edificios también posee una capilla, de estilo gótico con decoración mudéjar plagada de antigüedades y numerosos manuscritos. A través de todo el edificio se puede sentir lo influenciado que estuvo su hacedor y gran admirador que fue de otros estilos por sus yeserías y bajorrelieves representativos de hechos de la antigüedad mezclado con una preciosa azulejería.
Está considerado como el mejor edificio nobiliario andaluz constituyendo un ejemplo de la arquitectura sevillana del siglo XVI.


 Casa de Pilatos de Sevilla. Portada principal de acceso y estatua de Palas Atenea.


Obras de más explícita dimensión plateresca hay no obstante en la provincia de Sevilla, como la Casa de los Marqueses de Cárdenes en Ecija o la Iglesia de Constantina.  

Casa de los Marqueses de Cárdenas. Écija (Sevilla).


21 comentarios:

  1. Viniendo del Barrio de Santa Cruz, en dirección a Sierpes, nada más pasar la catedral ya se vislumbra a lo lejos el imponente edificio del Ayuntamiento. Para mí, siempre que iba a visitar a mis abuelos, era obligado pasar por delante de este singular edificio.
    Un saludo.

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  2. Resulta muy chocante observar el Ayuntamiento de Sevilla en ese debate de la piedra entre el plateresco y el silencio.

    Un abrazo

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  3. Me he quedado como se dice bugalmente con la boca abierta, que preciosidad de ayuntamiento, bueno sin dejar de hablar de las casas de Pilatos y Marqueses de Cárdenas.
    Un abrazo y cuando hay por admirar en este mundo

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  4. Vwedaderas joyas de esa preciosa Sevilla, a la que la queda divino el plateresco como echo para ella.

    Un abrazo.

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  5. Magnìfico post, como siempre querido Paco,
    Ornamentos, simbolismo, que belleza, me fascinò, esas imponentes fachadas, los patios y jardines, y Palas Atenea.....que màs puedo puedo pedir?
    Un abrazo.

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  6. Son edificios que dejan huella por este adornaje con tanta filigrana en piedra.Otro que me encanta y, ademas es muy entrañable por los recuerdos que me aporta.Es la casa de las Conchas en Salamanca.

    Un abrazo feliz día.

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  7. De todos los ejemplos de los que nos hablas en esta entrada me falta por apreciar el renacimiento de Écija. En todo caso, el ayuntamiento sevillano podría ponerse perfectamente a la obra de los artistas más avezados del plateresco salmantino que tanto estoy acostumbrada a ver, sólo que en este caso la piedra es más blanquecina que la dorada de Villamayor.
    Un saludo

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  8. Hola Paco:

    Me gusta mucho Sevilla. La plaza España es genial, pero el ayuntamiento tiene un no sé que me atrae mucho. Las veces que he estado en Sevilla es paso obligado por el ayuntamiento.

    Y obviamente la Catedral.

    Saludos

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  9. Impresionante, Sevilla, siempre impresionante.

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  10. Muy buen análisis del plateresco en general y del sevillano en particular. Generalmente las explicaciones sobre este estilo (si es que es estilo o simple "moda" decorativa- el Renacimiento en España es aún susceptible de revisión) se centran únicamente en Salamanca y algún otro ejemplo aislado de la Península. Ciertamente, como han comentado, el ayuntamiento de Sevilla es un edificio increible, visita obligada, que capta al visitante desde la lejanía.

    Un saludo,

    Anónimo Castellano

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  11. Explicas tan bien el arte que francamente me dejas sin palabras.Agradecerte tan sólo poder aprender de tí.
    Saludos

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  12. Mire qué cerquita se ha quedado esta vez. Hoy tiene todo ese arte a la vuelta de la esquina. Seguro que sus alumnos apreciarán especialmente la clase de hoy, y que en adelante mirarán con ojos nuevos los edificios que ya les eran tan familiares.

    Feliz día

    Bisous

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  13. Espectacular. La cuarta foto justifica por si sola el nombre del estilo: verdaderamente parece un trabajo de orfebrería.

    Abrazos, Paco

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  14. Querido Paco, me alegra ver cómo se respira en esta entrada el orgullo por el patrimonio propio, y no es extraño tratándose de joyas tan imponentes como las que nos traes. Por estos lares gallegos no es mucho lo que tenemos de plateresco, pero, sin duda, para muestra, un botón, porque es extraordinaria: la fachada del Hostal de los Reyes Católicos, hoy Parador, y una de las cuatro magníficas fachadas que compiten en belleza y elegancia en la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela.
    Un gustazo aprender contigo, maestro.
    Mil bicos gallegos con sabor a plateresco.

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  15. Conozco el ayuntamiento, pero, vaya, no caí en la cuenta de que una parte, de la de Demetrio Ríos, está sin tallar. Siempre interesantes tus artículos.
    Un abrazo Paco.

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  16. Sensacional estilo, estimado Paco.
    Un abrazo grande y rosas para vos en este dia especial del amor y la amistad.

    http://upload-pics.org/images/40574069280472888541.jpg

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  17. Conozco el plateresco de Salamanca, pero me ha resultado muy interesante y de gran ornamentación el de Sevilla.
    Un abrazo, Paco.

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  18. Ver Sevilla de esta manera es muy interesante.Enhorabuena me ha gustado mucho tu blog,con tu permiso me quedo por aquí echando un vistazo.Un saludo desde Almería.-
    http://visual-anjespinosa.blogspot.com.es/

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  19. Reconozco que en Plateresco estoy un poco pez:-( Menos mal que estás tú para enseñar.
    Un abrazo y disfruta del finde

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  20. Que ornamentos espectaculares !!!

    Te deseo que tengas un muy buen fin de semana, que logres que los buenos momentos sean placenteros, a pesar de factores externos.

    Cariños

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  21. Aquí vamos aprendiendo un poco más de estilos:))
    Ese ayuntamiento es una joya. Labrar así la piedra es una verdadera obra de arte.
    Me gusta mucho Sevilla. He estado en varias ocasiones.
    Buen fin de semana.
    Un beso.

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