Paolo Verones. Las bodas de Canáa. Óleo sobre lienzo. 1563. Museo del Louvre. París.
La influencia de Venecia en el arte de la pintura es capital. En el siglo XV, los Bellini y Carpaccio ponen las bases de una escuela que va a caracterizarse por el culto al color, siempre prevaleciente sobre el dibujo. En esta ciudad, la riqueza desbordante por el comercio con Oriente, hace que en la pintura destaquen las calidades de los objetos, así como la luminosidad y el color. Dentro de la dinastía de los Bellini, Giovanni Bellini se destaca por su estilo suave y delicado, tremendamente sensual, describiendo el escenario y el ambiente espacial cargado de orientalismo y bizantinismo, con vírgenes graves asomadas a la ventana ue dejan ver un paisaje de luz y color. Por su parte, Carpaccio destaca por su gusto por el pormenor cotidiano de influencia flamenca, con formas también delicadas y suaves. Otros pintores venecianos del Quatrocento son Antonello de Messina y Carlo Crivelli.
Ya en el siglo XVI, una serie de grandes maestros, como Tiziano, Tintoretto o Veronés, descubren para la pintura posibilidades que explotarán los artistas del barroco.
Algunas características que
confluyen en la rica pintura veneciana pueden ser históricas y sociales: la
neblina de la ciudad de los canales desdibuja los contornos y sensibiliza la
pupila de los pintores para otorgar más interés a la forma que a los contornos,
es decir, al color que al dibujo. Por otro lado, la república veneciana es una
metrópoli comercial y por sus calles pasean en el Renacimiento gentes
procedentes de lejanos países, ataviadas con sus indumentarias de colores
vivos. No menos influyente es la sociedad veneciana con su alegría de vivir, el esplendor de sus procesiones, el
lujo de sus fiestas y banquetes.
Algunas
notas de escuela pueden encontrarse en diferente grado en todos los artistas:
– Culto al color.
Se prefiere los tonos cálidos, más idóneos para plasmar la forma bella o el
ambiente opulento.
– Desarrollan las dos técnicas, óleo sobre lienzo
y pintura mural al fresco.
Las dos tienen las mismas características pictóricas.
– Importancia de
los temas secundarios. Se le concede la misma importancia que al tema principal
a la anécdota, al detalle no fundamental. A veces
llega hasta tal punto que los detalles
esconden la escena
principal que suele ser
religiosa
– Exaltación de la
riqueza. Los ambientes son definidos por palacios, telas, joyas, música... Es la expresión del alto
nivel
de
vida
veneciano, algo de lo que estaban muy orgullosos y de lo que hacían
gala siempre que
podían.
– Contemplación
poética del paisaje, que se llena de luces y se siente con pasión. El paisaje es visto con una visión poética y romántica, donde el paisaje es la escena principal pero siempre vista a través de un prisma de luces tamizadas que la convierten en idílica.
También ella sufrirá
la misma evolución hacia
el manierismo pero con matices distintos. En su etapa final es el precedente de las escuelas barrocas
por ejemplo en España. Sus obras fueron muy cotizadas y sus autores salieron a
Europa. Así hoy su obra esta esparcida por todo el continente.
Giorgone
Giorgone (Giorgio Barbarelli da Castelfranco)
nace en 1476 y muere en 1510.
Toda su obra se desarrolla en Venecia. Creó un taller donde Tiziano fue discípulo suyo y colaboró en algunas de sus obras. El hecho de no firmar muchas de sus obras y saberse de él muy pocos datos biográficos, lo han convertido en uno de los pintores más misteriosos de la historia del arte.
Es el pintor más comprometido con el paisaje veneciano. Giorgione marca los ideales de superación del clasicismo. Practica la pintura directa, sin boceto previo, ya que no le interesa la reflexión sobre el modelo, sino el mismo proceso pictórico. Así su pintura gana en espontaneidad, frescura y color. Su estilo es nuevo, ya que desaparece el tono cuatrocentista detallista, minucioso y se inicia la plenitud atmosférica con la técnica suelta, donde el paisaje tendrá tanta o más importancia que los personajes, captando el sentido nostálgico, melancólico y sentimental de la naturaleza. Utiliza una rica gama de colores, mucho más rica que la de los pintores del siglo XV, buscando siempre los efectos atmosféricos y ambientales del paisaje, con lienzos de tono profano (a pesar de pintar escenas religiosas, totalmente desprovistas de misticismo), destacando las escenas de género.
Es el pintor más comprometido con el paisaje veneciano. Giorgione marca los ideales de superación del clasicismo. Practica la pintura directa, sin boceto previo, ya que no le interesa la reflexión sobre el modelo, sino el mismo proceso pictórico. Así su pintura gana en espontaneidad, frescura y color. Su estilo es nuevo, ya que desaparece el tono cuatrocentista detallista, minucioso y se inicia la plenitud atmosférica con la técnica suelta, donde el paisaje tendrá tanta o más importancia que los personajes, captando el sentido nostálgico, melancólico y sentimental de la naturaleza. Utiliza una rica gama de colores, mucho más rica que la de los pintores del siglo XV, buscando siempre los efectos atmosféricos y ambientales del paisaje, con lienzos de tono profano (a pesar de pintar escenas religiosas, totalmente desprovistas de misticismo), destacando las escenas de género.
Giorgone. Concierto campestre. Óleo sobre lienzo. 1510. Museo del Louvre. París.
En La
tempestad, el tema en sí es un enigma. No se
sabe lo que representa. Aparece una mujer amamantando a su niño
y un
caminante al otro lado. No
se sabe siquiera si quiere decir algo o
sólo es una escena anecdótica y sin importancia. Lo que está claro es
que el protagonista es el paisaje, más propiamente la tempestad,
ella es la que da el tono cromático a todo el conjunto, una gama de verdes azulados en tonos
oscuros. La tormenta es también
la
que
crea
esa
iluminación
irreal
producida
por
el
rayo
y
el
relámpago.
Las figuras
están ajenas
a
la
tempestad, iluminadas como el resto del paisaje pero de una forma independiente.
Recorta las casas y las siluetas de los árboles con una luz imaginaria, casi tenebrosa.
El Concierto
campestre parece un cuadro mitológico.
Aparecen dos muchachas desnudas y
dos hombres hablando entre sí y tocando el laúd. De nuevo nos encontramos con un tema anecdótico, esta vez mucho más frecuente y
clásico, pero lo más
importante es el paisaje.
Hay en esta obra una mayor variedad
cromática, tonos dorados
de
los
cuerpos
para
modelar unos cuerpos femeninos que
siguen
el
canon
de
belleza
del Renacimiento, rojos
aterciopelados propios
de
la
escuela veneciana y
los
densos
verdes.
Todos
ellos
crean
esa sensación de armonía, de atmósfera
densa,
cálida,
sensual
y
muy clásica.
Otras obras conocidas suya son la Adoración de los Magos, la Venus de Dresde o los Tres filósofos.
Otras obras conocidas suya son la Adoración de los Magos, la Venus de Dresde o los Tres filósofos.
Giorgone. Los tres filósofos. Óleo sobre lienzo. 1507-1508.
Kunsthistorisches Museum. Viena.
Kunsthistorisches Museum. Viena.
Tiziano Vecellio es el pintor más representativo y el maestro indiscutible de la escuela. Vivió 89 años de plena actividad pictórica
(1487-1576). Se formó en el taller de los Bellini y fue
discípulo de Giorgone, siendo un pintor de éxito y fama muy reconocida en su época. Fue solicitado por todas las cortes italianas: Padua, Venecia, donde fue pintor oficial
de la República, Ferrara,
en Roma al servicio del Papa, AIemania al servicio de Carlos V,
etc. La última etapa de su vida la pasó en su Venecia natal.
Su pintura
experimentó una evolución notable, preocupándose siempre por el efecto
dramático de los contrastes, envolviendo sus obras en tonalidades calientes,
cortadas por blancos y azules intensos. En cualquier caso, el conjunto de su obra se caracteriza por el uso del color,
vívido y luminoso, con una pincelada suelta y una delicadeza en las
modulaciones cromáticas sin precedentes en la Historia del Arte
occidental.
Tiziano será el pintor de la grandeza cortesana y el lujo veneciano. Su pintura es colorista, solemne (aúna la gracia de Rafael con la terribilitá de Miguel Ángel) y lujosa. Trata tanto los temas religiosos con convincentes ideas como los temas mitológicos, de poderosa sensualidad, siendo uno de los más grandes interpretes del desnudo femenino. También fue uno de los mejores retratistas de la historia, creando un retrato de aparato solemne, de cuerpo entero y delante de cortinajes, con pertinaz estudio psicológico. Su paleta evolucionó hacia una factura cada vez más pastosa, más gruesa, en la que la mancha parece deshacer la forma. Su carrera artística es tremendamente dilatada, con una producción grandiosa y amplísima. La temática tizianesca es también amplia, retrató a la clase dirigente de su época, recibió encargos de comunidades religiosas y de la nobleza, pintó paisajes, reflejó el clasicismo renacentista y anticipó algunas cualidades del Barroco. En general, podemos dividir su producción pictórica en tres grandes temas: la pintura religiosa, las escenas mitológicas y los retratos. Estas categorías no son compartimentos estancos, debido a que se vieron entrelazadas en muchas ocasiones, como los casos de los retratos de personajes reconocibles dentro de escenas mitológicas o religiosas.
Tiziano será el pintor de la grandeza cortesana y el lujo veneciano. Su pintura es colorista, solemne (aúna la gracia de Rafael con la terribilitá de Miguel Ángel) y lujosa. Trata tanto los temas religiosos con convincentes ideas como los temas mitológicos, de poderosa sensualidad, siendo uno de los más grandes interpretes del desnudo femenino. También fue uno de los mejores retratistas de la historia, creando un retrato de aparato solemne, de cuerpo entero y delante de cortinajes, con pertinaz estudio psicológico. Su paleta evolucionó hacia una factura cada vez más pastosa, más gruesa, en la que la mancha parece deshacer la forma. Su carrera artística es tremendamente dilatada, con una producción grandiosa y amplísima. La temática tizianesca es también amplia, retrató a la clase dirigente de su época, recibió encargos de comunidades religiosas y de la nobleza, pintó paisajes, reflejó el clasicismo renacentista y anticipó algunas cualidades del Barroco. En general, podemos dividir su producción pictórica en tres grandes temas: la pintura religiosa, las escenas mitológicas y los retratos. Estas categorías no son compartimentos estancos, debido a que se vieron entrelazadas en muchas ocasiones, como los casos de los retratos de personajes reconocibles dentro de escenas mitológicas o religiosas.
Tiziano. Amor sacro y amor profano. Óleo sobre lienzo. 1514. Galería Borghese. Roma.
Tiziano. Asunción de la Virgen. Óleo sobre lienzo. 1516-1518. Santa María Gloriosa dei Frari. Venecia.
La Alegoría del
amor
sagrado
y
el
amor
profano es una obra de juventud.
El amor sagrado se asocia con la figura desnuda y el amor
profano o banal con la figura del vestido luminoso. El desnudo
en esta época y desde la sociedad griega es
el reflejo de la belleza
ideal y de la
franqueza, de la pureza, es el
amor sublime de la razón.
En contra está el amor material,
carnal y pasional, adornado para gustar más.
Las dos figuras están sentadas sobre un
estanque y detrás hay un cupido agitando
el agua como diciendo
que lo que fecunda todo es el amor. El paisaje del fondo
también es moralizante
y
alegórico: detrás del amor profano hay un paisaje
campestre con un castillo que representa
a la ciudad terrenal y detrás del amor divino hay un paisaje más bucólico
con una iglesia
al fondo. Esto nos muestra el nivel de cultura humanista que había en Venecia, un humanismo sensual representado por el lujo, la calidad y el refinamiento.
Una de sus
primeras obras magistrales es la
Asunción del Virgen, donde el artista sorprende
a la comunidad dotando a las figuras de un clasicismo colosal, fragmentando la
composición en tres pisos y en volviendo a María en una nube dorada. Otra obra
genial religiosa es el llamado Retablo Pésaro, en el mismo Convento de
Santa María Gloriosa dei Frari, donde rompe la simetría frontal al introducir
un punto de vista lateral. Otros cuadros religioso a lo largo de su larga y
fecunda vida son el Noli me tangere, el Entierro de Cristo o la Magadalena penitente.
Tiziano. La gran bacanal (Bacanal de los andrios). Óleo sobre lienzo. 1523-1526. Museo del Prado. Madrid.
Tiziano. Dánae recibiendo la lluvia de oro. Óleo sobre lienzo. 1553. Museo del Prado. Madrid.
La gran Bacanal es el típico cuadro mitológico y pagano.
Representa la alegoría del vino con el dios Baco. Al autor le interesa destacar
la belleza de este mito y la Bacanal le interesa por dos
cosas: representar a las figuras
y
después
representar
un
paisaje que se fusione con ellas.
El protagonista es el vino y
por eso lo pone en el centro
de esa composición triangular una composición subyacente
no tan clara como en el cuadro
anterior. Hay una gran visión
de profundidad en el paisaje, escalonado tras el desnudo de
Ariadna dormida en un primer plano. Por estas características Tiziano se sitúa paralelamente a la perfección clásica de Rafael.
El retrato
que hace de Carlos V en Bolonia con ocasión de su coronación imperial en 1529,
iniciaba una larga colaboración artística ala servicio de la monarquía
española, que le recompensa con el nombramiento de pintor de corte. Y es que
nadie como Tiziano sabe dar al personaje, además de parecido físico, una
gallardía triunfal. En el Retrato ecuestre de Carlos V vencedor en Mühlberg
representa el mito del poder, con una fuerte carga heroica. Son muchos los Retratos
de Carlos V, así como los dedicados a Felipe II.
Esa
fórmula áulica, de pose convencional, la simultanea con el pleno naturalismo
como acredita el Retrato de Paulo III y sus sobrinos. Este cuadro está
dominado por el rojo y revela los sentimientos de los tres personajes que
participan en el debate: el afán de poder del pontífice y el servilismo y
contención de sus sobrinos. Son importantes los Retratos del III Duque de Alba, Pietro Aretino o Ariosto.
Tiziano. Carlos V vencedor en Mülhberg. Óleo sobre lienzo. 1548 . Museo del Prado. Madrid.
Tiziano. Autorretrato. Óleo sobre lienzo. 1567. Museo del Prado. Madrid.
Para la
nobleza veneciana realiza ardientes poesías : pinturas mitológicas y profanas
en las que recrea a Venus, Diana y Dánae con fuertes dosis de erotismo. Destaca
el magnífico desnudo de Dánae y la lluvia de oro, gracias a su cálido
colorido y perfección formal. Dentro de este mismo grupo, es destacable la Venus de Urbino,
así como Baco y Ariadna, Venus y Adonis o El rapto de Europa.
En la recta final de su vida desarrolla un estilo de trazo nervioso, que
anticipa la técnica impresionista, pero en el que sigue presente su mágica
paleta. La Crucifixión es un cuadro de la última etapa de su vida cuando su concepción de la pintura ha variado mucho. Concibe los cuadros
como una mancha
previa
de
color
para
acentuar
la
expresividad. Ya no le interesa
el
clasicismo de su primera
etapa.
Aparecen
las
figuras
recortadas
sobre un ambiente
oscuro.
Para
dar
la
sensación
de
pintura
grumosa, con mucho
cuerpo, Tiziano
recurre a la técnica de pintar con los dedos. Esta
forma de aplicar el color,
junto con los tonos oscuros, es lo que contribuye a crear este ambiente dolorido y sórdido. En la misma
línea estaría su Autorretrato a los ochenta años.
Tiziano. Venus, Eros y el organista. Óleo sobre lienzo. 1555. Museo del Prado. Madrid.
Paolo Veronés
Paolo Caliari (llamado el Veronés) es el pintor más ilustrador
del lujo y de la alegría venecianas, el gran decorador de la
pintura veneciana. Veronés (1528-1588) aprendió de la pintura de Tiziano y Tintoretto, pero también de la de Parmigianino, además de ser muy amigo de Andrea Palladio. Hace sobre todo pintura
decorativa de carácter
mural y teatral. Gran
colorista, prefiere la gama de colores fríos en vez de los cálidos de Tiziano. Decora palacios y casi todas las villas
campestres que construyó
Palladio.
Opuesto
a
Tiziano,
es
mucho más
veneciano
que
él. El concepto de la decoración mural lo traslada
a los lienzos. Sus temas son casi siempre religiosos, pero llegan a perderse por el volumen de objetos de lujo y por el marco
monumental. Representa las escenas bíblicas
al modo de las grandes fiestas venecianas, reflejando así la alegría de
vivir y el esplendor de la república de los dogos. Los trajes son
fastuosos y el ambiente, suntuoso. Puebla sus obras de multitud de
personajes en grandilocuentes arquitecturas. Estos alardes creativos
chocaban frontalmente con la fidelidad histórica de los hechos bíblicos,
lo que motivó las fricciones entre el artista y la Iglesia. Concibe sus grandes composiciones (siempre lienzos de gran formato) en espacios arquitectónicos clásicos de gran
amplitud, muy teatrales, cantando las glorias de Venecia, recreándose en las
vestiduras, cortinas, vajillas y alimentos, concediendo gran importancia al fondo
arquitectónico.
Jesús comiendo en casa de Leví es una obra donde el marco arquitectónico llega a ocultar la escena. La comida esta ocultada por el arco de triunfo de Venecia (símbolo del triunfo de la ciudad y de su economía). El fondo está compuesto por edificios clásicos, símbolo de la armonía que reinaba en la ciudad. En los lados están las clases altas de Venecia. No tiene nada de religioso y en algunos casos tuvo problemas con la Inquisición. Muestra los vestidos y objetos de lujo, colores fuertes y composición numerosa. Del mismo estilo son sus obras Cristo entre los doctores y Las Bodas de Canaá, así como su Venus y Adonis o Moisés salvado de las aguas del Nilo.
Jesús comiendo en casa de Leví es una obra donde el marco arquitectónico llega a ocultar la escena. La comida esta ocultada por el arco de triunfo de Venecia (símbolo del triunfo de la ciudad y de su economía). El fondo está compuesto por edificios clásicos, símbolo de la armonía que reinaba en la ciudad. En los lados están las clases altas de Venecia. No tiene nada de religioso y en algunos casos tuvo problemas con la Inquisición. Muestra los vestidos y objetos de lujo, colores fuertes y composición numerosa. Del mismo estilo son sus obras Cristo entre los doctores y Las Bodas de Canaá, así como su Venus y Adonis o Moisés salvado de las aguas del Nilo.
Verones. Cristo entre los doctores. Óleo sobre lienzo. 1560. Museo del Prado. Madrid.
Verones. Venus y Adonis. Óleo sobre lienzo. 1580. Museo del Prado. Madrid.
Tintoretto
Jácopo Comin (1528-1594) era discípulo de Miguel Ángel y será el pintor que
más evolucionó en esta
escuela
veneciana,
incorporándose
plenamente al manierismo. Su estilo evoluciona desde las formas de Tiziano hasta el más puro manierismo. Es un pintor que pinta con pasión, alcanzando en su plenitud su
característica audacia, el dinamismo incansable de su composición, su
uso dramático de la luz y sus enfáticos efectos de perspectiva, que
hacen que parezca un artista barroco adelantado a su tiempo. Interpreta temas ya bajo una óptica casi barroca. Por eso es el pintor más atípico de la escuela.
De Miguel Ángel recoge el gusto por las anatomías plenas y las actitudes difíciles y lo coordina con el gusto por el color, el paisaje y la luz. Practica experimentos porque le interesa el dinamismo y la expresión tanto por el dibujo como por la luz. u influjo más importante fue el del Greco. Hace enormes lienzos bíblicos o evangélicos, además de ser un gran retratista, gustando de presentar a hombres de letras, funcionarios, magistrados... y no grandes reyes o personajes como Tiziano.
De Miguel Ángel recoge el gusto por las anatomías plenas y las actitudes difíciles y lo coordina con el gusto por el color, el paisaje y la luz. Practica experimentos porque le interesa el dinamismo y la expresión tanto por el dibujo como por la luz. u influjo más importante fue el del Greco. Hace enormes lienzos bíblicos o evangélicos, además de ser un gran retratista, gustando de presentar a hombres de letras, funcionarios, magistrados... y no grandes reyes o personajes como Tiziano.
Tintoretto. El lavatorio de pies. Óleo sobre lienzo. 1548-1549. Museo del Prado. Madrid.
En El lavatorio de los pies, de la escena de la Última Cena, elige lo más trivial, cuando Cristo
lava los pies a sus discípulos.
Sitúa a Cristo a un lado para hacerle
perder importancia. Esto supone un cambio
iconográfico
muy peligroso. En el centro
coloca
un
perro,
que es
un detalle
manierista. Ocupa el espacio
de
una
manera desigual. Hay una gratuidad de movimientos y una movilidad
muy manierista. Frente
al gran vacío, sitúa la mesa
en perspectiva.
El Traslado
del
cuerpo
de
San
Mateo es una marco
irreal,
imaginario y
sorpresivo. Hay un cielo
de tormenta aborrascado, figuras que huyen de algo frente a las centrales.
El colorido es manierista, el cuerpo de cara al espectador siguiendo el gusto manierista.
Aparece un gran vacío en el cuadro, exagerando la perspectiva.
Otros cuadros suyos son Susana en el baño, Baco y Ariadna, la Glorificación de San Roque o la Huida a Egipto...
Otros cuadros suyos son Susana en el baño, Baco y Ariadna, la Glorificación de San Roque o la Huida a Egipto...
Tintoretto. Traslado del cuerpo de San Mateo. Óleo sobre lienzo. 1562-1566. Galería de la Academia. Venecia.
Tintoretto. Susana y los viejos. Óleo sobre lienzo. 1560-1565. Kunsthistorisches Museum. Viena.
Terminamos con dos videos ilustrativos de esta etapa, uno sobre la pintura veneciana y otra sobre Tiziano, el más grande pintor veneciano:
Una maravilla que completa con sus matices las características del Renacimiento italiano del siglo XVI. Sin Tiziano (el de la anécdota del pincel), Tintoretto y el Veronese el Cinquecento estaría cojo. El dinamismo, la teatralidad y el tema profano o mitológico de "La gran bacanal" ya va anunciando una nueva era que se plasmará en el siglo siguiente con toda sus exageraciones.
ResponderEliminarUn saludo.
º° ✿彡
ResponderEliminarOlá, amigo!
Gosto de vir no seu blog para ler suas aulas.
Bom domingo! Boa semana!
Beijinhos do Brasil
✿ °•.¸
¸.•°♡⊱彡
Haces un magnifico resumen de la pintura de esa época tan frúctifera para el arte.
ResponderEliminarQue pases una buena semana
Saludos
Una excelente explicación de las características de la pintura veneciana y además algunos ejemplos de lujo. Imposible no sentir especial debilidad por Tiziano.
ResponderEliminarFeliz domingo
Bisous
Una época de esplendor para las artes, desde luego. Sin menospreciar de ninguna manera al resto, Veronés es el que más me llega: su dominio del color anuncia mucho de lo que vino después.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco
Que impresionante el cuadro de Paolo Verones, las bodas de Canáa, creo que lo he visto, pero no estoy en lo cierto.
ResponderEliminarLo cierto que la pintura veneciana estaba llena de vida, de color y nos hace ver la vida de la sociedad de aquel tiempo con festejos y lujo.
Un abrazo
Como siempre, nos ilustras y, sobre todo, disfrutamos con el despliegue de obras y extraordinarios pintores que reflejan la riqueza de un mundo en transición.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todos ellos, pero especialmente Ticiano, son un recreo para la vista. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias mi querido Paco, tu entrada es muy bella, me he recreado en esos cuadros de luz de Tizano,uno de mis preferiros.
ResponderEliminarMe han gustado los vídeos.
Gracias
Con ternura.
Sor.Cecilia
Querido Paco, excelente lección de pintura la de hoy; sin duda alguna, de entre sus representantes, todos ellos magníficos, me decanto por el singularísimo Tiziano. Ha sido siempre una suerte poder disfrutarlo en el Prado, y fue un placer especial poder contemplar y admirar su "Amor profano y Amor sacro" en la Borghese. Como ves, caro amigo, siempre terminamos en Roma.
ResponderEliminarMil bicos y feliz "Entroido", que es como aquí denominamos al Carnaval.
Qué impresionante esas "Bodas de Canáa" de Paolo Verones: para estar horas admirando el detalle...
ResponderEliminarComo siempre, excelente resumen, Paco, en el que Tintoretto es una de mis debilidades.
Un abrazo.
Una entrada muy didáctica y completa de la pintura más sensual de todo el Renacimiento italiano. En la polémica dibujo-color sin duda me quedo con el color de los venecianos.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog.
Un saludo.
Me gusta mucho el cuadro de Las bodas de Canáa de Paolo Verones.
ResponderEliminarLOs del Museo del Prado tuve la suerte de verlos in situ, el de Tintoretto del lavatorio de los pies es magnífico. Tiziano no se queda atrás.
Has hecho una gran recopilación.
Un abrazo y Buena semana
Maravilloso, Paco, ese Renacimiento italiano, cabecera del arte de la Edad Moderna.
ResponderEliminarUn abrazo
Es una gozada pasearse por este rinconcito.Excelente resumen de estas obras y sus maestros.
ResponderEliminarUn abrazo Paco.
Uma época de influência encantadora na pintura. Que prazer vir aqui e ler suas observações tão bem situadas na história da arte.
ResponderEliminarBeijos, flores, cores e alegria.
Detallada entrada sobre la pintura del renacimiento como siempre. He visto muchas de Tintoretto, mi favorito. Sin embargo, los demás no dejan de impresionar.
ResponderEliminarSaludos
Otra buena lección. Esta está más llena de luz y color.
ResponderEliminarMenudo trabajo tiene Las bodas de Canáa.
Me pregunto porqué pintaban tantos desnudos en el campo y en cualquier ocasión??
Un beso.
Estos venecianos son palabras mayores... Estupenda entrada. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarMi querido profesor siempre es un placer para los sentidos sus clases pero hoy aún más
ResponderEliminarMis malignos besos
La Escuela Veneciana es, sin duda, un compendio de la expresión artística en estado puro, lleno de color y sensualidad, aun en asuntos religiosos. El esplendor y el saber hacer del gran maestro Tiziano encandiló a los príncipes europeos de su momento, aunque, dada la gran cantidad de obras atribuidas al maestro, habría que dilucidar cuántas realmente proceden de su mano y cuáles a su taller o incluso si muchas de ellas fueron hechas entre ambos.
ResponderEliminarUn saludo