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sábado, 10 de diciembre de 2011

PORTADAS Y CAPITELES: LA ESCULTURA ROMÁNICA

 Tímpano de San Trófimo de Arlés (Francia). Principios S. XIII.

El precedente de la escultura románica hay que buscarlo en los ensayos prerrománicos de los pueblos bárbaros, junto alguna influencia del lejano Bizancio, el cual era el portador de todo el legado grecorromano. Pero los pueblos bárbaros cultivaron la escultura con poco entusiasmo, sobre todo la monumental,  que  fue  la  más  frecuente  en  el  mundo  romano.  Ostrogodos,  francos,  lombardos  y visigodos hicieron escultura de pequeñas dimensiones, ornamental y orfebre. Por lo tanto la tradición escultórica antigua se perdió. Todo ese legado grecorromano no sirve como base para la escultura románica, formando ésta un mundo aparte y original. Como la arquitectura, la escultura románica se integra plenamente en la cultura medieval y es uno de sus mejores exponentes. A través de ella se refleja la idea omnipotente y omnipresente de Dios, la idea de religión como misterio, como único agarradero para no sucumbir en un mundo desconocido y oscuro.
El principal papel de la escultura románica (y también de la pintura), tanto el relieve como la poca exenta,  fue instructivo, pedagógico y aleccionador. El clero utilizó las artes visuales para que la población iletrada aprendiese las verdades de la Salvación mirando los “catecismos pétreos” esculpidos en las portadas y capiteles románicos. Su papel es decorativo, siempre subordinada a la arquitectura, el gran arte del románico.  La escultura románica es frontalista, amante del geometrismo simplista y estilizado. No se intenta la escultura naturalista, la representación fiel del mundo, ni los objetos tal cual nos aparecen a los sentidos. Se busca siempre el simbolismo o la alegoría y que pretenden representar ideas o vivencias. Se busca que de la figura emane un trasfondo ideológico y en él residirá la belleza y no en la mera apariencia estética. No se busca la belleza estética en una figura sino la belleza ética, las buenas ideas, la religión. Para ello se utilizan elementos naturales como animales, personas o vegetales, pero nunca tal y como son, su imagen real no es lo que importa, sino como mbolos, como expresión de un ideal. para ello no dudarán en deformar sistemáticamente las figuras. Así, esa supeditación a la arquitectura determina la denominada “ley del marco”: el marco arquitectónico engendra la forma y rige la escultura, de ahí que a veces las figuras adopten formas extrañas para acoplarse a esa estructura. Tiene un carácter decorativo. No está realizada para ser contemplada aislada sino inserta en un conjunto arquitectónico. Es decorativa, se concibe para rellenar un espacio arquitectónico previsto de antemano y su forma, dimensiones, etc., dependen de este espacio. Su dependencia con respecto a la arquitectura es, pues, total. 

 Capitel de la Catedral de San Pere de Vic (Barcelona). S. XI.

Como decíamos, el alargamiento desmesurado, las anatomías defectuosas y las perspectivas extrañas son fruto del expresivismo que los artistas  imponen  a los temas apocalípticos, cuya epopeya del fin del mundo y del caos prima en el período. Este antinaturalismo, la desconexión de lo representado con cualquier modelo real, es probablemente una herencia del arte bizantino. Sin duda las figuras son rígidas, se doblan y se vuelven con dificultad, lo que en las escenas genera composiciones yuxtapuestas, sin relación, sin formación de grupos. Muchas veces las incorrecciones de los escultores románicos no son por carencia de técnica, sino que son errores conscientes, ya que se había perdido el culto de la forma bella clásica y voluntariamente, los artistas utilizan la metamorfosis o la deformación para expresar toda la espiritualidad de las vivencias religiosas y la esencia de lo representado (inmutabilidad de las creencias). Pero a lo largo de más de dos siglos la escultura no deja de evolucionar. En la última época la riqueza en pliegues dinámicos, la naturalidad de las expresiones y el bulto redondo muestran el olvido de la función arquitectónica y  la búsqueda de efectos anecdóticos. En todos los aspectos el cambio es perceptible: vestimentas, volumen, expresiones...
En cuanto a la temática, se elimina lo accesorio con el fin de alcanzar una claridad expositiva, ya que se busca lo absoluto y lo esencial. Destacan por tanto los temas religiosos: evangelios, comentarios apologéticos, leyendas hagiográficas o los bestiarios. La  escultura  grecorromana  cultivó  sobre  todo  la  escultura  humana  en  desnudos.  por  el contrario, el artista románico rehuye sin excepción el cuerpo desnudo y cubre a todas sus figuras con abundantes  vestiduras.  No  interesa  representar  la  belleza  corporal  sino  la  espiritual.  Se  tiene  el concepto del cuerpo como cárcel del alma, el origen del pecado, lo sensitivo, lo sensual. Los temas buscaban emocionar, pero también asombrar y  atemorizar a los fieles. Las zonas arquitectónicas principalmente son los capiteles y las portadas.
El  capitel  románico está  siempre  decorado  con  figuras vegetales  o  animales  entrelazadas.  También  se  recurre  a  los  temas geométricos y, de vez en cuando, se recurre a la figura humana. Son frecuentes las figuras fantásticas, monstruos, dragones, etc., que además de desempeñar un papel decorativo  cumplen una función expresiva y simbólica: atemorizar a los fieles, asociar el monstruo con el pecado, incluso con el pecador, hacer la religión oscurantista y misteriosa. El capitel cumple, por lo tanto, con una función didáctica importante dentro de la gran masa de analfabetos. Cuando  los  capiteles  se decoran  con figuras humanas, el artista emplea escenas de tipo religioso extraídas del Antiguo  y  del  Nuevo  Testamento  o  de  las  Hagiografías  más importantes. Estos son los llamados capiteles historiados. A  veces  se  completa  esta  enseñanza  religiosa  con alegorías sobre los pecados, los vicios, las virtudes, el destino, etc. (el hombre venciendo al pecado o el hombre tentado por el demonio).

 Capiteles del Claustro de San Pedro de Moissac (Francia). 1100.

El otro lugar arquitectónico que más se decora es la Portada. Las arquivoltas se decoran  con   motivos geométricos o figuras humanas y el Tímpano recibe la escena evangélica principal que suele ser el Pantócrator o Cristo en majestad: la “Maiestas Domini”. Aparece Cristo sedente, con el evangelio en la mano izquierda y bendiciendo con la derecha, rodeado de los cuatro evangelistas, los cuales suelen representarse con las cabezas de sus animales simbólicos: el toro (San Lucas), el  león (San Marcos), el águila (San Juan) y el ángel (San Mateo), es decir el  Tetramorfos, rodeado de una legión de serafines y ángeles. Otra escena típica del mpano es el Juicio Final, donde suele aparecer un Cristo violento, vengador, irritado y despótico, a punto de estallar de cólera, que paraliza de temor al espectador que lo contempla. A sus pies aparecen los 24 ancianos del Apocalipsis, que tocan instrumentos musicales y cantan las alabanzas del Todopoderoso La imagen de la Maiestas domini es muy grande, fuera de lo temporal, demostrando el carácter de la perspectiva jerárquica del románico; suele estar inscrito dentro de una mandarla, para marcar su majestad.
 También es frecuente el tema de la “Maiestas Mariae”, es decir, la Virgen (Teothocos) con el niño. Su virginidad abre el camino de la salvación. Suele estar sentada, hierática y ausente., elevando en su regazo al niño quién bendice. El rostro de ambos es absolutamente inexpresivo, de rasgos duros y geométricos, ojos almendrados y, en general, con pocas delicadezas hacia la belleza.
Explicación del Tetramorfos.

Por último, existe otra figura simbólica que representa a Jesucristo y que se llama Crismón o círculo con dos líneas perpendiculares en su interior y con cuatro letras griegas: Pi y Ro porque son las iniciales de Cristo en Griego y Alfa y Omega porque significan el principio y el final de todo. Este Crismón suele aparecer flanqueado por dos ángeles o dos animales fantásticos. También se decoran las jambas y las figuras pueden llegar a derramarse por toda la portada e incluso por la fachada en algunos casos.
El hombre no interesa al artista románico y solo se le representa cuando cumple un papel bíblico, presentándose como pecador y sometido por completo a la voluntad divina. Los santos son otro tema recurrente, ya que el hombre, pecador por naturaleza, para conseguir la salvación necesita de la intervención de estos hombres con dones y atributos fuera de lo humano: se representa su vida, prodigios, martirio y muerte, ya que les puede servir al hombre pecador como modelo.
La naturaleza aparece muy poco representada, por la percepción tan pobre del hombre medieval de ésta. Lo que si se representa más son los animales, sobre todo los bestiarios, que muchas veces son la encarnación del demonio.

 Portada del Juicio Final  de San Lázaro de Autum (Francia). Mediados S. XII.

La escultura exenta es más infrecuente y se reduce a la imagen de Cristo crucificado y a la Virgen, sola o sedente con el niño. El crucificado se viste con ricas vestiduras y si sólo lleva faldón, éste es bastante largo. Su expresión nunca turba su rostro y su cuerpo rígido nunca deja entrever el dolor y el tormento de la cruz. Expresa el omnipotente poder de Dios a quien nada puede afectar, ni el dolor ni la muerte. Sus ojos suelen estar  abiertos  o  semicerrados  y  siempre  aparece  vivo (venciendo  a  la muerte). Aparece crucificado con cuatro clavos (como en el mundo bizantino).Están hechos en madera, marfil y metal, y suelen estar policromados. La Virgen suele aparecer sentada y mantiene en sus brazos al Niño Jesús, el  cual  suele  sostener  una  bola  con  una  mano,  la  cual simboliza el mundo (es el mbolo del mundo a pesar de que ellos creían que la Tierra era plana). Como ya hemos dicho, sus rostros son muy inexpresivos.
A pesar de estas características generales existen diferentes épocas y regiones que no atienden a esta simplificación. El Románico, como todas, es una época evolutiva y hay diferencias entre la escultura del siglo XI y la del siglo XII.

 Maiestas Batlló. S. XII. Museo Nacional de Arte de Cataluña. Barcelona.

Francia proporciona los más interesantes conjuntos escultóricos. En la región de Mediodia-Pirineos nos encontramos con los primeros y más importantes ejemplos escultóricos, tales como el Tímpano de San Sernin de Toulouse, con el tema de la ascensión de Cristo, los capiteles entrelazados e historiados de la Santa Fe de Conques. En esta misma iglesia destaca el Tímpano con el impresionante Juicio Final, en estado puro sin evolucionar, donde destaca la serenidad y una composición muy regularmente establecida. Tal vez la mejor Portada es la de San Pedro de Moissac, con la grandiosa visión de la Maiestas Domini, con los símbolos de los evangelistas y la contemplación de los 24 ancianos. Tiene un relieve virtuoso en el detalle y el triunfo definitivo de la adecuación de la escultura a la arquitectura. En la Borgoña destacan los Capiteles de Cluny, la Portada de la Magdalena de Vezelay, con una serena imagen de Cristo enviando a los apóstoles a la misión de evangelizar, y la Portada de San Lázaro de Autun, donde el maestro Gislebertus representa el Juicio Final, con figuras alargadas desmesuradamente y estilizadas, intentando dar temor al que lo ve. También es digno mencionar la Portada de San Trófimo de Arlés, de técnica más avanzada.

Portada del Juicio Final de la Iglesia de la Santa Fe de Conques (Francia). 1130-1135.


En España, la escultura románica española tiene una importancia capital en cuanto transmisora (a través de la ruta jacobea) de iconografías y técnicas, que derivan en buena parte de la cultura islámica. Las creaciones de la escultura francesa penetran por los caminos de peregrinación. Se hacen obras de temea religioso, dotados de un dramatismo y de una intensidad expresivas que en muchos casos superan los modelos franceses. Todos los lugares del edificio románico se consideran idóneos para plasmar versiones ilustradas de los libros sagrados: capiteles del claustro, tímpanos y arquivoltas, jambas, lienzos de muro de la portada...
Separados de su ámbito arquitectónico abundan también obras maestras en bulto redondo, como el crucifijo de la  Majestad Batlló, muy rígida, con túnica, cuatro clavos y policromía original, y el Crucifijo en marfil de don Fernando y Doña Sancha, con un Cristo impresionante como Maiestas Domini, también de cuatro clavos. Pero la gran escultura hispana son los relieves de capiteles y portadas.
En Cataluña son interesantes los talleres pirenaicos del siglo XI, con magníficos dinteles como el Dintel de San Genis les Fons, la Portada de Santa María de Ripoll (con temas del Antiguo Testamento, del zodiaco y Pantocrator)y los capiteles del claustro de la Catedral de la Seu de Ugell.
En Aragón proliferan los tímpanos con Crismón. Destaca ante todo el Tímpano de la Catedral de Jaca, donde aparece el Crismón trinitario en un círculo, con el alfa y la omega y dos leones a los lados. También son muy interesantes los capiteles de San Juan de la Peña, con cabezas muy expresivas de ojos abultados.

 Portada del Crismón de la Catedral de Jaca. S. XII.

Navarra está muy relacionada con el románico aragonés, como en el Juicio Final de la Portada de Sangüesa o la de San Pedro de la Rúa.
En León contamos con las muestras más antiguas y arcaicas de la escultura en San Isidoro de León, con figuras plana y amontonadas. En la Portada del Cordero aparece el sacrificio de Isaac y un cordero en un círculo, mientras que en la Portada del Perdón, aparece la crucifixión, sepulcro y ascensión, con influencia compostelana.
En Castilla destaca sobremanera los capiteles y los ángulos del claustro del piso bajo de Santo Domingo de Silos. Aparecen animales exóticos como gacelas, avestruces, arpías y monstruos que denotan la influencia islámica. En los ángulos del claustro aparecen temas como los discípulos de Emaús o la duda de Santo Tomás. En esta escenográfica escena se exhibe la yuxtaposición de la composición, con la superposición de frisos. para agrupar a las figuras. Los rostros, las posturas y el tamaño de todas las figuras (los doce apóstoles y Jesús) se repiten excepto en la figura de Cristo que es más grande y en la de Santo Tomás que aparece comprobando la herida de Jesús.
Otras obras interesantes en Castilla son los capiteles de San Juan de Duero, San Juan de Ávila y la Colegiata de Santillana del Mar.
Asturias y Galicia presenta la última fase evolutiva del románico, de transición al gótico (algunos consideran al Maestro Mateo ya gótico). En el apostolado de la Cámara Santa de Oviedo, los fustes de columnas están recorridos por figuras emparejadas que inician una relación mediante la torsión del cuerpo y las manos, sonrisa, un humanismo y naturalismo muy distintos al hieratismo del primer románico.
En Santiago es el Maestro de las Platerías el que produce la obra cumbre de la escultura en este período. La portada de las Platerías  en  la Catedral  de  Santiago se terminó en los primeros años del siglo XII. En ella se aprecian influencias del foco francés y leonés y se realizó por el Maestro Esteban. El programa iconográfico hace referencia a la doble naturaleza de Cristo y a la primacía del Apóstol Santiago sobre el resto de los apóstoles. Es una portada doble donde las figuras abandonan las arquivoltas para salir a la fachada, aunque los temas principales están en los mpanos.
En el grandioso conjunto del  Pórtico de la Gloria de Santiago  del Maestro Mateo culmina la plástica románica. Está constituido por tres arcos que dan acceso a cada una de las tres naves y sobre  tímpanos,  jambas,  arquivoltas  y  parteluz  se disponen  más  de doscientas  figuras.  Destaca  este conjunto por la delicadeza del trabajo en cada figura, en cada  pliegue.  Las  figuras  charlan  entre  sí,  los rostros son más individualizados y de rasgos más suaves, unos manifiestan energía, otros amabilidad y otros esbozan una sonrisa. En el parteluz, la figura de Santiago acoge al peregrino con dulce expresión pensativa, de intensidad expresiva sin perder su depurada espiritualidad.

Fachada de las Platerías de la Catedral de Santiago de Compostela.


Para que todo quede más claro y resumido, os dejamos con unos videos sobre la escultura románica:





13 comentarios:

  1. Siempre me han impresionado las esculturas romànicas, los timpanos y los capiteles pueden ser considerados como unas impresionantes bilibiotecas liticas.
    Un abrazo

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  2. Hola Paco..

    Estoy un poco desaparecida, el trabajo en estas fechas me tiene sin tiempo para lo personal. Te cuento que Yoel es mi esposo y hoy que es su cumple, vamos a celebrar. Te envía un abrazo.

    Un gran besote de buen día y fin de semana.. mañana te leeré, ya que tus entradas son muy interesante, culturales y me apasionan, por ello me gusta leerlo despacito...

    Gracias amigo y muakkssss

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  3. Esta serie de la escultura románica es muy buena, creo que todos los artes me gustan, pero veo que el románico representando figuras humanas es todo una maravilla.
    La fachada de Santiago de Compostela es todo una muestra.
    Un feliz sábado

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  4. En El nombre de la rosa,la descripción que se hace de la portada de una iglesia románica es inmejorable. Adso de Melk contempla asombrado el cortejo de demonios y condenados que se abre ante él y entra apesadumbrado en el templo con el ánimo sobrecogido:

    " Y vi a un orgulloso con un demonio trepado sobre sus hombros y hundiéndole las garras en los ojos, mientras dos golosos se desgarraban mutuamente en un repugnante cuerpo a cuerpo, y vi también otras criaturas, con cabeza de macho cabrío, melenas de león, fauces de pantera, presas en una selva de llamas cuyo ardiente soplo casi me quemaba. y alrededor de esas figuras, mezclados con ellas, por encima de ellas y a sus pies, otros rostros y otros miembros, un hombre y una mujer que se cogían de los cabellos, dos serpientes que chupaban los ojos de un condenado, un hombre que sonreía con malignidad mientras sus manos arqueadas mantenían abiertas las fauces de una hidra, y todos los animales del bestiario de Satanás, reunidos en consistorio y rodeando, guardando, coronando el trono que se alzaba ante ellos, glorificándolo con su derrota (...) Portal, selva oscura, páramo de la exclusión sin esperanzas, donde todos los habitantes del infierno parecían haberse dado cita para anunciar la aparición, en medio del tímpano, al Sentado, cuyo rostro expresaba al mismo tiempo promesa y amenaza . "
    (Primer día, hora sexta)
    Un saludo.

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  5. Esa franja del románico, desde Cataluña y Roncesvalle hasta Galicia es toda una joya, como también lo es quien la da a conocer de manera tan espléndida. Un abrazo.

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  6. Al fin me hecho un poco de tiempo para pasar por aquí Pedro. Reitero lo dicho en mi blog, tienes una gran bitácora aquí. Muy buena la entrada. Bien ilustrada y ampliamente explicativa.
    Un Saludo.
    Uriel
    Pd) Te enlazo a mi blog para poder seguirte mejor.

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  7. Me gusta mucho el pórtico de la gloria de la Catedral de Santiago. Es espectacular.
    En general el románico me llama mucho la atención

    Saldos Paco

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  8. El Románico francés y el de el lado español, de la mano en maravillas.
    Un gran abrazo¡¡

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  9. Pese a su tosquedad, me parece un arte hermoso. Un abrazo.

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  10. El pórtico de la gloria es inagotable. Uno puede pasarse horas allí. Un abrazo

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  11. Que maravilla. Los detalles me dejan extasiada, ando mirando para arriba todo el tiempo. Ellos, en su genial simbologia, cuentan toda la mitologia, toda la historia biblica, todo el devenir desde su origen. Que vuelvan ese arte, ese estilo, esos genios que aun hoy encuentro misteriosos. Un abrazo.

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  12. El Cristo Batlló impresiona de cerca. Es una talla bastante grande, hierática y policromada. Parece mentira como ha podido llegar hasta nosotros una obra de arte tan lejana y hecha de un material tan perecedero.
    Saludos

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Deja tu opinión; me es muy válida. Gracias.