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martes, 13 de diciembre de 2011

COMENTARIO DEL CLAUSTRO DE SANTO DOMINGO DE SILOS

 
ENCUADRE

OBRA: Claustro del Monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos).

GÉNERO: Arquitectura. Obra religiosa cluniacense (monasterio).

ESTILO: Arte Románico español.

CRONOLOGÍA: El monasterio de mediados del siglo XI (1042-1088); Claustro: finales S. XI-principios S. XII.

OTRAS OBRAS: de la misma época serían los monasterios de San Pedro de Roda (Cataluña), San Juan de la Peña (Aragón) o San Juan de Duero (Soria).


ANÁLISIS

Uno de los monumentos más atractivos y a la vez más enigmáticos del arte románico español es el claustro de Santo Domingo, en donde se encuentra el sepulcro primitivo del abad que le dio nombre, en la pequeña población burgalesa de Silos. Del monasterio, sólo el claustro es el que ha conservado la riqueza y las formas del románico. En este comentario nos centraremos en la estructura arquitectónica del claustro y no en su maravillosa iconografía escultórica.


Se trata del típico espacio cuadrangular que derivaría de modelos antiguos (como el atrio de las domus romanas). Su planta es un cuadrilátero irregular, cuyos lados no se cortan en línea recta, y tampoco todas las galerías presentan la misma longitud. Está cubierto con un rico artesonado mudéjar. Asimismo, otra particularidad del claustro silense es la presencia de dos pisos superpuestos, que, a pesar de su diferencia constructiva, mantienen una perfecta unidad de estilo. A finales del siglo XI debieron construirse las galerías este y norte del claustro inferior, donde los fustes de las columnillas que soportan los arcos son dobles, separadas y con notable éntasis. Desde mediados del siglo XII hasta principios del XIII, se realizó el otro ángulo de la parte baja, con columnas de fuste cilíndrico, y todo el claustro superior, de menor calidad. 
El claustro es el  centro neurálgico, el ómbligo de la vida monacal que reparte las distintas dependencias del monasterio. Es una galería porticada en cuyos cuatro lados están las estancias más importantes del monasterio: iglesia, sala capitular, refectorio y cilla (dependencias adminstrativas). No es totalmente cuadrado, ni tiene el mismo número de arcos en cada lado, porque es fruto de los cambios constructivos de diversas épocas y de los distintos maestros que esculpieron en el mismo.  
Todas las características constructivas del románico podemos apreciarlas en este claustro: las arquerías de medio punto que descansan sobre finas y cortas columnas de fuste liso, pero de proporciones clásicas sobre podium (la mayoría), que se rematan en ricos capiteles decorados con las tres típicas decoraciones de la exultura románica: unos decorados con motivos vegetales, otros con temas animales, reales y fantásticos y otros historiados, con escenas de la vida de Cristo. Hay que destacar los 64 capiteles del claustro bajo, con una colección delirante de encestados, zarcillos, acantos, sirenas, arpías, grifos, leones, centauros, dragones y aves fabulosas. Los arcos se decoran con una arquivolta en su parte superior y sobre ella una moldura taqueada recorre como un friso toda la parte superior de la arcada en su parte interior.
Por otro lado, muy interesante y también original es la decoración escultórica en bajorrelieve de  los ocho relieves tallados en los pilares angulares o machones, decorados con escenas de la vida de Cristo o de la Virgén, destacando las portentosas escenas del final de la presencia de Cristo en la tierra tras su muerte y Resurrección. Aunque las evidentes diferencias estilísticas de unas esculturas y otras indican diversas manos en su ejecución, se ha aceptado tradicionalmente la intervención de dos maestros con sus respectivos talleres en el claustro bajo.
En el centro del claustro, junto a setos y avenidas ajardinadas, destacar como curiosidad un único ciprés, que fue cantado por el poeta Gerardo Diego en 1924: "Mudo ciprés en el fervor de Silos".

 

Aunque no se aprecie en la imagen, es conveniente describir brevemente como era la iglesia original del Monasterio de Silos. La iglesia era de la segunda mitad del siglo XI y su planta era de tres naves, transepto, cimborrio con cúpula en el amplio crucero y cabecera con tres ábsides, que la relaciona con  las plantas de San Isidoro de León o San Vicente y San Pedro de Ávila. Luego, en el siglo XII, se debió añadir una gran galería porticada adosada a la nave septentrional y que serviría para "poner de moda" esta estructura en el sur de Castilla, en tierras segovianas, tras ser inventada, algunas décadas antes en San Esteban de Gormaz,  Sepúlveda y en San Esteban de Segovia. Cabe destacar la llamada Puerta de las Vírgenes, que da acceso al claustro. Sorprende en ella la presencia de un arco de herradura, herencia mozárabe, y el adornado fuste de las columnas en las que descansa.


COMENTARIO

Los monasterios benedictinos mediavales, cuyo origen estaba en el Monasterio de Montecasino en el norte de Italia, se organizaban en torno a un patio central que está rodeado por un corredor cubierto o claustro, sostenido por arcos de medio punto y columnas, casi siempre pareadas. Esta obra es donde el Románico presenta sus mejores características arquitectónicas  y  escultóricas.  El Claustro es el lugar más importante del monasterio: es el lugar de paseo, de recogimiento, de meditación, de lectura y de rezo. Simboliza el paraíso terrenal y además es el órgano distribuidor de las dependencias monásticas. Por su importancia para los monjes se cuida mucho en su decoración escultórica (machones, capiteles...). 
Sobre  los  muros  del  claustro  se  abren  todas  las dependencias del monasterio: iglesia, refectorio, sala capitular, sacristía, cocina, biblioteca, celdas, etc. Su distribución es siempre idéntica, con el propósito que cualquier monje venido de fuera se sienta como en su propia casa nada más entrar, al reconocer la localización de todos y cada uno de los edificios que integraban el complejo monástico.
El núcleo germinal es la iglesia, en uno de los lados del claustro. Las iglesias cluniacenses tenían cabeceras semicirculares con protuberantes absidiolos y girolas anulares que se comunicaban con las naves, a las que tenía acceso el pueblo. Por su parte, las iglesias cistercienses prohibieron la entrada a los seglares y optaron por el testero plano. Además utilizaron rejas para separar el templo en dos mitades: la parte orientas para los monjes profesos y el área de los pies o naves para los hermanos seglares o religiosos que no cantaban misas y se encargaban del servicio y otras tareas laborales.
Otra parte del claustro es la que daba a la Sala Capitular, donde se congregaba la comunidad, presidida por el abad para discutir los asuntos del monasterio. Al lado se construía la biblioteca, el locutorio para hablar en privado con el abad, la sala de trabajos manuales, las letrinas, la sala de novicios y dos accesos: el pasillo abovedado que salía al huerto, y la caja de escaleras que ascendía al dormitorio común, alojado en la planta alta (sólo el abad tenía dormitorio aparte).



En otro lado del cuadrado (contrapuesto a la iglesia), estaba el refectorio o comedor con banco corrido a lo largo de todo su frente. Junto a él estaba la cocina (con horno de pan) y el calefactorio (con chimenea para los rigores del invierno).
El otro ala estaba ocupado por la cilla o local de oficinas de la administración monástica y la sala para comer y descansar los hermanos legos.
Dentro del recinto amurallado que acotaba la “Ciudad de Dios” que era el monasterio medieval, se habilitaron otros establecimientos, como la enfermería, el cementerio, las bodegas y lagares, los establos y cuadras, el molino, la fragua y los talleres artesanales. A la entrada del monasterio, junto a la portería, se elevaba una hospedería para transeúntes y viajeros, así como una capilla para el pueblo.

Este monasterio de Silos se encontraba en la ruta del Camino de Santiago, recibiendo las influencias arquitectónicas de las construcciones benedictinas procedentes de Francia. Santo Domingo de Silos es una pequeña población que creció alrededor del monasterio benedictino que le da nombre. Se encuentra en la comarca de la Sierra de la Demanda de la provincia de Burgos.  El monasterio de Silos tiene antecedentes visigóticos, del siglo VII, y estaba dedicado a San Sebastián. Aprovechando el auge de estos territorios como consecuencia del esfuerzo repoblador de leoneses y castellanos del siglo X, durante el gobierno del Conde Fernán González, la vida monástica vuelve a Silos provisionalmente hasta que las razzias de Almanzor (a finales de ese mismo siglo) vuelven a desbaratar la vida monástica.
A mediados de siglo XI, Fernando I encomienda al abad Domingo Manso, procedente de San Millán de la Cogolla, restituir la vida monacal en este cenobio. Gracias el inmenso impulso de Domingo, el monasterio de Silos se colocará en el pelotón de cabeza de los monasterios más influyentes de los Reinos de Castilla y León. Entre otras cosas, hizo construir una iglesia de tres naves, aunque siguiendo la tradición prerrománica hispánica (todavía el románico pleno no se había asentado en España) e impulsó la elaboración de códices en su scriptorium.
Domingo murió en olor de santidad en el año 1073, lo que provocó la llegada de peregrinos y las donaciones económicas hasta convertirse en un próspero monasterio que pudo acometer nuevas construcciones. Su sucesor, el abad Fortunio, continúa las obras de templo, pero en esta ocasión sustituyendo la cabecera de la iglesia prerrománica de Domingo por otra perteneciente al románico pleno (consagró la cabecera triabsidal y el transepto de la iglesia en el año 1088). También se comenzarían, durante la vida de Fortunio, el claustro y el resto de dependencias.  La iglesia de tres ábsides sigue el modelo de benedictino de Cluny II, y  sus autores tuvieron contacto con el arte mozárabe.

 
Lamentablemente, la iglesia románica de Silos desapareció casi completamente hacia 1751, debido a la reedificación y sustitución por un templo neoclásico, construido por Pedro Machuca con planos de Ventura Rodríguez. Se trata de una construcción de notable sobriedad, esbelta y sencilla en sus líneas arquitectónicas y decorativas. Su planta está formada por una gran elipse cortada por un brazo transversal a modo de crucero cubierto con una gran cúpula.
El claustro, aunque con importantes modificaciones, es la única zona monacal conservada de la época románica. La desamortización dejó durante 45 años (1835-1880) el monasterio deshabitado, hasta que fue recuperado por una comunidad de monjes benedictinos provenientes de Francia.

Por otro lado, es necesario destacar la decoración escultórica de Silos. Nos hallamos ante el ejemplo principal de la escultura románica de Castilla, con un repertorio variado que incluye escenas religiosas, diversos animales reales o fantásticos (arpías, centauros, grifos...) y motivos vegetales que alcanzan, en el caso del piso inferior del claustro, una excepcional calidad. Es prácticamente seguro que toda la obra se realizó en momentos diferentes y que en ella intervinieron al menos dos distintos maestros, quienes acusan influencias variadas, entre las que pueden contarse las de origen francés y las de procedencia oriental. De todo el conjunto son especialmente destacables los ocho relieves que figuran en las cuatro esquinas de las pandas del claustro que parecen haberse realizado en dos fases, una a fines del siglo XI y la otra probablemente en la primera mitad del siglo XII.




CONTEXTO HISTÓRICO

El arte románico se desarrolla en Europa durante la Alta Edad Media, en el período comprendido entre el siglo X, tras la consolidación de los reinos bárbaros, que terminaron con el Imperio Romano, y el siglo XIII, donde las nuevas estructuras urbanas y comerciales de la Plena Edad Media, dieron paso al nuevo estilo Gótico. El arte románico fue le primer gran estilo artístico europeo de dimensión internacional, que se difundió y desarrolló con mayor o menor intensidad por las diversas zonas de Europa.
Además, en esta sociedad feudal y rural de la Edad Media, donde la agricultura es la base económica, la iglesia será la institución más importante y tendrá lugar la pujanza de este organismo al calor de las órdenes monásticas, las peregrinaciones y las Cruzadas. Gracias a las peregrinaciones, organizadas principalmente por los monjes benedictinos de Cluny, se va a producir una expansión y uniformidad del arte románico por todo el continente. El estilo artístico se adapta a una sociedad ruralizada, inculta, controlada intelectualmente por la iglesia. Por eso va a ser el arte de la irracionalidad, el oscurantismo y el misterio. Se trata de una arte relacionado con la fe, surgido de una cultura  teológica que, al mismo tiempo, servirá para adoctrinar y dirigir mentalmente al creyente. 




Terminamos con dos videos sobre el monasterio de Santo Domingo de Silos:




19 comentarios:

  1. Aunque no esté matriculado, aunque no aparezca en el listado de tus alumnos, Paco, lo soy y aprendo algo adecuadamente. ¡Muchas gracias, Maestro!

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  2. Casi todos los monasterios romànicos se parecen,devido a la influencia Benedictina (como tu bien dices) hace unos meses visité el monasterio de Conques (Francia) el claustro tenia una fuente en el centro y los capiteles historiados, se encuentra en el camino de Santiago en la parte francesa, por cierto habia muchos peregrinos.
    Muy interesante Un abrazo

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  3. Debo repetir que es un lujo poder leer tus entradas, amigo.

    Siempre se aprende algo.

    Unabrazo.

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  4. Estupendo comentario para una excelente obra de nuestro Románico, con ese recuerdo poético de Gerardo Diego.
    Un saludo.

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  5. Pedazo de entrada que nos regalas. Una clase particular de arte románico burgalés. He ido varias veces a Silos. El claustro es una maravilla, no así el monasterio restante. Aunque parezca un aguafiestas pero... ¡cuánbto daño hacen los artistas que detestan un arte para fomentar el suyo propio! Me refiero al amigo Ventura Rodríguez, el que odiaba el Medioevo y sus artes románico y gótico, a los que consideraba bárbaros. Menos mal que en aquellos años de finales del siglo XVIII se quedaron sin pelas, porque si no nos dejan sin claustro también, y nos hacen el churro barroco del templo que vemos hoy.
    Saludos y muy buena entrada que la guardaré por su calidad.
    Juan.

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  6. Que perfección de obra, hay que decir que los claustros romanos son todo una maravilla.
    Saludos

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  7. Las vecs que he ido a Silos me he quedado traspuesta en ese claustro, en el que no hay que perderse algunos símbolos que aparecen en el corredor. La guinda es asistir a uno de los oficios y escuchar a lo monjes cantar gregoriano.

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  8. Hay cinco lugares en España que han logrado ponerme los pelos de punta y hacer que se me saltasen las lágrimas: la Alhambra de Granada, Medina Azahara y la Mezquita de Córdoba, la Sagrada Familia de Barcelona y el monasterio de Santo Domingo de Silos. Quizás sea porque me encontraba antre cinco de los monumentos trascendentales en la Historia de España, no sé, pero sí que es cierto que en ellos se siente algo especial e inexplicable. En mi lista añadiría (aunque no se me saltaron las lágrimas) la catedral de Santiago de Compostela, el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Santa María del Naranco en Oviedo, el Acueducto de Segovia y la Giralda sevillana.
    Saludos

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  9. Hola Paco:
    En estos comentarios hay tantos detalles tan bien explicados que a veces me impresiona que estoy asistiendo a la explicación del guía del monasterio

    Saludos

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  10. Como Amaltea, tuve la oportunidad de escuchar los oficios.La acústica era especial.Saludos, Paco.

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  11. Este es un clasico imperdible. Lo conozco y desde luego es un joya. Hace muchos año que b¡voy por ahí. Sino ya habría subido fotos. Me has despertado las ganas de volver.
    Bss

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  12. Una auténtica maravilla del arte mundial. Una joya única a la que has dedicado un estupendo artículo.

    Un saludo!!

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  13. Me cae gordísimo Gerardo Diego, pero creo que nadie puede pasear por ese claustro sin recordar su poema. Un abrazo, Paco

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  14. Que linda leccion, Paco. Es muy atractivo el entorno de los monasterios. Las imagenes tan fuertes y dramaticas fueron una especie de libro para la sociedad feudal. Besos.

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  15. Lametablemente aún no he podido estar allí, pero todo llegará y si no, pues leyéndote pues ya sabes jejeje. Esas columnas de la primera foto son la leche.

    Un abrazo

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  16. Una maravilla absoluta amigo Paco. Sobretodo los relieves de las esquinas, geniales, estilizadas obras de un taller maestro.
    El otro día estaba en Moissac, otro claustro románico incomparable, lástima que los napoleónicos soldados se divirtieron machacando los rostros de cada capitel.
    Un placer repasar contigo tanta belleza, besitos.

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  17. Que fantasticas construcciones.
    Las vivo a traves de tus imagenes y comentario.
    Jamás seran insitu, pero, disfruto visitarte.

    Cariños

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  18. Cuánto me alegra esta entrada, pues hace dos o tres años en un viaje de Soria a León, pasé por Silos a propósito y sólo puede ver el exterior y la iglesia neoclásica. Ni claustro ni ciprés ni... Un desastre, hoy paliado en parte, hasta una próxima visita, que ya veremos cuando puede ser. Un abrazo Paco.

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  19. Muchísimas gracias por este espacio tan bonito y tan didáctico.
    No conozco Silos, pero es uno de mis sueños.
    Un abrazo.

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Deja tu opinión; me es muy válida. Gracias.