Peter Paul Rubens. Las tres gracias. Óleo sobre lienzo. 1635. Museo del Prado. Madrid.
La pintura
flamenca durante el siglo XVII tuvo en Peter Paul Rubens (1577-1640) a su protagonista indiscutible.
La
naturaleza le dotó de un cerebro prodigioso para desenmarañar los problemas
compositivos de un cuadro y fue un mago del color. Además ,está considerado
como el artista más culto de su tiempo, hablaba y escribía seis lenguas
modernas, además del latín, y estuvo considerado como un sagaz diplomático al
servicio de la política exterior española. Vivió siempre como un hombre rico y respetado.
Rubens es el gran representante del Barroco triunfal y católico, de la Contrarreforma. En él el
barroco brilla con
extraordinaria vitalidad y sin ningún freno. Su estilo podría resumirse en tres
exaltaciones: el color, el movimiento y la forma gruesa. La gama de colores
utilizados, la soltura de la pincelada y el uso de la paleta adquieren una
intensidad pocas veces alcanzada. Su colorido es muy rico y brillante, muy
vibrante, predominando el tono rojo y todas las tonalidades cálidas: azules,
naranjas, amarillos... Su técnica es suelta y ligera, libre, pero de una gran
maestría y seguridad. Sus composiciones adquieren un dinamismo extraordinario;
músculos en tensión, escorzos, diagonales enérgicas, árboles que se retuercen
como sarmientos, suelos ondulantes..., alejándose de sus telas la vertical, la
horizontal y la forma estática. Finalmente, sus mujeres gruesas muestran su
inclinación hacia la figura redonda, las formas robustas y opulentas, tan
propicia para ser plasmada por la técnica pictórica. Todo ello agrupado en
composiciones arracimadas de ritmo turbulento, enroscándose las formas.
Dominó todos los procedimientos
de la técnica pictórica, desde lienzos al óleo hasta murales al fresco, pasando
por los cartones para tapices, el diseño de arcos triunfales para honrar los
recibimientos regios y la ilustración de libros y misales. Con idéntica
maestría tocó todos los temas y géneros, pero renovándolos. Pintó asuntos
religiosos, históricos y mitológicos; cultivó el paisaje, el bodegón y fue un
estupendo retratista. La pintura no tenía secretos para él.
Autor de gran variedad temática, es en sus obras mitológicas donde manifiesta
más plenamente su vitalidad, destacando obras como "Ninfas perseguidas por sátiros", "El juicio de Paris", "El jardín del amor" o "Rapto de las hijas de Leucipo". Su cuadro alegórico de "Las tres Gracias" es uno de los más conocidos en este tema pictórico y en el que nos centramos en su estudio.
El tema se remonta al mundo clásico. Las Gracias son divinidades relacionadas
con el dios Apolo, que formaban parte de su séquito, juntamente con las ninfas.
Se llamaban Eufrósine, Talía y Aglaye. Eran hijas de Zeus y Eurínome. Para
Séneca representaban el triple aspecto de la generosidad, es decir, el dar, el
recibir y el corresponder. Para Hesíodo, en cambio, personificaban la belleza,
la ternura y la amistad. En otros casos, simbolizaban la Castidad, la Belleza y
el Amor, con la inscripción latina Castitas,
Pulchritudo, Amor. Más tarde, los filósofos humanistas florentinos
del siglo XV vieron en ellas las tres fases del amor: la belleza, que suscitaba
el deseo, que llevaba a la satisfacción. En una palabra, se asociaban con el amor, la belleza, la sexualidad y la fertilidad, entendidos como fuerzas generadoras de vida. Desde la antigüedad, solía representárselas desnudas, enlazadas entre sí y danzando.
El pintor flamenco ha cambiado el canon de belleza, empleando el típico de sus pinturas, con mujeres entradas en carnes, robustas pero proporcionadas, elegantes, de cuerpos exuberantes. Rubens mantiene la composición que Rafael había pintado anteriormente, pero cambia la relación de las figuras al presentarlas conectadas entre sí a través de los brazos, el velo transparente y sus miradas. Las Gracias de Rafael rezuman castidad y son el tipo de belleza ideal, mientras que las de Rubens pueden corresponder a la belleza más sensual. Más que las Cárites de la mitología griega, parecen bacantes, en las que destaca la ampulosidad de sus contornos. Las carnaciones claras y palpitantes de los cuerpos de las mujeres irradian luz al resto de la composición.
El pintor flamenco ha cambiado el canon de belleza, empleando el típico de sus pinturas, con mujeres entradas en carnes, robustas pero proporcionadas, elegantes, de cuerpos exuberantes. Rubens mantiene la composición que Rafael había pintado anteriormente, pero cambia la relación de las figuras al presentarlas conectadas entre sí a través de los brazos, el velo transparente y sus miradas. Las Gracias de Rafael rezuman castidad y son el tipo de belleza ideal, mientras que las de Rubens pueden corresponder a la belleza más sensual. Más que las Cárites de la mitología griega, parecen bacantes, en las que destaca la ampulosidad de sus contornos. Las carnaciones claras y palpitantes de los cuerpos de las mujeres irradian luz al resto de la composición.
La
presencia de flores de guirnaldas en la parte superior hace referencia a la
abundancia, el prestigio y la gloria. El fondo del paisaje acentúa la belleza
del conjunto. La escena es de calma y tranquilidad. La sensación de movimiento
que irradian las tres jóvenes es magnífico, dando el efecto de invitar al
espectador a integrarse a la escena. Es un cuadro sin acción, donde sólo
importa el goce para contemplar el cuerpo femenino. La disposición de las Gracias forma un triángulo armonioso, estando la de enmedio
de espaldas, con la cabeza vuelta y apoyada en sus compañeras.
Rafael. Las tres gracias. Óleo sobre tabla. 1504-1505. Museo Condé. Chantilly (Francia).
Se ha interpretado la obra como un canto del artista al amor, la felicidad y el placer derivados de su matrimonio con la joven Helena Fourment. Por tanto, se ha querido reconocer en esta obra las facciones de las dos esposas del
pintor: Isabella Brant y Héléne Fourment. La figura de la izquierda es sin duda
Héléne Fourment, su segunda mujer, que la utilizó varias veces de modelo. El
matrimonio con una mujer treinta y siete años más joven que él, cambió la vida
de Rubens, que haría de su joven esposa la auténtica musa de su pintura, y, a
partir de este momento, casi todas las mujeres que pintó adquirieron su rostro. El
rápido aumento de peso de su segunda esposas, Heléne Fourment, es prueba de que
la grasa constituía un ideal anatómico para el artista.
El fuerte foco de luz que utiliza el maestro resalta el colorido tizianesco de
las muchachas. Rubens conjugó en su estilo la tradición pictórica flamenca con
la italianizante, al estudiar la obra de los maestros italianos del siglo XVI.
Según la opinión de la mayoría de críticos, parece que participaron varias pintores en la realización de la lienzo, más concretamente en las manos y en el paisaje. Esto ha motivado a calificarla como obra de taller. La cronología también mantiene todavía hoy discrepancias, pues no se sabe con seguridad la fecha de su realización situándola dentro de un margen que oscila entre 1625 a 1639. De todas formas, la magnificencia de las figuras, el dinamismo y la riqueza cromática han hecho de esta pintura una magnífica composición, de las mejores obras mitológicas del pintor flamenco, y el ejemplo de las tres gracias por excelencia en la representación mitológica.
Las tres Gracias formaban parte de la colección de Felipe IV, adquirida entre los bienes del pintor, subastados tras su fallecimiento, en 1640. Como pintura de la colección real, Las tres Gracias, pasó al Museo del Prado de Madrid, cuando éste se abrió como institución pública en el siglo XIX y allí podemos apreciarla en la actualidad.
Según la opinión de la mayoría de críticos, parece que participaron varias pintores en la realización de la lienzo, más concretamente en las manos y en el paisaje. Esto ha motivado a calificarla como obra de taller. La cronología también mantiene todavía hoy discrepancias, pues no se sabe con seguridad la fecha de su realización situándola dentro de un margen que oscila entre 1625 a 1639. De todas formas, la magnificencia de las figuras, el dinamismo y la riqueza cromática han hecho de esta pintura una magnífica composición, de las mejores obras mitológicas del pintor flamenco, y el ejemplo de las tres gracias por excelencia en la representación mitológica.
Las tres Gracias formaban parte de la colección de Felipe IV, adquirida entre los bienes del pintor, subastados tras su fallecimiento, en 1640. Como pintura de la colección real, Las tres Gracias, pasó al Museo del Prado de Madrid, cuando éste se abrió como institución pública en el siglo XIX y allí podemos apreciarla en la actualidad.
Dejamos aquí dos videos sobre esta obra mitológica de Rubens:
Cárnica sensualidad, !alegría!
ResponderEliminarEs lo que me transmite la mayor parte de la obra de Rubens.
Besito miercolero.
Aun siendo importantes los personajes y el relato cobra muchísima importancia en las pinturas de Rubens el escenario donde los ubica.
ResponderEliminarEstas carnes rosadas ,el angelote,la guirnalda de rosas,el adornaje del cabello es precioso.De las tres gracias la que mas me gusta es la de la derecha.
Un abrazo feliz día.
Un homenaje a la mitología griega y romana; pero también a la lozanía, a la abundancia, aunque vaya revestida de celulitis. Otros tiempos, otros cánones de la belleza.
ResponderEliminarUn saludo.
Felipe IV tenía buen gusto para el arte. Pero, desde luego, la pintura invita a reflexionar acerca de lo mucho que cambian las modas y el concepto de la belleza.
ResponderEliminarFeliz día
Bisous
Las de Rafaél tienen mejor tipo:-) aunque gozan de mejor salud las de Rubens.
ResponderEliminarLa semana pasada las estuvimos viendo en el Prado con las peques de 6 y 4 años, que nos preguntaban que por qué estaban desnudas.
Lo mejor fue el comentario de la de 4 años ante el cuadro de Pentecostés del Greco.
"Mamá ¿por que a esos se les está quemando el pelo?"
En fin hay que iniciarles a edad temprana.
Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa imagen de las tres bellas, aparte de otras consideraciones estéticas, revelan la mano de un artista que se las sabía todas y que rescataba el gozo de la carne. Hermosas y tan luminosas que sentimos no estar en ese círculo danzante.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡HOLA! soy nuevo por aquí...
ResponderEliminarQuiero felicitar al autor de este blogspot pues el arte clásico y renacentista siempre me ha fascinado.
En esta entrada podemos apreciar como ha ido evolucionando el Ideal de la Belleza Femenina, en tiempos de Rubens eran las mujeres rollizas y "de doble pechuga" las que se consideraban guapas, pero no así en nuestra días, donde son las mujeres extremadamente delgadas, con aspecto anémico, las top models y las misses quienes "triunfan" en las pasarelas de la fama.
Sólo quiero hacer una pequeña correción en cuanto a este tema y espero que el autor no lo tome a mal: las Cárites o Gracias formaban parte del séquito de Venus Afrodita. Eran las Musas las que atendían a Apolo.
¡Felicitaciones al autor! por la dedicación y el esfuerzo de este blogspot...
:D El canon de Rubens debería ser el que dominase y yo no tendría que pasarme la vida a dieta, "dieta sea"...grrr Las de Rafael, y eso que también son bastante abundantes, quedan deslucidas, como menos gracias, vaya :D
ResponderEliminarUn beso, Paco
No sabía que fuese tan culto, pues hablar y escribir seis lenguas en aquel tiempo no era muy corriente e incluso hoy en día.
ResponderEliminarLas tres gracias una obra perfecta.
Un abrazo
Muy bien analizada esa significación alegórica y pictórica de "Las tres Gracias". Me ha encantado conocerla.
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte, Paco.
Un abrazo.
!Que buenos análisis realizas siempre!.La verdad es un privilegio ser tu alumna sin pagar tasas y sin exámenes.Así me siento yo
ResponderEliminarSaludos
Encantada de visitarte e impregnarme de estos bellisimos sentires.
ResponderEliminarBellisimas,su exhuberancia trasciende edades.
Es vida, vitalidad, color, dulzura, amor, pasion.
Tres talle S no serian lo mismo.
Saludos
Querido Paco, como "Apoteosis de la celulitis" oí yo definir este cuadro de Rubens hace años; bien demuestra el pintor que los cánones de belleza han cambiado, y mucho, a lo largo de la historia.
ResponderEliminarSi me lo permites y con la venia del amigo FREDERICKjotoBARRAZA, haré una puntualización necesaria a la corrección, amparándome en la autoridad del mayor experto en materia de mitología grecorromana, Pierre Grimal, que para mí es, obviamente, referencia de cabecera. "Las Cárites -en latín, las Gracias- son divinidades de la belleza y, tal vez en su origen, potencias de la vegetación. Habitan en el Olimpo en compañía de las Musas, con las cuales forman a veces coros. Pertenecen al séquito de Apolo, el dios músico y se les atribuye toda clase de influencias sobre los trabajos del espíritu y las obras de arte.Acompañan gustosas a Atenea, así como a Afrodita y Eros, y a Dioniso". ("Diccionario de Mitología griega y romana", edit. Paidós, Barcelona)
Mil bicos, maestro.
Hola Paco, me encantan las luminosas Las Tres Gracias, de Rubens.
ResponderEliminarUn beso.
¡Genial, como de costumbre, Paco! Hubo un tiempo que visitaba muchas veces el Museo del Prado y siempre me recreaba en esta obra.
ResponderEliminarUn abrazo
Para el próximo mes de abril me han pedido una conferencia sobre el cuadro de Botticelli La primavera. Como bien sabes, ahí también hay tres gracias ejecutando una grácil danza.
ResponderEliminarRubens es mucho más corpóreo y sus figuras responden perfectamente al ideal de belleza de su época.
Un saludo!!
A raíz de la contemplación de este cuadro surge la teoría del concepto de belleza a lo largo de la Historia, y cómo se ha perdido el canon clásico, musculoso y fibroso, propio de la escultura de Grecia y Roma. Rubens toma como modelo a las mujeres de su tiempo y de su espacio, carnosas, llenas de vida, esplendorosas féminas bien alimentadas y fértiles.
ResponderEliminarUn saludo
Siempre me alegras con el arte. ¡Y el amor! Besazos.
ResponderEliminarEsta pintura es una de mis favorita de Rubens. Te he comentado antes, que una escultura sobre las tres gracias está en una de las entradas de la Universidad Central de Venezuela.
ResponderEliminarSaludos
Me guasta más la de Rubens. Entiendo poco de pintura pero se ve más natural y con mejor luz.
ResponderEliminarHoy día no servirían para modelo,las quieren más escuálidas.
Un beso.
Qué exuberante y magnífico.
ResponderEliminarUn abrazo Paco.
Fondonas, saludables para su epoca.
ResponderEliminarsaludos.
Agraciadas...Las Tres Gracias, amor, belleza, fertilidad, sexualidad, armonía y luminosidad.
ResponderEliminarGracias Paco por tan ilustrativo post.
Me encantó.
Besitos.
Sensualmente linda! Deliciosa entrada de conhecimento e harmonia.
ResponderEliminarBeijos.
°º✿彡
ResponderEliminarOs seus textos são aulas fáceis de serem entendidas, ilustradas com essas maravilhosas pinturas.
Obrigada pelas aulas!
Bom domingo!
Beijinhos do Brasil. 彡✿º°
°º✿✿º°