E.L. Kircher. Cartel de presentación del grupo "Die Brücke" en la Galería Arnold de Dresde. 1910.
Esta es una entrada repetida, publicada el 20 de mayo de 2010.
En
el XX los valores establecidos desde hacia siglos se alteran. El
artista, inmerso en estos cambios, se sitúa en una nueva dimensión y la
innovación en todos los campos de la expresión artística definen esta
etapa. Es importante tener en cuenta la fecundidad del arte
contemporáneo, que provoca la aparición de corrientes yuxtapuestas, a
veces de efímera duración, reflejo de los cambios acontecidos y de la
gran capacidad creadora del hombre.
El
arte sufre la mayor transformación rompiendo con las convenciones
establecidas desde el Renacimiento sobre la perspectiva y sobre la
representación figurativa. El artista busca una forma diferente de
expresar las realidades cambiantes, dan valores subjetivos al color e
insisten en la velocidad y la simultaneidad como elementos
condicionantes de la vida contemporánea.
Las
tensiones sociales y políticas son graves durante la primera mitad de
siglo, y tanto la guerra como el período en entreguerras provocan en los
artistas su ira, su frustración ante lo absurdo, su necesidad de
expresar la dureza del mundo que están viviendo, distanciándose de los
lenguajes y de las formas tradicionales. Es importante tener en cuenta
que muchos de los artistas de las primeras vanguardias se afilian o
participan activamente en movimientos políticos de diferentes signos. La
guerra afecta directa e indirectamente a los hombres y la presión
psicológica y el testimonio de la catástrofe quedan presentes en la obra
gráfica de los vanguardistas.
Con el
término Expresionismo se debe entender un movimiento cultural surgido
en Alemania a principios del siglo XX, que tuvo plasmación en un gran
número de campos: artes plásticas, literatura, música, cine, teatro,
danza, etc. Su primera plasmación se produce en la pintura,
coincidiendo con el Fauvismo y el Cubismo, siendo estos movimientos los
primeros exponentes de las vanguardias artísticas. en la que prima la
expresión subjetiva sobre la representación de la objetividad. Este
término engloba obras y autores de un amplio período y países, con
distintas inclinaciones y diferentes formas de ver el arte, además de
una formación diferente, aunque el país donde esta vanguardia alcanza
mayor intensidad es en Alemania. Todos tienen en común su reacción
contra el Impresionismo y el naturalismo de finales del XIX, propugnando
una visión interior, el subjetivismo y la expresión frente a la
plasmación de la realidad (impresión).
El Expresionismo plantea
las angustias vitales del hombre y por esto tiene una carga dramática,
pesimista y crítica. Surge en la Europa prebélica y continúa durante y
tras el desarrollo de la Primera Guerra Mundial (1914-18), tratando de
reflejar la expresión de dolor, frustración, soledad e incomunicación
del hombre y de Europa tras 1917.
Eduard Munch. El grito. Primera versión. Óleo, pastel y temple sobre cartón (91 x 73 cm.). 1893. Galería nacional de Oslo.
Sus
rasgos generales se acentúan en períodos de crisis. El valor
fundamental es la libertad individual de expresión, pero con unos nexos
comunes: El artista expresa emociones, queriendo reproducir en el
espectador sus sentimientos. Los momentos de tensión, frustración,
soledad, angustia y desgarramiento político provocan en la paleta de
estos pintores la expresión de un grito de protesta. Los artistas
expresionistas sienten la necesidad de cambiar la vida y renovar el
lenguaje artístico (colores violentos, líneas muy marcadas, temática de
amargura y soledad...). El expresionismo defendía la libertad
individual, la primacía de la expresión subjetiva, el irracionalismo, el
apasionamiento y los temas prohibidos –lo morboso, demoníaco, sexual,
fantástico o pervertido–. Intentó reflejar una visión subjetiva, una
deformación emocional de la realidad, a través del carácter expresivo de
los medios plásticos, que cobraron una significación metafísica,
abriendo los sentidos al mundo interior, del existencialismo más
profundo.
Entendido
de esta forma, el expresionismo es extrapolable a cualquier época y
espacio geográfico. Así, a menudo se ha calificado de expresionista la
obra de diversos autores como El Bosco, Grünewald, Pieter Brueghel el
Viejo, El Greco, Francisco de Goya, pero también de Gauguin, Van Gogh o
los nabi y simbolistas. Algunos historiadores, para distinguirlo,
escriben “expresionismo” -en minúsculas– como término genérico y “Expresionismo”
–en mayúsculas– para el movimiento alemán. Está claro que todos estos y
otros autores influyeron grandemente en la formación del movimiento
expresionista.
En
Alemania, las ciudades de Dresde, Munich y Berlín son los centros
culturales y de contactos artísticos, junto con París, donde surgen
agrupaciones de artistas que perfilan el expresionismo. Este grupo no
tiene una línea programática preestablecida; cada artista o grupo
trabaja de forma independiente, aunque todos insisten en la libertad
individual, el irracionalismo, la primacía del yo, el apasionamiento, la
aplicación violenta de los colores, la recurrencia a lo prohibido o
morboso y a las figuras carcomidas o deformadas.
Para hacer un estudio de la pintura expresionista, lo haremos divideindo a los pintores en grupos:
1) Precursores o primeros expresionistas
Edward Munch
(1863-1944). Cuando expone por primera vez en Berlín, en 1892, este
pintor noruego escandaliza y su exposición es clausurada. Munch se
consagra al estudio de los problemas psicológicos de la sociedad
moderna, por ellos enfermedad y muerte se convierten en una constante en
su obra (su madre y su hermana murieron de tuberculosis y él estuvo muy
enfermo). Su interior torturado expulsa temas obsesivos como el sexo,
la enfermada y la muerte. La forma nace con la participación subjetiva
en el objeto del cuadro, objeto que en primer lugar es el hombre con sus
sentimientos y sus sensaciones, elementos que hasta entonces han estado
vedados. Sus obras se caracterizan por las curvas sinuosas, el colorido
arbitrario o la sensación opresiva. El grito,
su obra más conocida, la describe el autor como expresión de soledad,
angustia y miedo al sentir la fría, vasta e infinita naturaleza, con
colores irreales, violentos, que enlazan el paisaje y sitúan en el
centro la persona en situación desesperada. Esta obra es el símbolo de
la soledad y la incomuncación, además de la impotencia. La naturaleza
oscila, se curva y se transforma al mismo ritmo que el personaje del
primer plano; éste no expresa ya una soledad remediable, sino la
angustia absoluta, la soledad del hombre ante la vida y la muerte. Otras
obras son La niña enferma, La danza de la vida, Atardecer en Karl Johan o Ansiedad.
J. Ensor. Entrada de Cristo en Jerusalen. Óleo sobre lienzo. 1889.
Museo Real de de Bellas Artes de Bruselas.
Jamas Ensor (1860-1949). Belga, hereda de su país lagran tradición pictórica flamenca por lo anecdótico y lo burlesco; su técnica es de colores vivos y textura fina o compacta. Le gusta lo burlesco y lo absurdo o brutal (esqueletos, vagabundos, borrachos, máscaras...). Sus temas son populares, traduciéndolo en escenas enigmáticas e irreverentes, de carácter absurdo y burlesco, con un sentido del humor ácido y corrosivo.Las máscaras, presentes en sus obras, son grotescas hasta llegar a lo macabro. Su obra más conocida es Entrada de Cristo en Bruselas, donde representa la Pasión de Jesús en medio de un desfile de carnaval, obra que causó un gran escándalo en su momento. Otras obras son Vieja con máscara, Esqueletos disputándose el cuerpo de un ahorcado o Autorretrato con máscaras.
Georges Rouault
(1871-1954), francés, tiene preocupaciones morales y religiosas;
utiliza un colorido oscuro, con líneas gruesas que subrayan los perfiles
(como una vidriera), siendo uno de los expresionistas más clásicos.Hace
muchas caricaturas despiadadas de jueces y políticos (revela cierta
influencia de Daumier), y más tiernas de payasos. Más adelante presta
más atención a la temática religiosa, con un colorido más intenso que
resalta entre los gruesos perfiles negros. Algunas obras son Clown, El viejo rey, La pasión...
G. Rouault. Clown trágico. Óleo y gouache sobre papel y madera (38 x 27 cm.). 1911.
Colección privada.
G. Rouault. El viejo rey. Óleo sobre lienzo (77 x 54 cm.). 1937. Carnegie Institute. Pittsburg.
2) Die Brücke (El punte)
Es
el grupo de pintores alemanes fundado en Dresde en 1905. Inicialmente
lo constituyen unos estudiantes de arquitectura que desean ejercer
conjuntamente actividades artísticas. Kirchner, Heckel, schmidt-Rottluff
y Bleyl. El programa que preconizan no es demasiado coherente y se basa
en la devoción a Van Gogh y en el rechazo al arte de su tiempo, así
como la exaltación de un cierto romanticismo artesanal.Tienen en común
algunas técnicas y propósitos, como el uso de colores planos y
arbitrarios, los tonos oscuros con inclusión del negro, el alargamiento
de las figuras, las coincidencias temáticas (desnudos, animales,
bailarinas,...), los contornos negros y muy marcados y la fuerza de la
línea. El grupo desaparece como asociación en 1913. Destacan dentro de
este grupo Kirchner, Nolde y más tarde Max Pechstein y Erich Heckel .
Ernst Ludwig Kirchner
(1880-1938) es considerado el jefe de este grupo; destaca por sus
formas angulosas y la deformación de los cuerpos (inspiradas en la
deformación cubista o en el diseño de los grabados xilográficos), que
no facilitan las líneas finas ni las incurvaciones, así como por su
paleta estridente y los temas que sacan fuera los oscuros deseos
que laten en el fondo de los seres humanos. Recupera la xilografía y los
grabados medievales, muy influido por las vidrieras góticas y sus
imágenes fragmentadas. Los temas que trata son generalmente escabrosos,
en sintonía con la forma de mostrarlos: prostitución, locales nocturnos
de dudosa reputación, calles angostas con personajes trajeados: La calle, Calle con buscona de rojo, Danza negra, Calles de Dresde...
E.L. Kircher. Calle con buscona de rojo. Óleo sobre lienzo (120 x 90 cm.). 1914.
Museo Thyssen-Bornemisza. Madrid.
E.L. Kirchner. La calle. Óleo sobre lienzo (121 x 91 cm.). 1913. Museum Modern Art.
Nueva York.
Nueva York.
Emil Nolde
(1867-1956). Su crispado manejo del pincel, la utilización de colores
vivos y estridentes y las figuras de rostros a modo de máscaras
pretendían provocar en el espectador un shock visual y emocional. Es un
hombre inquieto e independiente y sus telas violentas y tumultuosas son
lo mejor de su obraSus paisajes siempre son inquietantes y amaenazadores
y los rostros de sus personajes son como una máscara grotesca que
siempre revela con crudeza emociones básicas. Más tarde hace obras
místicas donde traduce el lenguaje expresionista al tema bíblico, con
colores arremolinados en manchas estridentes y la brutal sensualidad en
los rostros. Ejemplo son La última cena, Susana y los viejos y Pentecostés.
Emil Nolde. La última cena. Óleo sobre lienzo (86 x 107 cm.). 1909. Statens Museum
for Kunst. Copenhague.
3) Der Blaue Reiter (El jinete azul)
Este
es el nombre de este grupo surgido en Munich en 1911, representando la
segunda oleada expresionista. El nombre lo adoptan Kandinsky y Marc en
un cafe charlando sobre su gusto por los caballos y el color azul. Las
características comunes de este grupo son el dinamismo y el simbolismo
en el uso del color y la tendencia a la abstracción, así como la
libertad creadora del artista y la expresión personal y subjetiva de sus
obras. Estos artistas han hecho dos aportaciones especiales al
expresionismo: por una parte han dado consistencia teórica al movimiento
y por otra han hecho evolucionar a la pintura desde la representación
hasta la abstracción total.
Destaca dentro de este grupo el pintor ruso Vasili Kandinsky
(1866-1944), considerado como uno de los más brillantes teóricos del
siglo y precursor del arte abstracto del siglo XX. Cree que la forma y
el color pueden ser libre de todo contenido simbólico y que las formas
pueden dar expresión a una necesidad interior. Sus obras se basan en la
improvisación, en la velocidad de trazado y valores intuitivos, en el
espíritu y en la necesidad interior. En su libro "De lo espiritual en el
arte" sostiene que todo arte auténtico es la expresión exterior de una
necesidad interior, y por lo tanto a una época angustiada debe
corresponder un arte angustiado. Con su concepción de la pintura como
expresión mediante colores, de las emociones, el arte pictórico se
aproxima a la música, que plasma no imágenes ni formas sino
sencillamente emociones mediante el lenguaje de los sonidos. Kandinsky
postula así la evasión de la objetividad y se sumerge en una pintura de
ritmo rotativo, salpicada de manchas de color y de signos gráficos de
valor emocional para explicar su mundo interior. El camino de la
abstracción estaba abierto. Destacan su Primera acuarela abstracta, Improvisaciones, Amarillo-rojo-azul...
V. Kandinsky. Primera acuarela abstracta. Óleo sobre lienzo (50 x 65 cm.). 1912. Centro Georges Pompidou. París.
V. Kandinsky. Amarillo, rojo, azul. Óleo sobre lienzo (127 x 200 cm.). 1925.
Centro Georges Pompidou. París.
Centro Georges Pompidou. París.
Franc Marc
(1880-1916) es, junto a Kandinsky, el otro fundador del grupo. Imbuido
de un gran misticismo (fue estudiante de teología), se consideraba un
pintor “expresivo”, intentando expresar su yo interior. Su obra fue
bastante monotemática, dedicándose principalmente a los animales,
especialmente los caballos. Pese a ello, sus tratamientos eran muy
variados, con contrastes muy violentos de color, sin perspectiva
lineal. El tema es la fuerza vital de la naturaleza, el bien, la belleza
y la verdad del animal que el autor no ve en el hombre, al cual no
representa. Marc intenta representar el mundo tal como lo ve el animal,
mediante la simplificación formal y cromática de las cosas. Cuando se
cansó de este tema, cada vez se acercó más al Futurismo y al Cubismo. Su
obra evolucionará con el tiempo hacia una mayor abstracción y
sobriedad, hasta culminar en la abstracción expresiva. Su obra más
conocida es Los caballos azules. Otras obras son Vaca amarilla, Pequeños caballos azules...
En esta misma línea pueden situarse muchas composiciones geométricas y simbólicas de Paul Klee
(1879-1940). Suizo de nacimiento, de formación musical, se pasó a la
pintura, denotando como Kandinski un sentido pictórico de evanescencia
musical, tendente a la abstracción, y con un aire onírico que le
llevaría al surrealismo. Parte de la visión del color como elemento
dinamizador del cuadro, que sería la base de sus composiciones, donde
perdura la forma figurativa combinada con una cierta atmósfera
abstracta, en curiosas combinaciones que serían uno de sus sellos
estilísticos más reconocibles. Klee recreó en su obra un mundo
fantástico e irónico, cercano al de los niños o los locos. Obras suyas
son Lugar golpeado, Pequeño abeto o Ad Parnassum.
Frnac Marc. Los grandes caballos azules. Óleo sobre lienzo (105 x 181 cm.). 1911. Walker Art Center. Minneapolis (USA).
August Macke
(1887-1914) fue un pintor que evolucionó desde el expresionismo, con
influencias de Rembrandt, hasta el fauvismo y el cubismo, llegando a la
abstracción por influencia de Kandinsky y Delauny, hacía una abstracción
racional, geométrica, con manchas lineales de color y composiciones
basadas en planos geométricos coloreados. Como Marc, murió muy pronto en
el frente de la 1ª Guerra Mundial. Obras suyas son Muchachas bajo los árboles o Vista de una calle.
Aunque no propiamente del grupo del Jinete azul y más unido a la llamada Escuela de Paris, el ruso Chaim Soutine
(1894-1943) tiene una pincelada deformada con figuras corroídas y
arrugadas y naturalezas muertas repulsivas, totalmente
antigastronómicas. Todo ello es fruto de su personalidad violenta y
autodestructiva, que le llevó a romper muchas de sus propias obras y a
pintar con una pincelada aparentemente incontrolada. (El buey en canal, Botones...).
Chaim Soutine. El buey en canal. Óleo sobre lienzo (140 x 107cm.). 1926. Colección particular.
A. Macke. Muchachas bajo los árboles. Óleo sobre lienzo (120 x 159 cm.). 1914. Neue Pinakothek. Munich.
4) El Grupo de Viena
Durante
la guerra algunos pintores necesitan expresar su dolor ante la
irracionalidad y la destrucción de la guerra. En Austria, los
expresionistas recibieron la influencia del modernismo alemán y
austríaco, así como del simbolista Gustav Klimt. El expresionismo
austríaco destacó por la tensión de la composición gráfica, deformando
la realidad de forma subjetiva, con una temática principalmente erótica
(Schiele) o psicológica (representada por Kokoschka). En contraposición
al impresionismo y el arte académico decimonónico preponderante en la
Austria del cambio de siglo, los jóvenes artistas austríacos siguieron
la estela de Klimt en busca de una mayor expresividad, reflejando en sus
obras una temática existencial de gran trasfondo filosófico y
psicológico, centrado en la vida y la muerte, la enfermedad y el dolor,
el sexo y el amor.
El checo Oscar Kokoschka
(1886-1980) expresará el asco y la repugnancia por la degradación a la
que ha llegado la humanidad, convirtiéndose en el guía de los pintores
jóvenes, reivindicando el amor y la inocencia frente al horror
colectivo; utiliza trazos gruesos y manchas de color como torbellinos,
que no abandona durante toda su vida. Hace composiciones donde el
espacio cobra gran protagonismo, un espacio denso, sinuoso, donde se ven
sumergidas las figuras, que flotan en él inmersas en una corriente
centrífuga que produce un movimiento espiral. Su temática solía ser el
amor, la sexualidad y la muerte, dedicándose también a veces al retrato y
el paisaje. Destacan La Novia del viento, Los paganos y La Tempestad.
Egon Schiele (1890-1918) fue discípulo de Klimt; su obra giró en torno a una temática basada en la sexualidad, la soledad y la incomunicación, con cierto aire de voyeurismo, con obras muy explícitas por las que incluso estuvo preso, acusado de pornografía. Dedicado principalmente al dibujo, otorgó un papel esencial a la línea, con la que basó sus composiciones, con figuras estilizadas inmersas en un espacio opresivo, tenso. Recreó una tipología humana reiterativa, con un canon alargado, esquemático, alejado del naturalismo, con colores vivos, exaltados, destacando el carácter lineal, el contorno. Obras suyas son Pareja de mujeres, Desnudo femenino sentado, desnudo con medias rojas, sus autorretratos...
O. Kokoschka. La novia del viento. Óleo sobre lienzo (181 x 220 cm.). 1914.
Kunstmuseum de Basilea
Egon Schiele (1890-1918) fue discípulo de Klimt; su obra giró en torno a una temática basada en la sexualidad, la soledad y la incomunicación, con cierto aire de voyeurismo, con obras muy explícitas por las que incluso estuvo preso, acusado de pornografía. Dedicado principalmente al dibujo, otorgó un papel esencial a la línea, con la que basó sus composiciones, con figuras estilizadas inmersas en un espacio opresivo, tenso. Recreó una tipología humana reiterativa, con un canon alargado, esquemático, alejado del naturalismo, con colores vivos, exaltados, destacando el carácter lineal, el contorno. Obras suyas son Pareja de mujeres, Desnudo femenino sentado, desnudo con medias rojas, sus autorretratos...
E. Schiele. Autorretrato con vasija negra. Óleo sobre madera (27,5 x 34 cm). 1911.
Historisches Museum der Stadt. Viena.
E. Schiele. Desnudo femenino sentado. Tinta y acuarela sobre papel (48 x 32 cm.). 1914. Graphische Sammlung der Albertina. Viena
5) La Nueva Objetividad alemana
El grupo Neue Sachlichkeit
(Nueva Objetividad) surgió tras la Primera Guerra Mundial como un
movimiento de reacción frente al expresionismo, retornando a la
figuración realista y a la plasmación objetiva de la realidad
circundante, con un marcado componente social y reivindicativo.
Desapareció en 1933 con la llegada del Nazismo. El ambiente de pesimismo
que trajo la posguerra propició el abandono por parte de algunos
artistas del expresionismo más espiritual y subjetivo, de búsqueda de
nuevos lenguajes artísticos, por un arte más comprometido, más realista y
objetivo, duro, directo, útil para el desarrollo de la sociedad, un
arte revolucionario en su temática, si bien no en la forma. Los artistas
se separaron de la abstracción, reflexionando sobre el arte figurativo y
rechazando toda actividad que no atendiese a los problemas de la
acuciante realidad de la posguerra.
Los principales exponentes de la Nueva Objetividad fueron:
George Grosz (1893-1959)
procedente del dadaísmo, estaba interesado por el arte popular. Mostró
desde joven en su obra un intenso disgusto por la vida, que se convirtió
tras la guerra en indignación. En su obra analizó fría y metódicamente
la sociedad de su tiempo, desmitificando a las clases dirigentes para
mostrar su lado más cruel y despótico. Cargó especialmente contra el
ejército, la burguesía y el clero, en series como El rostro de la clase dominante o Ecce Homo,
en escenas donde predomina la violencia y el sexo. Sus personajes
suelen ser mutilados de guerra, asesinos, suicidas, burgueses ricos y
rechonchos, prostitutas, vagabundos, etc., en figuras escuetas,
silueteadas en pocos trazos, como muñecos. Técnicamente, empleó recursos
de otros estilos, como el espacio geometrizante del cubismo o la
captación del movimiento del futurismo. Otras obras son Cuento de navidad o Día gris.
Otto Dix (1891-1969), iniciado en el realismo tradicional, con influencia de Cranach
y Durero, en Dix la temática social, patética, directa y macabra de la
Nueva Objetividad quedaba enfatizada por la representación realista y
minuciosa, casi diáfana, de sus escenas urbanas, pobladas por el mismo
tipo de personajes que retrataba Grosz: asesinos, lisiados, prostitutas,
burgueses y mendigos. Expuso de manera fría y metódica los horrores de
la guerra, las carnicerías y matanzas que presenció como soldado: así,
en la serie La Guerra se inspiró en los grabados de Goya y de Callot. Obras suyas son El salón, Retrato de Helen Von Herden o Hugo Erfuth con perro.
O. Dix. Retrato de Silvia Von Herden. Óleo y témpera en madera (121 x 89 cm.). 1927. Centro Georges Pompidour. París.
G. Grosz. Metrópolis. Óleo sobre lienzo (100 x 102 cm.). 1917. Museo Thyssen-Bornemiza. Madrid.
Max Beckmann:
de formación académica e inicios cercanos al impresionismo, el horror
de la guerra le llevó como a sus compañeros a plasmar de forma cruda la
realidad que lo envolvía. Acusó entonces la influencia de antiguos
maestros como Grünewald, Brueghel y El Bosco, junto a nuevas
aportaciones como el cubismo, del que tomó su concepto de espacio, que
se vuelve en su obra un espacio agobiante, casi claustrofóbico, donde
las figuras tienen un aspecto de solidez escultórica, con contornos muy
delimitados. En su serie El infierno
hizo un retrato dramático del Berlín de posguerra, con escenas de gran
violencia, con personajes torturados, que gritan y se retuercen de
dolor. Destacan su Quappi con suéter rosa, Chicas jugando con perros...
6) El Expresionismo en España
La primera generación expresionista podría estar representada en España por artistas como Isidro Nonell y Ramón Casas. Isidro Nonell
(1873-1911) refleja los bajos fondos barceloneses de principios de
siglo. Partiendo del Impresionismo y de una pintura alegre, deriva hacia
una temática social, reflejando la miseria y la angustira de los pobres
y los marginados (Gitanas, Cola de pobres, Esperando la sopa...). Ramón Casas
(1866-1932) utiliza una paleta más clara y menos patética, pero los
temas que elige son plenamente expresionistas, de alegatos contra la
vilencia represiva de la autoridad: La Carga o Garrote vil.
Isidro Nonell. Pobres esperando la sopa. Óleo sobre cartón (51 x 65,5 cm.). 1899.
Museo de Montserrat. Barcelona.
Más
adelante, ya bien entrado el siglo XX, una línea tremendista, de
crítica social, arraiga en pintores de múltiples tendencias y de diversa
calidad. El mejor de todos es José Gutiérrez Solana
(1886-1945), que denuncia situaciones más abstractas y generales,
ligadas a fenómenos antropológicos y culturales seculares. Es el pintor
español más cercano al Expresionismo europeo. Pinta, con una paleta
sombría y oscura, disfraces poulares, desfiles, personajes de los bajos
fondos y procesiones siniestras: La visita del obispo, La España negra...
Otro pintor español cercano al Expresionismo es Ignacio Zuloaga
(1870-1945), quien conserva los rasgos costumbristas de Gutiérrez
Solana, pero su paleta es más brillante, y su visión de los tipos y
costumbres populares menos dramática y desgarrada (El retablo de maese Pedro, Morenita con chal blanco... ).
J. Gutiérrez Solana. La visita del obispo. Óleo sobre lienzo (161 x 211 cm.). 1926. Museo Español de Arte contemporáneo. Madrid.
Huy Paco, muchísinas gracias por esta entrada tan exhaustiva y aclaratoria; sabías que me encantaba el expresionismo y la verdad que no sabía la razón, aunque la regla de oro funciona como en todas partes, los semejante se identifica a sí mismo en cualquier lugar y de cualquier manera. Esto es algo muy patente en todo tipo de arte, y en la música, ineludiblemente, aunque los factores culturales y las raíces de cada cual revistan esa "onda" con su particular capa. La gracia consiste en poder ver, en plan rayos x, a través suyo.
ResponderEliminarGracias guapo, te digo de nuevo.
Me ha encantado esta entrada tan exhaustiva, con tanto color y un punto de melancolía y tragedia, como fue su época histórica.
ResponderEliminarY además, Paco, te agradezco el esfuerzo de haber llegado al siglo XX. Creo que ni en Historia ni en Arte conseguí completar el temario.
Un abrazo.
Un estudio muy completo de una tendencia poco considerada muchas veces, tal vez porque el "feísmo" forma parte de su estética. Es un grito desesperado en la noche de la vieja Europa, un continente que se derrumba. Con razón fue una corriente perseguida por el nazismo, porque tiene mucho de denuncia, de crítica, de malestar... Por eso se acude muchas veces a Goya buscando en las Pinturas negras ciertas raíces. Como dice Valle- Inclán en "Luces de Bohemia", un gran esperpento y para más señas expresionista, "el esperpentismo, la deformación grotesca, lo ha inventado Goya".
ResponderEliminarUn saludo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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ResponderEliminarUna nueva lección desde la cátedra, maestro, y como siempre, con el marchamo de los grandes.
ResponderEliminarMi admiración y un abrazo.
Si te digo la verdad a partir de este momento es cuando me empiezo a perdwer en la Historia del Arte. Quizás es porque no he logrado que me expliquen bien los istmos y lo que viene detrás, puede ser. Después de postimpresionismo empieza para mí el desierto, a excepción hecha quizás del cubismo, de las tendencias realistas, del futurismo y del surrealismo. Por cierto, que la pintura de Nonell me gusta por su crudo realismo y es una pena que muriera a una edad tamn temprana (no sé si llegó más allá de los cuarenta). Se merece una gran exposición en España, como también se lo merece uno de los grandes: Zuloaga.
ResponderEliminarSaludos
Ameno y didactico, como siempre.
ResponderEliminarMe gusta mucho Kandinsky.
Un abrazo.
Gran post. El expresionismo no es de mi favoritos, pero una interesante y didáctica lección sobre este movimiento artístico...
ResponderEliminarSaludos Paco
Como siempre una información exhaustiva sobre el tema elegido. A mi no es la pintura que más que me gusta, aunque reconozco que unos cuadros me llegan más que otros.
ResponderEliminarEnhorabuena por esta lección magistral sobre el impresionismo.
Un abrazo y feliz semana
Insisto en que me gusta mucho Kandinsky, aunque no recuerdo si lo habia dicho aqui ;D Y me impresiona fuertemente La Visita del Obispo, es muy intensa.
ResponderEliminarSaludos.
En mayo de 2.010 ni siquiera había abierto el blog, así que me alegro mucho de esta recuperación.
ResponderEliminarDesde luego el famoso "El grito" de Munch, es una pintura extraña, pero que no deja indiferente, sin embargo me ha gustado más "La calle con buscona de rojo" de Kirchner. Y por cierto es la segunda vez en pocos días que oigo hablar del grupo "el jinete azul". Esto sí que es un buen repaso. Un abrazo Paco.
He leído la entrada con gran interés, porque estas épocas nunca las estudié y algunos pintores me suenan de las subastas o de las noticias.
ResponderEliminarMuy interesante.
Un saludo.
Este es sin duda ninguna mi periodo favorito de la historia del arte y no solo por la pintura, sino también por otras artes como la arquitectura y, por supuesto, el cine alemán de la época con títulos maravillosos. Toda la convulsión política y social del momento encontró un cauce de expresión artística del máximo nivel.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Vuelvo después de tiempo a tu página y como siempre es maravillosa tu dedicación y precisión en la descripción de esta época, paso a enlazarte a mi página EMBAM, en un ejercicio de actualización de mi blog...un abrazo muy fuerte desde azpeitia
ResponderEliminarNo me gusta este periodo, es màs en el marco histórico creo que da a entender todo lo que se estaba cociendo en la Europa central,el tiempo le ha hecho justicia dándonos a entender lo que se avecinaba. Psicologicamente me supera.
ResponderEliminarSALUDOS.
que buen articulo muy explicito y las imágenes adicionales muy buenas, saludos.
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