Obra: La primavera. Gallería degli Uffizi. Florencia.
Autor: Alessandro Botticelli (1445-1510).
Género: Pintura mitológica. Temple sobre tabla (203 x 314 cm.).
Cronología: Quatrocento. S. XV (1477-1478).
Estilo: Arte del Renacimiento (Italia).
Otras obras del autor: "El nacimiento de Venus", "El hombre del medallón", "Palas Atenea dominando al centauro", "La calumnia de Apeles"...
ANÁLISIS:
La técnica usada para la realización de La Primavera es el temple (mezcla de los pigmentos mediante huevos) sobre tabla. Esta obra tiene un formato monumental, con figuras de tamaño natural y grandes dimensiones. Esto es algo curioso, pues es de destacar su enorme formato en relación con lo habitual de la época, ya que las pinturas de estas dimensiones, se reservaban siempre para la representación de los temas sacros. Lo primero es describir e identificar los personajes de la obra: en el centro aparece Venus, la diosa del amor; a la derecha, Céfiro, el viento que persigue a la ninfa de la Tierra, Cloris, que al ser tocada por él se trasforma en Flora, diosa de la vegetación y de las flores; encima de Venus está Cupido, que dirige sus flechas a las tres Gracias, en concreto a la del centro, Castitas, que mira al dios Mercurio, mensajero de los dioses y nexo entre el cielo y la tierra.
Todos los personajes están situados en un paisaje de naranjos, árboles tradicionalmente relacionados con la familia Médicis. En suelo es una capa de hierba muy oscura con flores típicamente toscanas (jacintos, iris, clavellinas, siemprevivas...). También existen otros tipos de flores que Flora porta en su cabeza y ropaje como las violetas.
Esta obra destaca tanto por su gran realismo que encontramos en la figuras y en el estudio tan detallado de la anatomía, como por su naturalismo; y también es un claro ejemplo de retrato. Estos retratos se representan: la Gracia de la derecha es Caterina Sforza, la Gracia del medio podría ser Semiramide Appiani, mujer de Lorenzo il Popolano que está representado en el Mercurio; esta Gracia mira fijamente a su marido (Mercurio). Y la Gracia de la derecha podría ser Simonetta Vespucci, que fue un prototipo de belleza para Botticelli y amante de Giuliano de Médicis (aunque hoy se piensa en un amor más del tipo caballeresco o amor cortés).
En general se aprecia en general un ambiente melancólico, no se usa la perspectiva, las líneas marcan ritmos suaves, de manera que las figuras parecen flotar, y se observa un gran detallismo; la composición es equilibrada, con una luz homogénea y un color delicado.
Botticelli opta aquí por un formato monumental, con figuras de tamaño natural, y lo compagina con una gran atención al detalle. Esto puede verse en las diversas piezas de orfebrería, representadas minuciosamente, como el casco y la empuñadura de la espada de Mercurio o las cadenas y los broches de las Gracias. Algunas de las figuras que aparecen estaban inspiradas por esculturas antiguas. figuras de elevada estatura, delgadas, ligeramente alargadas, muy idealizadas, cuyos cuerpos a veces parecen artificiosamente estirados y presagian el estilo elegante y cortés del manierismo del siglo XVI. Las figuras destacan contra el fondo por la claridad de su piel y sus ropajes, de colores claros e incluso transparentes.
En cuanto a la composición, La sensación de movimiento de la obra viene acentuada por los sutiles movimientos de las Gracias mediante su danza y también por Cloris y Céfiro, es decir, podemos considerar que es una obra dinámica en gran parte. En la obra podemos trazar una especie de triángulo que termina Cupido, bajando hacia Mercurio y Céfiro, uniéndose entre las demás figuras. Las tres Gracias pueden representar un único personaje. Y el centro de la obra sin duda es Venus. Los rostros de los personajes reflejan serenidad y paz sin llegar a ser tristes ni melancólicos, aunque en la mayoría de las obras de Botticelli se reflejan estos sentimientos y al final de su vida acentuará más el dramatismo.
Todos los personajes están situados en un paisaje de naranjos, árboles tradicionalmente relacionados con la familia Médicis. En suelo es una capa de hierba muy oscura con flores típicamente toscanas (jacintos, iris, clavellinas, siemprevivas...). También existen otros tipos de flores que Flora porta en su cabeza y ropaje como las violetas.
Esta obra destaca tanto por su gran realismo que encontramos en la figuras y en el estudio tan detallado de la anatomía, como por su naturalismo; y también es un claro ejemplo de retrato. Estos retratos se representan: la Gracia de la derecha es Caterina Sforza, la Gracia del medio podría ser Semiramide Appiani, mujer de Lorenzo il Popolano que está representado en el Mercurio; esta Gracia mira fijamente a su marido (Mercurio). Y la Gracia de la derecha podría ser Simonetta Vespucci, que fue un prototipo de belleza para Botticelli y amante de Giuliano de Médicis (aunque hoy se piensa en un amor más del tipo caballeresco o amor cortés).
Flora
Botticelli opta aquí por un formato monumental, con figuras de tamaño natural, y lo compagina con una gran atención al detalle. Esto puede verse en las diversas piezas de orfebrería, representadas minuciosamente, como el casco y la empuñadura de la espada de Mercurio o las cadenas y los broches de las Gracias. Algunas de las figuras que aparecen estaban inspiradas por esculturas antiguas. figuras de elevada estatura, delgadas, ligeramente alargadas, muy idealizadas, cuyos cuerpos a veces parecen artificiosamente estirados y presagian el estilo elegante y cortés del manierismo del siglo XVI. Las figuras destacan contra el fondo por la claridad de su piel y sus ropajes, de colores claros e incluso transparentes.
En cuanto a la composición, La sensación de movimiento de la obra viene acentuada por los sutiles movimientos de las Gracias mediante su danza y también por Cloris y Céfiro, es decir, podemos considerar que es una obra dinámica en gran parte. En la obra podemos trazar una especie de triángulo que termina Cupido, bajando hacia Mercurio y Céfiro, uniéndose entre las demás figuras. Las tres Gracias pueden representar un único personaje. Y el centro de la obra sin duda es Venus. Los rostros de los personajes reflejan serenidad y paz sin llegar a ser tristes ni melancólicos, aunque en la mayoría de las obras de Botticelli se reflejan estos sentimientos y al final de su vida acentuará más el dramatismo.
En esta obra predomina la luz sobre todo sobre los cuerpos de los personajes y en los claros del bosque. También las flores del suelo tienden a crear un contraste en el color oscuro del bosque y el de las flores. Los colores usados son tanto fríos como cálidos: fríos en el bosque y el cuerpo de Céfiro y cálidos en los ropajes de Mercurio y Venus. Pero los colores destacan sobre las líneas que todavía, de forma deliciosa, delimitan el dibujo.
Cloris y Cloe
Esta obra, como gran parte de la producción artística de Botticelli, está íntimamente relacionda con la familia de los Médicis, grandes comerciantes y banqueros, rectores de la vida florentina en el siglo XV. Un inventario de 1499, que no se descubrió hasta 1975, enumera la propiedad de Lorenzo di Pierfrancesco y su hermano Giovanni, primos de Lorenzo el magnífico, y permite afirmar que en el siglo XV La Primavera estaba en una antesala adyacente a las habitaciones de Lorenzo di Pierfrancesco en la ciudad de Florencia. Posteriormente debió trasladarse a la villa de los Médicis en Castello, donde la sitúa Vasari en 1551, quien decía que representaba a "Venus, adornada con flores por las Gracias, anuncia la llegada de la primavera". Cuadros con un formato tan grande no era inusuales en las residencias privadas de las familias poderosas. La Primavera es, sin embargo, altamente ilustrativa de la iconografía y forma clasicista, representando a dioses clásicos casi desnudos y a tamaño natural y con un complejo simbolismo filosófico que requería un hondo conocimiento de la literatura, el mundo clásico y sincretismo renacentistas para interpretarla; y es que Botticelli no sólo era un excelente pintor, sino un hombre muy culto, con amplios conocimientos históricos y filosóficos, al pertenecer a la Academia Neoplatónica, y participar en las tertulias y discusiones filosóficas de los humanistas de Florencia.
Las tres gracias
Para algunos estudiosos, el cuadro es, pues, una alegoría del amor platónico. A pesar de todo, en la combinación de información pueden surgir discrepancias entre historiadores, en particular cuando se buscan razones complejas, vinculadas a usos concretos: Gombrich y Panofsky, suponiendo que el cuadro estuvo colocado en una villa campestre donde se educaba el joven Lorenzo de Pierfrancesco, primo de Lorenzo de Medici, y basándose en textos antiguos y en el programa pedagógico del filósofo neoplatónico Marsilio Ficino, lo interpretan como una exhortación moral, con el fin de que el adolescente se fijara en Venus como la virtud de la humanidad, como parte de la educación moral de los jóvenes, fijándose en las virtudes clásicas. Sin embargo, otros autores (Bredekamp) han excluido esa función pedagógica en favor de una alegoría política: la Primavera-Flora, personificación de Florencia, resurgiría con el gobierno de Lorenzo de Pierfrancesco, gracias a Mercurio, dios del comercio, que disipa las nubes.
Por otro lado, esta obra se ha interpretado como el rostro feliz de la creación, es decir, el humanismo arropado por la naturaleza, la perfecta armonía entre los hombres y el universo que habitan. Sería una alegoría del reino del amor, divulgada por la filosofía neoplatónica como la "Humanitas". También se ha interpretado como una alegoría del amor entre Giuliano de Médicis (hermano de Lorenzo) y Simoneta Vespucci, dama admirada por ambos hermanos y musa del pintor, aunque también se interpreta como la muerte de Simoneta (1476), ya que ésta es alcanzada por la muerte, el Céfiro, y su renacer en el Eliseo. No está exenta la obra de elementos sugestivos y eróticos, como el Céfiro que trata de poseer a Flora o la desnudez de las Gracias bajo sus velos. Más allá de las interpretaciones simbólicas , la pintura contiene una fuerte carga de feminidad y de deseo. Toda alusión al amor y a su disfrute, toda referencia a los placeres de la vida está captada con la elegancia y refinamiento propios de Botticelli, con la delicadeza del trazo y el esplendor de los colores y la luminosidad de la obra.
Venus
Mercurio: Este dios se identifica por su calzado con alas. Tiene una actitud de mirar hacía el cielo, que se interpreta como una unión con el más allá. Esta vestido con un manto rojo que cae de forma asimétrica, señal de que se estaba representando una escena mítica.
Las tres Gracias: Están representadas como tres jóvenes casi desnudas y luciendo elaborados peinados. Son las servidoras de Venus y reciben el nombre de Gracias. Puede representar a la danza de la vida.
Venus: Es eje a la composición. Está representada como una Madonna. Aparece enfundada en un vestido y un manto, que caen de forma asimétrica, como en el caso de Mercurio. Es el centro físico del cuadro y también el centro moral, al simbolizar y ser representada como la creadora de la Naturaleza, que hace nacer y crecer a los seres vivos. En definitiva, sería la Humanitas, es decir, unidad, armonía, entre naturaleza y civilización.
Flora: Es la única figura del grupo que mira al observador y que tiene la intención de esparcir sus flores más allá de la escena meramente representada.
Ninfa Cloris y el Viento Céfiro: representan el amor pasional, pues el viento trata de tomar y poseer a la ninfa.
También se podría citar las fuentes literarias en las que se inspiró Botticelli para realizar el cuadro: principalmente Ovidio. Tanto en los "Fastos" (un calendario poético que describía las festividades romanas; Botticelli representaría dos escenas de la narrativa de Ovidio: la persecución erótica de Cloris por parte de Céfiro y su posterior transformación en Flora), como las "Metamorfosis". Otras posibles fuentes pueden ser el poema didáctico-filosófico "De Rerun Natura" de Lucrecio o, incluso, las "Odas" de Horacio.
También se podría citar las fuentes literarias en las que se inspiró Botticelli para realizar el cuadro: principalmente Ovidio. Tanto en los "Fastos" (un calendario poético que describía las festividades romanas; Botticelli representaría dos escenas de la narrativa de Ovidio: la persecución erótica de Cloris por parte de Céfiro y su posterior transformación en Flora), como las "Metamorfosis". Otras posibles fuentes pueden ser el poema didáctico-filosófico "De Rerun Natura" de Lucrecio o, incluso, las "Odas" de Horacio.
Mercurio
Su dibujo es eléctrico, recorrido por trazos nerviosos, el movimiento agita todas sus formas y la tristeza que asoma en sus rostros son a un tiempo expresión del talante del pintor y de la melancolía que invade la vida florentina de finales de siglo. Suele hacer grandes cuadros mitológicos, que son alegorías de carácter didáctico-moral sobre la educación de los jóvenes. Su técnica esta basada en el dibujo, con una línea fluida, de esquemas blandos y sinuosos. Su pintura es elegante y decorativa, más al gusto refinado de la Florencia de finales de siglo XV. El color no le sirve para modelar y sus figuras son planas. Obras importantes son "El nacimiento de Venus", "Madonna del Magnificat", "Palas dominando al centauro" o "La calumnia de Apeles". Esta obra anuncia ya su última etapa, influido por las predicaciones del monje Savonarola, que le hacen tener una crisis espiritual y su pintura se hará dramática, pesimista, nerviosa, tal como se aprecia también en la "Piedad de Munich".
CONTEXTO HISTÓRICO:
Esta obra pertenece al Renacimiento, concretamente al Renacimiento italiano del siglo XV (Quatroccento), donde Florencia es la cuna del arte y de la cultura, resucitándose las formas, las virtudes y el legado del mundo clásico. El Renacimiento significa un nuevo despertar del Humanismo. El hombre se siente centro del universo (antropocentrismo), y esto tendrá una evidente plasmación en el arte, tanto en la arquitectura como en la escultura y la pintura, donde el naturalismo y el realismo se irán imponiendo con más fuerza. La belleza de las formas sustituye al expresivismo del arte medieval. Se produce un retorno a las formas artísticas propias del clasicismo. La figura clave de este período es el humanista, el hombre universal. Nace ahora la crítica del arte. Ello da lugar al surgimiento de tratados sobre arquitectura, escultura y pintura. El artista empieza a cobrar conciencia de su papel en la sociedad. Es respetado por todos, se hablará de "genios". El mecenas es el protector de los artistas. Un buen ejemplo es la familia de los Médicis.
Para terminar, dos videos sobre la Primavera de Botticelli:
Parece, estimado Paco, que nos hemos puesto de acuerdo con el tema mitológico; aunque aquí, en la obra del maestro Boticcelli, adquiera una impronta casi teatral, donde los personajes representan para el espectador cada uno su papel.
ResponderEliminarDe este cuadro siempre me han llamado la atención los siguientes elementos:
- Un Céfiro macilento, fuera de contexto primaveral gracias a ese color frío y con ese gesto tan discordante con el resto de los personajes. Es el "mal rollo" que irrumpe en la escena bajo el impulso erótico.
- Un Mercurio absorto en sus cosas, ajeno a lo que ocurre a su alrededor.
- Las Gracias en animada conversación y también dando la espalda al resto de los personajes.
- Venus dando paso a la nueva estación.
Cada personaje representa su papel para el espectador pero sin apenas establecer vínculos con los demás.
Un saludo.
Obra gloriosa y muy dinamica por cierto, nos cuenta una gran historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
De entre la maravillosa producción de Boticcelli "La Primavera" es mi obra preferida. Siempre me llamó la atención la curiosa colocación de los personajes mitológicos que componen la escena, especialmente la diosa Flora y las tres Gracias.
ResponderEliminarEnhorabuena!!! Realizas un trabajo extraordinario que además compartes.
Muchas gracias!!!
Un abrazo, Paco.
La Primavera es uno de mis cuadros preferidos, es un cuadro muy didactico, nos hace conocer la mitologia, la cultura humanista y neoplatónica. Es muy interesante la alusion de la Primavera-Flora a la ciudad de Florencia. Gracias al Mecenas Lorenzo de Medicis muchas grandes obras se pudieron realizar y afortunadamente han llegado hasta nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo
Una entrada deliciosa y muy instructiva. Y tan oportuna, teniendo en cuenta el frío que hace, esta maravillosa obra nos recuerda que la primavera llegará y nos devolverá una naturaleza plena de vida y esperanza. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado este cuadro tantos personajes distintos que evocan diferentes escenas de la vida cual es el mas interesante de ellos uno se pregunta, la verdad Flora me gusta por sus colores alegres de la primavera y su cara ingenua, pero luego miro Gloris y Cloe y su amor de pasiones, en fin todos los personajes son fabulosos.
ResponderEliminarUna buena elección de tema.
Un abrazo
Enhorabuena, Paco, por este magnífico estudio que utilizaré como referencia cada vez que me acerque a la obra de Botticelli.
ResponderEliminarGracias, y un cordial saludo.
P.D.: Con tu permiso, voy a compartir esta entrada en mi página de facebook. Otros deben, también, disfrutar de ella.
Me encanta este cuadro pero después de este análisis lo voy a valorar aun más. Tengo un blog de arte y maternidad por si te quieres pasar
ResponderEliminarMonsieur, qué casualidad, precisamente hace un par de días hablaba de Simonetta con una amiga!
ResponderEliminarVaya, mire que ha puesto hoy uno de mis cuadros favoritos! Qué placer encontrarme con un trabajo sobre él.
Buenas noches
Bisous
Pues no me había parado a pensar en todo el simbolismo de este cuadro.. siempre había pensado que se trataba de la simple moda de recordar la mitología clásica...
ResponderEliminarEn tu blog, Paco, todas esas palabras que me resultan impronunciables cuando me encuentro frente a una gran obra de arte. Ante mí una atmósfera que me sublima, para la que no encuentro argumentos con los que definir, sólo el éxtasis. Gracias por tu maestría y docencia.
ResponderEliminarquerido Paco hoy hice mucho por mi, he aprendido de tus escritos y de esta maravillosa obra que había visto, pero que evidentemente no conocía.
ResponderEliminarsaludos
Hola Paco:
ResponderEliminarComo siempre, después de los comentarios descriptivos de estos cuadros, aprendo a mirarlos de otra forma...Con más extasis y emoción.
Saludos
Un hito en la historia del Arte y del Renacimiento en general. Creo que puedo afirmar que es una de mis pinturas favoritas sin peligro de equivocarme, aunque reconozco que tengo tantas... Enhorabuena al alumno por tan excelente comentario.
ResponderEliminarUn abrazo
Caballero acabo de volver a mi juventud y a mi trabajo final de historia del arte,
ResponderEliminarHas dejado claro que este autor era un hombre realmente culto y sus cuadros están cargados de simbolismo.
De las interpretaciones que se le dan a este cuadro yo me quedaría con la que hace alusión al neoplatonismo y al amor platónico. Ese amor que bajo un prima muy personal, se ve en toda su obra la figura de Giuliano de Médicis y que canalizaba a través de Simoneta. (no sigo que me embalo y esto parece una revista del colorín de esas jejeje)
Un besote
Una espléndida entrada convertida en una bella clase magistral desde cualquier ángulo que se mire.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por el trabajo realizado.
Muy feliz día para todos.
El conjunto es una maravillosa exaltación de la belleza. Está hecha para el disfrute de los sentidos. En frío caben casi todas las interpretaciones, pero ante los ojos que la contemplan se esfuman y pierden relevancia las consideraciones teóricas.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Magnífico análisis. En realidad esto es mucho más que mirar un cuadro. Es disfrutar de él. Un abrazo.
ResponderEliminarNunca había leído un estudio tan minucioso de este cuadro, una maravilla del Arte.
ResponderEliminarUn saludo.
Excelente reseña Paco querido para una Obra insigne de la Historia de la Pintura. Que rostros más bellos los de estas mujeres paridas por la fuerza apolínea del alma humana.
ResponderEliminar(Maravilloso es que de ese temor iniciático a la muerte brote la Vida del Arte)
Mi cariño para ti!
Obrigada pela aula de arte.
ResponderEliminarBom fim de semana!
Beijinhos.
Brasil
°º♥
(⁀‵⁀,)
¸`⋎´
¸.•°`♥
Buh!
ResponderEliminarHermoso, hermoso.