Gil de Siloé. Retablo Mayor de la Cartuja de Miraflores. Burgos. 1496-1499.
El naturalismo y el realismo gótico reaccionan frente al oscuro simbolismo románico. El volumen, el movimiento y la expresividad constituyen características que la escultura hace propias y que suponen la conquista de un mayor naturalismo. Las esculturas adoptan las proporciones naturales del cuerpo humano y adquieren un volumen completo, aunque siguen adosadas al marco arquitectónico. Las figuras dejan de estar encerradas en sí mismas y adoptan relaciones de diálogo entre ellas. En el nuevo estilo un soplo de vida anima las figuras, y éstas, aunque incluidas en la arquitectura parecen estar allí de paso, accidentalmente. Su valor plástico no está nunca condicionado al lugar arquitectónico que se les confía; al hacer independiente las actitudes y los gestos son más naturales y realistas, alcanzando cotas sorprendentes.
Sin embargo, la portada gótica sigue cumpliendo para la población iletrada, la misma función catequética y docente que ejerció durante el Románico. “Los sencillos, los ignorantes aprendían con los ojos casi todo cuanto sabían por la fe”. Además de los tímpanos de las portadas, se decoran con imágenes las arquivoltas o molduras sobresalientes de la curva del arco apuntado. La invasión de imágenes, otra característica gótica, se explica por la necesidad narrativa y por el apuntamiento ojival del tímpano, que ofrece mayor espacio para representar imágenes y escenas.
En los temas representados se aprecia una ingenua sencillez y una evidente exaltación del sentimiento noble y melancólico en las imágenes. Pero el idealismo majestuoso y sereno y de una cierta solemnidad del siglo XIII, dará paso en el siglo XIV a un arte más expresivo, en el que se acusan los rasgos sentimentales y los cuerpos se agitan, acentuando los perfiles sinuosos, mientras se va imponiendo un arte más realista que no en todas las ocasiones idealiza la realidad sensible, y siempre dispuestas a despertar la emoción del contemplador.
Los temas más usuales son del Nuevo Testamento los doce apóstoles frente a los patriarcas de Israel, los cuatro evangelistas frente a los profetas), el Juicio Final, escenas de la vida de la Virgen y los santos protectores contra la enfermedad y la peste. Por otro lado, el Pantocrátor apocalíptico del Juicio Final románico es suplantado por el Beau Dieu, un Cristo humanizado. La humanización de Jesús magnifica a la Virgen que le había dado la vida; la mayoría de las catedrales están consagradas a Santa María (Notre-Dame). Las vírgenes se representan con el niño en brazos, girando la cabeza y sonriendo y, así, inauguraban el naturalismo gótico, quebrando par siempre el hieratismo de la ley de la frontalidad románico.
Es importante también la decoración de sepulcros, retablos y las sillerías del coro. Desaparece la decoración de los capiteles casi por completo. La escultura exenta alcanza una gran difusión con nuevos tipos iconográficos como el Crucificado con tres clavos, que expresa el dolor humano, y la Virgen con el niño sonriendo; esta escultura exente suele estar policromada. Dentro del templo, los fieles sigue adoctrinándose al contemplar el retablo que decora la capilla principal. Se concibe como una portada interior, confeccionada en madera policromada, cuya espléndida vitalidad en el arte español lo convierte en un producto autóctono, aunque sus orígenes son extranjeros (italiano y flamenco). La principal causa de este desarrollo debe buscarse en la necesidad de embellecer el altar mayor, que había quedado desnudo tras desplazarse la sillería coral desde el presbiterio a la nave central.
Sin embargo, la portada gótica sigue cumpliendo para la población iletrada, la misma función catequética y docente que ejerció durante el Románico. “Los sencillos, los ignorantes aprendían con los ojos casi todo cuanto sabían por la fe”. Además de los tímpanos de las portadas, se decoran con imágenes las arquivoltas o molduras sobresalientes de la curva del arco apuntado. La invasión de imágenes, otra característica gótica, se explica por la necesidad narrativa y por el apuntamiento ojival del tímpano, que ofrece mayor espacio para representar imágenes y escenas.
En los temas representados se aprecia una ingenua sencillez y una evidente exaltación del sentimiento noble y melancólico en las imágenes. Pero el idealismo majestuoso y sereno y de una cierta solemnidad del siglo XIII, dará paso en el siglo XIV a un arte más expresivo, en el que se acusan los rasgos sentimentales y los cuerpos se agitan, acentuando los perfiles sinuosos, mientras se va imponiendo un arte más realista que no en todas las ocasiones idealiza la realidad sensible, y siempre dispuestas a despertar la emoción del contemplador.
Los temas más usuales son del Nuevo Testamento los doce apóstoles frente a los patriarcas de Israel, los cuatro evangelistas frente a los profetas), el Juicio Final, escenas de la vida de la Virgen y los santos protectores contra la enfermedad y la peste. Por otro lado, el Pantocrátor apocalíptico del Juicio Final románico es suplantado por el Beau Dieu, un Cristo humanizado. La humanización de Jesús magnifica a la Virgen que le había dado la vida; la mayoría de las catedrales están consagradas a Santa María (Notre-Dame). Las vírgenes se representan con el niño en brazos, girando la cabeza y sonriendo y, así, inauguraban el naturalismo gótico, quebrando par siempre el hieratismo de la ley de la frontalidad románico.
Es importante también la decoración de sepulcros, retablos y las sillerías del coro. Desaparece la decoración de los capiteles casi por completo. La escultura exenta alcanza una gran difusión con nuevos tipos iconográficos como el Crucificado con tres clavos, que expresa el dolor humano, y la Virgen con el niño sonriendo; esta escultura exente suele estar policromada. Dentro del templo, los fieles sigue adoctrinándose al contemplar el retablo que decora la capilla principal. Se concibe como una portada interior, confeccionada en madera policromada, cuya espléndida vitalidad en el arte español lo convierte en un producto autóctono, aunque sus orígenes son extranjeros (italiano y flamenco). La principal causa de este desarrollo debe buscarse en la necesidad de embellecer el altar mayor, que había quedado desnudo tras desplazarse la sillería coral desde el presbiterio a la nave central.
Maestro Mateo. Parteluz del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago. 1180-1200.
La escultura gótica española participa, como es lógico, de las formas y características que dimanan de los grandes centros europeos. Las estrechas relaciones de Castilla con Francia en el siglo XIII, como las de la Corona de Aragón con Italia en el siglo XIV y el intenso comercio con Flandes en el siglo XV, justifican las diversas fases evolutivas del gótico español. Se pueden distinguir cuatro fases claramente diferenciadas que ahora veremos, pero el realismo naturalista, preferencia por los ciclos evangélicos de la infancia y muerte y glorificación de la Virgen, patetismo en los crucificados en los que se exalta su humanidad y, por tanto, el sufrimiento, la predilección por imprimir a las representaciones un cierto aire melancólico, y gran desarrollo de la escultura funeraria son notas características de todas ellas que se mantienen como constantes.
Fase inicial o protogótica: 2ª ½ s. XII-1ª ½ S. XIII. Las formas están enraizadas en buena medida en las del románico evolucionado y evolucionan con cierta coherencia e independencia respecto al gótico francés. El escultor más importante de la iniciación del gótico es el Maestro Mateo que trabaja en la Catedral de Santiago de Compostela en el último tercio del siglo XII, realizando la obra maestra de esta fase: el Pórtico de la Gloria. Partiendo de las formas románicas, triunfa ya el naturalismo en las representaciones de ancianos, profetas y apóstoles, al mismo tiempo que aparece la expresión del sentimiento y empiezan a entablar lo que se denomina sacra conversazione, es decir, la comunicación entre los personajes sagrados. Las figuras se liberan del marco arquitectónico y se tiende a la idealización majestuosa. Dedicada a la visión de la Gloria, se representa en el tímpano al Pantocrátor como Cristo que muestra sus llagas, con los evangelistas y justos, los ángeles portadores de los instrumentos de la pasión y los veinticuatro ancianos, y en las jambas, profetas y apóstoles, presididos por Santiago en el parteluz.
De finales del siglo XII son también el Pórtico del Paraíso de la catedral de Orense y capiteles de la Cámara Santa de Oviedo. De la 1ª ½ del siglo XIII son tres grandes portadas: la Adoración de los Reyes de la catedral de Tuy, la pasión y muerte de la Virgen de la Fachada occidental de la catedral de Ciudad Rodrigo y la coronación y muerte de la Virgen en la Colegiata de Toro.
Portada de la Adoración de los Reyes. Catedral de Tuy (Pontevedra). 1ª mitad S. XIII.
Clasicismo del Siglo XIII. 2º ½ siglo XIII. Se introduce la estilística directamente entroncada con el clasicismo de los talleres de Chartres, Amiens y Reims. Las obras escultóricas de las grandes catedrales de este siglo reclamarán el concurso de escultores y decoradores que, muy probablemente, provinieron de los países de mayor influencia en España: Francia y Alemania
La actividad escultórica se centra en la Catedral de Burgos y destacan:
- La puerta del Sarmental, con temas como el Pantocrátor, los Evangelistas escribiendo. sobre pupitres, los apóstoles en el dintel y los ángeles y reyes músicos en las arquivoltas. Puede que sea del Maestro Enrique y es clara la influencia de Amiens
- Puerta de la Coronería o de los Apóstoles con el tema del Juicio Final. Aquí aparece por vez primera el tipo de Virgen corpulenta y de corta estatura, que contrasta con la esbeltez que caracterizan las esculturas clásicas francesas.
- Puerta del claustro, con la escena del bautismo en el tímpano y la Anunciación en una jamba, con las estatuas de los reyes Alfonso X ofreciendo el anillo de los esponsales a Doña Violante. Se puede ver la influencia del Maestro de la Sonrisa de Reims.
En todas estas obras observamos mayor naturalismo, elegancia en el ropaje, diálogo, comunicación de sentimientos y composiciones escénicas con movimiento.
En León también es importante la fachada occidental de la catedral de León, con el tema del Juicio Final, que se relaciona por su elegancia estilística con los maestros de Reims. En el tímpano aparece la imagen de Cristo mostrando las llagas. En el dintel, el peso de las almas y como los condenados son conducidos a grandes calderas, al paso que los bienaventurados son congregados para llevarlos a la Gloria eterna, en las arquivoltas, ángeles y la resurrección de los muertos y en el parteluz aparece la Virgen Blanca.
Portada del Sarmental. Catedral de Burgos. 1230-1240.
En esta etapa también son importantes las tallas que representan a la Virgen con el niño, expresando comunicación y diálogo, como la virgen del parteluz de la catedral de Tarragona, y los grupos del Calvario o Descendimientos como el de Las Huelgas (Burgos).
Siglo XIV. En este siglo las formas góticas evolucionan hacia un estilo más expresivo, en el que se exalta lo anecdótico y se acentúan los rasgos de carácter sentimental. Frecuentemente, las figuras se incurvan para adquirir un perfil sinuoso, resaltado por la disposición de tres o más pliegues concéntricos. Aquí es perceptible la influencia italiana, que se funde a finales del siglo con las formas germánicas del estilo internacional.
La escultura presenta una gran blandura de formas, alargamiento a veces un poco desproporcionado, amaneramiento y formas sinuosas.
En la Catedral de Toledo destacan las siguientes obras:
- La Virgen Blanca de la catedral., magnífica escultura exenta.
- Puerta del Reloj de la catedral, con temas como la infancia y la pasión de Cristo y en las jambas los Reyes Magos que se arrodillan mirando a la virgen (independencia del marco).
- El trascoro de la catedral.
En Álava destaca la Portada de Santa María de Vitoria, cuyo tímpano central ofrece escenas evangélicas de la infancia de Cristo y muerte y glorificación de la Virgen.
Fuera de Castilla, se destaca en Navarra la Puerta Preciosa y la de la Epifanía de la Catedral de Pamplona, así como el claustro de la catedral, destacando la escultura de capiteles y claves de bóvedas.
Virgen Blanca de la Catedral de Toledo. Siglo XIV.
Siglo XV. Es el momento culminante de la escultura española por la abundancia de obras y por su calidad. La nota más característica es la influencia del realismo borgoñón que se manifiesta en el modo de interpretar los rostros y en los pliegues de las vestiduras. Esta influencia se debe a la llegada de artistas alemanes y flamencos a España, que dará origen al estilo hispano-flamenco.
Un capítulo importante es el de los retablos y sillerías del coro. Los retablos fueron de madera dorada y policromada, ocupando su predela o banco y sus cuerpos y calles numerosas imágenes y relieves con temas religiosos. Las sillerías corales se realizaban en madera de nogal sin policromar, repartiéndose la decoración por los respaldos y brazos. Los temas representados son principalmente religiosos, pero también profanos y alegóricos.
Las obras y autores más importantes son las siguientes:
En Navarra sobresale la figura de Janin de Lome, que realiza el Sepulcro de Carlos el Noble y Leonor de Castilla en la Catedral de Pamplona.
Guillermo Sagrera. Ángel de la la Lonja de Palma de Mallorca. S. XV.
En la Corona de Aragón, los escultores más representativos son Guillermo Sagrera y Pere Joan. Guillermo Sagrera estará influido por la corriente de Borgoña, como se aprecia en las esculturas de la Catedral de Palma de Mallorca y el Ángel de la portada de la Lonja de Palma. Más expresivo es el estilo de Pere Joan, caracterizado por su gran fantasía unido a su sentido dramático y naturalista. Realiza El San Jorge del Palacio de la Generalitat de Barcelona, el retablo de la Catedral de Tarragona y la parte baja (vida de Santa Tecla) de la Seo de Zaragoza.
En Sevilla se introducen las formas flamencas con Lorenzo Mercadante de Bretaña realizó el Sepulcro del Cardenal Cervantes en la catedral de Sevilla, muy realista. Pieter Dancart, junto a otros escultores, realizó el gran Retablo mayor de la catedral de Sevilla, de colosal envergadura.
Pieter Dancart. Retablo Mayor de la Catedral de Sevilla. Siglo XV.
En Toledo el introductor de las formas flamencas es Egas Cueman, quién hace el Sepulcro de los Velasco en Guadalupe, la Sillería de coro de la catedral de Cuenca y en el palacio del infantado. Sebastián de Toledo, discípulo de Cueman, hizo el Sepulcro de don Álvaro de Luna y doña Juana de Pimentel en su capilla de la catedral de Toledo; es probable que también hiciese el Sepulcro del Doncel Vázquez de Arce en la catedral de Sigüenza, obra maestra de la escultura funeraria.
Sebastián de Toledo? Sepulcro de Martín Vázquez de Arce. Capilla del Doncel de Sigüenza. Catedral de Sigüenza (Guadalajara). 1492.
Por último en Castilla destacan las Sillerías de la catedral de Plasencia y de Ciudad Rodrigo, obras de Rodrigo Alemán.
Rodrigo Alemán. Sillería de la Catedral de Ciudad Rodrigo (Salamanca). Siglo XVI.
Para terminar, dos videos que ilustran la entrada, el primero sobre la escultura gótica y el otro sobre el gran escultor Gil de Siloé:
Qué espléndido recorrido por la escultura gótica española, Paco. Una verdadera delicia esos retablos de Miraflores o de la catedral de Sevilla.
ResponderEliminarUn placer seguir aprendiendo de tu mirada.
Un abrazo.
PD: El sepulcro de Martín Vázquez de Arce me ha parecido muy "simpático", no lo conocía... ;-)
Y ahora sólo nos queda preparar la maleta y echarnos al camino para contemplar las mil maravillas que provocan asombro, por la carga simbólica y la minuciosidad en el detalle, y admiración por los artistas anómimos que trabajaron durante casi toda su vida en trabajar la piedra.
ResponderEliminarBellísimos ejemplos los que nos ofreces de la escultura gótica española. Impresionante el retablo de la hispalense, pero igualmente impresionante el de la Cartuja de Miraflores. Gracias por tus esfuerzos, Paco.
ResponderEliminarEsas portadas de mediados del siglo XIII son algo apoteósico. Qué bueno sería planear un viajecito haciendo una ruta gótica. Nos da usted ideas, monsieur.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Bisous
Como siempre un palcer recorrer de tu mano sitios conocidos y co estas explicaciones que le dejan a uno buen sabor de boca.
ResponderEliminarUn abrazo y buen domingo
Y la escultura se va humanizando, haciéndose más natural y más próxima a los fieles. El Dios terrible y justiciero del Románico va dando paso, poco a poco, a una visión más acorde con los nuevos tiempos.
ResponderEliminarEstupenda entrada.
Un saludo.
Da igual donde uno mire, es una auténtica maravilla.
ResponderEliminarUn saludo.
Ante esta belleza uno piensa también en la cantidad de tiempo empledo en esa época y sin estos medios. Además todo sería echo sin prisa, es toda una lección para estos tiempos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Simplemente impresionante Paco:
ResponderEliminarEl pórtico de la gloria siempre me pone de punta los vellos.
La expresión más famosa de gótico en Venezuela es Santa Capilla.
Saludos
Además de aprender con tu texto, hoy el artículo ha servido para recordar sitios visitados hace tiempo: Miraflores, Pamplona y la Virgen Preciosa (ya casi la tenía olvidada a la pobre, injustamente)..., y tomar nota de otros que no conozco. Un saludo Paco.
ResponderEliminarLo primero felicitarte por esa cifra de 500 seguidores. Medio millar de personas que apreciamos lo que haces y que disfrutamos pasando por aquí y compartiendo placer por el arte. Espero que este espacio siga creciendo y acumulando seguidores.
ResponderEliminarBuena semana!!!
Por su decorativismo este arte parece estar vivo, me impactan estas imagenes, es un tesoro incomparable; y efectivamente fue muy eficaz para transmitir temas biblicos a la poblacion anlafabeta. Maravillosa entrada. Un beso.
ResponderEliminarUn recorrido enorme... me han impresionado los retablos, y los pórticos a los que normalmente no prestamos demasiada atención cuando llegamos a un templo.
ResponderEliminarBuena y completa entrada sobre el Gótico, época esplendorosa donde las haya...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo ¡¡¡
Un documento maravilloso y muy selecto del Arte gótico. Me gusta el gótico por su belleza escultórica pero sobre todo por su expresividad y también su carácter emotivo. Los retablos son sobrecogedores.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu excelente trabajo y gracias por compartirlo.
Un fuerte abrazo, amigo!!!
Tremenda entrada, querido Paco. Como gallego me abstendré de comentar las obras que citas de mi tierra. De lo que conozco personalmente, lo que más me impactó fue el retablo de la cartuja de Miraflores: impresionante.
ResponderEliminarDe todas las que nos muestras no sé con cuál quedarme por impactante. El Pórtico de la Gloria del Maestro Mateo de Santiago de Compostela o el retablo de la Cartuja de Miraflores de Burgos, quizás. Importante es en el periodo gótico el nacimiento del retablo de madera con esculturas como adorno e instrumento de adoctrinamiento de las masas sociales analfabetas, un elemento mueble que irá cambiando al paso de los estilos artísticos.
ResponderEliminarSaludos