Alcazaba de Almería. S. XI.
La historiografía clásica (desde Gómez Moreno y Terrasse), ha mantenido la tesis de que el arte del periodo de Taifas (siglo XI) ofrecía una poderosa unidad, fundada tanto en la diáspora de los artesanos cordobeses hacia las diversas capitales de los reinos de taifas cuanto en el desarrollo artístico dela tradición cordobesa, debido al aislamiento de Al-Andalus respecto a Oriente. Esta tesis ha sufrido dos importantes correcciones: la primera niega el aislamiento cultural, enfatizando las relaciones comerciales con Oriente en este momento, en especial a través de los puertos mediterráneos de Denia y Almería. La segunda corrección matiza cuidadosamente la valoración artística del período de Taifas, en el que se aprecia una fuerte regionalización con notables diferencias locales y en el que se detecta más una emulación de lo cordobés que no una copia o una imitación artística.
Con materiales pobres, con un arte barato se aspira a aparentar una riqueza decorativa externa, ya que no era posible la generación de nuevos y vigorosos resultados arquitectónicos. Este desarrollo de lo decorativo se aprecia en las yeserías, la pintura y los dorados, en la rica decoración epigráfica, de lacería y de atauriques. También aparecen una gran variedad de arcos, como los lobulados y polilobulados, los mixtilíneos, apuntados, entrecruzados y superpuestos, así como el alfiz quebrado; todo llevado hasta el extremo de un barroquismo total.
Exterior del Palacio de la Aljafería de Zaragoza. S. XI.
En líneas generales, la arquitectura civil, en sus versiones palatina y doméstica, adquiere en eeste momento mayor interés que la arquitectura religiosa. En este sentido, el monumento mejor conservado y más importante de esta etapa, que abarca los años centrales del siglo XI, es el Palacio de la Aljaferia de Zaragoza, cuyo nombre original era "qasr al-surur", es decir, "palacio de regocijo", topónimo que explica su función de finca de recreo. Este palacio fue fundado por Abu Yafar, segundo sultán de la dinastía hudí en Zaragoza y Lérida. Tras la restauración efectuada en la segunda mitad del siglo XX, se ha restituido su planta rectangular amurallada con 16 torreones ultrasemicirculares y uno rectangular en su lado norte, con las dependencias principales en el eje central del recinto. En este eje central el palacio se dispone a ambos lados de un patio rectangular, abierto al aire libre, con albercas en sus lados cortos, y en estos mismos lados un pórtico precediendo a un salón, ambos más anchos que profundos, con alcobas laterales.Una pequeña mezquita, cuadrada en planta y octogonal en alzado, se adosaba a oriente del pórtico norte.
Entre las novedades formales del arte hudí hay que destacar las complejas arquerías muy variadas: lobuladas, mixtilíneas, de herradura semicircular y apuntado, arcos entrecruzados, superpuestos y contrapuestos, formando arabescos junto a motivos decorativos epigráficos muy bellos. El arco mixtilíneo (que alterna formas rectas con curvas) es otra novedad, así como la hipertrofia decorativa y el uso de capiteles de proporción muy esbelta.
Otro de los palacios importantes de esta época, muy transformado y reutilizado por Pedro I el Cruel en su Salón de Embajadores, es el llamado Alcázar de la Bendición ("al-qasr al-Mubarak") en los Reales Alcázares de Sevilla, mandado a construir por el sultán de la dinastía abbadí Al-Mutamid. Se trata de una aula regia, de planta cuadrada cubierta con cuúpula, flanqueada por dos alcobas laterales y precedida de un pórtico, en su disposición actual reorientada.
Aljaferia de Zaragoza. Patio interior. S. XI.
Frente a los palacios taifales de Zaragoza y Sevilla, situados en llano, se generalizan en este momento las alcazabas o recintos amurallados, emplazados en colina, tales como las Alcazabas de Málaga y Almería, ambas adecuadas a su función de fortalezas que albergaban la vivienda del gobernador y acuartelamiento de las guarniciones. También se han conservado baños en este período. Una pieza de particular interés son las salas de los Baños de el Bañuelo de Granada, cuya planta es precedente del Baño Real de la Alhambra, de época nazarí.
Baños del Bañuelo. Granada. S. XI.
Por último, y por lo que se refiere a las artes suntuarias taifales, no se aprecia corte o solución de continuidad entre lo califal y lo taifal, hasta el punto de que algunas piezas son datadas con la muletilla de siglos X-XI y otras, como la Pila del rey Badis, en el Museo de la Alhambra, son despojos de arte cordobés, traídos de Madinat-al-Zahra. La mayor parte de la producción suntuaria sigue, en efecto, la tradición califal, en especial el taller de marfiles de la ciudad de Cuenca, y entre cuya producción sobresalen las Arquetas del Monasterio de Santo Domingo de Silos (Museo de Burgos) y de la Catedral de Palencia (Museo Arqueológico Nacional de Madrid).Una pieza de plata de gran interés es el Esenciero de Albarracín (Museo de Teruel), obsequio del segundo sultán de la dinastía de los Banu Razín a su esposa Zahr. También se conservan importantes fragmentos de tejidos, procedentes de los famosos talleres de Almería.
Arqueta de la Catedral de Palencia. S. XI.
La invasión almorávide de Al-Andalus no es consecuencia de la victoria militar de Yusuf Ibn Tasuflin sobre Alfonso VI en la batalla de Sagrajas (1086), sino resultado de una decisión posterior, aconsejada por los juristas andalusíes que veían con buenos ojos el nuevo vigor religioso de la dinastía bereber norteafricana. Así se inicia a partir de 1090 una paulatina invasión almorávide de Al-Andalus, que culmina en 1110 con la ocupación de Zaragoza; la presencia almorávide en la península termina en 1147 con la conquista de Almería de Alfonso VII.
Dos factores habían oscurecido el interés del arte almorávide: en primer lugar, la sistemática persecución (con destrucciones y enmascaramientos) de que fue objeto la arquitectura almorávide en el norte de África por parte de los almohades; en segundo lugar, su escasa huella en Al-Andalus, acentuada por las deficiencias de su conocimiento. Podemos establecer dos etapas: un primer período de austeridad, que coincide con el gobierno de Yusuf Ibn Tasufin, seguido de otro momento de gran esplendor artístico, el del reinado de su hijo Alí Ibn Yusuf.
Sahn de la Mezquita de Tremecén (Argelia). S. XI.
Aunque la invasión almorávide supuso un corte en la evolución cultural protagonizada por la monarquía cordobesa, sin embargo permitió la entrada de algunos rasgos estilísticos de notable trascendencia, que muchas veces han sido considerados como almohades: las bóvedas esquifadas, las bóvedas caladas y las bóvedas de mocárabes, a modo de estalactitas que bajan de la bóveda, presentando forma de lazo o prisma, así como la decoración de ataurique con la hoja de palma digitada y con ojetes. El arco más usado es el arco en cortina. Por otro lado, el alfiz suele cortar el arco por sus lados; las bóvedas presentan nervaduras cada vez más finas; los pilares van sustituyendo progresivamente a las columnas. En el aspecto constructivo, destacan las fortificaciones en mampostería y ladrillo, dado su carácter severo y defensivo.
Las construcciones más importantes almorávides se encuentran en el Norte de África; así, su obra más conseguida es la Mezquita de Tremecén (Argelia), digna continuación de la herencia cordobesa, con bóveda cuyos nervios no se cruzan en el centro, además de una hermosa bóveda calada. Otras obras son las Mezquitas de Qarawyyin en Fez y Marraquech en Marruecos y la de Mezquita de Argel.
Los almorávides, en torno a 1130, reaprovecharon el trazado romano de Niebla para levantar el recinto fortificado de la ciudad. Las Murallas almorávides de Niebla (Huelva) son de tapial, con torres de planta cuadrada y cinco puertas en recodo. Muy similar es el recinto de Jerez. La cerca de la ciudad de Sevilla fu asímismo levantada antes de mediados del siglo XII, por lo que pese a las reformas de época almohade, su adscripción artística almorávide es asimismo evidente.
Para ampliar la información de las murallas de Niebla, pueden consultar esta entrada
Los almorávides, en torno a 1130, reaprovecharon el trazado romano de Niebla para levantar el recinto fortificado de la ciudad. Las Murallas almorávides de Niebla (Huelva) son de tapial, con torres de planta cuadrada y cinco puertas en recodo. Muy similar es el recinto de Jerez. La cerca de la ciudad de Sevilla fu asímismo levantada antes de mediados del siglo XII, por lo que pese a las reformas de época almohade, su adscripción artística almorávide es asimismo evidente.
Para ampliar la información de las murallas de Niebla, pueden consultar esta entrada
Murallas de Niebla (Huelva). S. XII.
Se puede hablar de un segundo período de Taifas tras la desaparación del poder almorávide en 1147, en que Al-Andalus se vuelve a fragmentar hasta la llegada de los almohades. La dinastía más importante será la encarnada por el emir Ibn Murdanis en Murcia. Aquí alcanzará la arquitectura palatina un extraordinario esplendor, puesto de manifiesto en el conjunto conocido como El Castillejo de Monteagudo, en las cercanías de Murcia. Las ruínas del Castillejo de Monteagudo, situado en una colina baja y próxima a El Castillo de la misma localidad, está formada por un recinto amurallado de planta rectangular, aproximadamente en eje norte-sur, de muros de argamasa, con torreones rectangulares de diferentes tamaños, según la función de sus estancias interiores, precedido de un segundo recinto exterior, y más bajo, en uno sólo de sus lados largos, el occidental. En el interior del recinto amurallado un gran patio rectangular, del tipo de jardín de crucero, con albercas en sus lados cortos, como en la Aljafería de Zaragoza, da acceso en los frentes menores a un salón rectangular, sin alcobas laterales, conectado con una estenacia en el interior de la torre, formando planta en la oficial del palacio, situando la zona privada, aislada de la oficial, y con acceso independiente a través del paseador transversal del jardín, en tres de los cuatro ángulos del conjunto, que se interpreta como viviendas, dispuestas en torno a patios abiertos al aire libre.
Otras obras de esta época pueden ser el Palacio de Pinohermoso en Játiva (Valencia) y el Castillo de la Asomada, en las proximidades de Murcia. Como artes aplicadas puede citarse el Minbar de la Qutubiyya de Marrakech y el mimbar de Al-Aarawiyyin en Fez, ambos hechos en los talleres almorávides de carpintería de Córdoba.
Planta y exterior del Castillo de Monteagudo (Murcia). S. XII.
Bibliografía:
-- Bango, Isidro G. y Borrás, Gonzalo: "Arte bizantino y arte del Islam". Historia 16. Col. "Conocer el arte, 3". Madrid, 1996.
-- Gómez-Moreno, Manuel: "El arte árabe español hasta los almohades. Arte mozárabe". Plus Ultra. Vol III de Ars Hispaniae. Madrid, 1949.
--Torres Balbas, Leopoldo: "Ciudades hispanomusulmanas". Instituto Hispano-árabe de Culutra. Madrid, 1985.
Terminamos con un video de El Legado Andalusí sobre los reinos de Taifas y el imperio almorávide:
Entrada más que completa. No daréis el arte asturiano pero el de las taifas y el almorávide...
ResponderEliminarNo existen límites geográficos para ti, Paco. ¡Qué maravilloso todo lo que nos enseñas!
ResponderEliminarConozco la Aljafería de Zaragoza,en efecto: el sitio de Abú Yafar. Aparte de las características y novedades que mencionas, hubo una que me llamó poderosamente la atención. A pesar de ser un arte anicónico, como mandan los cánones musulmanes, un detalle figurativo aparece, un pequeño "pecado", un ave del paraíso, una representación animal y llamativa dentro de la decoración musulmana. Tal vez, la lejanía con el mundo árabe, la aclimatación en la península ibérica lejos de los orígenes, cierto mestizaje cultural, dieron como fruto esta pequeña muestra figurativa, quizás por haber encontrado precisamente el "paraíso" en nuestra tierra.
ResponderEliminarUn saludo.
No conozco en esencia todo este gran mundo. Tan solo restos de lo que aquí, en mi provincia pudo quedar. De hecho, muchos castillos cristianos están creados a partir de los esqueletos de antiguas edificaciones almohades.
ResponderEliminarUn abrazo¡¡
Que envidia da ver esas maravillas.
ResponderEliminarAcà lo mas antiguo que tenemos, es jesuìtico, y està casi todo en ruinas.
Un abrazo.
Precisamente el otro dia visité los Baños del Bañuelo estàn muy bien conservados, se encuentran junto al rio Darro, a los pies de la Alhambra.
ResponderEliminarEl Palacio de la Aljaferia me encantó, pero lo que màs me llamó la atención fue la escalera, la guia nos dijo que era ancha, cuando se baja dà un aire distinguido pues hay que poner los dos pies en cada escalon (las otras escaleras se pone un pie en cada escalon).
Un abrazo
Yo nunca he estado en la Aljaferia, solo la he visto por fuera, porque la verdad que no me llamaba mucho el cuadro. Pero a juzgar por sus imágenes, el interior está mucho mejor. Tendré que replantearme una visita.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Mi lindo Paco, primero decirte que agradezco tu cariño y que el mío también atraviesa el charco para llegar hasta ti. Después reconocer mi soberana ignorancia ante esta expresión artística que nos muestras y su contexto histórico. Me ha sucedido que, por algunas señales que el texto da, he sentido cierta cercanía con el arte colonial latinoamericano en tanto "hacer mucho con poco", me refiero a no contar con materiales lujosos y, sin embargo conseguir facturas técnicas y estéticas dignas de la mejor obra de arte.
ResponderEliminarTodo mi cariño para ti!
Lo tuyo es un libro de texto, para consultar. Sí que he estado yo en la Aljafería, lo que no conozco es ese palacio de Pinohermoso de Játiva. En fin, tengo aún mucho que aprender.Un abrazo.
ResponderEliminarOtra completísima entrada de un periodo del que desconozco practicamente todo. Me llevo unas cuantas visitas pendientes.
ResponderEliminarAbrazos, Paco
Me interesa la cultura andalusí, por eso me ha gustado esta entrada sobre el periodo de los reinos de Taifas.
ResponderEliminarUn saludo.
Tan fácil me resulta distinguir románico, gótico o barroco como difícil distinguir el arte califal, almorávide o almohade. Aunque gracias a ti esto lleva camino de arreglarse. Un abrazo.
ResponderEliminarEs admirable el legado de esta cultura. Se me representa una complejisima vegetacion, enramada y nervios de marmol.
ResponderEliminarUn abrazo y buen fin de semana.
ME ENCANTA LA RIQUEZA PATRIMONIAL DE LAS ANTIGUAS CIVILIZACIONES, SON TESOROS DE APRENDIZAJE EN EL PRESENTE DE LOS PUEBLOS, ESPAÑA TIENE LEYES DE PROTECCIÓN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS, POR AQUI NADA SE VALORA, MUY BUENO TU ARTÍCULO QUERIDO PACO
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