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martes, 15 de marzo de 2011

ARTEMISIA GENTILESCHI: LA PINTORA Y LA PELÍCULA

Artemisia Gentileschi. Alegoría de la pintura (Autorretrato). Óleo sobre lienzo. 1620.1630.
Museo Tessé. Le Mans (Francia).


Para una mujer a comienzos del siglo XVII, ser pintora como Artemisia era una elección inusual y difícil, pero no excepcional. Antes de Artemisia, a finales del XVI y comienzos del XVII, otras pintoras tuvieron carreras exitosas, como Sofonisba Anguissola o Lavinia Fontana; incluso en su época, Luisa Roldán, "La Roldana", gozó de gran popularidad en España como escultora. Tras la muerte de Artemisia, su obra fue prácticamente olvidada y es en el siglo XX cuando se recupera su memoria y su trabajo, considerándosele como una de las grandes artistas del barroco. Empezaremos analizando su vida y su obra, para concluir con el análisis de la pelicula "Artemisia" de Agnès Merlet.

SU VIDA

Artemisia Gentileschi: Autorretrato como mártir. Óleo sobre lienzo. 1615. Colección privada.

Artemisia Gentileschi (1593-1654) nació en Roma y, como hija de pintor ,Orazio Gentileschi, el más aventajado de los discípulos y seguidores del tenebrismo de Caravaggio, y de pintor dispuesto a enseñar a su hija el oficio sin importarle su condición de mujer, recibió de él una formación sólida y completa. Como seguidor que era Orazio de Caravaggio, también Artemisia, un artista que hay que encuadrar en el primer barroco, se verá influenciada por la obra del maestro tenebrista, si bien en ella no se advierten los contrastes de luz tan violentos de Caravaggio e, incluso, la aproximación de los temas era diferente. Cuando el magisterio de su padre no fue suficiente, y dado que el acceso a la enseñanza de las academias profesionales de Bellas Artes era exclusivamente masculino, y por tanto le estaba prohibido fue su padre quien la animó a recibir enseñanzas del pintor Agostino Tassi, amigo y colaborador suyo. Pero sería precisamente esta relación establecida entre pintora y maestro la que marcará negativamente su vida, pues a poco de comenzada y cuando Artemisia sólo contaba 19 años, su propio padre denunció a Orazio de violar a su hija. Pero lejos de resolver el problema, el asunto fue a parar a los tribunales (pues Agostino estaba casado), donde Artemisia fue presionada e, incluso, torturada y sometida a un humillante examen ginecológico para confirmar su denuncia y, aunque finalmente su maestro fue condenado a un año de prisión y al exilio, el asunto afectó profundamente a Artemisia, que como si quisiera huir de la situación en la que se encontraba, al poco tiempo, Artemisia decidió casarse con un pintor florentino, PierantonioStiattesi.

No dejó de pintar por ello, siempre animada por su padre y pertrechada de una fuerte personalidad. Su estilo siguió la línea marcada por la influencia caravaggesca que ya hemos comentado, de la que su mejor ejemplo es el magnífico cuadro de Judith decapitando a Holofornes, en el que algunos especialistas han querido ver una muestra del resarcimiento contra el sexo masculino, después de la humillación que ella había vivido en sus propias carnes. Artemisia y su marido se instalaron en Florencia en 1614 Allí, Artemisia disfrutó de un gran éxito. Fue la primera mujer en ingresar en la Academia del Dibujo de Florencia. Artemisia se convirtió en una exitosa pintora de corte. Tuvieron cuatro hijos y una hija, pero sólo ésta llegó a la edad adulta. Problemas financieros de su marido hizo que regresaran a Roma. El resto de su vida siguió pintando sin una localización fija, repartiendo sus encargos en Roma, Nápoles, Venecia, Génova e, incluso, en Inglaterra, adonde acudió para ayudar a su padre en la tarea de pintar los techos de la Queen House en Greenwich. En su primera estancia en Nápoles, se separó de su marido. En Inglaterra permaneció algún tiempo, incluso después de la muerte de su padre, hasta que finalmente regresó a Nápoles donde moriría a los sesenta años. Después de su muerte fue prácticamente olvidada.

Artemisia Gentileschi. Susana y los viejos. Óleo sobre lienzo. 1610. Colección privada.

Dejamos aquí un testimonio de su violación, narrado por la autora en su interrogatorio:

"Cerró la habitación con llave y una vez cerrada me lanzó sobre un lado de la cama dándome con una mano en el pecho, me metió una rodilla entre los muslos para que no pudiera cerrarlos, y alzándome las ropas, que le costó mucho hacerlo, me metió una mano con un pañuelo en la garganta y boca para que no pudiera gritar y habiendo hecho esto metió las dos rodillas entre mis piernas y apuntando con su miembro a mi naturaleza comenzó a empujar y lo metió dentro. Y le arañé la cara y le tiré de los pelos y antes de que pusiera dentro de mi el miembro, se lo agarré y le arranqué un trozo de carne".

Eva Menzio (editora),
Artemisia Gentileschi, Lettere precedute da Atti di un processo di stupro, Milán, 2004


SU ESTILO Y OBRAS

Artemisia Gentileschi está considerada como una de los primeros pintores barrocos, de los más completos de su generación, imponiéndose por su arte en una época en la que las mujeres pintoras no eran aceptadas fácilmente. Pintó cuadros históricos y religiosos en un momento en que estos temas heroicos eran considerados inadecuados para el espíritu femenino. Retocó y modificó obras de su padre, dotándolas de un realismo que antes no tenían. Les añadió una atmósfera dramática, acentuando el claroscuro a la manera de Caravaggio, contribuyendo así a que este estilo madurase; por tanto, representa así un caravaggismo violento. El estilo de Artemisia en su momento de mayor madurez demuestra su deuda con la influencia de Caravaggio, del que imita no sólo sus contrastes lumínicos y su teatralidad, sino también la rotundidad de la línea en el dibujo y su nitidez y morbidez en las texturas y detalles.

Artemisia Gentileschi. Judit y su sirvienta. Óleo sobre lienzo. 1610-1612. Galería del
Palacio Pitti. Florencia.


Todas sus obras se caracterizan por su hábil manejo del claroscuro (contraste de luces y sombras) y su dramática interpretación del tema narrativo. De hecho, su violación y posterior juicio influye decisivamente en su obra, pues a impulsó a tratar habitualmente temas protagonizados por mujeres fuertes, como Judith, Lucrecia o Magdalena. Se suele entender que en las telas de Artemisia, los rasgos faciales de las hermosas y enérgicas heroínas que allí aparecen tienen un parecido al rostro que aparece en sus retratos o autorretratos: a menudo el que le encargaba cuadros debía desear tener una imagen que le recordase visualmente a la autora, cuya fama iba creciendo. Su éxito y la fascinación que emanaba de su figura, alimentaron, a lo largo de toda su existencia, rumores sobre su vida privada.
El crítico italiano Roberto Longhi, en 1916, tuvo el mérito de llamar la atención de la crítica sobre la estatura artística de Artemisia Gentileschi en el ámbito de los caravaggistas en la primera mitad del siglo XVII.: "la única mujer en Italia que alguna vez supo algo sobre pintura, colorido, empaste y otros fundamentos". El análisis de su pintura demuestra, de modo ejemplar, lo que significaba saber "de pintura, y de color y de empaste": se evocan los colores llamativos de la paleta de Artemisia, la luminiscencia de seda de los vestidos , la atención perfeccionista por la realidad de las joyas y de las armas.
El interés por la figura artística de Artemisia, que permaneció inexplicablemente débil a pesar de la lectura dada por Longhi, recibió un fuerte impulso gracias a los estudios en clave feminista, que eficazmente subrayaron su sufrimiento por la violación y maltrato posterior, lo que determinaría la fuerza expresiva que asume su lenguaje pictórico cuando el sujeto representado eran sus heroínas bíblicas, que siempre parecen querer manifestar su rebelión contra las condiciones a las que les condenaba su sexo.
Artemisia fue un caso atípico dentro de la historia de la pintura. No tanto por su condición femenina, como por su independencia. Mujeres pintoras había habido desde antiguo, pero desde siempre y hasta prácticamente nuestros días, las mujeres dedicadas a la pintura lo hacían por vocación desde una posición acomodada, normalmente siendo miembros de la aristocracia o de la burguesía, lo que las eximía de tenerse que ganar la vida con aquella actividad manual y poco digna, disfrazándola de hobby. Artemisia, en cambio, se formó en un taller romano de medio nivel económico, y en vez de casarse con uno de los aprendices de su padre, a quien se le transmitiría el taller, aprendió y ella misma se hizo con el negocio.

Artemisia Gentileschi. Retrato de Condottiero. Óleo sobre lienzo. 1622. Palacio de Accursio. Bolonia.

Firmó a los diecisiete años su primera obra, (aunque muchos sospecharan entonces que fue ayudada por su padre): Susana y los viejos (1610). El cuadro muestra cómo Artemisia había asimilado el realismo de Caravaggio, sin permanecer indiferente al lenguaje de la escuela de Bolonia que tuvo a Annibale Carracci entre sus mejores artistas. La historia de Susana es la de una joven que se dispone a bañar. Sorprendida por unos viejos ricos, éstos le hacen proposiciones deshonestas utilizando argumentos económicos y de poder, que la muchacha rechaza. El tema, pues, es el del acoso y la agresión sexual. Artemisia pudo muy bien identificarse con esta joven que trata de desasirse de los viejos y salir indemne de sus pretensiones. El desnudo, como suele considerarse en el arte, no es símbolo de lujuria, sino de pureza e inocencia.

También en 1910 firma Judit y su sirvienta. Artemisia pintó en varias ocasiones el tema de la heroína bíblica Judit, quien para salvar a Israel sedujo y asesinó al rey que los asediaba, Holofernes. El momento elegido en esta escena no es el de la degollación, como podemos ver en Judit y Holofernes, de la misma artista. Aquí el asesinato ya se ha cometido y Judit trata de disimular la cabeza del muerto en una cesta para huir junto con su sirvienta del campamento del ejército enemigo. El tema de la mujer fuerte defensora de sí misma y de su pueblo es muy habitual en la pintora romana, pero también en la historia del arte. De hecho, el símbolo de Florencia, ciudad donde trabajó la artista, es Judit, como la república que se libró de la tiranía. Sin embargo, igual de tradicional es el rechazo que la imagen ha provocado en la crítica del arte, ejercida habitualmente por varones.

Artemisia Gentileschi. Judit decapitando a Holofernes. Óleo sobre lienzo. 1620-1621. Galería degli Uffizi. Florencia.

La pintura Judith decapitando a Holofernes (1620-21), de la que hay dos versiones, una en los Ufizzi de Florencia y otra en el Capodimonte de Nápoles, impresiona por la violencia de la escena que representa, y ha sido interpretada en clave psicológica y psicoanalítica, como un deseo de venganza respecto a la violencia que ella había sufrido. Está considerada su obra maestra. El tema de Judit y Holofernes era muy frecuente en la imaginería de la época. Simbolizaba en muchos casos la muerte de la tiranía a manos de los oprimidos. Lo que no era tan frecuente era un tratamiento tan crudo de la imagen, y mucho menos que fuera tratado por una mujer. Ella pone sus mismos rasgos en el rostro de Judit, atribuyendo a Holofernes los de Tassi. La oscuridad y gráfica violencia de esta obra, la frialdad con que Judith decapita a Holofernes, se atribuyen a su violación y al proceso humillante que le siguió. Los rasgos del tenebrismo más extremo tomado de Caravaggo están presentes con maestría: tres figuras dispuestas en un espacio angosto, opresivo, en mitad de la noche iluminada por candiles, lo que se presta a la exhibición del claroscuro. La heroína bíblica lleva a cabo su deber con tanta frialdad como para mantener su vestido apartado de los chorros de sangre, para evitar ser manchada. Le ayuda diligentemente su criada. Esta historia de una mujer que asesina por su pueblo al hombre a quien se ha visto obligada a seducir probablemente estuviera muy relacionada con su propia historia.

De su época de formación, aunque sin fecha definida, es su Retrato de un caballero. Se conservan muy pocos retratos de Artemisia Gentileschi, que trabajó más bien como pintora de historias bíblicas o mitológicas. Sin embargo, aquí tenemos este ejemplo de retratista, sobre la efigie de un caballero desconocido. La maestría de la pintora se puede apreciar en la viveza realista del rostro, así como en los adornos y brillos de la armadura. Pero la disposición general del retratado es algo torpe y las proporciones resultan cortas y desproporcionadas. De hecho, uno de los brazos resulta bastante más largo que el otro, que se apoya en la mesa. El retrato repite la típica pose de los retratos ejecutados un siglo antes por los grandes de la pintura veneciana, como Tiziano.

Artemisia Gentileschi. Magdalena penitente. Óleo sobre lienzo. 1617.1620. Galería del
Palacio Pitti. Florencia.


Hizo otras muchas pinturas con el tema de mujeres fuertes y decididas, tanto mitológicas como históricas, tales como "Lucrecia", "Minerva" o "Dánae", muchas de las cuales se han perdido.
También hizo interesantes lienzos de tema religioso, destacando "Santa Catalina de Alejandría", "Nacimiento de San Juan Bautista" o "Magdalena penitente" del Palacio Pitti de Florencia. No se sabe si el tema del lienzo es la Magdalena arrepentida o si por el contrario, el tema es el color. Artemisia emplea un brillante y matizado amarillo oro en el vestido de la santa, que provoca una auténtica explosión de luz cálida en mitad de la oscura estancia. Pero además, el mismo color encuentra su eco en diferentes elementos del lienzo, como en los cabellos rizados de la mujer, los adornos de la silla, su propia firma, etc. Esta manera de emplear el color permite a la pintora acompañar en los objetos secundarios al tema protagonista. Magdalena está rodeada por los símbolos tradicionales del pecado y el arrepentimiento: en el suelo, a su lado, el frasco de ungüentos que nos habla de los perfumes y el adorno personal, el placer en definitiva. En la mesa, casi ocultos, el espejo y la calavera que simbolizan la vanitas, lo efímero del placer en el mundo y la proximidad de la muerte. La figura parece sobreactuar, con un gesto excesivamente retórico que no se ajusta demasiado a la libertad con la que solía trabajar la pintora. Es evidente que el tema de la mujer contemplativa, arrepentida de sus pecados, no es un tema querido para la artista.

LA PELÍCULA "ARTEMISIA"

Hay todavía, sea en el arte de Artemisia, sea en su biografía, algo que la hace especialmente fascinante y que despierta el interés de la literatura y el cine y, no por casualidad, de algunas escritoras y directoras de cine. La primera escritora que decidió componer una novela en torno a la figura de Artemisia, fue Anna Banti, quien estuvo casada con Roberto Longhi, con la obra "Artemisia", de 1947. En 1999, la escritora francesa Alexandra Lapierre afronta, de nuevo con una novela, "Artemisia", la fascinación enigmática de la vida de Artemisia. De más reciente aparición (2006) es la novela de Susan Vreeland titulada "La pasión de Artemisia", que vuelve a hacer una lectura feminista de su obra.

En el mundo del cine, la mejor versión sobre la pintora es la obra de la directora francesa Agnès Merlet, "Artemisia, pasión extrema" ("Artemisia" de título original), de 1997, aunque ha sido muy criticada pues se basa sólo en parte en la vida de la pintora, pero se representa de forma inapropiada la relación entre Tassi y Artemisia como un apasionado romance en lugar de una violación.

Director: Agnes Merlet.
Intérpretes: Valentina Cervi, Michel Serrault, Miki Manojlovic, Claudia Giannotti y Anna Lelio.
Guión: Agnes Merlet y Christine Mille.
Fotografía: Benoit Delhomme.
Música: Krishna Levy.
Nacionalidad: Francia.
Año: 1997.
Duración: 98 minutos.

Sinopsis: La película se centra en el periodo que media entre los años 1610 y 1612. Por entonces, Artemisia, hija del pintor Orazio Gentileschi, comienza a dar sus primeros pasos como pintora, pero se encuentra con grandes dificultades (como su rechazo de ingreso en la Academia) por su condición de mujer. Es su propio padre, y posteriormente, Agostino Tassi, quienes se encargan de la formación pictórica de Artemisia. Entre Artemisia y Agostino surge una relación sentimental que termina con un oscuro suceso. Agostino es acusado de la violación de Artemisia y el caso se resuelve en un drámatico juicio que provocará el encarcelamiento de Agostino y la tortura de Artemisia. Desde luego, en la película no se aprecia el abuso o que la pintora es forzada por su maestro, todo lo contrario, se establece entre ellos una tortuosa historia de amor.




Pese a que ha sido una película de escaso éxito entre el público y la crítica, Artemisia, pasión extrema, es una buena película para conocer el entorno artístico romano del siglo XVII y la vida y la obra de esta artista. Se trata de una película muy equilibrada tanto en su guión, como en la interpretación de los actores (entre los que destaca la magnífica de Valentina Cervi) y su propia dirección. La historia está tratada con un buen ritmo y claridad narrativa, lo que hace que se mantenga el interés más allá del interés que pueda tener la propia personalidad artística de la protagonista.
En la primera parte del film se ve que por ser mujer Artemisia no puede vender sus cuadros ni ingresar en las prestigiosas academias artísticas que florecen por Italia. Pero es hija de un exitoso pintor (ahí está Michel Serrault) al que supera en inspiración. Y ese pintor firma por ella las obras que pagan los mecenas, con lo que Artemisia crece como pintora viviendo de su talento y, al mismo tiempo, ocultándolo. Una atmósfera machacona envuelve a este primer tramo del relato. Los rasgos de la artista son delineados una y otra vez, como si se hubiera buscado subrayarlos para mejor exprimir el contraste con la realeza, con la curia, con los prejuicios y las tradiciones que la antagonizan.
Otro momento de la película comienza con la llegada de Agostino Tassi (Miki Manojlovic), encumbrado maestro de la perspectiva que pasará una temporada en la región pintando frescos por cuenta y orden del mismísimo Papa. Cierto es que la grandeza y maestría de Agostino están algo infladas, y ella queda deslumbrada por él. Pero la llama del amor, destinada a crepitar entre ambos, se llevará los mejores instantes de la película. Los prejuicios y las moralinas no tardan en llegar y apuntan a la pareja. Tassi es un hombre maduro, Artemisia una niña casi. Lo que derivará en largo entuerto tribunalicio (si es que los resabios de la Santa Inquisición pueden equipararse a los tribunales), cuyos detalles no conviene referir.

Desde el punto de vista del aprovechamiento didáctico, la película tiene dos vertientes claramente diferenciadas: una primera muy interesante puesto que se centra en la vocación artística de Artemisia y sus pasos iniciales en el mundo de la pintura (aproximadamente la primera media hora del film) y otra segunda en la que su relación sentimental con Agostino Tassi y el posterior juicio ocupan el centro de la historia. De ahí, que quizás más que la visión completa de la película, son sus minutos iniciales los que realmente tienen un alto interés pedagógico. Otro aspecto que debe de tenerse en cuenta es que la película se centra en un periodo muy inicial de la carrera de Artemisia (1610-1612) mientras que su trayectoria se prolongaría nada menos que cuatro décadas (murió en 1652) por lo que no trata nada del periodo de madurez artística de la pintora. Pese a todo, Artemisia es una película muy aconsejable a la hora de tratar aspectos como el papel de la mujer en el Arte y en la historiografía artística o las técnicas pictóricas del periodo barroco, muy bien tratadas en la película.






Bibliografía:

- Artecreha. Artemisa.
- Bérchez, Joaquín y Gómez-Ferrer, Mercedes: "Arte del Barroco". Historia 16. Col "Conocer el arte, 7". Madrid, 1998.
- Lapierre, Alexandra: "Artemisia". Ed. Planeta de Agostini. Barcelona, 2000.
- Wikipedia.




17 comentarios:

  1. No conocia la historia de esta pintora, Artemisia.
    La descubro en su blog y ademas muy documentada, incluso con posibilidad de pelicula para el fin de semana.
    Que más podemos pedir, nosotros sus lectores.
    Saludos cordiales.

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  2. No conocía a esta pintora. La verdad es que lo tenían muy difícil las mujeres en ese tiempo para destacar entre los hombres. Había que ser muy buena, como se demuestra en las obras que hoy nos ofreces. El cuadro de Judith y Holofernes, con ese dramático claroscuro violento, está en la línea de los mejores pintores tenebristas como Caravaggio y posteriormente nuestro gran Velázquez.
    Un saludo.

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  3. No conocía a esta pintora y desde luego los cuadros que muestras son bellísimos. Como siempre tu post muy bien documentado. Seguramente habría más mujeres pintoras que pasaron al anonimato simplemente por ser eso, mujeres.
    Un abrazo

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  4. Artemisa, Artemisa diosa de la feminidad absoluta, Diana cazadora. A Artemisa con pinceles la veo mujer meridional, robusta, decidida, y en aquella época querer pintar siendo mujer se catalogaba de pecado mortal.
    Del maestro Caravaggio las sombras contrastadas, pero los temas son muy suyos aunque otros los hayan tocado, tienen cierto aire de denuncia: Susana y los viejos o la Magdalena, asuntos de femenina psicología. La obra que impacta e incluso supera la crueldad de la del maestro, Judith y Holofernes, roza el límite de lo visualmente soportable, sin piedad, fría, detallista en la sangre a chorros y el dolor atroz del degollado en primer plano, y en el colchón manchado, una declaración de intenciones, un grito, un clamor casi obsceno tanto como sublime. Judith es Artemisa, autorretrato, tomándose una escalofriante venganza. Me ha deleitado, me ha fascinado esta pintora y te agradezco tu docta biografía y tus apuntes muy acertados.
    No se si veré la película, me escama.
    !Ave! Paco.

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  5. Tampoco yo conocía a esta pintora, que como dices ha sido olvidada hasta el siglo XX. Por cierto he mirado los cuadro y así es, el del caballero es el que menos me ha gustado. Un abrazo Paco, genial el artículo de hoy.

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  6. Gracias por ilustrarme. Lo cierto es que no tenía ni idea, pero nos lo has narrado estupendamente, tanto desde la vertiente artística como la personal y filmográfica. Cuando un ser humano nace con una fuerte personalidad, aunque fuera mujer de los siglos pasados, deja huella. Su fortuna fue tener un padre que aprecio y valoró su capacidad. Un fuerte abrazo.

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  7. Paco hermosa entrada con muy buena información de esta artista que, personalmente, me encanta. Yo escribí un pequeña entrada sobre ella, desde una perspectiva de género, un trabajo muy humilde:
    http://depasoarte.blogspot.com/2010/03/cuestion-de-genero-i.html
    Te agradezco el caudal de información y personalmente el dato del film que la desconocía. Un saludo cordial.

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  8. Me ha gustado mucho el descubrimiento, Paco. Como la mayoría de las visitas anteriores, ni conocía a la pintora ni conocía la película. Ser artista y mujer es un dúo complejo, más aún en el siglo XVII.
    Por si quereis abundar en mujeres artistas, os dejo la url (perdón por la pedantería) de este blog: http://mujerespintoras.blogspot.com/

    Un abrazo.

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  9. Acabas de hacerme descubrir un cuadro que me ha gustado nada más verlo; Susana y los viejos. Encuentro una mezcla de erotismo y perversidad que podría inspirar un relato.
    Besos Paco.

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  10. No he visto tampoco la película, tendré que sumarla a la - larga - lista de tares pendientes.
    En cualquier caso, una pintora de muy alto nivel... y una figura fascinante.
    Abrazos, Paco

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  11. La película no la he visto, pero como comentas, transformar una violación en una apasionada historia de amor no le hace mucho favor precisamente a la historia. Por lo demás una mujer que está por derecho propio entre las cumbres del arte barroco, lo mismo que su padre, y con buena parte de su carrera fuera de Italia.

    El artículo más completo imposible.

    Un saludo!!

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  12. Extraordinaría historia la de esta pintora, muy bien relatada. Gracias por enseñarnos tanto

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  13. Paco:
    No tenía idea de esta pintora. Un relato más que interesante, porque además debió ser influyente.

    Veré la película, los trailers parecen interesante

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  14. La verdad es que se trata de una mujer fascinante que logró que se le valorara como una verdadera artista en su tiempo. Su dominio de la técnica es claro y pienso que no debía ser nada fácil que una mujer fuese admitida en academias monopolizadas por hombres.

    Tengo un libro en casa sobre ella, aunque confieso que no lo había leído. Se trata de esa colección que sacó Historia 16 sobre pintores y en la cual está ella sola como único exponente femenino del Arte de los pinceles. Ahora creo que lo leeré para conocer más su obra.

    Por cierto, no tenía iedea que se había hecho una película, aunque después de leerte creo que sólo veré los primeros minutos pues el resto me temo que es mero folletín.

    Saludos

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  15. Buen post Paco!, me traes a la memoria a esta valiosa pintora, vi sus originales en Florencia, me encanta la Judith con su sirvienta, esa detención del gesto, la suspensión del momento, el giro del cuerpo. Nada tiene Artemisia que envidiarle a sus contemporáneos pintores, ella maneja el oficio a la perfección y se ajusta a los cánones de estilo de su época.
    Veremos la peli entonces...
    Muchos abrazos!!!

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  16. Apreciado amigo
    Me detengo un momento en tu blog-escuela de arte, para a la vez que me nutro y deleito con tan interesantes entradas, dejarte un saludo y mis augurios de que esta primavera te traiga muchas cosas buenas.

    Un abrazo cordial

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  17. Vean la pelicula subtitulada al español en http://vk.com/video_ext.php?oid=137648934&id=162777152&hash=d43171405869cd23&hd=1

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