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jueves, 24 de febrero de 2011

PLATERESCO Y PURISMO EN LA ARQUITECTURA ESPAÑOLA DEL XVI


 Pedro Machuca. Palacio de Carlos V en la Alhambra de Granada. Patio interior. 1528.


En  España,  como  en  el  resto  de  Europa,  el  renacimiento  italiano  llegó  con  el  paso  de  la centuria. Esta penetración del renacimiento italianizante se vio favorecida por las intensas relaciones políticas que los Reyes Católicos y Carlos I tuvieron con Italia: en la primera mitad, el emperador Carlos conquistó Nápoles y Sicilia y lucho contra los franceses por el Milanesado.  Si a ello sumamos la creciente influencia mundial de la corona española después de obtener la unidad peninsular y el apoyo moral y económico  del  descubrimiento  de  América,  tenemos  que  España  nunca  fue  tan  internacional  en  la Historia.  Todo esto influyó en la penetración oficial y desde arriba del Renacimiento.
Pero la situación social y religiosa de España supuso un freno a esta apertura paganizante. El baluarte espiritual, el "centinela de Europa" frenaba a nivel popular la introducción del Renacimiento. Se produce así una disociación entre la nobleza cortesana con el rey, con una mentalidad más abierta porque son los únicos que tienen libertad, y el pueblo, inculto y sometido a la Inquisición.
Estas pervivencias de pensamiento medieval se identificaron con formas artísticas del Gótico, las  cuales  estaban  fuertemente  arraigadas  en  España. Además  la  influencia  musulmana  en  el  arte mudéjar  también  frenaba  el  nuevo  estilo  (los  trabajadores  mudéjares  trabajaban  más  barato  y  con materiales más baratos). Así una mezcla de Gótico final, mudéjar y las primeras formas decorativas del Renacimiento forman el Estilo Reyes Católicos. Por eso el Renacimiento penetrará poco a poco, desde arriba, y a lo largo del silo XVI, será digerido y asimilado por la cultura e idiosincrasia hispánica, produciendo un Renacimiento diferente, español.
Pero la ausencia de una burguesía humanista y la falta de mecenas como en Italia, hará que el Renacimiento español se produjera en el seno de la Corte, la alta Iglesia, siguiendo la moda del Papa y la Monarquía, y no como resultado de una evolución cultural del país.   Estas clases  altas  impulsarán  el  Renacimiento  en  medio  de  un  pueblo  aún  gótico  y  el  nuevo  arte  será instrumentalizado  por  estas  clases  altas  al  servicio  del  poder.  Esto  sucede  hasta  que  la  cultura popular vaya acostumbrándose a este nuevo estilo y lo haga suyo. Por tanto, en España se subraya de un modo especial la continuidad Edad Media-Renacimiento por la pervivencia de formas de poder, propiedad y mentalidad medievales en los siglos XV y XVI. 
En el terreno del arte conviven, durante largo tiempo las formas artísticas góticas y mudéjares, combinadas con las nuevas formas renacentistas italianas, cuya entrada se ve facilitada por la intensa relación de los puertos mediterráneos españoles con  Italia a lo largo de la Baja Edad Media. Además, a ello contribuyó la llegada de artistas italianos para trabajar en la Península Ibérica; la educación de españoles en Florencia, Roma y Nápoles; la importación restringida de sepulcros, portadas y fuentes genovesas; y la masiva llegada de libros de arquitectura y estampas grabadas (Vignola, Palladio o Serlio).

 Palacio del Infantado, patio interior. Guadalajara.1480-1483. Estilo Reyes Católicos.


 La arquitectura española del siglo XV evoluciona desde una claridad de formas y una moderada ornamentación a una floración decorativa exultante, que se acentuará hasta el extremo en el período de los Reyes Católicos. Es todo este período el gótico florido se irá combinando con elementos mudéjares. La decoración va desdibujando las formas arquitectónicas, repite sistemáticamente los yugos y las flechas, las efes e ies iniciales de los nombres de los monarcas, calificándose esta etapa híbrida Estilo Reyes Católicos, observándose en edificios como el Monasterio de San Juan de los Reyes en Toledo, el Palacio del Infantado de Guadalajara o la Fachada de la iglesia de San Pablo en Valladolid. Pero, en general, la arquitectura española del siglo XVI podemos dividirla en tres etapas, que coinciden con los tres tercios del siglo.
En  los  últimos  años  del  siglo  XV  y  durante  el  primer  tercio  del  S. XVI  la  producción arquitectónica  manifiesta  una  dualidad  formal:  mientras  la  estructura  del  edificio  continua  siendo gótica,  el  Renacimiento  se  deja  sentir  en  lo  decorativo  y  superficial.  Así  se  configura  un  estilo protorrenacentista denominado tradicionalmente Plateresco, por lo similar con la labor de orfebres y plateros y por su gran minuciosidad.
Durante el segundo tercio del S. XVI esta abundante decoración fue desapareciendo en busca de   una   mayor   austeridad   ornamental,   mientras   aumenta   la   preocupación   por   el   Renacimiento conceptual, por la esencia de las formas, se busca una mayor claridad. en las formas y en los diseños liberándose así de los lastres goticistas.  Así se dio paso al Purismo, donde no faltan a veces elementos manieristas de concepto sintonizando con lo que se esta haciendo en Italia.
En  el  último  tercio  del  S. XVI  se  pasó  de  un  estilo  purista  a  una  austeridad  extrema, concediendo total primacía a los elementos estructurales del edificio, desnudos de toda ornamentación, sintonizando con lo que Vignola y Palladio realizaban en tierras italianas. Tan solo se dio entrada a algunos  componentes  manieristas  para  aliviar  la monotonía  constructiva. Es  el  llamado  estilo Herreriano  porque  fue  el  valenciano  Juan de  Herrera  el  mejor  en  esta  época,  también  llamado Escurialense porque su mejor expresión es el Monasterio de El Escorial.

 Fachada de la Universidad de Salamanca. 1519-1525.

El Plateresco es un término acuñado en el siglo XVII por el analista sevillano Diego Ortiz de Zúñiga, al detectar la semejanza existente entre la decoración de los edificios hispalenses de la primera mitad del siglo XVI y la labor de orfebres y plateros. Hay un predominio de decoración arquitectónica: grutescos, medallones, columnas abalaustradas. Se desarrolla en la etapa del reinado de Carlos I, y más concretamente, en el primer tercio del XVI. Es un estilo mucho más escultórico que arquitectónico, ya que la estructura de los edificios sigue siendo gótica, lo que cambia es la decoración, por lo menos en las obras más cercanas al principio del siglo, ya que no hay un corte radical entre el Gótico Reyes Católicos y lo que ahora llamaremos Plateresco.
 Se caracteriza por el predominio  de  lo  ornamental,  sin  conexión  con  lo  estructural, emparentando  con  las obras de la Lombardía (Cartuja de Pavía) y superándolas en decoración. Básicamente, lo plateresco es un uso incontenible de los elementos decorativos: columnas abalaustradas, medallones, emblemas heráldicos, remates de edificios con cresterías y candelabros, figuras humanas entrelazadas con animales y tallos formando figuras fantásticas, lo que se llama grutescos, uso que revela influencias italianas y creaciones genuinamente españolas y que se dan de forma simultánea. Los elementos estructurales son clásicos: columnas y pilastras corintias o compuestas, arcos de medio punto, bóvedas de crucería, pero también de cañón o acasetonadas, paramentos almohadillados..., pero se muestra reacios al sentido de las proporciones clásicas, usándose muchos elementos con mucha libertad, cubriendo por entero la decoración las superficies.
Destaca   en   esta   época   el   arquitecto   Lorenzo   Vázquez verdadero  introductor   de   este Renacimiento ornamental en Castilla, donde incorpora el paramento almohadillado de los palacios florentinos, con su portada del Colegio de Santa Cruz en Valladolid (1491). En esta obra todavía se  utilizan  ventanas  góticas  en  la  fachada,  pero  se  introduce  ya  un paramento  almohadillado  y  demás  decoración  renacentista.  El  interior  es  gótico  pero  la  fachada  es híbrida, estructurado en dos pisos y adornada de columnas con un frontón indefinido, curvo, titubeante entre lo gótico y lo nuevo. Pero las proporciones y la estructura del edificio son aún góticas. También realiza el Palacio de Cogolludo en Guadalajara (1495).
Más avanzado el siglo XVI pero en el primer tercio se impone el  foco  salmantino que  se  caracteriza  por  la  abundante  decoración merced al empleo de la piedra tostada de las canteras de Villamayor, fácil de labrar con minuciosidad y de agradable tonalidad. Con ella se realizaron  auténticos  tapices  ornamentales  como  la  Fachada  de  la Universidad de Salamanca, realizada   en   1519-25 por  un  autor  desconocido. Distribuida  en  tres calles  y  cuerpos como un retablo (fachadas retablo), posee un complejo programa iconográfico, llenos de filigranas florales, medallones, arcos carpaneles, grutescos, escudos..., predominando el horror vacui. Se le puede considerar el prototipo de la arquitectura plateresca española.

Juan de Álava. Fachada de la Iglesia de San Esteban. Salamanca.


  También   destaca   en   Salamanca   Juan de Álava, autor de la Fachada de la Iglesia de San Esteban, fachada en arcosóleo con interior en retablo,  con  doseletes góticos  y  profunda  decoración. Su interior es de una sola nave, de estructura totalmente gótica. Otra obra suya es la Catedral de Plasencia (Cáceres). También  en Salamanca está  La  Casa  de  las  Conchas, obra de Rodrigo Gil de Hontañón, una  de  las  pocas casas civiles y nobiliarias, de estructura gótica y distribución ornamental de ritmo mudéjar en la fachada, pero incorporando elementos platerescos en los arcos de las ventanas y en las molduras de las esquinas.
Después de Salamanca, el foco más importante de plateresco es Toledo,   donde   confluyen   los   ecos   del   últim gótico   con   las aportaciones  ornamentales  italianas  más  una  importante  influencia mudéjar,  configurando  todo  ello  el llamado Estilo  Cisneros,  una  especie  de Renacimiento  nacionalista mudéjar, coincidente  con  el  pontificado  del  susodicho  cardenal.  Destaca el arquitecto Pedro Gumiel, autor de  la  Sala Capitular  de  la  Catedral  de  Toledo,  con artesonado mudéjar, y el Paraninfo de la Universidad  de  Alcalá  de  Henares, donde  abundan  yeserías  y artesonados  mudéjares  pero  con ornamentos renacentistas.
También en Burgos hallamos buenos ejemplos platerescos, destacando Diego de Siloé, que llevó a cabo la Escalera Dorada de la Catedral de Burgos, manifestándose como un fino ornamentalista de grutescos.

 Diego de Riaño. Fachada del Ayuntamiento de Sevilla. 


En Sevilla debe destacarse el Ayuntamiento de Sevilla, obra de de Diego de Riaño, quién también trabajó en la Sacristía de la Catedral de Sevilla, de tono más avanzado en clasicismo. También en el primer tercio del siglo pueden señalarse en Sevilla evidentes restos de mudejarismo, como en las sevillanas Casas de las Dueñas y Casa de Pilatos.

Conforme avanza el  siglo  XVI,  se  abandona  la  ornamentación  del  plateresco  y  se  busca  una  mayor austeridad y más claridad estructural, anulando conceptos góticos. Así se dio paso a Purismo, también llamado Romanismo. Este cambio se aprecia sobre todo en el segundo tercio del siglo, especialmente en los años centrales del siglo. Ahora, lo propiamente espacial prevalece sobre lo ornamental, y ello es así por una mayor preparación técnica de los arquitectos. El Purismo supone ya la asimilación de las proporciones clásicas y aplicarla s despojadas de adornos. En una palabra, trasplantar a España el severo diseño de Brmante. Gana la intensidad del relieve pero ciñéndose a los encuadres de los vanos y a los elementos arquitectónicos en lugar de abarcar toda la superficie de los muros. Las bóvedas góticas de los edificios se sustituyen por bóvedas ovaladas y vaídas o de cañón con casetones, la decoración esculpida aumenta de volumen, haciéndose casi corpórea y se valoran los espacios lisos. El arco más utilizado es el de medio punto, teniendo los edificios el aspecto de severa monumentalidad y equilibrio.

 Alonso de Covarrubias y Enrique Egás. Hospital de Santa Cruz. Toledo.

El  primero  en  iniciar  este  cambio  es  Alonso  de Covarrubias en Toledo, el cual al principio continua el estilo  de  Lorenzo  Vázquez,  en  obras  como  el Hospital  de  Santa Cruz  en  Toledo,  con  una  fachada  recargada  de  estípites  y  grutescos propios del plateresco y concediendo mucha importancia a la escalera que une la primera y la segunda planta del edificio, con una abalaustrado profundamente decorada. La planta es ya renacentista de cruz griega con un artesonado mudéjar. Pero poco a poco fue abandonando esa decoración para hacer obras más  puristas  como  el  Alcázar de Toledo, de gran sobriedad, con cuatro fachadas renacentistas y poco decoradas y un patio central también desornamentado  y  muy  clásico. También  de  él  es  el  Hospital  de  Afuera  o  Tavera de Toledo.  Este hospital tiene una fachada al estilo palaciego del palacio florentino, diferentes sillares por  pisos  y  una  portada  estrecha  y sencilla.  Anuncia ya lo herreriano, por la sobriedad, clasicismo y desnudez decorativa. También es de Cobarrubias  la Puerta   Nueva   de   Bisagra   de Toledo, de torres gótico-defensivas pero una portada muy purista, con la decoración del dovelaje, el sillar y el escudo real encima. Es concebida como arco triunfal.

 Rodrigo Gil de Hontañón. Fachada de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid).

Igual  evolución  se  aprecia  en  Rodrigo  Gil  de  Hontañón. Destaca en su producción la  elegante  Fachada  de  la Universidad de Alcalá de Henares, cuyo contraste con la salmantina refleja el camino recorrido en tan solo tres décadas. La  poca  decoración  se  concentra  ahora  en torno a los elementos arquitectónicos: frontones, líneas de   imposta,   aunque   aún   vemos   la   abalaustrado   de pináculos   estilo   Reyes   Católicos,  que   tanto   gustaba entonces y que se resignaban a perder. A pesar de contener elementos platerescos, cede mucho espacio al muro liso. También es obra suya el Palacio de Monterrey en Salamanca, construido en 1539, de sobrias fachadas pero con abalaustrada goticista (cresterías de exquisito refinamiento) y con una torre muy sencilla y más bien baja.
En  Andalucía  los  principales  focos arquitectónicos fueron Granada y Jaén. En Granada destacan los arquitectos Diego de Siloé y Pedro Machuca, mientras en Jaén, Andrés de Vandelvira. Pedro Machuca construyó en 1528 el Palacio de Carlos V en la  Alhambra de Granada, probablemente el más clasicista de los edificios renacentistas españoles, con plena influencia bramanesca. Su   planta   es   cuadrada   pero inscribiendo un  círculo  (Manchuca  estaba  al  tanto  de  las novedades  manieristas  que  procedían  de  Italia). La  fachada plana  que  da  paso  a  un  círculo  intenta  engañar  la  estructura interior.  La fachada tiene una clara influencia de Bramante y contrasta por su austeridad con la decoración nazarí; su decoración es arquitectónica, con un sillar muy almohadillado, columnas y frontones.  El concepto de patio interior es muy novedoso pero sintoniza con  la  fachada  por  su  austeridad:  columnas  que  soportan  un  entablamento,  vanos  adintelados, clasicismo puro. El patio es totalmente circular, de dos pisos, porticado con columnas superpuestas (dóricas y jónicas) Machuca se planteó aquí sólo problemas estructurales.

 Diego de Siloé. Interior de la Catedral de Granada. 1528.


Diego  de  Siloé  trabajó  en  Toledo  y  Burgos,  pero  en  1528  marchó  a  Granada  donde  se  le encomendó  terminar  la  Catedral de Granada. Iniciada  por  Egás  en  estilo  gótico, Siloé  debió  someterse  a  una  planta  ya  impuesta,  pero  sometió  el templo  a  una  serie  de  modificaciones  para  adaptarlo  al  gusto  de  la época  por  encargo  real.  Tiene una   planta   de   cinco   naves   de   la misma altura en planta de salón para organizar un espacio unitario al gusto renacentista, con una cabecera semicircular  unida  a  todas  las  naves  y sin  crucero.  Se  cubre  con bóveda de crucería gótica estrellada porque aún gustaban mucho para cubrir grandes catedrales.  La cabecera es renacentista así como esos dobles  soportes. Hay  una  cúpula  en  el  centro  y  un  deambulatorio alrededor.  Es una mezcla entre planta centralizada y de cruz latina (planta de salón). La utilización de Siloé de esta especie de martyrium en la cabecera respondía a dos motivos: servir de panteón real a Carlos V y halagar al Cabildo. Pero las novedades de Siloé en este templo no se limitan a la gigantesca cabecera, sino que en los soportes de las naves ofrece otra importante solución: los pilares, de proporciones vitrubianas, llevan sobre el capitel un tramo de entablamento y, encima, otros pilares de menores proporciones para elevar su altura. Con estos suplementos se llegaba a las bóvedas y no se perdía la proporción armónica. Los nervios de las bóvedas de crucería se recogen en ménsulas para que no bajen por la columna hasta abajo y no den esa sensación de elevación desproporcionada que daba el Gótico.
Esta obra maestra del Renacimiento español influyó mucho en la Catedral de Málaga, también trazada  por  él,  con  una  fachada  muy  esquematizada  en  líneas  horizontales  y  verticales  con  arcos inscritos  en  el  adintelamiento. También hizo Siloé la Catedral de Guadix. Este  estilo  de  catedral  renacentista  se  exportará  desde  Andalucía  a Hispanoamérica: catedrales de Guadalajara, Cuzco y Lima.

 Andrés de Vandelvira. Iglesia de El Salvador. Úbeda (Jaén). 1540-1559.

En Jaén trabajó Andrés de Vandelvira, arquitecto de padres flamencos, que continúa los postulados de Diego de Siloé, aunque más manierista que éste, y produce admirables edificios religiosos y civiles, entre los que destacan la Iglesia de El Salvador de Úbeda, el Hospital de Santiago en Úbeda y la Catedral de Baeza. Pero su obra más importante es la Catedral de Jaén, de 1540, donde ensaya las cúpulas vaídas, y donde la decoración es puramente arquitectónica.
En Sevilla, el arquitecto Hernán Ruíz puede considerarse purista, y allí realiza el Hospital de la Sangre, así como el remate o Giraldillo de la Giralda de Sevilla.



Estaré unos días fuera de la circulación, por el puente de Andalucía, así que no podré estar en contacto con mis amigos blogueros. Nos vemos el martes y buen fin de semana para todos/as. 


14 comentarios:

  1. En primer lugar, felicitarte por otra estupenda entrada como ya es habitual en ti.
    Y en segundo lugar, una serie de apreciaciones, no como profe sino como mero espectador.
    Por razones de gusto estético personal no es el Plateresco uno de mis preferidos. El patio del Infantado en Guadalajara, por ejemplo, no me causa un especial entusiasmo ante su contemplación. En esto del Arte pasa como con la Literatura. Hay gente que le gusta Unamuno pero no Pemán (No pretendo comparar, es un simple ejemplo).
    Sobre el Palacio de Carlos V en Granada te diré que me causó mala impresión, no por el edificio en sí, sino por su ubicación al lado de la Alhambra en plan plaza de toros. No me gusta ese lugar para su emplazamiento.
    Y sobre la fachada de la Universidad de Salamanca, buenos ratos me pasé intentando descubrir la rana hasta que la encontré. Ya sabes que en esa bella ciudad hay una leyenda sobre la suerte buena o mala de los alumnos en los exámenes si descubren o no la famosa rana, que no voy a decir encima de dónde está para no dar pistas a posibles estudiantes poco dados a os libros.
    Un saludo.

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  2. Ah, pues mire usted, no sabia yo por qué se llamaba plateresco el estilo. Muy interesante haberlo aprendido hoy.

    A mí sí que me gusta el plateresco. Y a decir verdad encontré bien prontito la rana en Salamanca :)
    Oiga, en mi caso funcionó: así fueron luego las notas.

    Buenas noches

    bisous

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  3. Como siempre genial y completa tu descripción. He estado en todos los sitios que muestras , así que hoy me has hecho un rato feliz. Ubeda y Baeza dos Joyas. Salamanca y Granada maravillosas. Mi sobrina es profesora en a Universidad de Alcalá de Henares.
    Un abrazo y que tengas un lindo finde

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  4. Muy buen artículo, una verdadera lección en realidad, sobre el arte Plateresco e Isabelino. Qué disfrutes de tus minivacaciones. Un saludo.

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  5. Excelente.

    Mi antiguo colegio, està construido en este estilo.

    Hermoso.

    Un abrazo.

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  6. Me pasaba como a Madame que desconocía el nombre del estilo. He visto la Catedral de Málaga que siempre me impresiona en cada visita.

    No se cuantas veces he pasado por la puerta de bisagras en Toledo...

    Excelente artículo. Aunque el calificativo se queda corto ;D

    Saludos Paco

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  7. Tengo el privilegio de vivir cerca de una ciudad que podríamos llamar la ciudad modelo del plateresco español (con permiso de Úbeda y Baeza, claro, a las cuales no tengo el gusto de conocer nada más que por fotografías): Salamanca. Así es que la entrada ha sido como un redescubrimiento para mí, un paladeo tranquilo sobre el significado de esos edificios caracterizados por la esplendidez de sus grutescos y su decoración invadiendo las fachadas.

    Besos

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  8. Impresiona el palacio de Carlos V en la Alhambra,fresco en mi memoria, y excelente el trabajo de mi paisano Andrés de Vandelvira, manchego de nacimiento y por ende de Alcaraz.
    Excelente trabajo sobre esta preciosa etapa del plateresco...
    Saludos¡

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  9. ¡Soberbio artículo, sí señor! La explicación de cómo el primer renacimiento se va enquistando en el gusto del gótico final sin cambios revolucionarios me ha gustado. El gótico tardó mucho en desaparecer, sobre todo en Castilla, donde se siguieron haciendo bóvedas de crucería en muchas iglesias en el siglo XVI y más adelante.

    Es curioso que una obra paradigmática del plateresco como la fachada de la Universidad de Salamanca se siga sin conocer su autoría. Y en lo que no estoy de acuerdo es en relacionar a Rodrigo Gil de Hontañón con la Casa de las Conchas.

    ¡Espero que disfrutes del puente!

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  10. Unas corecciones de carácter histórico Paco. Nápoles y Sicilia no fueron conquistadas por Carlos V. Nápoles fue incorparado a la Corona Aragonesa por Alfonso el Magnánimo que creó una dinastía independiente en la persona de su hijo don Ferrante que inauguró la serie de reyes aragoneses de Nápoles hasta la invasión francesa y el posterior acuerdo de reparto entre Luis XII y Fernando el Católico que finalmente se hizo con la totalidad del reino gracias a la intervención de Gozalo Fernandez de Córdoba, el Gran Capitán. Sicilia entró en poder de la Corona Aragonesa en 1282 tras las vísperas sicilianas, incorporándose posteriormente a la Monarquía Hispánica tras el matrimonio de los RRCC.

    El Milanesado en cambio sí fue conquistado por Carlos V en 1535.

    Posterioemente una opinión personal, ¿podemos considerar al Palacio de Carlos V de Granada como el primer edificio renacentistas español de influencia italiana? los otros que citas me parecen más de influecia española, de ese gótico tardío típico de los RRCC.

    Un saludo.

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  11. Hola Paco

    Cómo siempre este blog me maravilla, es que tiene tanto para aprender!
    Lamento tener poco tiempo para disfrutar de él como se debe. Apenas puedo darle una mirada!
    No importa, siempre está aquí para cuando puedo!

    Te felicito!
    Un beso
    DG

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  12. Carolus: totalmente de acuerdo en el apunte histórico que haces: mi intención era decir que el Emperador (Carlos V) afianza el dominio español en el sur de Italia (Napoles y Sicilia), que habían sido conquistados en la Edad Media en la gran expansión mediterránea de la Corona de Aragón, y añade el Milanesado, en sus luchas con Francisco I de Francia. Enorme error el mío y la pena que he tardado mucho en corregir por estar fuera, pero siempre agradezco los detalles de los amigos, como es el caso de Carolus.
    En cuanto a la pregunta de si se puede considerar el Palacio de Carlos V como el primer edificio renacentista de influencia italiana, decir que, efectivamente, si el plateresco es un estilo afianzado en la tradición monárquica hispana, el purismo o romanismo, es el que aporta las innovaciones arquitectónicas italianas, en concreto de Bramanate, y el palacio que manda a construir el Emperador en la Alhambra es la primera muestra de la nueva manera de hacer arquitectura.
    Espero haber aclarado tus dudas, Carolus y desearles a todos una feliz semana, además de agradecer sus opiniones.

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  13. Hola, paso a saludarte por el interesante articulo, quería dejar mi pregunta acerca de la posicion del arte mudejar frente al estilo renacentista recien llegado, porque se mantuvo?

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Deja tu opinión; me es muy válida. Gracias.