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martes, 1 de febrero de 2011

LOS PALACIOS FLORENTINOS DEL SIGLO XV

 Interior del Palacio Medici-Ricardi. Florencia.

En este punto es digno destacar que en una Historia del Arte, el nombre de Cosme de Médicis el viejo debe itarse al lado del de los artistas  de su época, como el nombre de Pericles va unido al de Fidias. Cosme, llamado "el padre de la patria", era un simple banquero, pero disponía de riquezas inagotables para sufragar las mejoras que juzgaba útiles a su patria: creó centros de estudios, fundó bibliotecas siguiendo los consejos del grupo de grandes artistas y eruditos que recibía en su vivienda, encargó traducciones de los antiguos escritores griegos, reunía en su palacio y jardines estatuas antiguas que eran estudiadas por los jóvenes escultores y participaba en tertulias y charlas con los entusiastas humanistas de este alborear del Renacimiento, proponiéndose siempre como ideal la resurrección del espíritu clásico, que empezaban a comprender por los mármoles y manuscritos.
Fue Filipo Brunelleschi quien dio tambien el primer tipo de los palacios florentinos del Renacimiento, con una parte baja de grandes sillares apenas labrados, con aberturas rústicas y pisos superiores de paramentos más finos, en los que se abren ventanas adoveladas, y rematando el cubo de piedra un monumental entablamento clásico. La disposición de los palacios florentinos del siglo XV es casi siempre la misma: un patio central, cuadrado o rectangular, con una arquería a cada lado y cuatro crujías de cierre, dispuestas en él las puertas y las columnas con la mayor simetría, y una escalera monumental. Vasari precisaba el programa constructivo diciendo que la morada ideal debe ser como el cuerpo de un hombre: la fachada como la cara y las ventanas como los ojos, una a un lado, otra al otro, "servando sempre paritá...". La fachada consta de tres pisos, el inferior inmediato a la calle, con vanos  de dimensiones pequeñas, y los dos cuerpos superiores con ventanas de medio punto rematándose con un destacado alero. Algunos palacios presentan en su fachada un almohadillado como evocación urbana de las anteriores casas fortificadas.
En general, el palacio renacentista aparece caracterizado por el abandono de los elementos defensivos y por su acentuada imagen urbana. Los palacios de los grandes príncipes se insertaron  en el contexto urbano como objetos capaces de transformar la imagen y significado de la ciudad. Por otra parte, como anotó Alberti, el palacio aparece como una ciudad en pequeño, con su patio central (cortile) a la manera de una plaza. Y al igual que la ciudad, el palacio asumió funciones múltiples, tanto prácticas como de representación
En estos palacios del Quatrocento no había mucha diferencia con los palacios góticos de la Edad Media: seguían siendo muy horizontales, distribuidos en tres cuerpos con aspecto de fortaleza y gruesos sillares. Uno de  los aspectos que los diferenciaba era la alta torre que desaparece ahora en el Renacimiento. También empieza a introducirse algunas nuevas características, tales como la pérdida del aspecto militar, unificación en alturas y forma cúbica y sencilla, disposición regular y geométrica de los vanos en las fachadas y disposición en torno a un patio interior con cuatro fachadas. 

 Palacio Pitti

Con aquellas características, Brunelleschi (1377-1446) planteó el proyecto original del Palacio Pitti, el cual dejó sin terminar, por sus dimensiones exageradas,  por encargo del banquero Lucca Pitti en 1458 y que hubieran de concluir los Médicis un siglo más tarde (1549), cuando ya eran duques de Toscana y lo adquierieron. El Palacio Pitti es aún una obra de transición, con ciertos rasgos medievales, tipo fortaleza de aspecto rústico; tiene tres cuerpos con sillar almohadillado, con sillar rústico en el piso bajo que le da más robustez y tercer piso más estrecho.
Durante el siglo XV los Médicis tuvieron una residencia mucho más modesta en el  centro de la ciudad, en la vía Lata, hoy vía Cavour, el palacio, que, muerto Brunelleschi,  Cosme de Médicis encargó a su discípulo Michelozzo Michelozzi (1396-1472) y que este terminó en 1460.  Es el llamado Palacio Medici-Riccardi. Conserva aún en la esquina el escudo de los Médicis, pero lleva también el nombre de la familia Riccardi, que lo habilitó más tarde. La fachada tiene un cuerpo inferior con grandes arcos ejecutados con toscos sillares, que en un principio debían de estar abiertos y en el siglo XVI se cegaron, dejando sólo ventanas, y en lo alto una espléndida cornisa de piedra remata suntuosamente el edificio. Michelozzo aplicó en la fachada el almohadillado, haciendo decrecer hacia arriba el relieve del mismo. Destaca el gran patio interior, donde Cosme y sus nietos acumularon los mármoles antiguos que venían a etudiar los atistas que dieron origen al Renacimiento. Este espacio cuadrado y lleno de curvas manifiesta la delicadeza de Michelozzo.

Palacio Medici-Riccardi

 Alzado y plano del Palacio Medici-Riccardi

Otro gran palacio en la Florencia del siglo XV fue el Palacio Strozzi, construido en 1489 según el tipo del palacio de Cosme en Vía Lata, aún más soberbio y monumental. Fue diseñado por el arquitecto Benedetto da Maiano (1442-1497) y es de planta cuadrada, levantándose gigantesco en las calles estrechas de la vieja ciudad con su masa cúbica de piedra, terminada por la cornisa, que poyecta intensa sombra en la parte alta del edificio. El efecto de grandiosidad se logra or la simple distribución de sus diversas partes; el cuerpo inferior, con una sola puerta que se abre en medio de los rudos sillares, forma el pedestal de los pisos altos con ventanas simplicísimas. Detalles afortunados que han sido reproducidos con más o menos discrección por el mundo entero son el farol de esquina del palacio Strozzi y las argollas para sujetar los caballos, con arandelas para las antorchas.


Palacio Strozzi: Exterior y patio interior

Por último, Leon Batista Alberti ((1404-1472) realiza el diseño del Palacio Rucellai de Florencia, que empezó en 1446 y terminó Bernardo Rosellino en 1451.  Fue Alberti el arquitecto que introduce en la fachada de los palacios una organización definitiva, mediante la aplicación de su concepto de las proporciones y su deseo de establecer una conexión con los modelos de la Antigüedad. Este palacio se convertirá en prototipo de la mansión ciudadana del Renacimiento, sin ningún aspecto medieval. Fragmenta la fachada en tres pisos con pilastras de órdenes superpuestos, cobijados por una amplia cornisa en saledizo, sin sillar rústico o almohadillado en el piso bajo y con arcos inscritos en sistemas de adintelación. Para Alberti, la columna, el soporte, es un fragmento de muro con el que logra desarrollar una composición de la fachada desde los principios clásicos de proporción y simetría. El extraordinario ritmo de la fachada se ha conseguido gracias a la superposición de los órdenes clásicos: pilastras dóricas en las planta baja, jónicas en el pirmer piso y corintiasen el segundo piso. La cornisa que remata la fachada es la primera cornisa que en Florencia sustituyó al alero medieval.

Palacio Ruccellai



Os dejo con un video sobre los palacios Vecchio y Medici-Ricardi de Florencia




18 comentarios:

  1. Que buenos recuerdos me ha traído esta entrada. En mis tiempos de Erasmus en Roma mi novia de aquel entonces estaba en Florencia por lo que practicamente un fin de semana sí y otro también iba a la capital Toscana en un tren regional que tardaba 3 eternas horas en llegar :)

    El Palazzo Pitti es sencillamente espectacular (la estructura, las obras de arte del interior y los jardines), por no hablar de la plaza empinada que hay justo delante y donde da gusto tumbarse a tomar el solecito :)

    Un saludos.

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  2. Recuerdo que en mi época de universitario esta fue una de las partes de la historia del arte que más me gustó estudiar. Son unos edificios magníficos, hechos para durar y mostrar el poder de las familias y las repúblicas.

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  3. Amigo Paco: no era ésta una buena jornada que me has ayudado a conjurar con tus palabras y con este lindo paseo por Florencia.

    Un abrazo.

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  4. Oh,que maravilla hoy, monsieur! Los Medicis y Florencia, un lugar al que siempre quiere uno regresar. Buena nostalgia me ha entrado. La vista nunca tiene suficiente una vez que comienza a absorber tanta obra de arte como allí se ofrece.
    Aunque, si le digo la verdad, precisamente la fachada del palacio Medici-Riccardi no me entusiasma.

    Feliz dia, monsieur

    Bisous

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  5. Curiosamente los palacios, al contrario que las personas, me gustan mas por fuera que por dentro. Un fuerte abrazo.

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  6. Paco, una entrada muy buena, sobre todo ahora que estoy dedicando (otra vez) tiempo a los Medicis, tanto a nivel histórico como heráldico. Muy apropiado, instructivo y bello.

    Un fuerte abrazo.

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  7. Me encantan estos palacios y me encanta Florencia, con ese aire tan elegante y señorial que se aleja del bullicio de otros lugares de Italia, como Roma.
    Un saludo.

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  8. Florencia, como dice Madame Masquée es una ciudad para regresar siempre.

    Simplemente excepcional esta entrada Paco.

    Saludos

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  9. Una época fasciante tanto desde le punto de vista culrutal como el artístico e histórico. A ver si un día me puedo permitir ir a visitar esos palacios a la bella italia... ¡quién pudiera!¿Sufriréen Florencia el famoso síndrome? Espero que no...

    Saludos

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  10. Amigo Paco Higaldo:

    Fantástica entrada de reencuentro con el Quattrocento italiano.
    Una maravilla los palacios florentinos en especial el Rucellai, con su elegante piano nobile.

    Todo un todo rítmico y armónico, sublime en suma.

    Un fuerte abrazo renacentista

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  11. Estoy preparando Florencia para subirlo al blog. Que preciosidad de palacios. No sabría con cual quedarme. Pasear por la Piazza della Signoria y el Ponte Vecchio todo un lujo. Bellos recuerdos has traido a mi memoria. Como siempre genial.
    Un abrazo

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  12. Lo q e más me gusta es que hacen hasta juego con estos tiempos modernos que corren.Abrazos.

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  13. Qué puedo decir de Florencia, su entrada me ha traido recuerdos de cuando entuve allí hace unos meses, simplemente espectacular, llena de tesoros y llena de encanto, no me extraña que más de uno sufra allí el llamado Síndrome de Stendhal, es verdaderamente abrumadora la cantidad de maravillas que allí se esconden.

    Como siempre, magnífica su entrada.

    Un saludo.

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  14. Envidia me dan los amigos anteriores que la han visitado. Yo aún no he tenido ocasión, pero espero que ésta llegue pronto. Un saludo.

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  15. Buenas noches...

    Pasaba por estos lares y entré a curiosear y pasar un rato agradable con tu conversación..

    Besotes de lindos sueños

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  16. Quisiera en este comentario colectivo agredecer a todos y todas vuestros acertados comentarios. Coincido con muchos en que Florecia es una ciudad espectacular, apabullante y bellísima y que no es difícil sucumbir al llamado síndrome de Stendhal. Feliz tarde para todos.

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Deja tu opinión; me es muy válida. Gracias.