Andrea Palladio. Villa Capra (la Rotonda). Vicenza. 1551-1553
Tras el estudio de los arquitectos de la primera mitad del siglo XVI en Italia, abordamos ahora los de los años centrales y segunda mitad del siglo.
Antonio de Sangallo (1484-1546)
Sangallo es el continuador del sentimiento de sobriedad que había establecido Bramante. Es el creador del palacio cinquecentista romano. El modelo lo crea en el Palacio Farnesio, donde abandónale almohadillado florentina y las ventanas adinteladas carecen de parteluz. En el piso noble alterna los frontones curvos con los rectilíneos, lo que le da a la fachada una movilidad inusitada. En el interior utiliza las columnas adosadas y la superposición de órdenes clásicos romanos: toscazo, jónico y corintio. El palacio lo termina Miguel Ángel, quién realiza la cornisa y aspectos ornamentales del patio.
En el Vaticano levantó las murallas y fortificaciones en la llamada Ciudad Leonina. También se hizo cargo en 1540 de las obras de la Cappella Paolina. A la muerte de Rafael, Da Sangallo es nombrado arquitecto jefe de la fábrica de San Pedro y en el año 1539 se realiza una maqueta según sus ideales. Se trataba de un compromiso entre la planta de cruz griega proyectada por Bramante y una ampliación rafaelesca de cruz latina con fachada monumental. Tras su muerte, Miguel Ángel se encarga de reformar y terminar el proyecto.
Antonio Sangallo. Palacio Farnesio. Roma. 1514-1546.
Otro arquitecto interesante de esta primera mitad del XVI es Jacopo Sansovino (1486-1570), quién realizó la Biblioteca de San Marcos de Venecia, de dos plantas porticadas con balaustrada. También hace la Loggeta del Campanario de San Marcos de Venecia.
A mediados del siglo XVI se había alcanzado la cumbre del lenguaje renacentista. Y es en este punto de madurez, cuando se teme un declive. Por eso el empeño de codificar el lenguaje aprendido. Sin embargo nada nuevo ofrecen desde el punto de vista conceptual ni estructural los arquitectos de esta segunda mitad de siglo, si acaso una mayor profusión de elementos arquitectónicos, puros, pero empleados, ahora, con sentido decorativo. Por otro lado, con el Concilio de Trento se vuelve a la austeridad y a los templos humildes y sencillos de predicación, como promueven la contrarreforma tridentina y la Compañía de Jesús.
Jácopo Sansovino. Biblioteca de San Marcos. Venecia. 1537-1553.
Jacopo Vignola (1507-1573)
Trabaja mucho con Miguel Ángel. Arquitecto y tratadista, publica en 1562 las Reglas de los cinco órdenes de la arquitectura, que será el libro de enseñanza más difundido en el mundo hasta el siglo XIX. Es un tratado donde resume los principios de la arquitectura del Renacimiento. Hace obras religiosas y profanas donde ensaya soluciones manieristas.
La Iglesia del Gesú en Roma para la joven Compañía de Jesús es su obra arquitectónica capital. La portada no es de Vignola, sino de Giacomo Della Porta que la hizo más económica en el siglo XVII. Pero el resto influyó mucho en Europa. Tiene planta de cruz latina con una sola nave, cubierta con bóveda de cañón con lunetos, pero con capillas laterales y con un crucero muy corto. Una cúpula en el crucero por donde entra la luz principal. El juego de luces está estudiado para que dé la impresión de que es una planta centralizada. La sensación es de unificación espacial. La luz es un factor calculado que entra por la cúpula y vanos laterales; luego hay una penumbra para cortar la nave central y así, aunque es una Iglesia de cruz latina, su iluminación la convierte en una de planta centralizada. La decoración interior era muy austera y de extraordinaria sobriedad. Vignola en este magistral templo, acierta con el espíritu de la Contrarreforma y crea el modelo de templo jesuítico que se desarrollará en el Barroco.
Jácopo Vignola. Igelisa del Gesú (interior). Roma. 1568.
También realizó Vignola el Palacio Farnesio en Caprarola, de planta pentagonal, y la Villa Gulia.
Andrea Palladio (1508-1580)
Estudió arquitectura en Roma. Es además tratadista y su obra fue amplia. Realizó edificios religiosos, villas en el campo y edificios civiles como palacios urbanos. Como tratadista tuvo influencia en toda Europa y en Inglaterra principalmente. Publicó en 1570 Los 4 libros de la arquitectura que fue el manual para las construcciones renacentistas, y obra de referencia para las construcciones neoclásicas por su claridad.
Jácopo Vignola. Palacio Farnesio. Caprarola. 1559-1573.
Jácopo Vignola. Villa Gulia. Roma. 1550.
Su estilo es difícil de definir. No se comporta como un manierista, cuando casi todo el mundo lo hacía (estamos en la segunda mitad del siglo XVI). Resume el final del clasicismo pero con imaginación y como una vuelta a la arquitectura romana con toda su pureza, una vuelta al clasicismo pero con nuevas proporciones y buscando nuevas armonías. Representa para toda Europa y sobre todo para Inglaterra, el final del clasicismo. Su preocupación máxima fue adaptar las formas de la Antigüedad a las necesidades modernas, alumbrando un repertorio de obras civiles que brillan con el mismo resplandor que las religiosas.
Tras una etapa como cantero en Padua, se trasladó a Vicenza, cuya imagen urbana renovaría. Decide revestir con una envoltura pétrea la Basílica de Vicenza, un edificio gótico de planta trapezoidal. Delinea una fachada de dos plantas, con el orden dórico abajo y el jónico arriba, a partir de la repetición seriada de un módulo, que has pasado a la historia del arte como el tramo rítmico palladiano o motivo palladiano Éste consiste en inscribir un arco de medio punto y dos dinteles laterales apeados sobre columnas de orden normal, en un marco arquitrabado con columnas de orden gigante.
Antonio Palladio. Basílica Vicenza. 1549-1580.
Hizo muchas velas y cómodas villas campestres, en Vicenza, Verona y Venecia. La más célebre es la Villa Capra o la Rotonda en Vicenza. El mayor éxito conseguido por Palladio se debe a sus villas campestres. Son tratadas como verdaderos templos y consigue además integrar la arquitectura con el paisaje. Esta villa, es de planta centralizada y de una simetría rigurosa. Es el resultado de la aplicación del concepto de planta centralizada (que es religiosa) a un edificio civil. Tiene una cúpula en el centro y cuatro fachadas exactamente iguales con un pórtico hexástilo con frontón, columnas jónicas y una escalinata en cada una de las fachadas. El esquema es sencillo y muy clásico. En esta época se dio una moda de vivir cerca de la Naturaleza y la nobleza urbana de Roma sale al campo, proliferando así estas villas de las que Paladio construyó además la Villa Foscani o la Villa Bárbara por ejemplo. Estas villas con pórticos a la entrada parecen haber originado, a través de Inglaterra, el tipo de mansión del Sur de los EEUU.
Andrea Palladio. Interior Teatro Olímpico. Vicenza. 1580-1585.
El éxito de sus teatros provisionales de madera motivó que la Academia Olímpica de Vicenza le solicitase los planos de uno estable. Palladio construyó entonces el Teatro Olímpico de Vicenza inspirándose en los modelos romanos, con una estructura semielíptica cerrada por un escenario con decoración en perspectiva. También construye allí el Palacio Chiericati de Vicenza, de dos cuerpos, abierto, cerrándose sólo el tramo central del cuerpo superior.
La Iglesia de San Jorge de Venecia fue realizada entre 1565 y 1580. Es una Iglesia de planta de cruz latina de tres naves con una cabecera distinta de ábsides planos. Pero lo que más importancia tiene es su fachada. Para empezar es un fachada que parece que sostiene la cúpula que hay casi justamente encima de ella. Es una fachada de poca altura para que no resalte de los demás edificios que tiene al lado. Pero el esquema de fachada es el ensamblaje de dos frontones: uno central y otro idealizado que arrancaría en los lados e iría por detrás de la fachada. Utiliza una escala particular para las columnas de esta fachada para que resalten en monumentalidad. Por eso se reconoce a Palladio como el creador de este "orden gigante".
Andrea Palladio. Iglesia de San Jorge el Mayor. Venecia. 1576.
El Manierismo en arquitectura
Es difícil encontrar elementos manieristas en un arte tan lento y laborioso como la arquitectura. Ya la Biblioteca Laurentina de Miguel Ángel puede considerarse manierista en la disposición del vestíbulo, pues la escalera apenas encuentra espacio suficiente y las columnas no descansan en la pared, quedando atrapadas por el avance del muro. A pesar de la dificultad, pueden rastrearse algunas características:
– Arbitraria alteración de la correspondencia entre las partes y el conjunto, con lo que se rompe la lógica de las relaciones espaciales.
– Se pierde o se debilitan las coordenadas axiales, las que ordena el edificio con las simetría.
– Hay una ruptura del equilibrio o no correspondencia entre soporte y elemento soportado, entre apoyo y peso. Hay apoyos frágiles con entablamentos pesados. Hay un uso ambiguo de las formas: un elemento arquitectónico puede tener a la vez una función de sustentación y otra de enmascaramiento o de ocultación de la estructura interior del edificio, por ejemplo líneas horizontales en la fachada que no se corresponden con otro piso superior en el interior., columnas que no sostienen nada o que sostienen un entablamento falsos, solamente representado en un muro, dobles frontones como en la Iglesia de San Jorge de Venecia de Palladio...
– Hay también un empleo de formas artificiosas, a los órdenes clásicos se añaden otros nuevos, alterados o muy imaginativos: columnas antropomórficas (cariátides). órdenes rústicos (con las columnas de mampostería para hacer el edificio deliberadamente pobre), empleo de estípites (combinaciones caprichosas de pirámides al revés).
– La decoración desdibuja la función de algunos elementos, como el almohadillado en las columnas, preferencia por los espacios longitudinales y salas estrechas que favorecen la perspectiva (Patio central del Museo de los Uffizi de Vasari).
Giorgio Vasari. Galeria degli Uffizi. Florencia. 1560-1581.
La mayor parte de estas normas están dedicadas a trastocar y a poner del revés al clasicismo. Parece como si los arquitectos se hubieran cansado del clasicismo y lo quisieran ridiculizar haciendo todo justamente al revés. Muchas de estas formas anteceden ya a lo que será la arquitectura barroca..
El manierismo cuenta con representantes importantes como Giorgio Vasari (1511-1574), historiador, teórico, pintor y arquitecto, autor de la Galería de los Uffizi en Florencia, así como el escultor y arquitecto Bartolomeo Ammanatti.
El renacimiento, nada menos.
ResponderEliminarQue belleza.
Un abrazo.
Bella Italia.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Dan ganas de volver a visitar Italia: me dejé muchas cosas por ver. Y con estas ilustraciones se me ponen los dientes largos.
ResponderEliminarUn saludo.
Al leer esta entrada, y la anterior, no he podido dejar de preguntarme si los días en que se impartieron estas clases en la universidad algunos arquitectos se las saltaron... y es que hay cada barbaridad de hormigón por nuestras construcciones actuales... ¿Y esos arquitectos de hoy que ponen dos cuartos de baño en un piso de 60 metros? ¿Y el que hace fachadas completas de cristal en ciudades como la mía en la mayoría de meses hace un calor de muerte? ¿Y los que hacen un parque enorme sin apenas zonas de sombra? Bueno, no sigo porque el tema me pone de los nervios.
ResponderEliminarEspero que tus alumnos no solo estudien a estos arquitectos memorizando, sino sabiendo ver y analizar el porqué de este tipo de construcciones, la importancia de la arquitectura en el desarrollo de las ciudades y sus habitantes.
Gracias por estas entradas, geniales.
Qué preciosidad la Villa Capra de Palladio, conforme iba leyendo he subido dos o tres veces para verla otra vez y, al explicarla, es verdad, pudo ser inspiración para las grandes casas americanas como Tara. Interesantísimo como siempre. Un abrazo Paco.
ResponderEliminarCuanto bien ha hecho a la historia del arte la rivalidad entre las distintas ciudades italianas, y dentro de ellas la que existía entre las familias poderosas. Así han llegado hasta nosotros todas estas maravillas.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Sigo disfrutando en esta 2ª parte de la arquitectura italiana del XVI. Siempre he sentido debilidad por Caprarola. Los Farnese o familias similares, a pesar de sus pequeños Estados, sacaban fondos para construir edificios como estos, muy por encima de los que se construían en países con muchos más medios.
ResponderEliminarSaludos, Paco
Bueno bueno, lo de hoy ya es para morirse.
ResponderEliminarMenuda villita con la que abre. No vendría mal para pasar las vacaciones, eh? Vamos, de ahí ya no me movían. Apetece meterse de ocupa.
Y encima me lleva usted a Venecia! Qué mas se puede pedir?
Feliz tarde,monsieur
Bisous
Paco: Has fotografiado y sin mi permiso, mi villa Capra ;D.
ResponderEliminarHablando en serio y como dice un comentario previo, las rivalidad entre familias poderosas ha hecho que podamos disfrutar de esos edificios.
Y que dan ganas de ir a verlos ya mismo con estas explicaciones...
Saludos
No sé con quién me quedaría de los arquitectos mencionados, ¿Vignola o Vasari? El uno era espectacular en su oficio, el otro además escribía.
ResponderEliminarPor cierto, que cuando viajé a Roma entré ne la iglesia del Gesú y, ¡oh, sorpresa!, estaba repleta de andamios porque etsaban restaurando las pinturas de las bóvedas. Así que se puede decir que no la llegué a ver.
Saludos
Totalmente de acuerdo, Vignola y Palladio son clave para entender la evolución de la arquitectura.
ResponderEliminarEs curioso constatar como en el Gesú el híbrido entre planta central y longitudinal juega a favor de la primera con el recurso de la luz. Y lo que se repetirán su planta, alzados y fachada en el barroco!
La proyección de Palladio en el mundo anglosajón daría para un libro.
Brillante entrada.
No soy un gran seguidor de la arquitectura... y, por lo tanto, tampoco entiendo mucho. De todos los nombrados el que más me dice es Palladio.
ResponderEliminarAbrazos, Paco
Pasar por aquí es quedarse extasiado. Por eso me tomo el tiempo. No se puede correr. Tanto las fotos como el texto son de sobresaliente.
ResponderEliminarUn abrazo