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jueves, 11 de febrero de 2010

"BOMARZO" DE M. MÚJICA LAÍNEZ


"Bomarzo" es una de esas novelas que dejan huella, sobre todo si te cogen con esa edad en la que se está formando la personalidad. Efectivamente, se trata de una las mejores novelas que uno ha leído en su vida (y he leído unas cuantas). Recuerdo que la tuvimos que leer en 4º de carrera como lectura obligatoria en la asignatura optativa "Los orígenes del mundo moderno" y, claro, me fascinó. La volví a leer hace unos cuantos años y, aún ahora, para elaborar este artículo, he vuelto a releer algunos pasajes.
Probablemente no sea la obra más recomendable para los alumnos/as de 2º de Bachillerato por el caudal de erudición y documentación, pero, sin lugar a dudas, es una de las más bellas y poéticas recreaciones de un momento decisivo en la historia: el Renacimiento y la Italia del siglo XVI.

El autor es el escritor y periodísta argentino Manuel Mújica Laínez (1910-1984). Hijo de una aristocrática familia argentina, estudio en Inglaterra y Francia donde adquiere una vasta cultura europea, y concluyó Derecho en Buenos Aires. Su afición por el arte le hizo ser crítico de arte muchos años en el diario "La Nación", así como Director de Relaciones Culturales del Ministerio del Exterior.  Autor de numerosas obras de ensayo y novelas, traductor de Racine, Moliére o Shakespeare, sus mejores novelas son las que se han movido en la fábula histórica, como "El unicornio" (otra fábula histórica ambientada en la Edad Media), "El escarabajo" (se trata de una joya egipcia que va pasando por distintos etapas de la historia) y, claro está, "Bomarzo", escrita en 1962. La obra coincidió con otra obra cumbre de la literatura argentina: "Rayuela" de Julio Cortázar, y obtuvo varias distinciones, tales como el Gran Premio Nacional de Literatura de 1963, el premio John F. Kennedy y la Medalla de oro del gobierno italiano. Tal fue el éxito, que fue el argumento de una ópera en 1967 de gran éxito, con música de Alberto Ginastera y libreto compuesto por el mismo Mújica Laínez.



"Bomarzo" es la historia de un noble italiano real, Pier Francesco Orsini (Vicino para los pocos amigos que tenía). Amargado desde su nacimiento por la joroba o giba con la que nació y que tanto le lastra,  en una época en la que se aspira a la belleza absoluta y a la perfección, repudiado por sus familiares, teniendo que aprender a sobrevivir en un mundo de intrigas y perversiones, sólo con la ayuda de su abuela; en un momento de la obra, el protagonista llega a decir: 
"El amor - le contesté- es un modo de sobrevivir".
 En esto se puede encontrar cierto parecido con el "Yo Claudio" de Rober Graves, un personaje en medio de todas las intrigas de la época, al que todo el mundo desprecia por sus deficiencias y que curiosamente sobrevive a todo y a todos y gobierna para sorpresa de todos. A algunos los mata el mismo y a otros las intrigas o batallas, pero él con todos sus problemas y traumas es quien queda hasta el final.
La novela se gestó con una visita que hizo en 1958 Mújica Laínez al parque y bosque sagrado de Bomarzo, colosal conjunto escultórico y fantasmagórico, mandado a construir por Vicino en las afueras de Viterbo, a pocos kilómetros al norte de Italia, como obra inmortal.

Construcciones y escultóricas fantásticas en el Bosque de Bomarzo
El autor, por tanto, no hace una novela histórica, sino una intepretación del mundo interior (narrada en primera persona) del atormentado duque de Bomarzo (1512-1572), con contrastes difíciles de entender en una primera lectura. En la novela está presente tres planos diferentes: al fondo, el mundo irrepetible del Renacimiento; más cercano, en relieve, los personajes más representativos que le dieron vida; y, en primer plano, Pier Francesco Orsini y su mundo interior y sus vivencias, todo ello adornado con una prosa recargada, barroca, amanerada y manierista, rica en recursos técnicos, con un estilo directo y arrollador. Es cierto que el autor utiliza un lenguaje anacrónico, propio del Renacimiento y, más concretamente, del Manierismo, como adorno o refinamiento de la prosa, que, a veces, llega a ser bastante ambiguo. La prosa parece que gira al ritmo de un tango: con giros y retruécanos, idas y venidas, repeticiones constantes, reencarnaciones, muertes, historia transmutada. Bomarzo no es una novela histórica propiamente, ni tampoco el tan manido realismo mágico sudamericano; los personajes reales dan credibilidad a la historia, pero la novela es una fabulación, una recreación de un período, un acercamiento a un momento concreto de la historia con personajes de la época. Díficil clasificar esta obra en un género literario; se ha dicho que es una narración-descripción estética, semirreal-semifabulada de la personalidad del duque de Bomarzo.
El marco en el que se desarrolla la acción es el siglo XVI italiano, momento esplenderoso, pero ya decadente en la segunda mitad del siglo, con el desarrollo del manierismo. Aquí se desarrolla el "hombre nuevo", culto, humanista, que quiere disfrutar de la vida y mira sin miedo al progreso. Esta visión que tiene el autor está basada en la obra de Jacob Burkhart, "La cultura del Renacimiento en Italia" (1860). En este contexto se nos muestra los problemas y las relaciones entre las repúblicas y principados italianos, las luchas entre los linajes por el poder civil o eclesiástico, el individualismo y egoismo imperante en la época, donde todo se mueve por el interés y el ansia de poder, donde la moral no tiene cabida (referencias maquiavélicas), el afán de cultura, de gloria y fama, la implantación del humanismo, de la lituratura clásica, de la arqueología, la religiosidad profunda, pero también el gusto a la magia y a la astrología y la alquimia. Así, Pier Francesco Orsini nos dice de él mismo:
"yo fui un típico hombre del Renacimiento".
Y en otro momento vuelve a insistir:
"Debo decirle al lector hasta la saciedad, para que me comprenda bien, que en el siglo XVI yo fui un hombre esencialmente característico de mi época, ni mejor ni peor que el resto".
Como hombre del Renacimiento fue un mecenas de las artes, un experto arqueólogo, un erudito conversador y un culto poeta, tanto en latín como en italiano. Pero también era un hombre dual: un personaje cruel y aborrecible, corrupto, capaz de todo para llegar al poder, como asesinar a su hermano, de ambigua sexualidad, cuando no homosexual (no posee a su mujer, la dulce Julia Farnesio, sobrina del poderoso Alejandro Farnesio, futuro Papa Paulo III, pero si tiene relaciones con la prostituta Pantasilea y con su sirviente Abdul).
"¿Sabemos por qué matamos?(...) ¿Podemos asegurar que sabemos algo de alguién, cuando atravesamos las capas obvias de la superficie y nos adentramos en lo más profundo?(...) Tantos elementos sutiles, delicados, ignotos, juegan cuando cumplimos cada acción -la dematar a un hombre o la de amar a otro- que en verdad para comprender cualquier sentimiento y cualquier actitud, aún las más simples, deberíamos dedicar nuestra vida entera a desmontar el misterio de las razones acumuladas, entreveradas, y aún así propablemente se nos hurtaría lo principal".

Lorenzo Lotto. Retrato de gentilhombre en el estudio. 1528-30. 97 x110 cm. Galería de la Academia. Venecia.

La novela, para el que se acerque por vez primera, tiene una estructura compleja, ya que parte del principio de que el Duque es inmortal, tal como le fue pronosticado en su horóscopo al nacer, aunque esto no queda claro. La inmortalidad de Pier Francesco se pone en relación con la creencia declarada del autor en la reencarnación. Esta obsesión por la inmortalidad es la que le hace recurrir a la astrología, la alquimia, la numerología, etc. y es también lo que quiere dejar como legado en el Sacro Bosque de Bomarzo:
"Mi tema y yo nos habíamos encontrado y formábamos desde ese segundo una indestructible unidad. Mi vida (...) mi vida transfigurada en símbolos...salvada para las centurias...eterna...imperecedera".
Esta perspectiva de la inmortalidad y de la intemporalidad da ocasión al novelista para utilizar el recurso de salir del tiempo histórico del siglo XVI y proyectarse en el futuro: así el lector está en el siglo XVI y en el XX (se cita un libro de Eugenio D´Ors, escritores como Góngora, Baudelaire, James Joyce, Pirandello o Virginia Wolf, referencias a Freud, incluso a Hitler). Mújica Laínez es perfectamente consciente de este hecho y juega con ello para crear incertidumbre hasta el final. Momento trágico para el duque resulta descubir que iba a morir como cualquier otro mortal y que había luchado en balde:
 "el duque Pier Francesco Orsini,... asombrado, murío de veneno, sin originalidad, como cualquier príncipe del Renacimiento".
Por las páginas de Bomarzo pasan múltiples personajes que son como modelos o estereotipos de lo que fue el Renacimiento (tan bien reflejado en la obra de Baltasar de Castiglione, "El cortesano"). Cuando la novela se centra en estos personajes y la historia, la obra se hace más densa y pesada, mientras que cuando lo hace del mundo interior del Duque, aparece la fantasía creadora y la imaginación del autor. El Duque estará acompañado de humanistas, médicos, condotieros, artistas, escritores, eclesiásticos y pontífices. Así, forzando la historia, aparecerán en la novela artistas como Miguel Ántel, Benvenuto Cellini, Tiziano, Lorenzo Lotto, etc., médicos como Paracelso, astrólogos como Sandro Benedetto... Tambíen sitúa a nuestro personaje en importantes acontecimientos históricos, como la coronación del emperador Carlos V, el ataque de Barbarroja, la batalla de Lepanto, las luchas entre el Papa y el Emperador, las luchas entre familias y linajes aristocráticos, como los Orsini contra los Colonna o los Farnesio, la caída de los Médicis...); además, con el desplazamiento del protagonista nos acercaremos a los diversos escenarios del Renacimiento, tales como Roma, Florencia, Bolonia, Venecia, Nápoles, e incluso a Metz y Lepanto.

 
La sirena y Neptuno en el Parque de Bomarzo.
Terminamos con la descripción que hace el duque de sí mismo, al contemplarse en el "supuesto retrato" (no hay certeza que esa obra fuese un retrato de Pier Francesco Orsini) que le hizo el pintor veneciano Lorenzo Lotto, con algunos símbolos importantes, tales como pétalos de rosa, un anillo de compromiso (¿el que le dió Cellini?) o una lagartija, que representa la fugacidad de la vida:
"Me reconocí plenamente en la conmovedora figura, en su máscara de encendido alabastro. Así era yo de triste, de extraño, de indeciso, de soñador, de turbio y de añorante. Un príncipe intelectual, un hombre de esa época, poco menos que arquetípico, situado entre la Edad Media mística y el hoy ahíto de materia; simultáneamente preocupado por las cosas de la vida lascivas y por las del más allá problemático; blando y fuerte, ambicioso y vacilante (...). La giba, la carga bestial, dolorosa, no está presente en el lienzo pero, pesa sobre él, invisible, sobre su donosura espiritual, sobre su atmósfera metafísica".

14 comentarios:

  1. Querido amigo, un gusto saludarte y agradecer tus visitas.
    Estoy leyendo tus interesantisimas entradas,esta ultima me ha atrapado, un libro maravilloso, vale la pena leerlo. Son las historias que me encantan de las que se aprende mucho.
    Todos los temas que tratas, son de mi mayor interes, por lo tanto, soy asidua lectora.
    Te envio un fuerte abrazo Isthar

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  2. Magnífico libro. Muy recomendable, aunque como bien dices fuera del alcance del alumno medio de 2º de bachillerato. Tu reseña me ha provocado ganas de releerlo.
    Compruebo que has cambiado los colores y el diseño de la pégina. Me gusta.
    Saludos. alfredo

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  3. Del magnífico post que hoy nos presentas, sólo tenía la referencia de este bosque de Bomarzo, con alusiones manieristas, que conocí hace un tiempo por el blog de Gonzalo González "Que de arte."
    El libro no lo conocía y tengo ganas de leerlo, lo buscaré, debe ser interesantísimo. Es bella esa alusión al amor como "un modo de sobrevivir."
    Gracias y un saludo con afecto.

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  4. Hola Paco!! Me encantó el blog. Amo el arte en todas sus expresiones. Volveré a visitarte.
    Saludosssss

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  5. Que casualidad, también leí el libro en 4º de carrera, pero por voluntad propia. Tengo, desde entonces, una deuda en Italia: visitar los jardines que nos presentas en la magnífica entrada. Gracias por el regalo que nos haces.

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  6. Buenos días Paco.Gracias por tu visita y por tu alusión al Mago.
    He visitado el Blog de Calamanda que me recomendaste,su entrada sobre Frida es un retrato acertado sobre su persona y su obra, por desgracia para ella imposible la una sin la otra.
    Me parece muy bien el cambio de imagen de tu blog,en efecto su apariencia es de luminosidad y de serenidad también.
    Un abrazo

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  7. Es una entrada que seduce...lo mismo que "Danae
    recibiendo la lluvia de oro", de Tiziano,en la
    entrada a tu blog,tan parecida a su Danae de
    1545...ella, prisionera en una torre de bronce,
    es seducida por Júpiter transformado en lluvia de oro...un tema mitológico de carácter erótico,creo que esta novela posee todo lo
    necesario para seducirnos de igual manera...

    Saludos.

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  8. Gracias a todos y todas por vuestras opiniones:

    Isthar, celebro que te haya atrapado la historia y el libro, a mí me atrapó hace mucho tiempo, y aún no me suelta...

    Alfredo: renovarse o palmarla.

    Clariana: si tienes tiempo, léelo, no te defraudará; y el amor, además de para sobrevivir, sirve para otras muchas cosas.

    Gabriela, aquí serás bienvenida siempre... te esperamos.

    Antonio: además de gustarnos Bomarzo, compartimos otras cosas, como la afición a Bruce Springsteen, o no?

    Carmen, el Mago me gustó de verdad, no es un cumplido. Gracias por tu alusión a la luz y la serenidad.

    Cala: veo que te gusta tanto como a mí la Dánae del maestro veneciano; llevas razón, seduce, erotiza, y eso es importante. No había intención, sólo me pareció perfecta para ilustrar el Cincuecento; además, sabes que la mitología me priva...

    Y, aunque no creo mucho en tópicos, que tengais mucho amor, no sólo mañana, sino todos los días de vuestras vidas.

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  9. Hola, fantástico post, como siempre. No he leído el libro, pero me has despertado la curiosidad y en cuanto me recupere voy a comprarlo.
    Mucho amor tambiñen para ti, es difñicil escapar de los tópicos, y qué quieres que te diga, si son cosas que no hacen daño pues no está mal compartirlas.
    Saludos

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  10. Julia, felíz día también para tí y gracias por tu fidelidad.

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  11. Hola..

    Estelar entrada extensa y educativa... No he tenido el gusto de leer el libro, asi que lo dejo entre los recomendados para el verano que es cuando puedo dedicar tiempo a la lectura.

    Un saludo de buen día de la amistad y del amor.

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  12. Hola Paco , ante todo muchas gracias por tu post , me hiciste buscar en la net ver otras opiniones sobre la obra , me ha servido para entretenerme , aprender un montón ,leer criticas distintas , comparar , en definitiva ya se mucho más que sabia ayer y eso es lo más importante , gracias , por cierto he leído que incluso " La Casa " es mucho mejor o más asequible su lectura... un abrazo . Renato-L B

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  13. Balovega, espero que disfrutes este verano con Bomarzo. Buen día para tí.

    Kini: eso es bueno, que uno sienta la curiosidad y que investigue, y que luego decida lo que hacer. Yo no he leido "La Casa", si me he leido "El escarabajo", que es estupenda" y también "Un novelista en el Museo del Prado", una auténtica delicia para todo aquel que le gusta el arte y los museos. Saludos para tí.

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  14. Querido amigo Paco...
    Regreso a Bomarzo desde aquella lectura mía bastante juvenil que me impresionó por muchas razones. El estilo, la implicación de Vicino, primera persona en la narración, y la descripción rotunda en el estilo poético-directo en el verbo-onírica en la intención, (menuda parrafada), me dejaron mella.
    Luedo cuando transité el sueño del Orsini, decadente, delirante, fascinante, en la misma Bomarzo, acabé por seducirme. Ese Vicino deforme, aislado en su interior, buscó plasmar en piedra una escapada, un huir de su tiempo a los mitos incluso deformándolos, como él: torres inclinadas o imposibles, monstruos y bocas abiertas al abismo de las fiestas en la penumbra, grotescos, todo entre yedras, musgo, y líquenes, lagos y fuentes, diríamos, casi románticos. Mi personal visión de aquello, pisándolo, me produjo un ensueño, una tristeza, un comprender a aquel Orsini con un pie en su mundo decadente, finales del Renacimiento, y el barroco acercándose, como si lo presintiera, pero fuera de juego, confinado a sus sueños en Bomarzo, absolutamente aturdido.
    Le comprendo, épocas de crisis, o épocas de crisis personales, o todo junto. O cámbios...
    Después regresé de nuevo a las letras de Láinez y me ayudó a volver a comprendrer aquello e incluso a mí misma en las dudas que nunca acaban.

    Amigo Paco, gracias por tus palabras en mi blog, eres un motor que me impulsa del cual aprendo !ave! Te pido un favor, únicamente si quieres, léete mi relato en revista TERRAL, consta enlace de mi blog, y dime, que espero tu sinceridad absotuta.
    Besito. Fabuloso, literalmente, artículo de Bomarzo, Láinez y del Orsini, melancolico.

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Deja tu opinión; me es muy válida. Gracias.