Portada de la primera edición de las "Vidas" de Giorgio Vasari. 1550.
Giorgio Vasari (1511-1574) fue un artista completo del Renacimiento, ya que fue arquitecto, pintor, escultor y escritor en la Roma del Cincuecento. Sin embargo, a pesar de dedicarse a todas estas artes, su aportación más importante para la historia del arte, es la colección de biografías de los grandes artistas italianos del Renacimiento, desde el Trecento (S. XIII) hasta su época en el siglo XVI, recogidas en el libro "Vite de' più eccellenti architetti, pittori, et scultori italiani, da Cimabue insino a' tempi nostri", publicadas en 1542-1550. Esta obra ya fue todo un éxito en su época, tuviéndose que reeditarse en 1568, en una versión revisada y ampliada. Así que podríamos decir que es el primer historiador del arte de la historia.
Vasari nació en Arezzo en 1511 y empezó a formarse con Luca Signorelli y Giuglielmo de Marsaglia, pero fue enviado a Florencia para formarse allí, travajando con Bienvenuto Cellini, Andrea del Sarto y, sobre todo, con Miguel Ángel, al que ademiraba profundamente, y fue áquel quien lo orientó hacia la arquitectura, arte en la que más destacó, por encima de su pintura. Trabajo en Florencia para los Médicis, en Roma, así como en Nápoles, Arezzo, Pisa y Módena.
Como arquitecto, dentro ya de la corriente manierista, realizó el Palacio de los Uffizi para los Médicis (donde siguió el modelo miguelangelesco de la Biblioteca Laurenziana), además de la galeria o Corredor vasariano que une dicho palacio con el Palacio Pitti, a través del Ponte Vecchio. También trabajó en las iglesia florentinas de Santa María la Novella y Santa Croce, así como en Villa Giulia en Roma para el Papa Julio III. Como pintor trabajó en la Cupula de la Catedral de Florencia y en el Ayuntamiento florentino, en la Sala del Consejo (donde transformó las pinturas de Leonardo da Vinci), así como algunos frescos en el Palacio Vecchio florentino. Son también importantes sus frescos en el Palacio de la Cancellería de la capital romana.
Giorgio Vasari. Autorretrato. 1566-1568. Galería de los Uffizi. Florencia.
Pero, como ya hemos dicho, su gran aportación son sus "Vidas", obra que publica por primera vez en 1550 en Florencia (llamada edición Torrentina por ser editada por Lorenzo Torrentino) y dedicada al Duque Cosme I, que completó con ediciones posteriores (edición de 1568, llamada la Giuntina), edición ampliada y donde se incluían retratos de los artistas tratados. La obra se inicia con algunas notas sobre las artes mayores y los procedimientos y técnicas utilizadas en cada una de ellas. Este texto se ha de situar en el fenómeno de la literatura del arte que tuvo lugar en el siglo xvi, cuando aparecieron multitud de teorizadores, como Zuccaro, Vignola, Palladio o Bellori (considerado el sucesor de Vasari, al escribir otro libro sobre los artistas de la siguiente generación).
Si bien es cierto que proliferaron tratados y otros estudios, el texto de Vasari se suele considerar como uno de los más importantes, al introducir por primera vez un nuevo género, el de las biografías de artistas. Sus biografías arrancan con Cimabue en el siglo XIII y llegan hasta sus días; están salpicadas de rumores, anécodotas y leyendas, y notas tomadas en el contacto con alguno de ellas. No fue un historiador riguroso, por lo que las biografías más fiables son la de los artistas coetáneos suyos, aunque sigue siendo hoy una fuente insustituible en la historia del arte.
Giorgio Vasari. Exterior y patio interior de Villa Giulia (actual sede del Museo Nacional Etrusco). Roma.
Las "Vidas" están estructuradas en tres partes:
La primera parte recoge la vida y la obra de los artistas del Ducento y Trecento (Siglos XIII y XIV): Cimabue, Arnolfo di Lapo, Nicola Pisano, Giovanni Pisano, Andrea Tafi, Giotto, Pietro Lorenzetti, Andrea Pisano, Ambrogio Lorenzetti, Pietro Cavallini, Simone Martini, Taddeo Gaddi, Andrea Orcagna, Agnolo Gaddi, Duccio, Gherardo Starnina, Lorenzo Monaco y Taddeo Bartoli.
La segunda parte se centra en los grandes artistas del Quatrocento (siglo XV): Jacopo della Quercia, Nanni di Banco, Luca della Robbia, Paolo Uccello,Lorenzo Ghiberti, Masolino da Panicale, Masaccio, Filippo Brunelleschi, Donatello, Giuliano da Majano, Piero della Francesca, Fra Angelico, Leon Battista Alberti, Antonello da Messina, Alessio Baldovinetti, Fra Filippo Lippi, Andrea del Castagno, Domenico Veneziano, Gentile da Fabriano, Vittore Pisanello, Benozzo Gozzoli, Vecchietta, Antonio Rossellino, Bernardo Rossellino, Desiderio da Settignano, Mino da Fiesole, Lorenzo Costa el Viejo, Ercole Ferrarese, Jacopo Bellini, Giovanni Bellini, Gentile Bellini, Cosimo Rosselli, Antonio Pollaiuolo, Piero Pollaiuolo, Sandro Botticelli, Andrea del Verrocchio, Andrea Mantegna, Filippino Lippi, Bernardino Pinturicchio, Francesco Francia, Pietro Perugino y Luca Signorelli.
La tercera parte ya está dedicada a los pintores del siglo XVI y será motivo de una entrada posterior.
Giorgio Vasari. Mutilación de Urano por Saturno. Palacio Vecchio. Florencia.
Recogemos aquí, por tanto, extractos de las vidas y obras de algunos de los artistas italianos desde el siglo XIII al XV.
GIOVANNI CIMABUE
“Cuando no terminaban los males, que postraban a Italia, y
ahogada, no solamente arruinados los que podrían se llamar edificios, sino aún
peor, habían desaparecido todos los artistas, quiere dios que naciese en
la ciudad de Florencia el año 1240, para dar luz al arte de la pintura, a
Giovanni Cimabue, de la familia de Cimabuoi en ese tiempo noble. Según,
crecía, su padre y los demás veían como ganaba en ingenio y
talento. Se dice que, aconsejado de muchos, el padre deliberó ejercitarlo en
liras, y le envió a la Santa Maria Novella con un pariente, maestro que
entonces enseñaba gramática a los novicios de ese convento.
Cimabue, no aplicaba su cabeza a estas tareas, en vez de estudiar
pasaba el día dibujando en las hojas de los libros, hombres,
caballos, casas y varias fantasías. Su propia naturaleza le empujaba, y se
sentía molesto si no practicaba. Sucedió que llegaron
pintores a Florencia venidos de Grecia, llamados por el gobierno de
esa ciudad para introducir el arte de la pintura, que en Toscana había
desaparecido hacia mucha tiempo. Entre los muchos trabajos que les encomendaron
estaba la capilla de los Gondi, al lado de Santa Maria Novella. Las pinturas de
las bóvedas están muy deterioradas y consumidas por el tiempo. Cimabue se
escapa a menudo de la escuela y se pasaba todo el día viendo trabajar a
los maestros. Por lo que juzgaron sus maestros y su padre que si se dedicaba a
la pintura, sin duda sería un maestro en esa profesión. Con gran
satisfacción, le dejaron comenzar con estos maestros el arte de la pintura,
continuamente practicando, en poco tiempo superó a los maestros, que no se
preocupaban en avanzar en el oficio. Y aunque imitaba a los griegos hizo muchas
obras en su patria dándole mucha honra, adquiriendo para si fama y
provecho (…)
La naturaleza dotó a Cimabue ingenioso, de gran talento, por
lo que fue nombrado arquitecto, en compañía de Arnolfo alemán, para
construir Santa Maria de Fiore en Florencia. Con él mejoró la pintura,
que en su tiempo pasó a ser excelente y admirable, que arte fue llamada, y que
la anterior edad había sido enterrada. Cimabue vivió sesenta años, y dejó
muchos discípulo de ese arte, y entre ellos Giotto con gran
talento. Murió en el 1300, y recibió sepultura en Santa Maria de Fiore en
Florencia (…)
La
Gloria de Cimabue hace contraste con la grandeza de Giotto su discipulo,
su reputación sería mayor, como hace fe Dante Aligheri en la Divina
Comedia en el canto XI pasaje del Purgatorio aludiendo a la inscripción de su
sepultura: "Creyó Cimabue en la pintura, abarcar el campo, que ahora lo
labra Giotto quien da sombra a su fama". Cimabue fué la luz de la pintura
entre las tinieblas, y no solamente en el dibujo de las figuras, también en el
color, el cual era innovador, despertando el deseo de seguirlo en la
ciencia de lo bello y difícil, para merecer alabanza, ante la
imposibilidad y poca maña del siglo en que nació, y que ahora superado
tenían Y ésa era la causa que movió a Giotto, en su crear, la
ambición de la reputación y ayudado desde el cielo, y por su naturaleza,
fue tan arriba con el pensamiento, que abrió la puerta de la verdad en quienes
han tomado este oficio y lo han elevado al asombro de maravillas, no se dan
cuenta de las dificultades vencidas. Es mejor para quien se esfuerza
recibir insultos y avergonzarse para crecerse luego, en lugar de recibir
elogios y admiraciones”.
Dibujo de Cimabue, que introduce su "Vida". Giogio Vasari. Edición de 1568.
GIOTTO
“De la
misma manera que los los pintores y artesanos son deudores de la
naturaleza, la cual les sirve de modelo continuamente, también lo son de
Giotto. Ya, que después de muchos años de guerras y la ruina que conlleva,
perdiéndose las buenas maneras de la pintura y el dibujo. Él solamente, aunque
había nacido entre artesanos ineptos, resucitó de forma celestial lo que
estaba perdido,
a lo que hoy llamamos buena forma. Siendo el milagro más grande seguro
en esa edad inepta y larga, el que tuviera Giotto fuerza para aprender de sí
mismo el dibujo, del cual poco o nada de conocimiento tenía los hombres en
aquellos tiempos, solo y por medio de su buen arte, vuelto de todos mientras
vivió. Siendo los comienzos de este gran hombre en el condado de Florencia,
vecino a 14 millas de la ciudad. Corría el año 1276 en el villazgo de
Vespignano, donde un agricultor de buena reputación en vida de gran valor en el
arte de la agricultura cuyo nombre era Bondone, que en todos los alrededor no
había nadie más estimado que él. Estaba tan ingenioso en todas las cosas, y con
sus herramientas de uso, que no parecían rusticas de uso de un campesino, sino
que de su mano parecía digna del trabajo de un orfebre o de un tallador. A este
le regaló la naturaleza un hijo, a quien él, le puso de nombre Giotto. Según crecía este niño, con buenas costumbres
demostraba en todas las acciones, aún de su fantasía infantil una gran
vivacidad y una diligencia y talento extraordinarios para su edad pueril. Y no
solamente se ganó la admiración de Bondone y sus parientes sino aún los de
fuera lo sabían (…)
Fue
llamado a Asís para terminar el trabajo comenzado de Cimabue, y pasando por
Arezzo trabajó dentro de la capilla bautismal de San Francisco, y en una
columna redonda, cerca de un bello y antiguo capitel corintio, pintó a San
Francisco y Santo Domingo. En las afueras en el duomo de Arezzo un capillita,
con la lapidación de San Esteban con una composición hermosa de figuras. Cuando
estos trabajos estaban terminados marchó a Asís, para acabar la obra comenzada
de Cimabue, donde adquirió la reputación más grande, por la calidad de las
figuras que en ese trabajo hizo, en la cual se ve el orden, la proporción, la
vivacidad y la facilidad con que le dotó la naturaleza y que hizo crecer Giotto
con el estudio y el trabajo continuo. Luego pintó en la iglesia de Santa Maria
de los Ángeles y, en la iglesia de los franciscanos de Asís, donde pintó en la
iglesia de abajo”.
FILLIPO BRUNELLESCHI
“La naturaleza crea a muchos hombres pequeños en persona y
en las características de nacimiento, y encierra en su cuerpo una mente de tal
grandeza y un corazón de tal vehemencia e irresistible, que comienzan cualquier
cosa o empresa por difícil o casi imposible que parezca, y la lleva a buen
término para maravilla de todos los que la contemplan, no cejando nunca, si en
alguna ocasión algún trabajo ponen en sus manos, por humilde y bajo que pueda
ser, dándole mayor valor y nobleza. Nadie debe andar a vueltas con el aspecto,
si la naturaleza no le dió la belleza, puede haberlo hecho por encima de su
nariz siendo esta la gracia con la que
viene al mundo. Sin duda alguna, que escondidas debajo de la tierra están las
vetas del oro. Y muy a menudo, en las más insignificantes formas, hay una
enorme generosidad de ánimo y una sinceridad tan grande de corazón, que, si la
nobleza se mezcla con esto, solo las maravillas más grandes se pueden esperar
de ellas, por la razón de que se esfuerzan en embellecer las fealdades del
cuerpo con la virtud del ingenio; esto, se ve claramente en Filippo di Ser
Brunellesco, que era esmirriado de aspecto, pero tan alto en intelecto que
puede ser dicho de verdad que el cielo nos lo envió para dar forma nueva a la
arquitectura, que había estado perdida por cientos de años; en los cuales los
hombres de esas épocas habían gastado tesoros con ningún propósito, haciendo
edificios sin orden, con mal método, de triste diseño, extraños y extravagantes,
con poca gracia, y peor ornamento. Y el cielo quiso, ya que la tierra había
estado por tantos años sin ninguna mente suprema o espíritu divino, que Filippo
dejase al mundo el más grande, el edificio más alto, y más hermoso que fue
hecho en épocas modernas, o incluso en la antigüedad, probando que el talento
de los artesanos toscanos, aunque estuvo perdido, no lo estaban por lo tanto
del todo. El cielo lo adornó, por otra parte, con las mejores virtudes, entre
las cuales está la amistad, de modo que no hubo hombre más benigno o más amable
que él. En el juicio estaba libre de la pasión, cuando él vió algo digno de
mérito en otros, sacrificaba su propia ventaja en el interés de sus amigos. Se
conocía a sí mismo, y compartía su sabiduría con los demás, socorrió siempre al
prójimo en sus necesidades. Él se declaró un enemigo mortal del vicio, y amigo
de los que practicaron la virtud. Él nunca perdió el tiempo en vano, ni consigo
mismo ni con las obras de los demás, trabajaba para resolver las necesidades ajenas,
y siempre aprovechaba sus paseos para de camino visitar a sus amigos y
socorrerlos (…)
Puso mucha
atención en la perspectiva, que estaba entonces mal ejecutada por causa de
muchos errores que se hacían; pasó muchas horas, hasta que encontró un método
por el que puede parecer ser verdad y perfecta, a saber, el de mostrarlo con
planta y perfil y por medio de líneas que se cortan en un punto, que era algo
verdaderamente muy ingenioso y útil en el arte del dibujo. Y esto le gustó
tanto que dibujó con su propia mano la plaza de San Juan, con todos los
compartimientos incrustados de mármol blanco y negro de la iglesia disminuyendo
de una forma singular, asimismo dibujó, el edificio de la Misericordia, con las
tiendas de los pasteleros y la bóveda de los Pecori, y la columna de San
Cenobio en el otro lado. Este trabajo, le trajo las alabanzas de los artesanos
y de todos que tenían juicio en el arte, alentado se puso a trabajar en otra y
dibujó el palacio, la plaza, y la logia de la Signoria, junto con la azotea del
los Pisani y de todos los edificios que se ven alrededor de esa plaza; y estos
trabajos fueron los medios de despertar las mentes de otros artesanos, que se
dedicaron luego a esto con gran celo. Él la enseñó, particularmente, al pintor
Masaccio, joven y su amigo, que usó bien este arte que Filippo le mostró, pues
es evidente de los edificios pintados en sus trabajos. Ni él se refrenó de
enseñarlo incluso a los que trabajaban en taraceas, que es el arte de incrustar
las maderas coloreadas; y él las estimuló tanto que él era la fuente de un buen
estilo y de muchos cambios útiles que fueron realizados en este arte, y de
muchos trabajos excelentemente labrados entonces, y, que luego han traído fama
y se benefician de ello en Florencia por muchos años”.
Giorgio Vasari. Palacio de los Uffizi (actual Galería de los Uffizi). Florencia).
MASACCIO
“Acostumbra la
benigna madre naturaleza, cuando hace a una persona muy excelente en alguna
profesión, comunmente no hacerlo sola, para que al mismo tiempo, y cerca de
aquella, hacer otra para su competencia, porque ella ayuda uno al otro en la
virtud y en la emulación, impulsando a
continuación con excelencia aquellos mismos miembros dónde ella emplean, a
beneficio del universo. También esto contribuye, encendiendo los
espíritus de los que vienen después de esta edad a esforzarse en el estudio y
trabajo, de ganar ese honor y aquélla gloriosa reputación, que los últimos oyen
elogiar. Y que esto sea la verdad, se da en Florencia producto en una misma
edad a Filippo, Donato, Lorenzo, Paolo Uccello y Masaccio, muy excelentes cada
uno en lo suyo, no solamente se terminan las viejas maneras, que se han
mantenido hasta este tiempo, que con hermosas obras incitó y encendió mucho los
espíritus impulsando estos oficios la perfecion que se ve en nuestros tiempos.
Tenemos, por verdad, una deuda singular con estos primeros, que por medio de
sus cansancios nos mostraron los verdaderos caminos para alcanzar grados
supremos. Y en cuanto al estilo de las pinturas, con Masaccio por poner los
pies sobre el plano y en escorzo el primero, desterrando el hacer las figuras de
puntillas de pies, empleado universalmente por todos los pintores hasta este
tiempo; y además por haber dado tanto viveza y tanto relieve a sus pinturas,
que; merecen ciertamente ser reconocido como si fuera el inventor de este arte.
Las cosas hechas antes de él no eran realmente pinturas pintadas, no hay
comparación con sus competidores al cual quisieron imitar muchos, mas se ve que
tienen falsa vivacidad. Es originario de Castillo San Giovanni de Valdarno, y
dicen que se pueden ver algunas figuras hechas por él en
juventud. Persona muy abstraída y de ideas fijas ponía todo el espíritu y la
voluntad en las cosas del arte, se ocupaba poco de él y de otros. Y
porque no quiso pensar ya nunca en clara manera en los cuidados y las
cosas del mundo, ni siquiera de vestirse incluso, olvidando de ingresar los
dineros de sus deudores, hasta que no estaba en necesidad extrema, en vez de
Tommaso, que era su nombre, todos lo llamaban Masaccio. No ya porque fueran
vicioso, siendo él la bondad natural, sino por su despreocupación, aunque
no olvidaba ser él muy afectuoso en hacer a otros servicio y placer, mas
más allá de lo que puede desearse ardientemente. Él comienza en el arte en el
tiempo que Masolino de Panicale trabajaba en el Carmine de Florencia la capilla
de Brancacci, siguiendo siempre en cuánto se podía el estilo de Filippo y
Donato, aún que el arte fuera diferente, y buscando continuamente hacer las
figuras muy vivas, bellas y similares a la verdad. Y muy modernas tanto
que extrajo antes que los demás sus contornos ya que las obras suyas
pueden seguramente estar en paragón con el dibujo y color modernos. Fue muy
estudioso en impulsar, las dificultades de la perspectiva, como se ve en su
historia de pequeñas figuras, que hoy esta en el archivo de Ridolfo del
Ghirlandaio (…)
Llegando
mientras tanto la muerte de Masolino, lo que dejaba inacabada la
capilla Brancacci, por lo que Masaccio fue llamado a Florencia por
Filippo de Ser Brunellesco su muy amigo; y por medio de este le fue
encargado terminar dicha capilla. Y entonces hizo a Masaccio para prueba en San
Pablo junto a las cuerdas de las campanas, solamente para mostrar la
mejora que había hecho en el arte. Y mostró realmente infinita bondad en esta
pintura, conociéndose en la cara de este santo, que es Bartolo de Angiolino
Angiolini de natural, con una terribilità muy grande, que parece que la
palabra es lo único que falta a esta figura. Y quien no conoció a San Pablo,
observando esto, verá bien la civilización romana, junto con la invicta
fortaleza de su espíritu muy divino todo entregado a los cuidados de la fe.
Mostró aún en esta pintura propia la inteligencia de escorzar las vistas de
abajo a arriba, que fue realmente maravilliosa, como aparece aun hoy en dia, a
los pies propios de proverbio Apóstol, pero con un dificultad añadida por él,
respeto a aquella izquierda manera vieja que hacía (como dije antes) todas las
figuras de puntillas, estilo que duró hasta él sin que otro lo
corrigiera, y él solamente lo perfeccionó hasta hoy”.
DONATELLO
“Los
escultores que llamamos viejos, no antiguos, sorprendidos por las muchas
dificultades del arte, llevaban las figuras mal compuestas de arte y belleza,
ya fueran de metal o mármol, que no eran sino toscas; pues tenían aún tosco el
espíritu y los talentos necios y embrutecidos. Y nacía esto de que, al
retratarse a si mismos, a ellos mismos se parecían. Y sus pobres cosas estaban
en todo desprovistos de la perfección del dibujo y de la viveza, siendo
realmente imposible que quien no la tiene pueda darla. Por lo que, la
naturaleza precisamente indignada, por verse horrible de tan extrañas figuras
que dejaban al mundo, deliberó hacer nacer a alguno, que impulsara, y redujera
a excelente forma, con buena gracia y proporción, los mal rematados bronces y
los pobres mármoles, tanto de ella como madre benigna, como para las cosas de
ella producidas con la mayor diligencia y el máximo cuidado. Y para que se
cumpliera mejor su voluntad deliberó, colmar a Donato al nacer, de maravillosas
cualidades; y en persona, casi ella misma, lo envió aquí entre los mortales,
lleno de benignidad, buen juicio y amor. Para que, dignándose con cada uno en
sus creaciones, y con deleite hacer que otros creasen, dejando que siempre
gozaran de sus esfuerzos no solamente los amigos suyos, sino aún quienes no lo
conocían. No reinó con una tiranía en la virtud que le dio el cielo, no se
encerraba a trabajar en agujeros, para que las modalidades de su hermosa manera
no fueran conocidas; al contrario trabajó siempre las cosas suyas abiertamente,
cada cual que quiso pudo verlo. Fue reconocido con los demás, agradable y muy
honesto en cada una de las acciones, que si el siglo de hoy le aprecia y venera
muerto, lo adorarían si estuviera vivo. Aún que hoy, los modernos artistas,
están plenos de envidia y soberbia, y con una inútil ambición insolente, Donato
era benigno, agradable, humilde, no presumía; donde otros perjudicaban al
prójimo, él se esforzaba en ayudarlo siempre, elogiando modestamente y con
juicioso respeto las cosas de los artistas de su tiempo, ¡Felices días y
encantadores siglos cuando gozaban de tanta virtud y tanta bondad, cuando los
artistas buenos eran padres y amigos de los artistas que querían aprender! Les
decían, eso es así y les mostraban los errores, pero suavemente, y cuando se
podían aún reparar: y si no se podía, no publicaban las vergüenzas de otros.
Trabajaban juntos como hermanos, con caritativa ternura, y siempre en las
necesidades ellos se ayudaban los unos a los otros. Por lo que satisfecho el
cielo, en este siglo pleno de bondad, por enviar a Donato a impulsar en la
tierra, acciones, al encontrar a los artistas buenos, porque encontraba aún a
los hombres con voluntad para hacerles encargos. Donato nació el año 1383 en la
ciudad de Florencia, y sus ciudadanos y los artistas, le llamaban Donatello, y
así firmó en muchas obras. Escultor extraordinario, estatuario maravilloso con
el bronce, y con los yesos muy válido, también trabajó la perspectiva y del
mismo modo fue muy apreciado en arquitectura.
Puso en
sus cosas gracia, bondad y diseño y cuando se observan los vestigios a la
antigua manera de los excelentes Griegos y Romanos, tan similares parecen, que
se debe admirarse como uno de los principales talentos que más se acercaban a
las verdaderas dificultades, y que algunos perfectamente mostraron, así como
aparece en todas las obras suyas. Por lo que realmente si se le señala como el
primero, que usó bien y ordenado, imaginar historias en los bajorrelieves,
concretándolos, para una perfecta observación y magisterio, esto lo mostró con
saber y con inteligencia y con una belleza más que ordinaria. Porque ningún
autor entonces lo superó, y en la edad nuestra nadie se le ha podido comparar(...)
Se
encuentra en el palacio de la señoría un bronce, de un David desnudo de tamaño natural, que le ha cortado la
cabeza a Goliat, y tiene un pie sobre ella colocado, y en la mano derecha
una espada. Y es la figura muy natural en la vivacidad y con morbidezza,
que imposible parece a los artistas que no se vaciara sobre el modelo vivo.
Estaba esta estatua antes en la casa de los Médicis, y por el exilio de Cosme
se llevó al sitio mencionado. Se colocó en la sala donde está reloj de Lorenzo
del Volpaia, a mano izquierda, un David de mármol, que tiene entre las piernas
la cabeza muerta de Goliat bajo los pies, y con un honda en la mano, aquella
con la que le golpeó (...)
Trabajó en
el Castello di Prato el altar de mármol donde se muestra el cíngulo, en cuyo
compartimiento talló un baile de niños bellos que es maravillosos, que se puede
decir que muestra la perfección del arte en esto que es él hacía y en otras
cosas. Además hizo, para soporte de dichos trabajas, dos capiteles de bronce,
uno aún está allí, y otro fue saqueado de estas tierras por los españoles(...).
DOMÉNICO GHIRLANDAIO
“Muchos altos
talentos se habrían encontrado y se habrían dedicado alegremente a las ciencias
y al ejercicio del arte , si los padres los hubiesen dirigido desde el
principio a esos mismos a su natural inclinación; pero sucede a menudo quizás
que quienes los gobiernan no saben más allá, y descuida aquél aquello que
debería más cuidarse; y es la causa de que los talentos producidos de la
naturaleza al ornamento se arruinen y se vuelva inútil para el mundo. ¿Y, a
cuántos hemos visto seguir un rato largo la profesión, solo por cosa de sus
padres, y que llegando a los años maduros después lo han dejado en el abandono
por otro más agradable?. Es mucha la fuerza de la naturaleza, que al inclinado
a una profesión saca mucho fruto y más te hace en un mes, que con estudio fatigoso
y trabajo duro no hará otro en muchos años. Y sucede a menudo que a
continuación, por el instinto que tira a ello, hacen admirar y asombrar con el
arte y la naturaleza; como con razón hizo asombrar Domenico di Tommaso
Ghirlandaio, que fue colocado en el arte del orfebre, y obligado a ello, y que
permanecía continuamente pintando. Porque siendo equipado de la naturaleza de
un espíritu perfecto y de un gusto admirable y juicioso en la pintura. Aun
siendo orfebre, en cualquier momento siempre estaba atendiendo al dibujo,
viniendo en él la destreza, que muchos dicen que mientras que ejerció de
orfebre, retrataba a los campesinos y a otras personas que por el taller
pasaron, sacándoles el parecido. Todavía hacen fe de ello su retratos
infinitos, de que están igual y divinamente vivos. Las primeras pinturas suyas
que se saben están en la capilla de los Vespucci, en OgniSanti, un Cristo
muerto y otros, y sobre un arco una Misericordia, y en el lugar del refectorio
una última cena al fresco.. Pintó en Santa Croce a la entrada de la iglesia a
la derecha, la historia de San Paulino. Y aumentando su reputación y prestigio,
trabajó en Santa Trinita para Francisco Sassetti una capilla con la historia de
San Francisco, que él admirablemente realizó, y que con tolerancia, con
pulcritud y amor trabajó. En estas paredes retrató el puente de Santa Trinita,
con el palacio de los Spini, representando dentro la historia de San Francisco
cuando aparece en aire y resucita al niño, donde desnuda la mirada en esas
mujeres que están en la resurrección, está el dolor de ellas por el muerto en
llevarlo a enterrar, y la alegría y la maravilla por su resurrección. Hizo a
los frailes que salen de la iglesia detrás de la cruz para enterrarlo, con
mucha naturalidad, y otras figuras que se maravillan de ese hecho, y que da
gusto mirarlas. En otro hizo cuando San Francisco, en presencia del vicario,
rechaza la herencia de su padre Pietro Bernardone, y toma como vestido
tela de saco ciñéndolo con una cuerda. Y de frente cuando va a Roma a ver al
papa Honorio y hace confirmar la regla, llevando en enero rosas a ese
Pontífice. En la historia están los cardenales del consistorio sentados
alrededor, y una escalera de donde salen; precisamente las figuras de medio
cuerpo seguros retratos de natural subiendo, y entre esos, retrató al médici
magnífico Lorenzo el Viejo. De igual manera pintó cuando San Francisco recibe
los estigmas. E hizo cuando se muere llorando los frailes por él, donde se ve
un fraile que le besa las manos, y en verdad que no se puede expresar mejor en
la pintura, también está un obispo que lleva anteojos en la nariz que le canta
la víspera, que de no oirse demuestra que está solamente pintado".
Giorgio Vasari. Apoteosis de Cósimo I de Médicis. Fresco del Salón del Cinquecento del Palacio Vecchio. 1565. Florencia.
Para leer todas las "vidas" de Vasari, aquí en Wikipedia están todas en versión original, y aquí bastantes de ellas traducidas al castellano.
Recopilar información y escribir las vidas de artistas debía requerir en esa época paciencia y esfuerzo,pues no sería nada fácil dar con la documentación y las referencias necesarias para elaborar los perfiles biográficos, y añadir espléndidas descripciones de las obras.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Siempre me han gustado este tipo de galerías, como la que nos muestras Uffizi.
ResponderEliminarUn abrazo
Tengo mucha simpatía por Vasari pues aunque, como señalas, no fue muy preciso y dio datos erróneos, es todo un inventor de un género y a él debemos muchísimas noticias de esos artistas que de otro modo nos habría sido difícil conocer. Tuve ocasión de visitar su casa en Arezzo, pintada en paredes y techo por él mismo, y me gustó mucho. En cambio, en el palacio de la Chancellería en Roma, su famoso "Salon dei quattrocento" está muy por debajo de los estándares. Según cuentan, se llamó así el salón porque cuando Miguel Ángel le hizo una crítica muy severa al respecto, se excusó diciendo que lo había pintado en cuatrocientos días (hay que decir que el salón es de considerable tamaño). Desde luego, tengo su maravillosa obra y en ella un/una novelista encuentra pasajes deliciosos y muy inspiradores. Felicidades por esta entrada.
ResponderEliminarMe has transportado a Florencia, a aquella larga cola mañanera que tuve que hacer frente al Palacio de los Uffizi para poder visitarlo (con mis más de 50 alumnos).
ResponderEliminarLástima no haberte tenido por allí, porque la visita hubiera sido un lujo artístico con toda la valiosa información que forma ya parte de ti.
Gracias, de nuevo, por este fantástico artículo, Paco.
Un abrazo.
Uffizi es mi edificio favorito en Florencia, así como el palacio de comunicaciones de Madrid.
ResponderEliminarMuchos detalles, que me han hecho recordar la visita que hice.
Este año pretendo (si los corruptos me dejan) ir de nuevo a Italia...Ya veremos.
Saludos Paco
Impresionante tu entrada.Tendré que releerla varias veces para captar toda la información.
ResponderEliminarUn magnifico trabajo.
Saludos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA esta entrada hay que venir varias veces y despacio.
ResponderEliminarVasari tenía que ser un hombre superocupado con tantos oficios cono tenía.
Visitar la galeria en ese palacio de los Uffiz, tiene que ser un gran placer.
Un beso.
Una maravilla de obra , a mi me obligaron a leerla cuando hacia BBAA.
ResponderEliminarMe resultaron interesantes hasta sus fàbulas.
Cuantos genios ha dado Italia al mundo. Un placer releer sus vidas. He tenido la suerte de poder ver la galería de los Ufizzi y pasear por sus alrededores.
ResponderEliminarUn abrazo y buen finde
Es mi libro de cabecera...
ResponderEliminarMaravillosa entrada es una gozada:Era una época que se disfrutaba el arte lejos de envidias y soberbias e inutiles ambiciones...El ej. lo tenemos con Brunelleschi, dotado de una alto intelecto, poco acorde con su esmirriada figura...Le debemos la perpectiva(que tantos berrinches ocasiona).
ResponderEliminarEl libro de Vasari: aunque no séa del todo fidedigno .Nos deja un buen reflejo de la gran cantera de talentos.Que vivieron y murieron por y para el arte de esa época tan gloriosa.
Un abrazo feliz día Paco.
..
Estos hombres eran unos monstruos. Artistas completos. Creativos e innovadores, eran capaces de ser lo mejor en todo. No ha habido en la historia europea otra época igual.
ResponderEliminarHoy, la gente de talento, en su mayoría, se meten en el mundo de los negocios porque su meta es la de hacer dinero. Estos genios tenían como meta ser creadores de algo por lo que pudieran ser reconocidos por la posteridad.
Un saludo.
Sabía que Vasari fue artista además de escritor, pero no tenía presente ninguna de sus obras - ni siquiera los Ufizzi, no sabía que es suya.
ResponderEliminarHa sido un provechoso paseo, jejeje
Abrazos, Paco
Grandioso libro en cuyas fuentes han bebido todos los historiadores que han tratado el Renacimiento. La edición de 1568 completa y corrige muchos errores de la edición de 1550 pero se le atribuye la falta de frescura que tiene esta.
ResponderEliminarDe Vasari se ha dicho que fue el causante del olvido en que estuvo la obra de Boticelli hasta bien entrado el siglo XIX, principalmente por lo mal que le trata en esta 1ª edición y todo ello por problemas de índole política.
Como siempre, una entrada magistral, para guardar en "favoritos"
Un saludo, maestro.
Vasari fue otro modelo de hombre Renacentista de su época, sin lugar a dudas. Además de arquitecto, pintor y escultor fue además de un teórico, un historiador del arte y hasta un periodista porque, al fin y al cabo, ejercía de cronista con las figuras artísticas contemporáneas. ¿Podría considerársele un crítico de Arte? Quizá sí.
ResponderEliminarPor cierto, me pregunto si en el mundo clásico habrá existido algún otro historiador del Arte... Podría ser un buen tema para una entrada, Paco.
Un saludo
Excelente complemento literario que a mí, como a Dapazzi, también me "obligaron" a leer en su día, de lo cual me alegro mucho.
ResponderEliminarFeliz fin de semana, monsieur
Bisous
Com certeza um passeio de conhecimento e enriquecimento artístico hoje pela sua entrada tão perfeita!!!!
ResponderEliminarBeijos e flores.
Muy interesante. Debía esta de moda la preparación de escritos con biografías de los personajes de entonces. Sé que por aquellos tiempos se publicó otra serie de un tal Vespasiano Bisticci titulada "Vida de 103 hombres ilustres del siglo XV"
ResponderEliminarUn abrazo Paco amigo.
Hola, buenas noches Paco, ¿cómo se presenta la semana? Espero que genial al igual que tu genial blog, por cierto, feliz año nuevo (con un poco de retraso jajaja).
ResponderEliminarTienes una página muy especial e interesante, te felicito por tu gran entrega. Me ha encantado; buen diseño, lenguaje legible, bien organizado y ameno. ¡En fin, qué más puedo decirte! Espero que sigas creciendo y que nunca abandones este espacio tan personal, recuerda que un blog es como un hijo recién nacido, crece y evoluciona con el paso del tiempo hasta convertirse en una persona de éxito y respetable, pero para ello hay que saber cuidarlo todos los días.
Te sigo, así que seguiré visitándote siempre que tenga un tiempo libre para ver las restantes entradas y las nuevas que subas. Te deseo mucha suerte y espero que pronto subas un nuevo post para disfrutar de él.
Si me lo permites, me gustaría invitarte a mi blog DIARIO DE UNA CHICA POSITIVA. Es un espacio personal donde expondo mi forma de ver las cosas desde un punto de vista positivo, además de subir cartas de amor, cuentos, microrrelatos, etcétera.
http://insolitadimension.blogspot.com.es/
Un gran abrazo desde Málaga y gracias por compartir un trocito de ti.
Un post estupendo de punta a punta.
ResponderEliminarHe pasado a leerlo de a poco, asì asimilo mejor la informaciòn.
Que talento, como siempre te digo...intervenciòn Divina.
Gracias Paco y un abrazo enorme.
Excelente entrada, querido Paco, sobre una figura tan interesante y polifacética como la de Vasari; da gusto llegar a tu blog y encontrarse con estas maravillas siempre: un oasis en medio de tanto desierto yermo.
ResponderEliminarMil bicos, caro.