A. Canova. Amor y Psique abrazados. Mármol. 1793. Museo del Louvre. París.
La escultura será realmente importante dentro del estilo neoclásico, ya que la plástica antigua era esencialmente escultórica. Francia no había abandonado la mitología durante el barroco, pero tampoco prescindió nunca de la elegancia y la serenidad que es propia del clasicismo. Por eso el nuevo sentido plástico se desarrolló prontamente. Sin embargo, la austeridad que impone la rigidez académica exige la imitación de la antigüedad, ya que ahí se razona intelectualmente que es donde está la belleza. De este modo, la estatuaria neoclásica resulta fría y comunica nada más que la corrección de unas poses y de unas medidas.
Ahora la nueva clientela no será aristocrática, sino burguesa, desarrollándose los retratos (bustos generalmente). Pero las grandes creaciones escultóricas del siglo se vinculan a las instituciones (estado y municipios). Se trata del monumento público, que canta las grandezas militares, políticas, literarias o artísticas de la localidad. También se glosan las virtudes del ciudadano ideal. Por tanto, la escultura cumple un papel didáctico, será la ejemplaridad burguesa. Otro tema que se desarrollará será el monumento fúnebre.
El escultor italiano Antonio Canova y el danés Bertel Thorwaldsen ejemplifican de modo admirable la culminación del neoclasicismo en la escultura, sus apoyos ideológicos y sociales, y también las principales diferencias formales existentes en el seno de esa corriente del arte occidental.
El escultor italiano Antonio Canova y el danés Bertel Thorwaldsen ejemplifican de modo admirable la culminación del neoclasicismo en la escultura, sus apoyos ideológicos y sociales, y también las principales diferencias formales existentes en el seno de esa corriente del arte occidental.
ESCULTURA EN ITALIA
En Italia el espíritu berniniano siguió vivo, a pesar de la influencia clasicista y académica de escultores franceses, como Puget. Esta fijación en lo fundamental al modelo clásico, alejará a sus intérpretes de la realidad, del naturalismo.
A. Canova. Dédalo e Ícaro. Mármol. 1779. Museo Correr. Venecia.
ANTONIO CANOVA (1757-1822) es uno de los grandes escultores de la historia del arte y el mayor representante del movimiento neoclásico. Hijo y nieto de canteros, nacido en el alto Véneto, rechaza ya en sus primeros trabajos la idea del artesano gremial a favor del artista creador. Así lo acredita en Dédalo e Ícaro, una alegoría de la escultura (en los pies de Dédalo descansan las herramientas del oficio, mientras las alas de cera de Ícaro permiten al arte volar). Con el dinero que obtiene por el premio de esta obra, se marcha a Roma para estudiar los modelos de la antigüedad clásica.
La fascinación que sintió el Neoclasicismo por la escultura antigua indica a Canova la dirección correcta de su arte. Allí se inspirará directamente de los modelos romanos, que conoce bajo el influjo y la guía de Winckelmann. En Roma abandonará progresivamente los restos del barroquismo veneciano que reflejaban sus primeras obras para alcanzar una factura plenamente neoclásica en sus temas mitológicos: Amor y Psique abrazados, Teseo y el minotauro, Perseo con la cabeza de Medusa... El mito de Amor y Psique es un mito que en realidad es una preciosa metáfora del amor, porque lo que se representa es la imagen de Eros que viene a simbolizar el amor carnal y estrictamente físico, uniéndose a Psique, que es la representación del alma humana. Lo que quiere decir que cuando el amor físico se une al amor espiritual, es decir al puro sentimiento, se alcanza la plenitud del amor. Otra clave de su estilo es la calidad sensorial que transmite a sus estatuas, apoyada en un lustroso acabado que luego patinaba con piedra pómez, desvaneciéndose así el tópico de frialdad con que tradicionalmente se cataloga cualquier escultura neoclásica.
A. Canova. Sepulcro de Clemente XIV. Mármol. 1784. Basílica de San Pedro del Vaticano. Roma.
A. Canova. Sepulcro de Clemente XIII. 1792. Basílica de San Pedro del Vaticano. Roma.
Paralelamente a los temas mitológicos, realiza sepulcros como el Monumento funerario a Clemente XIII y el Monumento funerario de Clemente XIV. El triunfo de las tumbas papales le conducen a Viena para labrar el Monumento funerario a Maria Cristina de Austria, que termina por franquearle las puertas de todas las cortes europeas.
Para Canova, la antigüedad es algo que está en el ambiente y que se asume casi sin querer. Canova busca una ejecución objetiva, pro no rehuye los impulsos apasionados y personales, como es bien patente en sus bocetos, en los cuales la materia aparece torturada y la superficie sin pulirr sugiriendo gran intensidad emotiva. Incluso en obras tan acabadas como el Monumento funerario de Mª Cristina de Austria, el acento sentimental es tan fuerte que nos recuerda, una vez más, la inexistencia de fronteras claras entre el clasicismo y el romanticismo.
Para Canova, la antigüedad es algo que está en el ambiente y que se asume casi sin querer. Canova busca una ejecución objetiva, pro no rehuye los impulsos apasionados y personales, como es bien patente en sus bocetos, en los cuales la materia aparece torturada y la superficie sin pulirr sugiriendo gran intensidad emotiva. Incluso en obras tan acabadas como el Monumento funerario de Mª Cristina de Austria, el acento sentimental es tan fuerte que nos recuerda, una vez más, la inexistencia de fronteras claras entre el clasicismo y el romanticismo.
Siguiendo el ejemplo de Bernini con Luis XIV, Canova acude a París reclamado por Napoleón, donde retratará al emperador, su madre y hermana como si fueran dioses del panteón romano. En París hará el Retrato de Paulina Bonaparte Borghese, recostada semidesnuda sobre un diván y efigiada como Venus victoriosa. La hermana del emperador está representada con una secreta languidez. Esta puede ser su obra maestra, en la que aparece reflejada toda una época bajo la sensualidad del cuerpo femenino. También realiza el Napoleón heroizado en bronce. El emperador aparece representado como Marte, con gesto decidido pero contenido y elegante, así como el modelado de la anatomía y del ropaje son realmente propios de una escultura griega. La antigüedad es aquí una pantalla de ocultación, un mero artificio propagandístico.
A. Canova. Napoleón heroizado como Marte. Bronce. 1809. Pinacoteca Brera. Milán.
Tras la caída del emperador viaja a Londres a opinar sobre los mármoles del Partenón que habían trasladado los ingleses al Museo Británico. El impacto de Grecia fue tremendo en Canova, como lo demuestra su obra Las tres gracias, donde el artista recupera la esbeltez clásica, tras la cálida opulencia que prestó a sus formas Rubens. El último de los grandes encargos extranjeros le llega, nada más y nada menos, del Congreso de Carolina del Norte, que desean una estatua del primer presidente, George Washington, para colocarla en el parlamento Raleigh. Realiza esa estatua con el presidente sedente renunciando al cargo. Un incendio nos impide conocer esta obra.
Se puede terminar diciendo que Canova asume con cierta libertad toda la tradición antigua y renacentista de su país. Así frente a la policromía, la blancura inmaculada del mármol, la vehemencia de las actitudes han sido suplantadas por una serena contención; ya no habrá adherencias macabras, grandes cortinajes, ni basamentos más o menos agitados, sino una serena melancolía y una equilibrada meditación sobre el misterio de la muerte.
A. Canova. Las tres gracias. Mármol. 1816. Hermitage de San Petersburgo.
BERTEL THORWALDSEN (1768-1844) es un escultor danés que trabaja por distintos países europeos como Suiza, Inglaterra, Polonia o Italia, donde se asienta definitivamente. Su origen nórdico le lleva a adherirse a un modelo clásico rígidamente codificado: Grecia. En sus mejores momentos intentó expresar una tranquilidad más consciente en sus figuras, en el sentido del arte de la antigüedad. Para él, contrariamente a la costumbre de la época, el arte de la antigüedad no significaba arte romano, sino escultura arcaica griega. Nos legó una numerosísima producción, donde creará puras recreaciones de mitos o acontecimientos históricos de la antigüedad. Sus temas preferidos son los héroes y dioses griegos, siempre buscando la pureza formal que hacen que sus obras sean algo frías y académicas. Sus estatuas, a la búsqueda de un idealismo formal más rígido que el de Canova, están definidas por sistemas de proporciones, sacrificando el movimiento y el espacio a un exacto contrapeso de los volúmenes, perdiendo toda expresividad y cautivando sólo por la perfección formal.
Tal vez su obra más conseguida es Jasón y el vellocino de oro, obra con la que consiguió la fama, y en donde se encuentran fundidos los modelos del "Doríforo" y del "Apolo Belvedere". Escultor internacional, mimado por toda la aristocracia europea, puede consagrarse a puras recreaciones de mitos o acontecimientos históricos de la antigüedad Las tres gracias, Hebé, Ganímedes con el águila de Júpiter o Marte y el amor. En todas estas obras se evidencia cómo, sin salir de los modelos griegos, hay mucho en este escultor de sincretismo interestilístico: Policleto, Fidias y Praxíteles se alían para producir un resultado mucho más original de lo que el propio Thorwaldsen podía suponer. En el relieve Las tres gracias se logra reducir a una mesurada frialdad curvilínea, el aire sensual con que la tradición había cargado el tema.
B. Thorwaldsen. Las tres gracias. Mármol. 1817-1818. Museo Thorwaldsen. Copenhague.
B. Thorwaldsen. Jasón con el vellocino de oro. Mármol. 1828. Museo Thorwaldsen. Copenhague
B. Thorwaldsen. Ganímides con el águila de Júpiter. Mármol. 1817. Museo Thorwaldsen. Copenhague.
ESCULTURA EN ALEMANIA
En Alemania habrá un florecimiento escultórico, destacando dos escultores:
GOTTFRIED SCHADOW recibió una fuerte formación clásica en Roma, donde entró en contacto con Canova. Su especialidad son los retratos, a los que hace “hablar”, como en el Busto de Goethe o los Retratos de las princesas Federica y Luisa. También realizó la Cuádriga de la Puerta de Brandenburgo de Berlin.
CHRISTIAN RAUCH es el más puro representante del neoclasicismo alemán, con un gran respeto por la antigüedad. Destaca el Monumento a Maximiliano José en Munich.
G. Schadow. Cuádriga de la Puerta de Brandenburgo. Cobre. 1788-1791. Berlin.
ESCULTURA EN ESPAÑA
En España desaparecen las tallas policromadas en madera; ahora el mármol y el bronce serán los materiales ideales. El monumento público, de tipo civil, suplantará a la temática religiosa, ya que la nueva clientela es la burguesía y no la iglesia católica.
JOSÉ ÁLVAREZ CUBERO, formado en París y Roma, fue tal vez el más importante escultor neoclásico español. La influencia de Canova se aprecia en su Retrato de Isabel de Braganza. En el Museo del Prado hace el Grupo de la Defensa de Zaragoza, donde el tema de la protección heroica de un joven que defiende a su padre ha sido filtrada por claras influencias griegas.
J. Álvarez Cubero. La defensa de Zaragoza. Mármol. 1818-1823. Museo del Prado. Madrid.
ANTONIO SOLÁ hace el Monumento a Daoiz y Velarde en Madrid. Representa la línea más avanzada del neoclasicismo español, donde los ropajes y el cañón a la espalda del monumento citado nos sitúan en la época contemporánea.
PONCIANO PONZANO esculpe el Frontón de las Cortes españolas, inspirado en modelos grecorromanos; en el centro se representa una alegoría de España y la Constitución.
JUAN PASCUAL DE MENA realiza la Estatua de la Cibeles en Madrid.
Bibliografía:
-- Novotny, Fritz: Pintura y escultura en Europa 1780-1880. Cátedra. Madrid, 1978.
-- Rodríguez, Delfín: Del Neoclasicismo al Realismo. Historia 16. Col "Conocer el arte, 8". Madrid. 1996.
-- Wikipedia.
Terminamos esta entrada con dos videos de Artehistoria sobre los escultores Antonio Canova y Bertel Thorwaldsen:
La influencia grecolatina en la escultura y sobre todo en la arquitectura. Cantidad de edificios públicos que llevan la impronta del arte clásico, con su armonía basada en el equilibrio y en la mesura, como ese frontón del Congreso de los Diputados en plan Fidias moderno, una perspectiva estupenda del edificio, sin contar con los leones (me refiero a los que rugen y se despedazan dentro del hemiciclo)
ResponderEliminarUn saludo.
Excelente. excelente.
ResponderEliminarque mas puede decirse?
Esto no existe hoy en dìa.
Un abrazo.
Mil gracias por tanta información y tanta belleza. Te diré que la primera escultura me ha inspirado una de esas entradas raricas que se me ocurren de vez en cuando y que por fin ya se quien era ese Ponzano, nombre de la calle que hacía esquina con el portal de la casa donde nací. Todo un placer. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMonsieur, qué lujo hoy, que nos trae a Canova. Sin menospreciar a Thorwaldsen, me quedo con el primero, desde luego. Ese amor y psique es insuperable. Y qué me dice de Paulina Bonaparte como Venus victoriosa?
ResponderEliminarFeliz tarde, monsieur
Bisous
Canova es uno de los artistas más valorados y que más se estudian en las ecuelas italianas ya que además de su calidad se mezcló con los nacientes sentimientos nacionalistas italianos. Pude ver su monumental tumba en los alrededores de Treviso hace unos años. Sin duda, un gran genio de cincel. Magnífico el retrato de Paolina Bonaparte de la Galleria Borghese de Roma y espectacular el Napoleón hercúleo de la Pinacoteca di Brera de Milano...todo un hombre de tránsito del Antiguo a Nuevo Régimen, que empezó haciendo escultura para papas y reyes y acabó haciendo uno para el primer presidente de los USA.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Qué maravilla! Esto es todo un tratado más que una simple entrada de un blog personal. ¡Felicidades!
ResponderEliminarComprendo que la producción de un artista tiene todo o casi todo que ver con los encargos recibidos. Me quedo con los motivos mitológicos, aunque también hay piezas geniales en los monumentos funerarios.
Que bonitas Las tres gracias de Copenhague y sinceramente, jamás me había fijado en el precioso frontón de La Cortes españolas. Hay mucho material en esta entrada para estudiar.
ResponderEliminarBesos Paco.
Que gran colección de escultores nos traes. Todos tienen mi admiración, pero sobre todo Canova. Los monumentos funerarios a los dos Clementes son admirables.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Paco:
ResponderEliminarTu entrada de hoy me ha recordado mi época universitaria.
Para acceder a una de las entradas de la ciudad universitaria en Caracas (la universidad central de Venezuela) hay que pasar por la plaza de las 3 gracias. Son una replica de las de Canova, pero siempre me llamaron la atención.
Te dejo este link, para que veas las que están en Venezuela : http://imagenes-urbanas.blogspot.com/2009/11/las-3-gracias-abanderadas-de-la-miseria.html.
Saludos
Eso tenía entendido de Canova, que en sus bocetos era más expresivo y apasionado que en las esculturas finales en mármol. Y que para limar toda subjetividad posible, el papel de los ayudantes en la ejecución de la obra final era muy importante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buenas noches..
ResponderEliminarUna belleza de esculturas, me has dado en mi punto flaco.. soy una enamorada de las esculturas .. la primera ...
A. Canova. Amor y Psique abrazados. Mármol. 1793. Museo del Louvre. París.
Esta obra dicen que representa el momento en que Eros (el amor) acude a despertar a Psique (el alma), de su profundo sueño..
Una obra estelar.. voy a leer nuevamente, están
interesante tu entrada, que hay que leerla varias veces... gracias...
Un abrazo de bellos sueños
Están tan cerca en la entrada las imágenes de las tres gracias de Canova y Thorwaldsen que me ha sido imposible con la rueda del ratón subir y bajar media docena de veces para compararlas. Y he llegado a la conclusión que son imcomparables. La sensualidad en la del italiano no la encuentro en la del danés. Ignorante como soy en estos asuntos ¿es la del danés más puramente neoclásica?
ResponderEliminarEs un gozo venir por tu blog, Paco. Un abrazo.
Interesantísimo. Desde luego Canova es extraordinario. Aún se conserva su estudio en Roma. En cuanto Thorwaldsen también lo admiro, pero sí, es cierto que resulta frío. Una de las cosas que tienen en común y que me hace sentir simpatía por ambos es su vinculación y su pasión por Roma. Un abrazo, querido amigo.
ResponderEliminarTenía yo un poco olvidada a la escultura neoclásica. Thordwalsen siempre me ha resultado frío a diferencia de Canova que sigue una línea más sensual, al menos en algunas de sus obras.
ResponderEliminarUn abrazo!!
muchisimas gracias por tu aporte tengo que exponer sobre el neoclasico espero les sirva a mis compàñeros como cultura gracias
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