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martes, 30 de noviembre de 2010

COMENTARIOS DE ALUMNOS. VICTOR LUIS FERNÁNDEZ RAMOS. ANFITEATRO FLAVIO



Encuadre.

-Genero: Arquitectura (edificio de ocio y espectáculo).
-Titulo Obra: Anfiteatro Flavio Roma (Coliseo).
-Autor: Fue Iniciada por orden del emperador Vespasiano y acabada por Tito.
-Cronología: (72-80) pertenece a la época del imperio romano concretamente a la etapa del alto imperio ( s.I a.c).
-Estilo: Arte romano.
-Otras obras: Arco de Tito Livio y teatro de Emérita Augusta, anfiteatro de Mérida y el Circo Máximo de Roma.

Análisis formal y material.

Los materiales con los que está construido este elemento arquitectónico son el hormigón, el ladrillo y la piedra e incluso con un posible revestimiento de mármol.
Como podemos observar en la fachada exterior vemos de forma escalonada los cuatro órdenes clásicos de la arquitectura romana, utilizada posteriormente por Roma (no son griegos, pues la superposición es, de abajo a arriba, toscano (romano totalmente), jónico, corintio y compuesto); también vemos como debajo de las gradas hay como un sistema de pasillos abovedados con el que el público puede acceder y abandonar el espectáculo (vomitorios). Dentro del edificio (arena, que es la pista o el espacio central donde se desarrollan los espectáculos) apreciamos una especie de foso de el cual salen las fieras o se dejan los cadáveres de los que participan en el espectáculo el cual esta techado con madera. Antiguamente se utilizaba una vela que servía para proteger del sol a los espectadores. Tiene una capacidad de 50.000 espectadores y unas dimensiones de 188 x 156 m. Actualmente vemos como la grada más alta está destruida. Se ve que utilizan el arco de medio punto, utilizan también un sistema de bóvedas tomadas de los etruscos. En este anfiteatro apreciamos en la imagen que está construida en un terreno totalmente llano, cosa que los griegos no podían hacer.


Comentario.

Esta es una obra hecha para el ocio de los ciudadanos romanos ya que para ellos era lo que más importancia tenía como se muestra en su famosa frase célebre Panem et circenses.En este tipo de edificios se celebraban acontecimientos como los espectáculos violentos los cuales se dividían en sesiones. La primera que consistía en cacerías de animales y luchas entre ellos, la segunda consistía en ejecutar a los condenados y persecuciones de leones hambrientos a los cristianos. Mas tarde se incorporó la lucha de gladiadores y simulación de batallas navales (naumachías) convirtiendo la arena en agua pero esto último solo se hacía por motivos especiales como el cumpleaños del emperador o las fiestas de los dioses. Esta obra está considerada la más grandiosa y la más espectacular obra romana imperial sin duda esta obra al igual que el resto de obras romanas está influenciada por los griegos y etruscos aunque el teatro romano sea diferente al griego, además los romanos tenían un arte practico y utilitario a diferencia de los griegos, utilizaban un arte uniforme universal y se preocupaban mas por lo civil que por lo religioso. Actualmente esta obra es conocida como el coliseo de Roma debido a un coloso del emperador Nerón que estaba en los aledaños del edificio. Estos edificios tienen en común una serie de características, las cuales son:

- Realismo antes que idealismo.
- Prácticos y útiles.
- Son ingenieros en lugar de arquitectos.
- Al servicio al poder político.
- Utilización por primera vez del arco y la bóveda, así como el dintel.
- Arquitectura civil (hecha para el pueblo) en lugar de religiosa.
- Utilización de materiales baratos como el ladrillo o el opus caementicium.

Existen también otros tipos de edificio de ocio como los circos o los teatros. El teatro constaba de una acústica excelente y una magnifica escena (scaenae) de una orquesta (justo delante de donde se actúa), un atrio detrás. Los más conocidos son el teatro de Marcelo y el de las ruinas Itálicas (Sevilla) En cuanto a los circos podemos decir que son los edificios más grandes de todos, allí es donde se realizaban las carreras de caballos, cuadrigas y otros ejercicios atléticos. El más importante fue el circo máximo de Roma.

Contexto histórico

El arte romano representa la culminación del proceso evolutivo de las culturas mediterráneas.
Profundamente enraizado en la cultura griega, de la que es su más directo heredero, incorpora a ella múltiples elementos de las más diversas culturas mediterráneas, con un sincretismo sumamente característico pero es importantísima también la influencia etrusca. Este aspecto de fusionar formas, técnicas y aspectos del arte de las culturas anteriores es esencial, al mismo tiempo que la extensión del Imperio romano, En la época de la república, el término romano se aplica prácticamente al arte realizado en la ciudad de Roma, que conserva la huella de su pasado etrusco. Poco a poco, el arte se liberó de su herencia etrusca.
Roma fue fundada en el 753 a.C. por un pueblo del Lacio llamados después romanos. Del 753 al 510 la ciudad de Roma es gobernada por siete reyes, el primero es Rómulo y es romano. Pero después los reyes son etruscos ya que Roma cayó bajo la dominación etrusca hasta el 510, cuando los romanos consiguieron expulsar a Tarquino Severo, último rey etrusco y entonces, cansados de reyes, los romanos fundan la República romana y comienzan su expansión. Al ser un pueblo acosado, aprendieron a vivir en permanente estado de guerra. La República dio paso a un sistema de gobernó imperial, donde el emperador concentra todos los poderes y que llegaron a dominar todo el Mediterráneo (Mare Nostrum), hasta la caída del Imperio a manos de los pueblos bárbaros en el S. V d.C. (476).






 

domingo, 28 de noviembre de 2010

EDIFICIOS ISLÁMICOS DE NIEBLA




La ciudad de Niebla está situda en la comarca de El Condado de Huelva, a los mismos pies de la autopiesta que comunica Sevilla con Huelva, provincia a la que pertenece. A pesar de que en la actualidad apenas cuenta con 4.000 habitantes, siempre ha sido un municipio con un importante y destacado papel en la historia es una ciudad del sureste de la provincia de Huelva, capital de la comarca de El Condado.

 Niebla ha sido siempre un enclave destacado, asentamiento de diferentes pueblos como fenicios, romanos, visigodos y musulmanes, llegando a ser la capital de un importante reino taifa en el siglo XI d.C. Niebla, con su centro histórico y su recinto amurallado fue declarada conjunto monumental histórico artístico en 1982, pero muchos de los monumentos de la ciudad tienen también distinción independiente: el Castillo de los Guzmanes, del siglo XV, edificado sobre la antigua alcazaba árabe después de la Reconquista; la Iglesia de San Martín, del mismo siglo, el Hospital Medieval de Nuestra Señora de los Ángeles, original del s. XIV, aunque con modificaciones posteriores, y la Iglesia de Santa María de la Granada, antigua mezquita musulmana de los siglos X-XI, sobre la que se construyó un templo gótico- mudejar.

Murallas

El  recinto fortificado de Niebla es uno de los más completos e importantes de los que aún se conservan en España. En época musulmana fue llamada "la roja" por el color de sus murallas.
Niebla tiene en su muralla uno de sus principales monumentos medievales. El acceso al interior del recinto amurallado de Niebla se lleva a cabo a través de alguna de sus seis Puertas: de Sevilla, del Agua, del Agujero, del Buey, del Socorro y del Embarcadero, cada una de ellas distinta a las otras.
La muralla se destruyó y reedificó en numerosas ocasiones, sobre todo durante época musulmana hacia el año 1230, exactamente con los almorávides, responsables de la edificación actual . La muralla tiene un perímetro de 2 km., una altura máxima de dieciséis metros, cuarenta y ocho torres cuadradas de planta rectangular, y cinco torres rectangulares que contienen las puertas principales al recinto: de Sevilla con vestigios romanos aunque de construcción árabe, del Socorro (también con vestigios romanos), del Agua, de estilo almohade-mudéjar, del Buey, del mismo estilo, y del Embarcadero, hoy en derrumbe. Una última puerta, que no llega a ser tal, es la del Agujero, paso a la ciudad a través de un antiguo arco romano; por último, cuenta con dos torres octogonales en el frente de levante.

Murallas de Niebla. Huelva

Alcázar o Castillo de los Guzmanes

En el interior de la muralla, se levanta el Castillo de Niebla. El edificio que se puede ver actualmente es del siglo XV, pero fue anteriormente edificio romano y después alcázar musulmán. Estuvo habitado hasta fechas relativamente recientes.
Este castillo ha sufrido diversas reformas por parte de sus sucesivos ocupantes, romanos, visigodos, árabes y cristianos y reconstrucciones actuales. De la época romana quedan como testimonio algunos arcos, los fosos y las cárceles. Tras la ocupación por los jefes militares visigodos y la reparación necesaria de distintos elementos, los árabes lo decoran con revestimientos de azulejos de colores, yeserías e inscripciones y cerámicas, fuentes y una noria de riego para los jardines, convirtiéndolo en Alcázar o Palacio. Jugó el castillo un papel muy importante en la época del reino taifa de Ibn Mahfot y en las invasiones norteafricanas. Tras la cerca y toma de la ciudad por Alfonso X, en 1262, Niebla fue entregada a su hija Beatriz. Con posterioridad, todo el territorio pasó a Pedro I, el cruel, y muerto éste en Montiel, Enrique II dió el Condado de Niebla a los Guzmanes. Serán los Guzmanes, duques de estas tierras, los que pasen a derribar el antiguo Alcázar y construyan el actual palacio, pero conservando y restaurando la parte más interesante y preciosa de época islámica, como su Torre del Homenaje.

Alcázar o Castillo de los Guzmanes. Niebla (Huelva)

El material constructivo fue el mampuesto, con con añadidos de sillares de piedra. Consta el castillo de dos recintos principales. El primero y más exterior, consta de ancha barbacana y rodea totalmente el amplio rectángulo, y el segundo integrado a su vez de dos partes desiguales. Dispone de un patio rectangular rodeado de columnas, abierto en sus cuatro lados por puertas que comunicaban con estancias rectangulares, a través de las cuales podía accederse a alguno de los torreones que circundan el recinto.
En la Torre del Homenaje, el palacio es de estructura rectangular central. Un muro interior separa la zona doméstica, la zona lujosa, de la militar. El palacio tiene diez torres, seis cuadradas en las esquinas - incluyendo la del homenaje, y dos más en los extremos del muro interior. Otras cuatro tienen forma de cubo semicircular y se alternan con las anteriores. Además, el palacio se extiende en un nuevo recinto o barbacana por los lados Sudeste y Oeste. Este nuevo recinto incluye otras seis torres en sus muros y se une a la muralla almohade cerca de las puertas de Sevilla y la del Socorro.
Aunque en la actualidad se ha perdido buena parte de la ornamentación de los muros del palacio, especialmente de las zonas más altas donde se acumulaban más adornos, todavía puede apreciarse los vestigios de una hermosa puerta del gótico-florido, así como otras decoraciones en piedra de este mismo estilo. Las troneras están realizadas con forma de la cruz y orbe, símbolo que solían utilizar los Guzmán en sus palacios y castillos.


Iglesia de Santa María de la Granada

Es uno de los edificios más llamativos y valiosos de la provincia de Huelva, resultado de la superposición de edificios religiosos de distintas épocas, desde el siglo XI al XV, principalmente una mezquita árabe (la mezquita mayor) y una iglesia gótico-mudéjar. De la época romana se conservan columnas, de la época visigoda una tabla ornamental y la silla episcopal de piedra (sede episcopal de la antigua Elepla).
De tiempo árabe se conserva gran parte de los muros laterales, con el mihrab (nicho que guarda el Corán) en el muro de la quibla (que está orientada a la Meca y es adonde miran los fieles para orar) y otro hueco donde se guardaba el alminbar, (púlpito de madera móvil desde donde se predica). También se conserva parte de las arquerías, las galerías orientales, y los canes del alero de cubierta.
A comienzos del siglo XVI, se derriba gran parte del edificio árabe, sustituyendóse las arquerías por tres naves de mayor altura, de estilo ya mudéjar, acabando los techos con artesonado. La iglesia cristiana tiene un hermoso presbiterio gótico de complejas bóvedas ojivales estrelladas y un ábside gótico-mudéjar con bóveda estrellada. Es Monumento Nacional por Decreto desde el 3 de mayo de 1.931.

Muro mudéjar de la iglesia de Santa María de la Granada, de Niebla

Iglesia de San Martín

Era la mezquita menor. Antes de convertirse en iglesia cristiana fue durante un tiempo sinagoga judía. En la actualidad sólo se conservan el ábside del siglo XV, de estilo gótico-mudéjar, con estrechos ventanales y planta dodecagonal y la puerta mudéjar de los pies, pues el cuerpo de las naves ha desaparecido. También hay que citar la portada de ladillo que ha sobrevido y que sería la del hastial occidental. Se trata de un ejemplar mudéjar del siglo XIV formadao por doble rosca de herradura, impostas petreas y recuadro rodeando el conjunto.

Iglesia de San Martin

Bóveda de crucería de la iglesia de San Martín


Esta presentación resumirá el conjunto monumental de Niebla, especialmente, las murallas y puertas de la ciudad:

viernes, 26 de noviembre de 2010

COMENTARIO DE LA MEZQUITA-ALJAMA DE CÓRDOBA

Sala de oración (Haram) de la Mezquita de Córdoba. S. VIII- X d.C.


Reproducimos un comentario de la Mezquita de Córdoba, ya publicado en este blog en el curso pasado. Sólo se le han añadido algunas fotos más y unos videos explicatorios de Artehistoria y otro con una reconstrucción en 3D, al final del comentario. Es un comentario simple y muy concreto, pero que les puede venir bien a los alumnos/as para el examen del próximo martes 30.


Encuadre:

Obra: Mezquita de Córdoba (planta y sala de oración).
Autor: Varios desconocidos. Chafar.
Género artístico: Arquitectura. Religiosa. Planta e interior.
Estilo: Arte islámico hispanomusulmán.
Cronología: Siglos VIII-X. Córdoba. Arte islámico en Al-Andalus. Período califal.
Otras obras: Palacio Medina Azahara. Córdoba.



Análisis:

Planta e imagen interior de una Mezquita, en este caso, la Mezquita-Aljama de la capital del Califato, Córdoba. Dos partes fundamentales se pueden señalar de esta arquitectura: el patio {sahn) descubierto, en el que se observa el emplazamiento del alminar de planta cuadrada (desde donde el almuédano invitaba a la plegaria) y la fuente (sahil) para las abluciones obligatorias antes de entrar en la gran sala de oración (iwan), cubierta y dividida por 18 hileras de columnas que forman 19 naves (haram), todas ellas orientadas perpendicularmente al muro de la quibla, en el que destaca como elemento sobresaliente el mirhab. El muro que rodea el edificio está horadado por 18 puertas en tres de sus cuatro lados (no hay en el testero). Vemos también unos pilares que indican sucesivas ampliaciones.
En la foto se aprecia el mármol de las columnas, la caliza y el ladrillo de las dovelas alternadas de los arcos. Parece un sistema adintelado pero con arcos (no aparecen bóvedas en planta) y por la delgadez de los soportes podría tener cubierta plana de madera. Los soportes van en un sistema doble: columnas sobre pilares y los arcos también: herradura sobre pilares y medio punto sobre columnas. Los de herradura son de entibo o tirantes para evitar la curvatura de los soportes, embutidos en los pilares, y los de medio punto para sostener directamente la cubierta.
Aparecen elementos decorativos en capiteles (relieve), transiciones de soportes con rollos de canetos y dovelas con alternancia cromática, rojo del ladrillo y blanco de la piedra. No hay decoración figurativa (iconoclastia). La superposición de arcos y la multitud de soportes producen el efecto bosque y muchas líneas de perspectiva. El espacio parece indiferenciado, es una sucesión de naves idénticas sin jerarquía ni localidad. No hay simbología en planta y es ideal para albergar grandes muchedumbres. Es un espacio oscuro por la falta de vanos, que se subsanaría por las lámparas típicas de las mezquitas musulmanas.

Entrada al Minhraba de la Mezquita de Córdoba. S. X d.C.

Comentario:

Se trata de la Mezquita Aljama de Córdoba, construida durante el Emirato y el Califato de Al Andalus. Servía para la oración, sin ritos ni liturgias y por eso no hay localidad. Sí hay una quibla para orientarse y en ella está el Mihrab con la Maxura delante, todo ello orientado erróneamente al Sur, mientras que en el resto del Islam, el muro de la quibla miraba al este, hacia La Meca.
Se puede seguir fácilmente la evolución que a lo largo de los siglos experimentó esta obra en sucesivas ampliaciones. La primitiva mezquita es obra de Abderramán I (756-788). Cuando Abd al-Rahman I entró en Al-Andalus y se instaló en Córdoba llamó a los cristianos y les pidió que le vendiesen la Iglesia visigoda de San Vicente situada en el mismo emplazamiento, compensándolos con la reconstrucción de las Iglesias que habían sido destruidas en los tiempos de la conquista. En el año 785 inició el derribo de la Iglesia y la construcción de la mezquita aljama, con 11 naves y un patio que formaban un cuadrado perfecto. Para ello, se utilizaron columnas y capitales reutilizados de edificios clásicos y visigodos anteriores. Abd al-Rahman II alargó el antiguo edificio en dirección sur derribando la quibla en el año 848 y alargando el haram. También ordenó derribar el alminar primitivo y construir uno nuevo. Abderramán III en el siglo X amplió el patio y rehizo el alminar, imponiéndose desde entonces en Al-Andalus la torre cuadrada como alminar. Comenzó Al-Hakam II su reinado con la ampliación de la mezquita el año 961. Se alargaron más las once naves hasta el Guadalquivir, se levantó la Maxura nueva y se construyó el Mihrab definitivo. Estuvo acabada en el 969. Ahora se utilizan columnas y capiteles nuevos, genuinamente cordobeses, imponiéndose los arcos de herradura, el capitel califal de avispero y la alternancia de colores en las dovelas de los arcos, tal como vemos en la imagen. Destaca además, la rica decoración que cubre las paredes, destacando la cerámica vidriada, los mosaicos, lacerías, yeserías, arcos polilobulados, etc. Algunos años después, Almanzor (978-1002), valido de Hixem II (976-1013), se decidió a ampliarla por el lado oriental, que era el único por el que se podía hacer. En el año 987 añadió 8 naves más con toda la largura de las anteriores (las 19 naves que tiene en la actualidad), ampliando también el patio.
Estos ensanches produjeron un resultado definitivo: la descentralización del minhrab y el alminar; se rompía así la articulación de su eje principal y con él la simetría guardada hasta la ampliación de Almanzor. La superposición de soportes para reaprovechar las columnas visigodas y para ganar altura, la superposición de arcos con función de entibo y soporte, todo ello son elementos copiados del Acueducto de los Milagros en Mérida, al igual que la alternancia de colores en las dovelas de los arcos (ladrillo de color rojizo y la piedra blanca). Sólidos muros delimitan el espacio arquitectónico exteriormente, robustecidos con contrafuertes que, en el muro de la quibla, coinciden con los ejes que separan las distintas naves. Sobre éstos reposan las cubiertas. La techumbre es plana de madera pero al exterior son 19 tejadillos de doble vertiente acabados en teja roja, cuyos canales de desagüe coinciden al interior con hileras de soportes. Planta y alzado (los muros se rematan exteriormente con almenas) sugieren en la mezquita la idea de fortaleza. Además se introducen novedades como las bóvedas de nervios o califales, montadas sobre trompas y con bóvedas gallonadas en el centro. Se introduce además el arco lobulado y entrecruzado, el arco califal excéntrico del Mihrab, la decoración de ataurique, lacerías y escritura cúfica, además del mosaico vidriado.
El edificio resume por sí solo el arte del Emirato y el esplendor del Califato hasta la llegada del periodo de Reinos Taifas. Sus ampliaciones van asociadas al crecimiento físico y demográfico, económico y cultural de la ciudad de Córdoba.

Exterior de la Mezquita de Córdoba.



Contexto histórico:  


Esta obra resume es espíritu y la mentalidad del arte islámico, como un estilo abierto a las influencias artísticas y culturales de civilizaciones anteriores (como la romana, visigoda, bizantina...). Se trata de una civilización del desierto que, en determinados lugares, se sienten atraídos por la vegetación, el agua, el paisaje y construyen edificios donde prima lo decorativo, el lujo y el disfrute de los cinco sentidos. El Islam es una cultura tremendamente religiosa, donde ese espíritu del Corán que enseñó Mahoma a sus discípulos, les hizo conquistar un inmenso imperio en muy poco espacio de tiempo, dominando todo el Asia Anterior, el Mar Negro y el Mar Mediterráneo. La religión lo preside todo, hasta el punto que el Califa no es sólo la máxima autoridad política, también es el “enviado de Alá”, el máximo jefe espiritual, siendo el régimen islámico una teocracia. La conquista de Hispania, que si inicia en el 711 en plena descomposición visigoda, hace que los musulmanes estén en nuestro país durante ocho siglos, con sucesivas etapas políticas y artísticas (destacando el Califato de Córdoba en el siglo X), hasta que son derrotados y expulsados por los Reyes Católicos en 1492.

Cúpula del Minhrab de la Mezquita de Córdoba. S. X d.C.










jueves, 25 de noviembre de 2010

ACTIVIDADES ARTE HISPANOMUSULMÁN

Mirador de Daraxa. Alhambra de Granada. S. XIV d.C.


1) Señala en el siguiente dibujo las partes de una mezquita clásica y, a continuación, explica la funcionalidad decada una de ellas.


2) Define correctamente los siguientes términos artísticos:

-- Sahn; -- Torres albarranas; -- Lacería; -- Ataurique; -- Madrasa; -- Alfiz; --Mocárabes;
-- Macsura; -- Paños de sebka.


3) A la vista de las siguientes imágenes, establece las principales características de la arquitectura almohade, así como la identificación de ambos y la función que desempeñaban:



4)  Observa bien el mapa de la Península Ibérica en la época del Califato y responde a las siguientes preguntas:


 - A) Sitúa en el mapa la división de territorios en la época almohade y en la nazarí.
- B) ¿Qué ciudades aparece a ambos lados de la línea divisoria? Explica el papel de estas ciudades en el lado de Al-Andalus.
- C) Señala las características principales de la arqutectura en ese período, señalando las obras fundamentales.

5) ¿Qué nombre recibe...?

-- La torre de una mezquita_____________ y las escuelas corámicas______________
-- La zona del mercado árabe donde están los objetos de más valor __________________
-- Punto cardinal hacia donde miran las mezquitas árabes________ y en Al-Andalus_____
-- Edificio más importante de los reinos de taifas_______________________________
-- Arco más usado en el período califal______________y en el período nazarí_________
-- Las torres de vigilancia islámicas____________ y los baños públicos______________
-- Primer período de la dominación árabe en España____________, cuya cronología es___
-- La decoración musulmana con motivos geométricos estilizados________________ y geométricos____________________
-- Arco con líneas rectas y curvas mezcladas_____________ y capitel a trépano _______
-- Pueblo norteafricano que llega a la Al-Andalus en el S. XI______ con decoración de____
-- Libro sagrado del Islam_________, ciudad sagrada del Islam_______ Dios_________


6)  Lee con atención el siguiente texto y responde a las preguntas que se formulan:

“La linealidad de la caligrafía árabe y su carácter ornamental (motivos epigráficos) difícilmente se pueden aislar de lo que se ha dado en llamar arabesco, una manera de concebir el dibujo y la superficie, que parte de un cierto naturalismo al concretarse en un sinuoso tallo que, en su desarrollo, va entregando a la superficie pequeños tallos frondosos que, a su vez, pueden formar parte de otro juego de hojas y racimos, no es más que un tributo a la estética del horror vacui.
De esta manera, la mezquita y el mausoleo, el palacio y la madrasa adquirían una significación fuera de la propia referencia material; se convertían en naturaleza, gobernada no obstante por el espíritu de lo geométrico. El filósofo Algazel consideraba que el hombre debe dudar de su capacidad de percibir la certeza a través de la reconstrucción que los sentidos hacen de la realidad; la razón que es lo único que puede conducir al ser humano a la verdadera belleza, y el instrumento de la razón es la geometría.
Así pues, en el arte musulmán los motivos geométricos, las lacerías y las formas de configuración matemática no fueron decoración; antes bien, eran imágenes de la realidad esencial del universo.
Entre las figuras simples, el círculo y los polígonos estrellados fueron los elementos más utilizados en la génesis de los desarrollos geométricos. El radio del círculo podía ser el módulo de la composición que se generaba creciendo ad infinitum gracias a la multiplicación, a la subdivisión y a los cambios de escala. Ello hace que las ordenaciones geométricas del arte musulmán se conviertan en un continuo diálogo formal entre lo uno y lo múltiple, diálogo que las corrientes esotéricas quisieron interpretar como reflejo de la unidad y de la omnipresencia de Dios.”


SUREDA, J.: Arte Islámico. En Vol. III de Historia del Arte. Editorial Planeta, Barcelona, 1989, p. 136.

A) Haz un breve resumen del texto.
B) Explica las palabras subrayadas.
C) Comenta los diversos sistemas decorativos que utilizó la arquitectura hispano-musulmana en cada uno de los períodos.
D) ¿Existe alguna diferencia significativa entre la decoración de mezquitas y palacios musulmanes? Explícala.
 
 
7) Identifica y analiza los siguientes capiteles hinpanomusulmanes, indicando el período en que se dan, cronología, edificios y características principales.
 
 
 
8) Identifica en el siguiente dibujo de la Alhambra sus partes princiapales, indicando las fechas de construcción y su funcionalidad.
 
 
 
9 ) Realiza el comentario artístico de alguna de estas obras:
 
A)
 
B)

C)

D)



 

martes, 23 de noviembre de 2010

NO TODO FUE AL-ANDALUS


Interior de la Mezquita de Sidi Okba en Kairouan (Túnez). S. IX

Aunque el arte hispanomusulmán es el que tenemos que estudiar y el que tenéis que preparar para la prueba de acceso a la universidad, en esta entrada vamos a ver algunas de las maravillas que dejó el imperio islámico fuera de nuestras fronteras, para que, al menos, tengáis una visión de conjunto de la arquitectura musulmuna.

El surgimiento de la civilización islámica tiene su origen en el impulso de la nueva religión musulmana predicada por Mahoma (571-632) y su capacidad de unificar a los pueblos nómadas del interior de la Península de Arabia. Mahoma recibe el encargo de anunciar el Corán en nombre de Alá, el “Dios único, clemente y misericordioso”. Esta revelación se produce en el 610 y, a partir de ese momento con su predicación en La Meca, se convertía en el último profeta de la humanidad. El mensaje divino quedará recogido en el Corán, libro sagrado y guía espiritual de los musulmanes. Pero el rechazo de su propia ciudad le obliga en el año 622 a protagonizar la “Hégira” o huida hacia Medina, acontecimiento que servirá de punto de partida para la cronología musulmana.
A la muerte del profeta el estado teocrático fundado por él se extendió rápidamente por toda Arabia, Siria, Persia y Egipto. En apenas un siglo, el que transcurre entre la Hégira (622), y la derrota de los musulmanes en Poitiers (732), el Islam se expande por un amplísimo territorio que comprende desde India hasta el Mediodía francés, incluyendo Persia, Mesopotamia, Asia Menor, Egipto, y todo el Norte de África. En su expansión los musulmanes adoptan y nacionalizan las formas vigentes en las tierras conquistadas rebosantes de reliquias de arte romano, persa, bizantino, visigodo, etc. Así se explica el hecho de que una religión surgida en el desierto incorpore con decisión bellas formas para sus lugares de culto. Se va creando una cultura homogénea que, al ser fuertemente influida por las de los pueblos que domina, nos ofrece una evidente variabilidad, aunque uno de los signos de identidad será ser una sociedad marcadamente urbana, con un mundo de ciudades bulliciosas y comerciales.


El arte musulmán es fundamentalmente arquitectónico. La tradición y  prohibición coránica de representar a Dios es responsable del poco desarrollo de la escultura y la pintura, apareciendo excepcionalmente en edificios de carácter profano (palacios y baños). Ya en esto se ve el poder y la influencia de la religión en todas las facetas de la vida de los musulmanes, y en el arte también.
La arquitectura islámica y los motivos decorativos que la acompañan es una síntesis de elementos bizantinos, cristianos, coptos, visigodos, hindúes..., ya que los musulmanes toman elementos de todos los pueblos sometidos. Todo ello provoca un sincretismo o fusión de diversos elementos de otras religiones, lo cual produce un lenguaje artístico muy original y característico. Se percibe en los grandes rasgos del arte musulmán una tendencia a la estilización; tendencia que está muy presente en sus manifestaciones plásticas, es decir, la negación del naturalismo que caracteriza el arte occidental. Ese mutabilidad y ese nomadismo (sociedad nómada de pastores del desierto) se aprecia en el poco interés por los problemas constructivos, la utilización de materiales pobres, como barro, ladrillos, yeso... y el hacer una arquitectura útil y de rápida construcción. Un elemento muy importante en el arte musulmán es la decoración y la rica ornamentación que adornan y enmascaran los pobres materiales arquitectónicos; hay una especie de horror vacui, no debe quedar nada sin decoración. Es común al gusto musulmán dedicar un mayor cuidado a la decoración interior, con riquísimos mosaicos, yeserías, placas de mármol, cerámica esmaltada, etc., mientras que las fachadas exteriores ofrecen una sorprendente simplicidad, que sólo se abandona en portadas y recubrimiento de cúpulas. Gozan de predilección los motivos decorativos de carácter vegetal presentados de forma estilizada, los atauriques, los de trazado epigráfico (con trazos rectos o cúficos y trazos cursivos o nesijíes), y los motivos geométricos, a modo de estrellas, polígonos y lazos combinados con soluciones infinitas (lacería).

Mezquita de la Roca. Jerusalem. S. VII d.C.

En la evolución de la historia y arte musulmán se pueden distinguir dos grandes fases o etapas. La primera iría desde la hégira hasta la segunda mitad del siglo XI, con la presencia en el Mediterráneo Oriental de los turcos selyúcidas y en Occidente con los almorávides. Con la dinastía heredera de Mahoma, los sirios Omeyas (661-750), las conquistas fueron más espectaculares hacia el Occidente, con la capital en Damasco. En la época del Califato Abbasí (750-945), las fronteras políticas ya no coinciden con las religiosas, pues Al-Andalus, el Norte de África y las zonas ocupadas en la India escapan pronto a la autoridad del Califa. La capital se traslada de Damasco a Bagdad y la influencia persa crece notablemente. La segunda fase transcurre desde fines del siglo XI al siglo XVI; en esta segunda fase de evolución del arte islámico medieval la presencia de los turcos selyúcidas, procedentes del Asia central, que ocupan Bagdad (1055) y el Mediterráneo oriental, como la de los pueblos africanos del sur del Atlas en Occidente son factores que determinan unas características diversas, como iniciación de un nuevo período. Asimismo, la potenciación de la cultura cristiana occidental, que alcanza la supremacía, es importante por cuanto la cultura islámica inicia su decadencia, y su influencia será cada vez más escasa, salvo en España. Destacan en primer lugar las construcciones omeyas de los siglos VII y VIII, donde la influencia bizantina es muy profunda. Sobresale como primera gran obra musulmana la Gran Mezquita de Damasco, que se construye aprovechando un templo cristiano preexistente, con columnas y tres naves paralelas a la quibla, patio y riquísima decoración de mosaicos con temas arquitectónicos. En esta etapa siria queda diseñado el modelo esencial de mezquita, tal como se describió antes.
 

Gran Mezquita de Damasco. S. VII d.C.

A finales del siglo VII se construyó la Mezquita de la Roca en Jerusalén, mal llamada de Omar, con planta octogonal (inspirada en la iglesia del Santo Sepulcro) y una gran cúpula destinada a cubrir la roca venerada por judíos, cristianos y musulmanes, en relación con el sacrificio de Isaac. Debajo de la roca había una cueva con pequeño santuario. Es de destacar la riquísima decoración de mosaicos.
En cuanto a las construcciones civiles destacan los Palacios de Mschatta y Qusayr Amra, ambos residencia de los califas omeyas del siglo VIII; el segundo conserva interesantes pinturas en las que aparecen representados los monarcas vencidos por los ejércitos islámicos (entre ellos el visigodo Don Rodrigo), además de escenas de danzas, música y baños.

Palacio de Qusayr Amrá. Jordania. S. VIII d.C.

Del período abbasida, de mediados del siglo VIII a mediados del siglo XI, son las construcciones que denotan una mayor influencia de las tradiciones arquitectónicas mesopotámicas y sasánidas. El traslado de la capital del califato de Damasco a Bagdad, y la adopción temporal de Samarra, como nueva capital (836), facilitaron el contacto y la penetración de las culturas citadas. La Mezquita de Samarra posee un curioso alminar cónico, cuya rampa de acceso describe un recorrido helicoidal que recuerda los antiguos ziggurats mesopotámicos.
También abbasida es la Mezquita de Sidi Obra en Kairuan (Túnez), del siglo IX, que guarda estrechas relaciones con la mezquita de Córdoba, como el uso de cúpula de gallones o arco de herradura, destacando el alminar con cuerpos escalonados superpuestos.
En Egipto, que se independiza con los tulúnidas en el 868, se erige la gran Mezquita de Ibn Tulún, fuertemente influida por la abbasida de Samarra, donde destaca el patio cuadrado, los pórticos de alrededor y el templete que cubre la fuente del patio.
A este momento, ya en Persia, corresponden los monumentos samánidas, destacando el Mausoleo de Ismail en Bukhara, de planta central con gran cúpula, que se convertirá en prototipo muy frecuente en la arquitectura funeraria islámica.


Alminar de la Mezquita de Samarra. Irak y Mezquita de Ibn Tulun. Egipto. S. IX d.C.

La segunda gran fase de la arquitectura islámica abarca desde fines del siglo XI hasta bien entrado el siglo XVII. En esta segunda fase de evolución del arte islámico medieval la presencia de los turcos selyúcidas, procedentes del Asia central,  que ocupan Bagdad (1055) y el Mediterráneo oriental, como la de los pueblos africanos del sur del Atlas en Occidente son factores que determinan unas características diversas, como iniciación de un nuevo período. Asimismo, la potenciación de la cultura cristiana occidental, que alcanza la supremacía, es importante por cuanto la cultura islámica inicia su decadencia, y su influencia será cada vez más escasa, salvo en España.
Aunque se mantiene el tipo de mezquita siria, según el ejemplo de la de Damasco, se va imponiendo en la arquitectura islámica oriental una novedad notable al fijar el modelo de las madrazas, sedes de las escuelas teológicas coránicas. Los selyúcidas adoptan planta de cruz, disponiéndose en torno a un patio central con aljibe, al que se asoman las dependencias en forma de iwanes (salas que se abren con grandes arcos). También se suelen añadir bibliotecas, celdas de estudiantes, cocina, baños, etc. Por otro lado, en las construcciones en piedra o en ladrillo proliferan las cúpulas, ricamente ornamentadas, con preferencia a base de cerámica esmaltada, al mismo tiempo que se prodigan los mocárabes. Entre los arcos se advierte la preferencia por los apuntados peraltados.
La Mezquita de Ispahán (Irán), del siglo XI, constituye el modelo más característico. Tiene planta cruciforme con gran patio central y cuatro iwanes, uno en cada frente, que serán muy repetidos en construcciones selyúcidas. También se crea el tipo de mezquita sin patio, formada por una gran sala central con cúpula, como es el caso de la Mezquita Azul de Tabriz, del siglo XV.
En la arquitectura funeraria se difunde el tipo formado por un cuerpo cuadrado cubierto con una gran cúpula.. Se caracterizan por la rica decoración del trasdós de la cúpula y por el mayor desarrollo del tambor, con forma bulbosa. Un buen ejemplo el Mausoleo de Tamarlán en Smarcanda, en el siglo XV.




Gran Mezquita de Ispaham (Irán). S. XI d.C.
Mausoleo de Tamarlán en Samarkanda (Uzbekistán). S. XV d.C.

En Egipto, la influencia turca se acusa ya en las mezquitas sin patio. Esta influencia se hace dominante con los mamelucos turcomanos, según vemos en la Mezquita-Madraza de Hassan, de mediados del siglo XIV, con gran patio central al que se abren los iwanes. Ya del siglo XV es la Mezquita-Madraza de Kaitbey en El Cairo, con cúpula de piedra y riquísima decoración en sus muros.
Los turcos otomanos, cuyo poder se consolidó en el Asia Menor, adoptaron junto con la religión islámica los elementos fundamentales del arte musulmán; pero al incorporar a sus dominios la fastuosa Constantinopla el influjo bizantino es, en general y el de Santa Sofía en particular, de nuevo fuertemente sentido. Ahora el templo es convertido rápidamente en mezquita y se impone el modelo de plan central, con gran sala cubierta con cúpula a la que dan una serie de salas o departamentos rectangulares. La cúpula recobra su verdadero valor arquitectónico y no sólo decorativo; así cubre amplios espacios en la Mezquita de Solimán el Magnífico en Estambul (siglo XV), o en la llamada Mezquita Azul de Ahmed I en la misma ciudad, de principios del siglo XVII. Unos característicos minaretes afilados flanquean las construcciones copulares.

Mezquita de Solimán el Magnífico. Estambul. S. XIV d.C.




Exterior e interior de la Mezquita Azul de Estambul. S. XVII d.C.

Análogas características, con la aportación local de la decoración hindú, se advierte en la arquitectura islámica de la India, donde sobresalen los edificios de Delhi, fuertemente influidos por los ejemplos persas. Pero en la India el monumento más majestuoso es el Taj- Mahal en Agra, del siglo XVII. Fue construido en época del Shan Djahan para mausoleo de su esposa Muntaz Mahal. Su pureza y equilibrio de formas hacen de él una de las obras más bellas de la historia. Las cupulillas que coronan los alminares y templetes así como el remate de la poderosa cúpula son hindúes.

Mausoleo del Taj Mahal. Agra (India). S. XVII d.C.