Gaudí. Entrada al Parque Güell de Barcelona. 1900-1914.
Empezamos viendo un muy buen video sobre El Modernismo del portal Artehistoria:
El Modernismo es un movimiento arquitectónico que surge en Bélgica, desarrollándose entre
1890 y 1910. En España va a tener un especial, y casi único, desarrollo en Cataluña, la zona más industrializada del país. Cuando aparece recibe el nombre de ART NOUVEAU de forma totalmente circunstancial: el artista Van de Velde había decorado en París en 1895 una tienda llamada "L'Art Nouveau", y el nombre hará furor. Se difunde rápidamente por Europa, gracias a las revistas ilustradas y las Exposiciones Universales (como la de Turín de 1902), recibiendo diversos nombres: España = Modernismo, Francia y Bélgica = Art Nouveau o Style Metro, Austria =Sezessionstil, Inglaterra = Modern Style, Alemania = Jugendstil, Italia = Floreale. Su estudio por escuelas es muy difícil debido a la gran originalidad de los artistas pero todos tienen en común su deseo de crear formas nuevas. El belga Victor Horta fue el creador del estilo modernista, y en sus obras curva los elementos estructurales como si fuesen tallos vegetales (Hotel Solvay, Casa Tassel, Casa del Pueblo de Bruselas). En Francia es Héctor Guimard es un artesano del hierro, quién destaca por la asimetría de sus composiciones y la decoración orgánica (Estaciones del Metro de París, de las que sobresalen las balaustradas y los apoyos de las farolas, que adquieren formas vegetales y animales muy imaginativas y caprichosas).
Victor Horta. Interior de la Casa Tassel. Bruselas. 1892.
Victor Horta. Hotel Solvay. Bruselas. 1895-1900.
Diversos factores contribuyen a su aparición:
* La nueva burguesía enriquecida y refinada, deseosa de un arte enraizado en el pasado pero más elegante y mejor que el de los arquitectos historicistas o el de los ingenieros del hierro.
* Los movimientos románticos que propugnan el uso de una fantasía libre y creadora, del subjetivismo y la defensa del placer que proporcionan las artes. Individualismo y fantasía creadora.
* El cansancio provocado por el historicismo. * Las ideas de Morris y Ruskin que defienden la integración de las diversas artes y la vuelta a los métodos artesanales.
* Su antecedente inmediato es el movimiento inglés "Arts and Crafts” (Artes y Oficios), que propugnó la confección, mediante métodos artesanales, de los objetos decorativos y de uso común cuidando mucho la calidad estética de los diseños empleados en su ejecución. Surgió en Inglaterra y luchó contra el maquinismo, amparándose en el artesanía y el trabajo manual, que es más humano y da más placer. Está emparentado con la Hermandad de pintores prerrafaelitas que tanto éxito tuvo en Gran Bretaña. Su máximo representante es William Morris. Creó una fábrica con objetos de decoración, propugnando una vuelta a las viviendas humildes, nacidas de un núcleo y recrecida con el tiempo por sucesivos añadidos que le dan un verdadero carácter orgánico. El ejemplo más palpable es la Casa del Deán (1901) de E. Luytens.
E. Luytens.
El modernismo pretende, por una parte, hacer un arte nuevo, sin ninguna relación con las formas artísticas de la antigüedad, aunque normalmente está impregnado de recuerdos históricos; de hecho sus antecedentes están en el medievalismo (neogótico), significando una vuelta atrás y una regeneración del hombre mediante el trabajo manual frente al trabajo mecánico. Por otra parte, desea aprovechar las ventajas de la moderna técnica pero reaccionando contra la vulgaridad y fealdad de los productos manufacturados (arquitectura del hierro).
Existe un deseo integrador de todas las artes: trata de abolir la tradicional separación entre las llamadas "artes mayores" (arquitectura, escultura y pintura) y las "artes menores" o aplicadas. Todas deben unirse para configurar un edificio, creando ambientes. Se emplean los nuevos materiales aportados por la industria, fundamentalmente el vidrio y el hierro, junto con otros que proporcionan cromatismo a los edificios (azulejos, ladrillos vidriados, esgrafiados, etc.).
La decoración ocupa un primerísimo plano en la arquitectura modernista, ya que trata de fundir vida y arte. Así, la decoración es la base de la obra arquitectónica : Esta decoración se caracteriza por imitar a la naturaleza de una forma más, o menos abstracta, pero siempre con líneas curvas, sinuosas y onduladas. Los motivos decorativos son tomados de la flora y fauna: tallos florales estilizados y serpenteantes, capullos, árboles, pavos reales, mariposas, pulpos, libélulas, golpes de látigos (coup de fouet), cabellos femeninos, la asimetría, los arabescos, etc.; utilizan estos temas no de forma tradicional, sino intentando crear un nuevo lenguaje decorativo. El Modernismo se convierte, así, en el arte de la burguesía urbana y cosmopolita, lejos del alcance de la mayor parte de las clases populares.
El edificio es concebido como si fuera un ser vivo: las superficies sinuosas, la asimetría en la distribución de las ventanas y puertas, los motivos decorativos, todo contribuye a producir la sensación de movimiento. El cromatismo es otra de las características del modernismo. Por tanto, pretende la unificación de todas las artes, así, las artes decorativas se conciben para crear un ambiente determinado (techos, papeles pintados de las casas, vajillas, alfombras, muebles, jarrones, joyas, cortinas, etc.).
Héctor Guimard. Puerta Dauphine del Metro de París. 1867-1942.
El modernismo anticipó algunas de las soluciones arquitectónicas del siglo XX: deseo de que los elementos estructurales (columnas, vigas, pilares...) queden a la vista y funcionen como partes esenciales del sistema decorativo; el modelado plástico y sinuoso de las superficies murales, siendo el edificio concebido como un ser vivo que crece, y no de forma estática. Frente al arte como medio de aleccionar al pueblo o de ensalzar a las fuerzas rectoras de la sociedad, el nuevo estilo busca el arte como placer visual, como goce del espíritu y como reflejo de una época de prosperidad, de optimismo antes los avances científicos y técnicos, la "Belle Époque".
Pero debemos distinguir dos escuelas distintas dentro de este movimiento: A) Modernismo Ondulante = España, Bélgica y Francia, donde predomina lo movido, lo sinuoso y lo ondulante B) Modernismo Geométrico = Gran Bretaña (Mackintosh) y Austria (Wagner, Olbrich y Hoffman); aquí predominan las líneas rectas y los volúmenes simplificados.
EL MODERNISMO EN ESPAÑA.
El centro principal es Cataluña, debido a su desarrollo industrial y la existencia de una fuerte clase burguesa mercantil, culta, refinada y nacionalista, capaz de encargar estos costosos edificios, además de la formación de un importante sector intelectual renovador, conocido como la Renaixença. Esta clase burguesa apoyará a artistas e intelectuales. De esta manera se entienden mejor algunas señas de identidad propias del modernismo: evocaciones góticas, utilización de nuevos materiales en un ambiente de elegancia y refinamiento.
LLUIS DOMÉNECH I MONTANER (1850-1924) empezó realizando un modernismo más geométrico, como el Restaurante El Castells des Tres Dragons de la Exposición de Barcelona de 1888 (actual Museo de Zoología de Barcelona), dentro de un estilo claramente neogótico pero bastane racionalista y severo, con líneas rectas, pero con una total libertad de materiales, presentándolos sin enmascarar, con decoración artesanal y algo medieval (cerámicas); de ahí pasó a un modernismo más ondulante, exuberante de decoración floral y riqueza cromática, con grandes paneles de cristales, como en el Palacio de la Música de Barcelona (1905-08), edificio en el que pretendió reflejar la esencia cultural de Cataluña. Está decorado con elementos vegetales que recuerdan al modernismo de Horta, jugando con la curva y la contracurva. Modernista es también la Casa LLeó Morera de Barcelona (1905).
Domenech i Montaner. Restaurante de Exposición de Barcelona de 1888. 1887-88.
Domenich i Montaner. Palau de la Música de Barcelona. 1905-1908.
JOSEP MARÍA PUIG I CADAFALCH (1867-1957) era gran conocedor de la tradición arquitectónica de nuestro país, y mezcló el acento tardogótico con la riqueza ornamental modernista y el barroco catalán y la Secesión austriaca. Sus obras más destacadas son Casa de les Punxes y Casa Amatller (1909) en Barcelona. Ésta presenta una fachada extremadamente plana y alejada de la arquitectura de Gaudí, más voluminosa y dinámica.
Otros arquitectos catalanes a destacar son Joan Martorell i Montells y Jujol i Gibert, quién colaboró estrechamente con Gaudí en varios edificios (Casa Batlló y Parque Güell), restaurando el Monasterio de Pedralbes.
Fuera de Cataluña, se conserva un bellísimo ejemplo de modernismo: el Palacio Longoria de Madrid (actual sede la de Sociedad General de Autores), obra de José Grases Riera.
Puig i cadafalch. Casa de les Punxes (Casa Terrades) de Barcelona. 1895.
Puig i Cadafalch. Casa Amatller de Barcelona. 1898-1900.
ANTONIO GAUDÍ (1852-1926) es considerado por Chueca Goitia como el arquitecto más genial del Modernismo europeo. Es el artista más singular. Pero la fuerte personalidad de este sombrío genio obliga a estudiarlo de forma independiente, ya que muchas de sus propiestas se encuentran fuera del contexto general de las construcciones del momento, y es ajeno a todo lo que ocurre en el modernismo europeo (Bélgica, Francia u Holanda).
Nacido en Reus en el seno de una familia de artesanos, hereda una exquisita técnica y un uso recurrente al hierro forjado y los nuevos materiales. A ello se suma en su personalidad artística una enorme fuerza imaginativa y creadora. Estudia en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. Desde un primer momento se interesó por las ideas de Ruskin y Morris, impulsor éste último de un arte total, objetivo prioritario también de la obra gaudíana.
Gaudí. Casa Vicens. Barcelona. 1883-88.
Gaudí. Casa Quijano (Restaurante El Capricho). Comillas (Cantabria). 1883-85.
Comenzó practicando una arquitectura de carácter medievalista, primero al mudejarismo, como se ve la Casa Vicens de Barcelona(1883-88) o la Casa Quijano (actual Restaurante El Capricho) en Comillas (Cantabria), 1883-85, utilizando el ladrillo, policromía en los azulejos y motivos escalonados, recordando a un minarete musulmán, y luego al estilo gótico, bajo la influencia de Viollet-le-Duc, sirviendo de ejemplo el Palacio Episcopal de Astorga (1889-1915), el Colegio Teresiano de la Calle Ganduxer, en Barcelona o la Casa Botines en León (1891-94). La dinámica constructiva del gótico le obsesiona y lo mezcla con la línea curva. Así, en lugar de arcos apuntados emplea arcos parabólicos muy esbeltos.
Más tarde su arquitectura evoluciona y abandona los ecos historicistas, haciendo una arquitectura más funcional, más orgánica y valorando la integración en la misma de la escultura, pintura y artes aplicadas. El amor a la naturaleza y lo orgánico siempre estarán presentes en su obra. Esta es una de sus constantes (decía que "ser original es volver al origen"). En las formas vivas, vegetales o animales, encontrará las más íntimas fuentes de inspiración. Sus trazados son de una gran originalidad; prodiga las superficies ondulantes y los arcos parabólicos, las columnas inclinadas, etc. Todo parece cobrar vida. Vivo e intenso cromatismo. También es el arquitecto que ha creado formas esculturales más atrevidas para remates de torres, chimeneas, etc. En sus temas decorativos destaca el amor a la naturaleza: formas vegetales, animales, etc. Utiliza todo tipo de materiales: cemento, piedra, hierro, mosaicos.
Gaudí. Palacio Episcopal de Astorga (León). 1889-1915.
Gaudí. Casa Botines. León. 1891-94.
Gaudí encontró un mecenas en el industrial Eusebio Güell. Para él construyó dos de sus mejores obras: la Iglesia de la Colonia Güell (1898-15), de planta absolutamente original: estrellada pero orgánica que se adapta al terreno, utilizando todo tipo de materiales (ladrillo, basalto, cerámica, hierro, vidrio). El Parque Güell de Barcelona (1900-1914) es un trabajo de imaginación aplicada al urbanismo, pues en principio era el proyecto de una ciudad-jardín, anticipándose a las ideas urbanísticas de Howard. Para ello, en 1899 el industrial catalán compró unos terrenos en las afueras de Barcelona y en 1902 le añadió otras 15 hectáreas. Gaudí dividió el terreno en sesenta parcelas que albergarían a idéntico número de familias (sólo se establecieron tres). En 1925, el Ayuntamiento de Barcelona compró el Parque para destinarlo a jardín público de la ciudad.
Gaudí. Cripta o Iglesia Güell de Barcelona. Exterior e interior. 1908-1915.
Todo el espacio del parque está rodeado por un muro aparejado con piedra y revestido con cerámica. La entrada está flanqueada por dos pabellones diferentes entre sí pero con tratamiento similar, uno para los guardianas y otro para la administración. De aquí se pasa a una gran escalinata con doble entrada que se adapta a la irregularidad del terreno y que nos lleva a una sala hipóstila. En el centro de la escalera hay una fuente decorada con fragmentos cerámicos irregulares y de intensos colores culminada por un dragón. La sala hipóstila rinde tributo a Güell, apasionado de la arquitectura clásica que será revisada desde el punto de vista particular de Gaudí. Sobre las toscas columnas se sitúa el mirador, limitado por un banco corrido que describe una línea ondulante, un "golpe de látigo" en el que se juega con la curva y la contracurva, recubierto con frambentos cerámicos que van desde los colores fríos a los cálidos. El color y la integración de la obra arquitectónica en el entorno naturalis son las preocupaciones esenciales de Gaudí en este conjunto. Por todo el parque trazó caminos sinuosos, estructuras con materiales del lugar que se integran armónicamente en la naturaleza, bancos corridos ondulantes... En muchas partes del parque es posible percibir el anuncio de nuevas maneras de entender la arquitectura. Así, la fuerte exaltación matérica nos habla de la proximidad del Brutalismo del siglo XX, e, incluso, la simbiosis perfecta entre naturaleza y arquitectura nos permite relacionar esta obra con el Organicismo de Wright.
Gaudí. Distintas imágenes del Parque Güell de Barcelona. 1900-1914.
En el barcelonés Paseo de Gracia construyó primero la Casa Batlló (1905-1907), obra que rezuma originalidad y fantasía. Con la colaboración de escultores y ceramistas, Gaudí transforma por completo el espacio interno y externo de un edificio neoclásico. Alterna en el exterior la piedra y la policromía de la cerámica (Trencadis o fragmentos rotos de cerámica), la fachada parece moverse suavemente como un mar ligeramente rizado o como una piel de reptil de azulejos y placas veteadas. Ese ondulamiento de las paredes sirven para aceptar de modo más natural toda la enorme fantasía que se vuelca sobre ella. La luz que ondea en huecos de ventanas y balcones de hierro que dan la impresión de calaveras o máscaras macabras. La fachada se remata con una azotea fantástica: un espinazo-desván es abatido por una cruz-chimenea.
Gaudí. Casa Batlló. Barcelona. 1905-1907.
En el mismo paseo construyó la Casa Milá (La pedrera) entre 1905 y 1910). El nombre de la Pedrera es originalmente despectivo y fue dado por los barceloneses, por no ser una obra del agrado del público, aunque hoy es considerada como una de sus obras más geniales. Fiel a la idea de que la línea recta no existe en la naturaleza, abandona en la planta la ortogonalidad de las habitaciones, dotándola de un diseño biológico a base de pasillos curvos y superficies trapezoidales. El edificio resulta de una organicidad inaudita; la contemplación de su planta hace pensar en formaciones absolutamente naturalistas. La fachada es un colosal acantilado arquitectónico agujereado, lleno de cuevas (de ahí el nombre de la pedrera), reflejo de un embravecido mar de piedra. Remata el edificio una cubierta insólita de desvanes construidos sobre arcos parabólicos, chimeneas de cerámica blanca ondulantes como gelatinas, y tubos de ventilación a modo de personajes antropomórficos, auténticos símbolos totémicos (todo parece una pesadilla surrealista).
Gaudí. Casa Milá. Barcelona. 1905-1910. Detalle de la azotea.
Pero su último gran proyecto, inacabado, fue el Templo de la Sagrada Familia de Barcelona. (1883-1920). A ella consagró Gaudí media vida, llegando a vivir en el mismo taller en el templo, muriendo al ser atropellado cuando se dirigía a trabajar. Gaudí concibió este templo como un gran poema místico, lleno de simbología, dentro de su acendrada religiosidad y un cierto neogoticismo muy personal (las torres serían símbolos de los apóstoles, de Cristo, los evangelistas y la Virgen). Desde luego se trata del sueño imposible de un loco, con un colosal aspecto zúrrela y delirante. Sólo se construyó una pequeña parte del proyecto, la Fachada del Nacimiento, correspondiente al extremo de uno de los brazos del crucero. El templo tendría cinco naves y tres fachadas, cada una con 4 torres caladas y muy abstractas, además de ábside y cripta. Desde su edificación dibuja el perfil de Barcelona dándole su especial fisonomía. Las torres de perfil parabólico horadads para mejor resistir los vientos, son a la vez instrumentos sonoros y símbolos religiosos.
Gaudí. Templo de la Sagrada Familia. Portada del Nacimiento y Árbol de la vida. 1883.
En las fachadas se aprecian los motivos vegetales orgánicos (más de cien especies vegetales y decenas de esculturas perfectamente integradas) y el cemento, la piedra, el hierro y los mosaicos cerámicos le dan una riqueza textural inaudita. Más sorprendente es aún el interior, del que se conocen proyectos y una gran maqueta en yeso. En el interior las columnas se inclinan para recoger los empujes oblicuos de las bóvedas, ramificándose en la parte superior para distribuir mejor el soporte de los empujes. El aspecto es de una lógica orgánica y naturalista impecable, anticipándose a los diseños arquitectónicos e industriales basados en la moderna biónica.
Con este gran proyecto inacabado, Gaudí se nos muestra como uno de los más claros resúmenes de "arquitecto-artista-ingeniero" que conoció la arquitectura contemporánea. sus intuiciones y visiones de futuro, su claridad de exposición y de conceptos y la pureza naturalista de sus formas espaciales, le sitúan entre los genios proféticos insuficientemente comprendidos.
Interior de la Sagrada Familia.
Terminamos poniendo una muy buena presentación de Tomás Pérez (Historia del arte) sobre el Modernismo de Antonio Gaudí.
Paco què decirte? gran entrada como siempre...el modernismo es como bien dices el estilo de esa nueva clase social que era la burguesìa y que en Espana, como tambièn comentas, se centra sobre todo y en aquellos anos (recordemos tambièn la burguesìa por ejemplo del madrileno Barrio de Salamanca o de las provincias vascas) en Cataluna, sede ya desde tiempos de Carlos II (consùltese la obra de Narcis Feliù de la Penya) de una pujante burguesìa mercantil e industrial que llevaràn a enrriquecerla y despertar en ella deseos de grandeza a travès de este tipo de construcciones...
ResponderEliminary de Gaudìa què decir igualmente? èl es el Modernismo, el modernista por excelencia en el mundo, el constructor de la Barcelona moderna, el que permitiò alcanzar la gloria arquitectònica y poner en el mapa artìstico de vanguardia a la ciudad condal...
Y otra vez me hago la misma pregunta que ya he hecho en otras ocasiones: para otras cosas no, pero en Espana tenemos una capacidad para crear monstruos y genios del arte realmente alucinante (PIcasso, Gaudì, Dalì, Mirò, Velàzquez, Goya. Barcelò,....), a què se deberà?
Un saludo.
Preciosa y completísima entrada sobre el Modernismo y sobre Gaudí, ese genio que supo sintetizar tantos elementos del arte universal y darle una dimensión propia y original. Yo siempre que voy a Barcelona, una de mis visitas obligadas es Gaudí: el Parque Güell, La Sagrada Familia y sus portadas, La Casa Batlló, La Casa Milá (también por dentro). Si faltara el genio catalán, Barcelona sería menos Barcelona. Estaría coja.
ResponderEliminarUn saludo.
Monsieur, que recuerdos tan bonitos me ha traido hoy, de cuando residia en Barcelona, y todos los dias pasaba por delante de La Pedrera. Todo cuanto imaginaba el genio era algo fuera de serie, se tratara de una catedral o de un parque. Era la fantasia hecha piedra, o la piedra hecha fantasía.
ResponderEliminarTambien me ha tocado el corazoncito que haya incluido usted la puerta Dauphine del metro de París!
Feliz dia, monsieur
Bisous
Tengo que aplaudirte y felicitarte por este maravilloso blog y esta trabajada entrada. Afortunados tus alumnos de contar con un profesor como tú, que de buen seguro les está inculcando el arte de una manera magnífica.
ResponderEliminarSaludos
Babbilonia-Akael
pd: soy de Alcalá de Guadaira, así que practicamente somos casi paisanos.
Que interesante entrada .
ResponderEliminarJustamente mi amiga Malyss que vive en Niza , acaba de volver de visitar Barcelona y pone en su blog (chronicles from the shore ) unas fotos de obras de Gaudi.Preciosas !
Una curiosidad : que diferencia hay entre Art- Nouveau y Art- Deco , o es lo mismo .
Saludos desde Málaga.
La verdad es que no sé si comentarte algo, porque todavía no he pisado suelo barcelonés. Pero, esto no es excusa para poder hablar de Gaudí en arquitectura, porque, como todos sabemos, tiene obras de su mano fuera de Cataluña. Por de pronto he ido a maravillarme con "El capricho" de Comillas, con la "Casa de Botines" en León y con el palacio episcopal de Astorga. Para mí uno de los mejores arquitectos de todos los tiempos, a la vez que ingeniero, defensor d ela naturaleza, el catalanismo y la espiritualidad. Se pueden decir tantas cosas...
ResponderEliminarUn besito
Hola Paco!
ResponderEliminarCómo me ha gustado este post!!
Es que el modernismo, art-noveau, modern style, liberty o como quiera que le hayan llamado me resulta tan bonito!!
Por aquí no tenemos muchos ejemplos, pero te invito a que visites nuestro humilde homenaje al genio de Gaudí:
http://www.diager-arte.blogspot.com/2008/09/homenaje-gaud.html
Un gusto, como siempre, la visita!!
Besos desde Buenos Aires!
D.
Hola Paco!! Vengo a saludarte y a agradecerte tus palabras de apoyo en mi blog. Los amigos de este mundo virtual me han dado mucha fuerza en estos días duros.
ResponderEliminarGRACIAS AMIGO!!
BESOSSSSSS
El modernismo me fascina, es como abrir un arcón y dejar salir las hadas... Cuando se celebró el año Gaudí en Barcelona tuve ocasión de visitar por dentro La Pedrera y la casa Batlló, y te aseguro que me hubiera quedado a vivir alli, incluso en aquella época.
ResponderEliminarUn abrazo my fuerte.
Completísima entrada, no veas cómo te lo curras!
ResponderEliminarSoy un enamorado del Parc Güell, siempre que voy a Barcelona es visita obligada.
Saludos!