En 1957 ingresaban en el Museo del Prado los frescos de San Baudelio de Berlanga. No se trataba de una adquisición, sino de un depósito temporal indefinido del Metropolitan Museum de Nueva York.
Antes que nada decir que esta pequeña iglesia soriana pertenece al estilo mozárabe, estilo prerrománico que hacían los cristianos que vivían en territorio musulmán, pero también los que realizaban muchos cristianos que escaparon de las persecuiones intransigentes en Al-Andalus, y se establecieron al norte del Duero y Ebro y al sur de las cordilleras cantábrica y pirenaicas, siempre en tierras fronterizas. Suelen ser iglesias pequeñas, de materiales pobres con influencias visigodas e islámicas.
Esta pequeña iglesia o ermita de San Baudelio es de principios del siglo XI y está formada por dos cuerpos rectangulares, el más pequeño correspondiente al ábside y el mayor a la única nave principal de la iglesia. Los muros están realizados en mampstería apoyada sobre sillares. En su interior destaca la gran bóveda esquifada que está apoyada en una enorme columa central, de la que arranca arcos de descargas que soportan el peso de la bóveda como si fueran hojas de la gran palmera central. Arriba de la columna hay una pequeña cámara del tesoro. Dispone de cripta, tribuna y los arcos son de herradura. En el siglo XII se la añadieron el impresionante conjunto de pinturas murales románicas.
Antes que nada decir que esta pequeña iglesia soriana pertenece al estilo mozárabe, estilo prerrománico que hacían los cristianos que vivían en territorio musulmán, pero también los que realizaban muchos cristianos que escaparon de las persecuiones intransigentes en Al-Andalus, y se establecieron al norte del Duero y Ebro y al sur de las cordilleras cantábrica y pirenaicas, siempre en tierras fronterizas. Suelen ser iglesias pequeñas, de materiales pobres con influencias visigodas e islámicas.
Esta pequeña iglesia o ermita de San Baudelio es de principios del siglo XI y está formada por dos cuerpos rectangulares, el más pequeño correspondiente al ábside y el mayor a la única nave principal de la iglesia. Los muros están realizados en mampstería apoyada sobre sillares. En su interior destaca la gran bóveda esquifada que está apoyada en una enorme columa central, de la que arranca arcos de descargas que soportan el peso de la bóveda como si fueran hojas de la gran palmera central. Arriba de la columna hay una pequeña cámara del tesoro. Dispone de cripta, tribuna y los arcos son de herradura. En el siglo XII se la añadieron el impresionante conjunto de pinturas murales románicas.
Todo empezó con la compra de las excepcionales pinturas románicas que vestían los muros de la no menos extraordinaria ermita mozárabe de San Baudelio, cerca de Casillas de Berlanga (Soria). Su recogido interior, dominado por una pétrea palmera que a todos subyuga, cuenta con una original tribuna o coro en alto, sumando todo ello superficies que, en el siglo XII, fueron decoradas por pintores de distinta formación y procedencia.
Estas pinturas, en las que se distinguen bien las manos de tres maestros diferentes, destacando el más hábil de las escenas de la Vida de Jesús, que conocía las fórmulas de la pintura italo-bizantina, y el más espontáneo y expresivo de las escenas de caza, de fuerte carácter hispánico, fueron descubiertas y publicadas en 1907 por el arqueólogo José Ramón Mélida y el arquitecto Manuel Aníbal Álvarez. Más tarde, en 1917, se declaraba Monumento Nacional la ermita y, poco después, Manuel Gómez Moreno incluía a San Baudelio en su interesante estudio sobre las Iglesias Mozárabes, donde se lee: “¡Júntanse a los primores de la construcción, las pinturas murales, en su mayor y mejor parte desaparecidas vergonzosamente…!”.
El eminente polígrafo se refería a uno de tantos episodios de la liquidación del patrimonio español habidos en nuestro siglo XX, sutilmente condimentado por la codicia y la pobreza, por el mundo caciquil de la España anterior a la Guerra Civil y las obediencias políticas de la etapa franquista.
En pocas palabras, conocida la importancia de estas pinturas, amaneció en 1922 por Casillas de Berlanga un tal León Leví, que ofreció 75.000 pesetas a los propietarios de la ermita de San Baudelio por arrancar las pinturas, pues éstas pertenecían a varios vecinos de Casillas, a todos los cuales la Administración no había comunicado la mencionada declaración de Monumento Nacional. Este defecto de forma dio cobertura legal a la venta de las pinturas murales, hábilmente ayudada por un interesado registrador de la propiedad de Almazán. Este registrador cobró por sus honestos y patrióticos servicios 30.000 pesetas y las pinturas se las llevó un judío.
De nada sirvieron las denuncias de la Comisión Provincia de Monumentos de Soria; la oposición del obispo y cabildo de Sigüenza, a cuya diócesis pertenecía la ermita; los informes de la Asesoría jurídica del Ministerio de Instrucción Pública y de la Junta de Excavaciones; una Real Orden de 31 de enero de 1923, suspendiendo la venta; informes varios y en contra de las Reales Academias de Bellas Artes y de la Historia; el derecho de retracto y tanteo por parte del Estado; etc. Al final, tras un largo pleito en el que con gran habilidad se barajan leyes, plazos, influencias, el Tribunal Supremo, en una resolución que sonroja por lo cínico de la argumentación, falló en 1925 a favor de la legitimidad de la venta de las pinturas románicas a León Leví.
¿Qué pasó, entre tanto, con las pinturas? Éstas habían sido arrancadas, en parte, por expertos italianos, cuando se produjo la denuncia de la Comisión e Monumentos, siendo obligados entonces a reintegrarlas. En esta reposición intervino el pintor Elías de Segura quien, en 1923, hizo unas fieles copias para el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Pero tras el mencionado fallo, las pinturas fueron de nuevo arrancadas y pasadas a lienzo sobre bastidor con destino a Estados Unidos, a la colección de Gabriel Dereppe de Nueva York, que pensaba hacer negocio con ellas. Pero allí no interesaron a Morgan, ni a Mellon, ni a Videner, ni a ninguno de los grandes coleccionistas americanos, por entonces más encandilados con los primitivos italianos y barrocos flamencos, y sólo el Museo de Boston adquirió La Última Cena y Las Marías en el sepulcro, dos de los mejores paños del conjunto. Más tarde, el Museo de Indianápolis se interesó por La entrada en Jerusalén y otros fragmentos menores, pasando el resto al Museo de los Claustros de Nueva York.
Más no quedó aquí la dispersión de este excepcional grupo de pinturas románicas, sino que un parcial viaje de vuelta, el museo neoyorkino, necesitando un ábside románico para aquel singular conjunto concebido con los despojos olvidados de la Europa medieval, propuso un canje al Estado Español: “¡piedras a cambio de pinturas!”. En efecto,, el Museo de los Claustros de Nueva York había echado el ojo a otro Monumento Nacional, la iglesia románica de Fuentidueña (Segovia), ofreciendo a cambio la reja de la Catedral de Valladolid (hoy en el Metropolitan Museum de Nueva York), un Greco (actualmente en la colección Stirling-Maxwell de Glasgow), cuarenta platos hispanomoriscos de la colección Hearst, seis fragmentos de los tenidos como menores de las pinturas de San Baudelio, o bien una serie de objetos por un valor máximo de 100.000 dólares. El Ministerio de Educación escogió las pinturas de San Baudelio y un Consejo de Ministros (12-VII-1957), autorizó el cambio de la iglesia por las pinturas, de un Monumento Nacional por otro Monumento Nacional, ambos tan protegidos por la Ley como inermes ante el poder político.
Ahora, ya podemos seguir viendo los despojos de San Baudelio de Berlanga en el Museo del Prado.
Para terminar, os dejo un video con una recreación virtual de como eran las pinturas de San Baudelio de Berlanga:
Para terminar, os dejo un video con una recreación virtual de como eran las pinturas de San Baudelio de Berlanga:
19 comentarios:
Estas pequeñas iglesias campesinas tienen todo el encanto del arte en su estadio más genuino y primitivo.
Y lo del tráfico de obras de arte... es algo que no tiene nombre.
Un saludo.
Amigo y compañero, excelente entrada. ¿Quién diría viéndo el exterior lo que esconde el interior? Me quedé boquiabierta cuando visité esta joya. San Baudelio es sus pinturas, en su estructura, esa columna formando una palmera, antecedente muy primerísimo de la gótica, esa cripta con arcos de influencia árabe, te quedas sin aliento. Como suele ocurrir parte de los frescos están en otro lugar, lo mismo que sucede con los románicos catalanes, la mayoría en el MNAC, los de aquí en N.York y Prado, se hizo cuando traficar con el arte estaba permitido y remunerado, hoy sería distinto, por lo menos en monumentos de tal renombre.
Ese elefante delicioso, ingenuo, inventado, surrealista, pocos debió ver el pintor en su época.
Felicitaciones de nuevo, admirado profe, suertudos alumnos tuyos.
Si los frescos me impresionan por su belleza, me deja más impresionado ese "intercambio" que nos narras.
Saludos, Paco.
La primera fotografia me ha recordado a la mezquita de Cordoba pero en pequeño.
Antes no se tenia conciencia del Patrimonio Cultural, muchos han sido los expolios a lo largo de la Historia. Hoy dia si los museos del mundo entero que contienen obras de Arte pagaran a los paises ( como Alemania si pagara todas las obras de Arte que sacaron de Grecia, una buena parte de su deuda estaria saldada)
Un abrazo
Vaya expolio, con la connivencia de las autoridades, así el patrimonio español está repartido por el mundo.
Por cierto, en Zamora hay una iglesia que unos dicen que es visigoda y otros mozáraba, se llama San Pedro de la Nave y está cerca de la capital en un pueblo llamado Campillo, fue trasladada hasta allí piedra a piedra cuando se hizo el llenado del embalse de Ricobayo.
Un saludo.
Interesantísima entrada Paco. No solo en España se han producido este tipo de expolio. Hay unos petroglifos venezolanos, que los americanos refiere "encontraron" en sus visitas al país...También la entonces dictadura de Gómez (hablamos de los años 20), que dirigía al país como si fuese su cortijo personal, jugó un papel importante en todo esto. Actualmente se exponen en la biblioteca de la Universidad de Arizona State
Saludos Paco
Por desgracia, una parte muy importante del patrimonio artístico es objeto de todo tipo de desmanes. A veces por codicia, otras por afán de destrucción y muchas más por desidia e ignorancia.
Mira, Paco, que cuando he empezado a leer he pensado al ver la foto del principio: "Que palmera más bonita", ya he leído después la admiración que despierta.
He visto el video. Si va a quedar así, será cuestión de ir algún día a verlo todo terminado.
Lo de la venta, la permuta después etc..., para llorar. Un abrazo amigo Paco.
Qué vergüenza, cuánto tejemaneje por un puñado de pesetas. Resulta milagroso que el país cuente con un patrimonio tan grande aún, a pesar de tanto desmán.
Buenas noches
Bisous
Un ejemplo del expolio que durante décadas sufrió el patrimonio de nuestro país y del que los norteamericanos supieron sacar buen rendimiento gracias a funcionarios corruptos y algunos curas analfabetos.
Un saludo!!
Paco,qué pena ver estas cosas.
Interesante artículo, no lo conocía bien y me ha gustado mucho.
Recuerdos,
un beso.-
Frecuentemente y solo por desidia se pierden patrimonios valisosisimos, me indigna.
Esa ermita que parece estuviera en medio de la nada, es poesia.
Besos.
No tenía ni idea de esta historia tan extraña, ni había oído hablar de ella. Vender pinturas murales, hacerlas desaparecer. Increíble.
Cuanto se aprende aquí.
Bss y feliz semana
El mundo caciquil, la ignorancia y la incultura ha propiciado que muchas obras de gran valor estén en colecciones privadas de fuera de España. Si es que... De todos modos, preciosas esas columnas imitando palmeras, y razón tienes con los "despojos" de San Baudelio.
Un abrazo¡¡¡
Y ni siquiera podemos quejarnos de que nos fueran expoliadas...no, no, vendidas legalmente con la bendición del Tribunal Supremo...
Gracias, Paco, por tu visita. Yo también intentaré venir por aquí más seguido. Un abrazo
Codicia y poder, verdaderamente triste que ocurran estas cosas con el arte patrimonio de los pueblos!
Abrazos amigo, excelente entrada.
Cariños
Veo que desde que llevo sin pasar por aquí (siento no hacerlo más a menudo pero estoy liadíiiiisima con los trabajos de la Facultad) ha avanzado el tiempo de manera verginosa, pero siempre sin decepcionar, Paco.
Una cuestión curiosa esta que nos traes. Hay "mafia" hasta en el arte, vergonzoso. Me recuerda a esos trapicheos que se trajeron con el Pórtico de la Gloria en Santiago y que consiguieron quitar al conjunto el toque que le hacía más especial: el color, que ese grupo de "expertos" extranjeros a los que abrimos las puertas para tocar nuestro arte se encargaron de cargarse, debido a su falta de delicadeza. En fin, ya de nada sirve lamentarse.
Un abrazo, Paco!
Toda una odisea artística.
Saludos.
¡Urgh! recuerdo perfectamente la impresión que me causaron estas pinturas las primera vez que las vi en El Prado... pero no tenía idea del tejemaneje que nos cuentas.
Para echarse a llorar.
Los que vivimos bajo figuras legales de protección (en mi caso, un Parque Natural) a menudo tenemos la sensación de no ser entendidos por los demás cuando exponemos nuestras denuncias. Con esta entrada veo que no sólo en nombre de la protección de (una idea) de Naturaleza se cometen aberraciones.
Abrazos, Paco
Publicar un comentario