Obra: Mosaicos de Justiniano y Teodora. Muros laterales del ábside de la Iglesia de San Vital de Rávena (Italia).
Género artístico: Mosaico. Decoración interior musivaria.
Cronología: S. VI d.C (547). 1ª edad de oro del arte bizantino.
Estilo: Arte Bizantino.
Otras obras: de la misma época son los Mosaicos de San Apollinar el Nuevo y San Apollinar in Classe, así como los de Santa Sofía de Constantinopla.
Otras obras: de la misma época son los Mosaicos de San Apollinar el Nuevo y San Apollinar in Classe, así como los de Santa Sofía de Constantinopla.
ANÁLISIS:
Estos mosaicos están hechos con pequeñas piedrecitas de colores o teselas, empleando las habituales técnicas romanas del Opus Tessellatum (teselas cúbicas e iguales para el interior) y el Opus Verniculatum (de formas diferentes y empleadas para los detalles).
Entre la larga serie de mosaicos de la iglesia son destacables los dos paños que representan en el interior del ábside a los emperadores Justiniano y Teodora, acompañados de sus respectivos séquitos, realizando una ofrenda en el propio templo.
Los dos conjuntos presentan numerosas semejanzas: todas las figuras aparecen mostradas de frente, de pie con los pies dispuestos en V y con miradas bastante penetrantes, pero hay cierta rigidez en ellos, así como un gran hieratismo y un fuerte simbolismo; todos miran al frente. No existe intención de mostrar profundidad ni perspectiva alguna, sustituida en el mosaico de Justiniano por un fondo de color verde y dorado y, en el de Teodora, por una decoración arquitectónica en la que podemos ver una hornacina. En este caso, a la izquierda, una rica cortina parcialmente descorrida deja entrever la ilusión de un espacio posterior, dispuesto en negro. La única perspectiva que se aprecia es la jerárquica, que hace que el personaje principal (Justiniano y Teodora) estén el el centro, en el eje de simetría y ligeramente más elevado o más alto que el resto de personajes. Todas estas características son propias de la plástica bizantina.
Todos los personajes van lujosamente vestidos, en especial los dos personajes principales. Éstos últimos van ataviados con ricos ropajes, que simbolizan su superioridad en la jerarquía bizantina.
En general, ambos mosaicos presentan escasos rasgos naturalistas o realistas, son muy simbólicos, incluso abstractos, buscando mostrar la supremacia y alejamiento del poder imperial. No se trata de imágenes realistas a pesar de ser retratos de personajes concretos, sino una reproducción totalmente idealizada de Justiniano y Teodora, que ante sus súbditos pasaba por ser unas figuras semidivinas. Por eso todas las figuras están tan rígidas; con la misma postura repetida en todos los personajes como si fueran maniquíes; todos curiosamente con las cabezas situadas a la misma altura (isocefalia); y todos con los rostros bastante inexpresivos. Tampoco la perspectiva es real, porque si nos fijamos, unas partes las representan vistas de frente y otras desde arriba. Esa misma falta de naturalidad se observa también en la representación de las túnicas de los personajes, todas ellas muy rígidas y con los pliegues igualmente muy poco naturales. Sólo Justiniano y Teodora destacan un poco por encima de los demás, por su atuendo, de un color diferente, por sus joyas y atributos, como la corona, y porque está en el centro de la representación. Con ello se quiere potenciar la importancia de este emperador, que al estar representado en la parte más importante de una iglesia, quiere dejar claro que a su poder político se añade su mismo poder religioso. Una fórmula que asumieron todos los emperadores de Bizancio, la de combinar el máximo poder político y el máximo poder religioso y que se denomina cesaropapismo. Sin embargo, en el mosaico de Teodora el artista se permitió una cierta licencia; a la izquierda, en primer plano, figura una fuentecilla de la que mana agua. Un detalle que busca el naturalismo. Pero, claro, siempre podría argumentarse que Cristo es la fuente eterna, que nunca se agota.
COMENTARIO:
A pesar de que en los mosaicos aparecen los retratos oficiales de Justiniano y Teodora, Sabemos fehacientemente que ninguno de ellos visitó jamás la iglesia, porque nunca estuvieron en Ravena (que había sido conquistada por Belisario en el año 540) y, sin embargo, estas son las únicas representaciones que nos han llegado del emperador y su esposa, una especie de "retratos oficiales", con cierta idealización, de casi 1500 años de antigüedad. También se pueden saber quienes son los personajes que acompañan a los emperadores. Justiniano va acompañado por sus personas de confianza: el general Belisario, el banquero Julio Argentario, el obispo Maximiano, la guardia del emperador y otros funcionarios y cargos eclesiásticos. Teodora va acompañada por la familia de Belisario, Antonia, su mujer y su hija Juana, por doncellas y, tal vez, por eunucos. Esta referencia a las familiares de Belisario es importante, ya que se convierten en sus confidentes y, de esta manera, Teodora tenía controlado a Belisario, que podía convertirse en cualquier momento en un rival para Justiniano.
Los los dos personajes principales. Van ataviados con ricos ropajes, que simbolizan su superioridad en la jerarquía bizantina. Sus clámides son de color púrpura, atributo exclusivo de la dignidad imperial; ambos llevan coronas y sendos nimbos rodean sus cabezas. he aquí una alusión al doble poder del emperador: el terrenal (la corona) y el espiritual (el nimbo), éste en su condición de representante de Dios en la tierra. La presencia de los Reyes Magos en la clámide de Teodora (curiosamente, antigua prostituta) es una alusión más a la realeza imperial. Pero ambos acuden a la ceremonia de consagración del templo (en el que, recordemos, nunca estuvieron) y lo hacen portando ofrendas: Justiniano una patena y teodora un cáliz, los dos de oro. Se simboliza así que por encima de los emperadores se halla el poder de Dios, al que aquéllos se someten de buen grado. El nimbo o aureola que rodean las cabezas de Justiniano y Teodora aluden, también, a su concepción divina y terrenal.
En ambos casos se trata de recalcar el poder civil y religioso de ambos mandatarios, lo que justifica su localización en el ábside, que completa su decoración en la bóveda que lo cubre con una representación de Cristo sobre la bóveda celeste.
Concretamente en el retrato de Teodora se puede apreciar la fuerte personalidad de la emperatriz, que curiosamente era una artista circense y que por lo mismo no tuvo fácil poderse casar con el emperador, lo que consiguió finalmente gracias a la promulgación de una ley que permitía el matrimonio entre clases sociales diferentes. Una vez en el poder, fue ella y no Justiniano, quien asumió las riendas de la autoridad, y de hecho fue ella y no su marido quien aplastó la rervuelta Niká. A ella también se le debe un amplio acopio legislativo que protegía ampliamente los derechos de la mujer, y se dice que era la emperatriz la que dirigía en la batalla a Belisario, el gran general, lugarteniente del emperador. Por tanto fue una mujer de gran influencia política y de enorme peso en la corte de Justiniano.
En última instancia, el autor pretende desmaterializar las imágenes en un intento de representar lo sagrado. A pesar de ello, no quiere sin embargo olvidar que se trata de figuras humanas y así hay que valorar el esfuerzo realista que se desarrolla en algunos detalles, la exactitud minuciosa del vestuario, y el interés por representar con fidelidad y riqueza plástica el valor del oro, la plata, los cristales vidriados, las joyas, etc. Lo que le da a todo el conjunto una sensación de solemnidad y suntuosidad excepcionales.
Se podría decir en el caso del retrato de Teodora que que ésta parece más acusadamente bizantina, con más lujo, más variedad cromática e interés por representar toda la moda orientalizante: Mantos coloristas, collares abundantes; joyas en abundancia y un aire patente de lujo y ostentación. El rostro es plano y muy sumario, aunque expresivo (ojos muy abiertos).
De la Primera Edad de Oro (siglo VI y época de Justiniano), el conjunto más importante es el de Rávena, que enlaza con los mosaicos paleocristianos del siglo V (Gala Placidia). Así en San Apollinar Nuevo se cubren sus muros superiores con mosaicos que representan un cortejo procesional de mártires, encabezado por los Reyes Magos, hacia la Theotokos o Madre de Dios, mientras en los muros de las naves laterales se nos presentan una comitiva de santos muy hieráticos enfrentados simétricamente. En San Apollinar in classe el mosaico del ábside nos da una visión cueste en la que San Amollinar conduce un rebaño de ovejas. Más arriba aparece Cristo en un nimbo rodeado por la imagen de los cuatro evangelistas (tetramorfos).
Tanto en el mosaico como en la pintura y la escultura, todas las artes figurativas bizantinas se caracterizan por el hieratismo, la frontalidad, la anulación del espacio, la perspectiva jerárquica, el carácter conceptual y abstracto y el contenido simbólico, así como por el colorismo, la riqueza y la suntuosidad.
Ese gusto por la riqueza y la suntuosidad ornamental del arte bizantino, exigía el revestimiento de los muros de sus templos con mosaicos, no sólo para ocultar la pobreza de los materiales usados, sino también como un medio para expresar la religiosidad y el carácter semidivino del poder imperial, el cesaropapismo. Los bizantinos hornearon multicolores teselas cuadradas de pasta vítrea y las combinaron con piezas laminadas de oro, plata y nácar, componiendo una pintura de piedra casi incorruptible. Su fulgor, al reflejar el brillo del sol o la luz de las velas, fascinaba a todo el mundo. A diferencia del arte romano que colocaba el mosaico en los pavimentos, el arte bizantino, en su deseo de riqueza recubre los muros y bóvedas de mosaicos de gran colorido y exquisita finura. Suelen representar a las figuras con un carácter rígido e inmaterial, con una disposición simétrica, una gran luminosidad en un intento de plasmar lo sobrenatural.
Los decoradores del taller imperial fijaron una iconografía oficial y adjudicaron un lugar en el templo para cada asunto sagrado; efectivamente, toda la decoración mural de una iglesia se ajusta a un esquema teológico que sitúa a las figuras en uno u otro lugar según su mayor o menor importancia. Así, en lo más elevado, en la semicúpula del ábside se reserva a Cristo en Majestad, que aparece sentado sobre el globo del Universo (Cosmocrator). Lo cortejan ángeles y santos, como un emperador entronizado rodeado por su gabinete de ministros, reproduciendo el protocolo que el basileus bizantino (vicario de Dios en la tierra) observaba en palacio. También en la cabecera de la iglesia va la imagen de la Madre de Dios, la Thotokos: María sentada con el niño en los brazos, sirviéndolo de sede. Hacia ellos converge desde el fondo de las paredes laterales una comitiva respetuosa de santos. Escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, enfrentadas simétricamente, continuaban destacando el papel didáctico y afirmador de la ortodoxia encomendado al mosaico. En la cúpula, los profetas rodean la mano de Dios saliendo de una nube y en las pechinas cuatro serafines le sirven de escolta. Normalmente, en el muro del testero aparece el juicio final.
De la Primera Edad de Oro (siglo VI y época de Justiniano), el conjunto más importante es el de Rávena, que enlaza con los mosaicos paleocristianos del siglo V (Gala Placidia). Así en San Apollinar Nuevo se cubren sus muros superiores con mosaicos que representan un cortejo procesional de mártires, encabezado por los Reyes Magos, hacia la Theotokos o Madre de Dios, mientras en los muros de las naves laterales se nos presentan una comitiva de santos muy hieráticos enfrentados simétricamente. En San Apollinar in classe el mosaico del ábside nos da una visión cueste en la que San Amollinar conduce un rebaño de ovejas. Más arriba aparece Cristo en un nimbo rodeado por la imagen de los cuatro evangelistas (tetramorfos).
Pero la obra maestra del arte musivario bizantino es, sin duda alguna, el conjunto de mosaicos de San Vital de Rávena, compuestos hacia el 547, y en los que se representan varios temas bíblicos. Arriba en el ábside aparece Cristo efebo como Cosmócrator entregando la corona del triunfo a San Vital. En los laterales del ábside aparecen los grupos de Justiniano y de su esposa Teodora con sus respectivos séquitos, que llevan ofrendas al templo, tal como se ha analizado más arriba.
CONTEXTO HISTÓRICO:
El arte Bizantino es el que se desarrolla a la caída del Imperio romano en lo que había sido su mitad oriental. Es decir, si dividimos el Imperio romano en dos mitades es la mitad Este de aquel Imperio, que perdurará en el tiempo mil años más que la parte Oeste del Imperio romano. En ese territorio y a lo largo de tanto tiempo se sucedieron numerosas dinastías y muchos emperadores. Uno de ellos, personificó el primer momento de esplendor político y cultural del Imperio bizantino. Se llamaba Justiniano, y tanto él, como su mujer Teodora, que tuvo una influencia enorme en la política que hiciera su marido, promocionaron muchas obras de arte de primer nivel.
Gracias a su formación latina y sus hábiles cualidades para rodearse de los mejores hombres del imperio, logra un sistema autocrático religioso. Se basa en el cristianismo como dogma de fe y la divulgación de la figura imperial. Tras la invasión bárbara en Occidente, Justiniano heredará la legitimidad del Imperio basada en tres pilares: la cultura griega, la estructura romana del Estado y la fe cristiana.
Interior de San Vital de Rávena.
El arte bizantino experimenta a lo largo de su dilatada historia una evolución que sin embargo no desdibuja las características básicas y constantes que configuran lo que denominamos estilo bizantino. Fruto de esta constitución y formación histórica, el arte bizantino se caracterizará por el total predominio de la arquitectura sobre el resto de artes, hecha con materiales pobres pero recubiertos de mármoles y de cerámicas, que darán un aspecto lujoso y pomposo, destacando el sentido espacial de lo aéreo, con la cúpula sobresaliendo de los edificios. No hay muchas esculturas en el arte bizantino, pero si pinturas y mosaicos, donde se aprecia el lujo y la riqueza, el predominio de lo pictórico y colorista sobre la imagen, que suele ser intelectualizada, abstracta, estática y simbólica.
Os dejo con dos videos sobre la Iglesia de San Vital de Rávena y sobre los mosaicos de San Vital:
Dos personajes inmortalizados en estos mosaicos y fundamentales para entender la historia de Bizancio.
ResponderEliminarGran mérito tuvo esta mujer para llegar donde llegó.
De pasado farandulero, artista cirquense, pertenecía al grupo profesional de las “cortesanas” que acompañaban a los cómicos, enseñando sus partes y provocando a los espectadores, con los que después solía tener trato carnal.
Justiniano se enamoró perdidamente de ella y tuvo que cambiar la ley para poderse casar con una prostituta, permitiendo al resto de la población el poder hacer lo mismo.
Una vez esta dama llegó al poder, logró introducir cambios legislativos que favorecían a las clases populares, sobre todo a la mujer, como por ejemplo la primera ley del aborto, despenalizó el divorcio y la bigamia, permitió la prostitución siempre que no fuera algo obligado por terceras personas, de hecho los violadores eran condenados a muerte. Todos esos cambios se recogen en el “Corpus Iuris Civilis” o Código de Justiniano, compendio de leyes romanas tradicionales y de su época.
Un saludo.
Curioso que las únicas representaciones del emperador y su esposa nos lleguen a través de un lugar en el que nunca estuvieron. Pero parece que la personalidad de Teodora es capaz de traslucirse incluso en un mosaico. Sin duda era una mujer fuera de lo común.
ResponderEliminarFeliz domingo
Bisous
Nunca me había detenido a pensar en los primeros dos mosaicos que tantas veces he visto, la rigidez la igualdad y sus miradas.
ResponderEliminarTeodora, que fue una mujer que hizo adelantar tantas cosas y gracias a ella se encuentran infinidades de cosas que ella llevó de un lado a otro.
¡Hola Paco!
ResponderEliminarSon muy bellos estos mosaicos de Justiniano y Teodora y también el de los Reyes Magos.
Me encantaría visitar esta iglesia de Rávena en alguna ocasión.
Gracias por tan interesante comentario y fotografías.
Un saludo afectuoso.
Hola Paco:
ResponderEliminarSiempre pensé que ellos habían estado en Ravena...
Destalles impresionantes, sobretodo el de las miradas de los emperadores.
Los reyes son blancos...
Saludos Paco. Didáctico como siempre
La imagen de la emperadora refleja un temperamento nacido para mandar. Por cierto algunos de los mosaicos son como dos gotas de agua, a los que hay en Estambul, en la iglesia de san Salvador de Chora
ResponderEliminarEs impresionante como han sabido captar las expresiones, las joyas y las sombras estàn llenas de matices, la tecnica del mosàico es muy dificil.
ResponderEliminarLa perspectiva aun no habia sido inventada, pero los artistas crearon dos planos, los personajes y sus piernas que estan delante y los que estan detràs.
Un abrazo, muy interesante
Una maravilla de mosaicos, que uno no se cansa nunca de mirar. Un abrazo Paco.
ResponderEliminarHola Paco, mi blog da un premio por los 1000 seguidores.Ya no me acuerdo por donde he pasado o no.
ResponderEliminarSi puedes te pasas y ves el vídeo de paso
Con ternura te dejo un beso
Sor. Cecilia
Es un mosaico muy conocido que tuve la suerte de admirar en Rávena. Pero desde luego no tuve a mano esta maravillosa descripción del mismo y del entorno dela arte bizantino.
ResponderEliminarUn placer volver con este paseo virtual.
Un abrazo
Amigo Don Paco,
ResponderEliminarMagistral exposición sobre los mosaicos la que nos da Vd. hoy, como siempre. Es Vd. un pozo de conocimientos y Sabiduría. De buen seguro que sus alumnos son los más aventajados de toda Andalucía, y de toda España. Vd. es la demostración de que en los Instituos existen auténticos profesores, personas con vocación de Enseñanza, y poseedores de las herramientas necesarias.
Como Vd., en su modestia, no nos ha dado la información, la voy a dar yo:
Le han concedido el V Premio Espiral de Edublogs 2011. Sus lectores pueden acceder pinchando aquí.
Mi felicitación y un gran abrazo,
Antonio
Son unas obras de arte magníficas, auténticos tesoros de la humanidad afortunadamente llegados hasta nosotros en buena parte de su magnificencia. Imposible permanecer impasible ante ellos.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Magníficos mosaicos, uma técnica a qual admiro muito e busco informações. Excelente post, como sempre!
ResponderEliminarUm beijo, Paco!