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viernes, 29 de octubre de 2010

LA VILLA ADRIANA DE TÍVOLI


Vista del teatro marítimo de la Villa Adrianea

 El viajero que sueña con la visita a un vasto campo de ruinas en aceptable estado de conservación, que se encuentre en un lugar paradisíaco y que le ayude a evocar distintos escenarios del pasado, es decir, hacer un recorrido donde se mezclen los goces estéticos de la arquitectura más avanzada del Imperio romano, un entorno paisajístico privilegiado y los recuerdos de unos personajes históricos de primera fila, necesariamente ha de dirigirse a la llamada Villa Adriana de Tívoli, a unos 29 km. Al este de Roma.
La Vía Tiburtina lleva al viajero desde Roma hasta los montes Sabinos, donde el río Anius abraza a Tívoli (la antigua Tibur) y forma un paisaje de barrancos profundos, donde abundantes cascadas llenaban el aire de humedad y estruendo hasta que unas modernas obras hidroeléctricas han acabado con ellas. Los romanos ricos establecieron desde antiguo sus fincas de recreo en este lugar, actualmente, la arqueología ha revelado más de 200 restos de villas y otros edificios diversos por los alrededores de una industriosa ciudad que contó con importantes monumentos ya desde los tiempos de la República romana (templos, puentes, acueductos, necrópolis, foro, etc.).
Por estos lugares pasaron, entre otros, el emperador Augusto y su amigo Mecenas, o los poetas Catulo, Horacio y Propercio; muchos romanos ilustres establecieron allí sus villas, aprovechándola bonanza del clima, la riqueza de sus tierras y la abundancia de agua. Pero el momento de mayor esplendor fue durante el gobierno del emperador hispano Adriano (117-138 d.C.), quién eligió Tibur como escenario donde dar rienda suelta a sus fantasías arquitectónicas.

Busto del emperador Adriano

Adriano había cultivado la literatura, la historia y las matemáticas, entre otros sabores; sin embargo, siempre prefirió sobre todos ellos la arquitectura, materia en la que llegó a considerarse como un competente profesional. Ya en tiempos de Trajano, se dedicó a estudiar y criticar la obra del principal arquitecto del momento, Apolodoro de Damasco, atareado por entonces en la realización del Foro de Trajano en Roma. En cierta ocasión, Apolodoro llegó a expulsar de las obras al propio Adriano.
Tras su ascenso al poder, Adriano aprovechó una finca que su mujer, Sabina, poseía a unos 4 km. De Tibur para realizar su sueño como arquitecto. Allí existía una villa desde el siglo I a.C. y amplías extensiones de terreno donde realizar un grandioso conjunto de construcciones: palacios, termas, teatros, pórticos, bibliotecas, peristilos, canales y fuentes, cuyas imponentes ruinas constituyen la villa que Adriano mandó construir al pie del monte Rípoli. En un total de 56 hectáreas y en tan sólo 10 años de obras, se construyó el mas vasto grupo de edificios de carácter particular de toda la historia romana, integrando cada una de las construcciones con el paisaje y modificando éste en algunas partes. De este modo, Adriano diseñó por sí mismo y consiguió un escenario donde, en palabras de su biógrafo Espartiano, “hizo de esta villa cercana a Tívoli una maravilla de arquitectura: dio a sus diferentes partes los nombres de las regiones y lugares más célebres, por ejemplo, los del Liceo, Academia, Prítaneo, Canopo, Pecile, Tempe… y para que nada faltase, imitó hasta los infiernos”.

Maqueta

En realidad, el emperador construyó algo más que una villa; aprovechando las irregularidades del terreno y sus diferencias orográficas, trazó una verdadera ciudad de planta asimétrica, aunque organizada alrededor de dos ejes convergentes, y de más de un kilómetro de longitud por 500 metros de anchura. En todas partes y formando grupos, el emperador fue colocando todo tipo de edificios, unidos entre sí por avenidas, plazas y pórticos, aprovechando las desigualdades del terreno para organizar todo el conjunto urbanístico en terrazas escalonadas y zonas ajardinadas.
Hoy se puede observar que los edificios son distintos entre sí, con distintas formas; en realidad así lo había querido Adriano, pues pretendía reunir en su villa la arquitectura que a él más le había impresionado o que mejor podía ayudarle a evocar los múltiples viajes que realizó por todo el Imperio romano. De este modo, la Villa Adriana se convirtió en un compendio de la arquitectura del momento, especialmente la griega y oriental, más rica en formas y más acorde con el gusto personal del arquitecto-emperador. Se trata de edificios muy ricos y variados, con una serie de pórticos, peristilos y otras construcciones de todas formas y dimensiones. Las cúpulas de las grandes salas, las bóvedas redondas de las exedras alternan con los frontones triangulares de los templos, y las elevadas torres y las terrazas sombreadas por las parras se alzan por encima de los techos.


Teatro marítimo

En los primeros años de su gobierno mandó construir las dos Bibliotecas (griega y latina) y el llamado Teatro Marítimo: el núcleo de un palacio en miniatura, situado en una isla artificial y rodeado por un pórtico circular de 43 metros de diámetro. Un par de puentes giratorios permitían mantener la intimidad del dueño de la casa aislando las habitaciones del interior, dispuestas alrededor del pequeño jardín y una fuente. Junto al Teatro Marítimo se encuentran la Sala de los Filósofos (amplia habitación con nichos para esculturas), unas termas, varios pabellones y un edificio con tres ábsides y lleno de columnas, todos ellos unidos por un atrio dórico. Las diferentes plantas de los edificios y sus distintas alturas permitían realizar todo tipo de juegos de volúmenes en sus cubiertas: cúpulas, semicúpulas, bóvedas y lunetos convertían este primer núcleo de la Villa Adriana en algo único hasta entonces, imponiendo el predominio de la línea curva en todas las formas.

Canopus

En el extremo norte del conjunto se edificaron dos teatros, griego y latino, conservándose hoy sólo el griego. Al este del palacio se extendía un gran patio encuadrado en 68 columnas, del que hoy sólo quedan sus bases, así como canales (la Plaza del Oro), llamada así por la enorme cantidad de elementos decorativos hechos en metales preciosos, además de un elevado número de esculturas de primera calidad, muchas de ellas repartidas ahora en diversos museos. Al oeste del palacio se puede ver aún el gran Pecile, una amplia galería de pinturas completado por un doble pórtico orientado de forma que se podía pasear por él permaneciendo en la sombra a cualquier hora del día. Hoy destaca de él una muralla de ladrillos de 232 metros de longitud y 9 de altura, así como unos jardines en el centro.
Al norte y este del conjunto, tras un enorme ninfeo y una palestra, se extendían los jardines y bosques naturales. Como elemento de transición se dispuso un valle al que se denominó del Tempe, por recordar a aquel otro famoso lugar de la Tesalia. Al regreso de uno de sus múltiples viajes, en el año 125, Adriano inauguró el palacio con una suntuosa fiesta, en la que se hallaba el joven Antinoo, su acompañante desde que lo conociera en Bitinia. Las obras continuaron con la construcción del Vestíbulo, la Academia, el Odeón y la residencia de invitados, la Hopitalia.


Restos del área residencial y grandes baños

En el año 132, a la vuelta del viaje por Egipto en que murió el bello Antinoo, Adriano emprendió la última obra de su villa: el Canopo, en recuerdo de esta ciudad del delta del Nilo, unida a Alejandría por un amplio canal y donde se consultaba un famoso oráculo a Serapis. Para recordar su estancia egipcia, el emperador acondicionó el valle del suroeste con un amplio lago-canal de 220 metros de largo por 80 de ancho, rodeado de pórticos de columnas. Al fondo del valle se alzaba el llamado Serapeum, un edificio cubierto con bóveda de lunetos que servía para alojar un inmenso triclinio en cueva, adornado con sofisticados juegos de agua. Ante su fachada y entre las columnas que rodeaban el canal, las embarcaciones podían contemplar un gran número de estatuas, hoy sustituidas por unos vaciados de cemento. Había gran cantidad de copias de originales griegas, entre las que destacaban las Cariátides del Erecteion de Atenas, las Amazonas del concurso de Éfeso (se han identificado las que hicieron Fidias y Crésilas), varios dioses, silenos, representaciones del Nilo y del Tiber, y otras muchas más. Incluso había algunas en el interior del canal, sobresaliendo del agua. Así, Adriano había querido hacer de su villa una especie de museo de aquellas obras que más le habían satisfecho, al igual que también era un compendio de los estilos arquitectónicos que había tenido ocasión de admirar y estudiar a lo largo de sus viajes. Así, su creación le permitiría disfrutar de los principales monumentos de su Imperio; sin embargo, le quedó poco tiempo para ello. Terminada en el 134 d.C., el mismo año de su regreso definitivo a Roma, el emperador pasaría poco tiempo en su villa, pues murió en el 138.




Mosaico de las palomas (Museo Capitolino de Roma) y otro mosaico geométrico
 Casi todos los edificios de la Villa Adriana estaban adornados con frescos, mosaicos y estucos, de los que aún el viajero puede ver jirones aquí y allá, como consecuencia de los diversos despojos que sufrió a lo largo de dieciocho siglos: Constantino se llevó de allí numerosas obras de arte, siendo luego devastada por los bárbaros; después sirvió de cantera y de albergue para una guarnición militar. Desde el siglo XVI se sacaron elevadas cantidades de obras de arte, muchas de las cuales figuran entre las favoritas del Museo Capitolino, del Vaticano y otros. En el siglo XVIII se frenó el pillaje de la finca: se plantaron entonces sus famosos cipreses y se realizaron las primeras excavaciones, sobre todo desde que el estado italiano comprara los terrenos a la familia Braschi, en 1871. Desde esas fechas, la Villa Adriana no ha cesado de ver aumentado el número de visitantes que pueden allí disfrutar de un verdadero “parque arqueológico”, un lugar evocador situado en las cercanías de Roma.



Para terminar, os dejamos dos videos de excelentes imágenes de esta espléndida villa de Adriano. También un enlace de una gran recreación virtual del Teatro Marítimo, hecha por Eduardo Barragán en su blog Itálica Virtual.





miércoles, 27 de octubre de 2010

COMENTARIOS DE ALUMNOS/AS. JANIRA AGUILAR. GÁLATA MORIBUNDO


Escuela de Pérgamo. Gálata moribundo. Copia romana en mármol de un original helenístico
del S. III a.C. (230-220). Museos Capitolinos. Roma.


El alumnado es el fin fundamental de este espacio. Desde ahora en adelante se irán publicando, también, los comentarios artísticos que vayan haciendo los alumnos/as sobre determinadas obras del temario. Inauguramos esta sección con un gran comentario de Janira  Aguilar Cintado sobre el Gálata moribundo, de la Escuela helenística de Pérgamo.

 
1) CLASIFICACIÓN DE LA OBRA

-Género: Escultura

-Título: Gálata moribundo

-Autor: se desconoce el autor de la copia romana y del original griego. Algunos atribuyen éste último al escultor Epígonas (263-197 a.C.).

-Escuela: Escuela de Pérgamo.

-Cronología: Es una obra del período helenístico (S. IV- I a.C), mas concretamente fechada en torno al año 225 a.C.

-Estilo: arte griego.


2) ANALISIS MATERIAL Y FORMAL

-Tipología: Esta obra es una escultura de bulto redondo, que representa a un guerrero moribundo, caído en el suelo.

-Material: se trata de una copia romana en mármol de un original helenístico en bronce.

-Volumen:la obra es de gran volumen, alcanzando 1´87 m. de longitud y 0´93 de altura.

-Técnica: Por la técnica de esta obra, podemos decir que la escultura griega ha alcanzado el grado de barroquismo, como se puede apreciar en la inestabilidad de la figura, el desequilibrio, la agitación del cuerpo y la resignación que presenta en el rostro.

La escultura, que se apoya sobre una amplia base de época posterior, retrata a un guerrero gálata que va a morir en poco tiempo. Se encuentra caído en el suelo, sobre el que apoya su brazo derecho, levemente arqueado, su pierna derecha esta completamente doblada y en esta se apoya su brazo izquierdo. Hacia el otro lado, el guerrero estira la pierna izquierda, que aún se encuentra algo separada del suelo. El gálata, aparece completamente desnudo pero muestra un adorno en el cuello y dirige su mirada hacia el suelo. Su cabello y la presencia de un amplio bigote nos hace que adivinemos el deseo de representar a un individuo del pueblo Gálata. Puede apreciarse también el estudio anatómico del personaje, con los músculos en tensión. Se observa una herida en su costado derecho, de la que mana sangre, y otra en el antebrazo del mismo lado. Bajo su mano derecha aparece una empuñadura y un escudo, que nos representa su participación en la guerra.Toda la obra tiende a representar, por tanto, a un guerrero en el momento en que, abatido como consecuencia de las heridas que ha recibido, se dispone a morir. Sin embargo, la muerte parece no asustar al personaje. Su rostro no manifiesta dolor o sufrimiento, sino, resignación. El guerrero gálata se dispone, pues, a morir con dignidad.
 

COMENTARIO

El gálata moribundo fue mandado esculpir en la ciudad de Pérgamo (Asia Menor, actual Turquía) por el rey Atalo I Sóter. Antes de su reinado, grupos celtas procedentes de Europa occidental (del mismo tronco que los galos de la actual Francia) se habían instalado en la zona, amenazando a las ciudades con sus frecuentes incursiones. Atalo I dirigió varias campañas contra estos gálatas, a los que logró finalmente contener en el año 233 a.C., pese a lo cual acabaron dando nombre a la región de la Galacia. La escultura que comentamos forma parte de un conjunto más amplio con el que se quiso conmemorar esta victoria en el santuario de Atenea de la ciudad.

ANÁLISIS DEL CONTENIDO

-Tema o asunto representado: el tema que se representa en esta obra es la dignidad con la que esta a punto de morir un guerrero Gálata que ha sido herido en la la guerra.

-Explicación simbólica: el retrato de un guerrero moribundo en el que no se aprecian grandes rasgos de sufrimiento es un símbolo de dignidad. El pathos de esta estatua no transmite tanto la idea de dolor sino sus propios sentimientos que le llevan a aceptar su muerte.

-Funcionalidad: Esta obra tiene una clara funcionalidad propagandística: en el mundo helenístico las obras se hacían por encargo de personajes poderosos: monarcas o sápatras, generales, etc.


ESTILO ARTÍSTICO


La obra pertenece al Arte Griego (S.VIII-I a.C.) y mas concretamente al periodo helenístico (323-S.I a.C.) que se caracteriza por la perdida del equilibrio formal y psicológico, así como la atenuación del idealismo clásico y tendencia a representar lo naturalista y el realismo extremo, aunque este resulte desagradable o eficiente ( niños, ancianos, agonizantes...) se prefiere lo feo a la belleza formal, triunfa lo anecdótico, lo recargado, lo expresivo; se alcanza la perfección en el movimiento, con escorzos,composiciones en diagonal, desequilibrio en los cuerpos, dramatismo y tensión en los rostros. Se pierde pierde parte de la independencia e individualismo de los artistas, al concentrarse estos en talleres o escuelas.
Pertenece a la escuela de Pérgamo; esta escuela junto con la de Rodas se diferencian de la de Atenas, mas clasica, y la de Alejandría, mas cortidiana y alegórica por el mopvimiento exagerado, el sentido expresivo hasta lo agónico, complicación formal y dinámica; dramatismo patetismo, la acentuación del sufrimiento y el dolor, el gusto por lo recargado y lo barroco. Otras obras de esta misma escuela son el Gálata de Ludovisi y el Altar consagrado de Zeus y Atenea.

RELACIÓN DE LA OBRA CON SU CONTEXTO HISTÓRICO

La muerte de Alejandro Magno en el 323 a.C. va a suponer la pérdida de la unidad de acción del mundo griego: sus generales se repartirán en trozos su inmenso imperio surgirán monarquías hereditarias en Egipto, Siria,Macedonia, Pérgamo... En estos momentos se va a producir una fusión entre la cultura griega y los gustos orientales. Ahora las obras las encargaran estos ricos monarcas o grandes generales, con un gran afán propagandístico, con el deseo de mostrar su poder y su lujo. Van desapareciendo progresivamente los ideales de belleza, armonía y equilibrio del clasicismo griego. Todo este es claramente apreciable en esta obra, así como el desequilibrio y el sentido de crisis y decadencia que supone el Helenismo dentro de la civilización griega, próxima a ser dominada por Roma.

Reconstrucción  del conjunto del monumento en plaza públia, que conmemoraba el triunfo de los habitantes de Pérgamo sobre los gálatas.

martes, 26 de octubre de 2010

INTRODUCCIÓN Y CONTEXTO HISTÓRICO DEL ARTE ROMANO


Loba capitolina. Bronce. 75 x 114 cm. S. VII a.C. Museos capitolinos. Roma.

Existe hoy en día una polémica historiográfica entre los que opinan que el arte romano es una imitación del griego y que no aporta nada nuevo a aquel, y los que opinan que sí existen deferencias. Éstos últimos aducen que en arquitectura las técnicas, los materiales, la finalidad y la concepción son nuevas; que en escultura y pintura existe un arte oficial al servicio del estado y que está dominado por patrones griegos, pero que existe una corriente popular para las clases medias.
Sea como fuese, hay que indicar que el arte romano es un producto de la sociedad que lo creó, condicionado por una estructura socioeconómica diferente a la griega y por otras necesidades que debía satisfacer. Eso sí, la influencia del arte griego es capital, como lo es de los etruscos, pueblo asentado en la Península Itálica con anterioridad a la fundación de Roma. La abundancia de restos romano subsidentes, además de las copias romanas de obras griegas, han de tener una importancia fundamental para el desarrollo del arte occidental, pues siempre han de constituir ejemplos a seguir y superar. De ahí que su influencia puede considerarse superior a la griega en el arte occidental cristiano.
El arte romano representa la culminación del proceso evolutivo de las culturas mediterráneas. Profundamente enraizado en la cultura griega, de la que es su más directo heredero, incorpora a ella múltiples elementos de las más diversas culturas mediterráneas, con un sincretismo sumamente característico. Este aspecto de fusionar formas, técnicas y aspectos del arte de las culturas anteriores es esencial, al mismo tiempo que la extensión del Imperio romano, desde la India a los límites de Escocia e Irlanda y desde los bosques centroeuropeos al desierto africano, ha de constituir el principal fundamento para la homogeneidad de la cultura occidental. Factores que harán más fácil su desarrollo por este vasto espacio serán un idioma común como el latín, el derecho romano, las calzadas que facilitaban el tránsito de ideas y de técnicas, así como ser un arte al servicio del estado.
La cronología del arte romano se divide tradicionalmente en tres periodos:

1) Arte de la Monarquía: del 753 al 509 a.C. Son muy pocos los restos que quedan.
2) Arte de la Roma republicana: desde el 509 al 27 a.C.
3) Arte de la Roma imperial (desde el año 27 a.C. en adelante), con subdivisiones correspondientes a los emperadores más importantes o a las diferentes dinastías. Normalmente se subdivide en Arte del Alto Imperio (S. I y II d.C.) y Arte del Bajo Imperio (S. III y IV d.C.).

La península itálica en el siglo IV a.C.


En la época de la república, el término romano se aplica prácticamente al arte realizado en la ciudad de Roma, que conserva la huella de su pasado etrusco. Poco a poco, el arte se liberó de su herencia etrusca, gracias a la expansión a través de Italia y el Mediterráneo y a medida que los romanos asimilaron otras culturas como la griega. Durante los dos últimos siglos antes del nacimiento de Cristo surgió una manera típicamente romana de construir edificios, realizar esculturas y pintar. Sin embargo, debido a la extraordinaria extensión geográfica del Imperio romano y a sus diversos pobladores, el arte y la arquitectura romanas fueron siempre eclécticas y se caracterizaron por emplear distintos estilos atribuibles a los gustos regionales y a las preferencias de sus mecenas. El arte romano no es sólo el arte de los emperadores, senadores y patricios, sino también el de todos los habitantes del vasto imperio romano, incluyendo a la clase media de los hombres de negocios, los libertos o plebeyos, esclavos y legionarios de Italia y sus provincias. Curiosamente, a pesar de que subsisten una gran cantidad de ejemplos escultóricos, pictóricos, arquitectónicos y decorativos, conocemos pocos nombres de sus artistas y arquitectos. En general los monumentos romanos se realizaron para glorificar a sus mecenas más que para expresar la sensibilidad artística de sus creadores.

Roma fue fundada en el 753 a.C. por un pueblo del Lacio llamados después romanos. Del 753 al 510 la ciudad de Roma es gobernada por una Monarquía de siete reyes, el primero es Rómulo y es romano pero después los reyes son etruscos ya que Roma cayó bajo la dominación etrusca hasta el 510, cuando los romanos consiguieron expulsar a Tarquinio Severo, último rey etrusco y entonces, cansados de reyes, los romanos fundan la República romana y comienzan su expansión. Al ser un pueblo acosado, aprendieron a vivir en permanente estado de guerra y su estrategia era bien sencilla: la mejor defensa es un buen ataque. Así comenzaron su expansión por la península italiana. En el siglo III ya habían absorbido el reino etrusco y el resto de Italia. Pronto van a ser atacados por la potencia vecina que pugnaba con ella por el dominio del Mediterráneo occidental, Cártago. De las guerras púnicas Roma sale como dominadora del Occidente y pronto conquistará el Mediterráneo oriental hasta convertirlo en un Mare Nostrum.
La República aguanta hasta el año 30 a.C. cuando, después de Cesar, Augusto es proclamado emperador y la República romana se convierte en Imperio Romano. Augusto vive hasta el año 14 y con él se da el cenit militar y cultural del Imperio. Desde él hasta el 476 el Imperio no hace sino declinar. Tras Augusto viene Tiberio, Calígula, Claudio, Nerón, etc. En España se inicia la conquista con el desembarco de Scipión en Ampurias en el 218 a.C. en el marco de la II Guerra Púnica. A partir de ahí se produce la expansión, destacando la destrucción de Numancia en el 133 a.C. y el fin de las guerras cántabras y pacificación del Península con Augusto en el año 19 a.C.

El Imperio romano bajo el emperador Trajano (S. II d.C.).

En el 313 se produce el Edicto de Milán. El emperador Constantino proclama al cristianismo como la religión oficial del Estado y traslada la capital a Constantinopla (Bizancio). Entonces comienza el arte Paleocristiano.
En el 379 Teodosio separa el Imperio en dos partes, una parte occidental con capital en Rávena para su hijo Honorio y otra parte Oriental con capital en Bizancio para su otro hijo. En la parte oriental comienza el arte bizantino. En el 475 sube al poder el último emperador de la zona occidental Rómulo Augústulo y un año más tarde, Odoacro, rey de los Érulos lo destituye poniendo fin al Imperio Romano de Occidente, el cual se deshace en diferentes reinos germánicos. Comienza entonces el arte germánico: visigodos, ostrogodos, galos, lombardos, etc. Mientras el Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino proseguirá durante mil años más hasta el 1453 cuando Bizancio es tomada por los turcos y se transforma en Estambul.
El imperio romano tras la división de Teodosio (S. IV d.C.).

El arte y arquitectura de la antigua Roma y su imperio  en su periodo de máximo apogeo se extendió desde las islas Británicas hasta el mar Caspio. El arte romano más primitivo comenzó con el derrocamiento de los reyes etruscos y el establecimiento de la república el año 509 a.C. Se considera que el final del arte romano, y por consiguiente el inicio del arte medieval, llegó con la conversión del emperador Constantino al cristianismo y con el traslado de la capital del imperio desde Roma a Constantinopla en el año 330. Sin embargo, el estilo romano e incluso sus temáticas romanas paganas continuaron representándose durante siglos, a menudo bajo la impronta cristiana.
Podríamos resumir las raíces del arte romano hasta finales de la época republicana en los siguientes elementos:


– Culturas itálicas primitivas.
– Arte etrusco.
– Arte griego, tomado primero de la Magna Grecia, y más tarde de la propia Grecia.

Estatua Barberini. Mármol. 165 cm. S. I a.C. Palacio de los Conservadores. Roma.

Pero sería un error creer que el arte romano es una imitación, ni siquiera una prolongación del arte griego, como tampoco el hombre romano es una imitación del hombre griego. Tras un período de adaptación y maduración vemos aparecer ella e en el siglo I a.C. una arte romano genuino. Pero esta autonomía no será igual en todas las manifestaciones, ya que mientras es muy temprana en arquitectura y pintura, no lo será tanto en la escultura. Las causas de estas diferencias estriban en que cuando se producen importaciones masivas de arte griego no puede hacerse de arquitecturas completas, a no ser fragmentos, como columnas o pedestales. Tampoco pueden importarse pinturas, ya que son al fresco. De este modo sólo se llevan esculturas, vasijas, bronces y objetos de adorno. Por otra parte la organización urbana, social y religiosa exige nuevos planteamientos arquitectónicos y constructivos desconocidos por los griegos. Todo ello explica la escasa dependencia de la arquitectura latina respecto a la helénica.
No ocurre lo mismo con la estatuaria. La escultura en su plenitud de concepción es más propia de exteriores: al aire libre la luz puede modelar vivamente, y de un modo cambiante, sus volúmenes. El hombre griego era hombre de espacios exteriores y se ocupó mas de la estatuaria, pero el latino es hombre que conjuga bien los espacios exteriores con los interiores y debió entender que la pintura es un objeto de interior y que la escultura es únicamente un objeto de exterior. Esto hizo que el interés por la escultura fuese menor y por ello valieron durante mucho tiempo los modelos griegos. Pero hay una excepción: el retrato. La tradición etrusca de representar a los muertos como si estuvieran vivos, se conservó a través de las mascarillas de cera que los romanos guardaba de sus antepasados. Este interés por el realismo, tan opuesto al idealismo griego, es la mayor aportación que presenta la escultura romana, aunque no la única.
Existe un cambio de ideas radical en la concepción del arte: del platonismo helénico se pasa a un aristotelismo en Roma, de la abstracción y el idealismo utópico se pasa a lo sensitivo, lo concreto y lo práctico. Si los griegos eran artistas por capricho estético los romanos son ingenieros que hacen obras de arte. Ahora no se busca al hombre como parte del cosmos sino como un individuo concreto. El individualismo romano lo observamos en el artista, cuya personalidad se ve en la obra y en la temática: los relieves narrativos son de hechos concretos, los retratos son de personas con nombres y apellidos, muchas veces vivas.
Resumiendo, pragmatismo y utilitarismo, realismo y servicio al estado son consignas que se repiten uniformemente durante toda la historia del arte romano.



Terminamos con una excelente presentación del contexto del arte romano de Sergi Sanchiz

sábado, 23 de octubre de 2010

ARTE PROTOHISTÓRICO ESPAÑOL. LOS ÍBEROS


Dama de Baza. Piedra caliza. 130 x 130 cm. S. IV a.C. Museo Arqueológico Nacional. Madrid.

El primer milenio o Edad del Hierro en la Península Ibérica se caracteriza por ofrecer un panorama cultural y artístico complejo, debido a las diversas culturas que en ella coexisten y a las influencias de oleadas de pueblos que, bien penetran por los Pirineos (cultura céltica) y ejercen su influencia por el norte y oeste peninsular, bastantes más atrasados, bien por el Mediterráneo procedente de Europa y el Próximo Oriente, mucho más avanzados, que dará lugar a las culturas orientalizante, integrada por las culturas ibéricas, tartésicas y las colonizaciones fenicias, griegas y púnicas. Todo este mosaico de manifestaciones culturales y artísticas perdurarán por zonas en la Península hasta la conquista romana, y la posterior romanización.

En el valle medio e inferior del Guadalquivir se desarrolla la cultura tartésica referida a una ciudad cuya localización exacta es aún objeto de controversia. Las diversas referencias históricas nos hablan de un alto grado de desarrollo cultural, floreciendo fundamentalmente en el segundo cuarto del primer milenio a.C. Sus orígenes hay que relacionarlos con el desarrollo de la cultura de Los Millares, avivada al contacto con las colonias fenicias, destacando a través de las noticias y lo conservado en las labores de orfebrería, en las que el oro es el material preferentemente empleado. Testimonio de su relación con los fenicios es el Tesoro de La Aliseda (Cáceres), que  evidencia el desarrollo comercial de este pueblo. Son también importantes los llamados candelabros de oro de Lebrija (Sevilla), y, sobre todo, el magnífico Tesoro del Carambolo (Sevilla), constituido por collar, brazaletes y pectorales de oro, con característica decoración de bolas y rosetas, todo de gran riqueza y depurada técnica.

Tesoro del Carambolo (Sevilla). Oro. S. VII-iV a.C. Museo Arqueológico de Sevilla.

 En cuanto a las colonizaciones mediterráneas, la presencia fenicia en las costas españolas desde la fundación de Gadir (Cádiz) hacia el 1100 a.C. tiene gran importancia para el desarrollo de las diversas culturas que evolucionan en esta primera mitad del primer milenio a.C., pues son transmisores de múltiples aspectos, tanto formales como técnicos, de las civilizaciones orientales. Sobresalen las necrópolis de Villaricos (Almería), Cádiz y Puig d´es Molins en Ibiza, centro esencia de la influencia fenicia en el Mediterráneo Occidental. Entre las obras conservadas tienen principal importancia el Sarcófago antropoide de Cádiz, con la mano izquierda en el corazón y en la derecha una corona de laurel pintada, la diosa sedente procedente de la necrópolis ibérica de Galera (Granada), entre dos esfinges con recipiente ante el busto, y el gran conjunto de figuras en barro cocido de Puig d´es Molins, destacando las repetidas imágenes de la diosa Tanit, y un riquísimo repertorio de collares, arracadas, marfiles, huevos de avestruz pintados y otros objetos que testimonian el carácter polivalente de la cultura fenicia.
En la Península Ibérica la cultura griega se hace presente desde el siglo VIII a.C. con la fundación de diversas colonias, en las costas mediterráneas, entre ellas Mainake (Málaga), Hemeroskopión (Alicante) y, fundamentalmente Rosas y Ampurias en Gerona. Los hallazgos son frecuentes, destacando las figurillas de bronce en las Baleares, el magnífico Esculapio de Ampurias y la magistral cabeza de una Afrodita, que funde las influencias de Scopas y Praxíteles. Son asimismo, numerosas las esculturas en tierra cocida, de un evidente carácter industrial, en los que se percibe la fusión de formas púnicas y helénicas, así como los hallazgos de cerámica, que evidencian la importancia de la penetración de la cultura griega, que influye en la creación del arte ibérico.

Sarcófago antropoide. Mármol. S. V a.C. Museo de Cádiz.

Mientras que en las zonas meridionales y orientales de La Península las colonias fenicias y griegas aportan el conocimiento de las culturas mediterráneas, sucesivas oleadas de celtas centroeuropeos (Hällstat y La Tene) introducen la Meseta y en el occidente hispánico la cultura del hierro centroeuropea, fundamentalmente a partir de principios de este primer milenario. La presencia celta es esencial pues alcanza hasta el mediodía de España y al fundirse con las formas mediterráneas de las culturas ibéricas se fundamenta el arte celtibérico. Los celtas erigen recintos amurallados en la cima de montículos, denominados castros, como los de Las Cogotas y Osera (Ávila), que cuando son de grandes dimensiones reciben el nombre de citanias en las zonas galaico-portuguesas, comprendiendo poblados con casas ovaladas de piedra, como el poblado de Santa Tecla (Pontevedra). También consta la construcción de ciudades, bien urbanizadas con casas rectangulares, de las que un buen ejemplo es la de Numancia (Soria).
La escultura está representada fundamentalmente por los verracos, cuadrúpedos que generalmente semejan estilizaciones de toros y que debían desempeñar una función protectora de los campos y el ganado. Son característicos los famosos Toros de Guisando (Ávila), conservándose en abundante número. También son muy características las estelas, tanto discales como rectangulares, rematando en curva, en las que se representan banquetes fúnebres, jinetes, espirales, estrellas y rosetas, así como puñales, espadas con antenas terminadas en bolas, falcatas de hoja curva y fíbulas. Hay también en orfebrería torques de oro y plata y la famosa diadema de Ribadeo (Galicia).

Toros de Guisando. Granito. S. II a.C. Cerro de Guisando. El Tiemblo (Ávila).

El arte Ibérico

La cultura ibérica es la más importante entre las protohistóricas de la Península, y, se puede decir, que es, junto con el arte Mudejar, uno de los pocos estilos artísticos genuinamente españoles. Se desarrolla en la vertiente mediterránea y la Alta Andalucía, con irradiaciones a la Meseta central. Cronológicamente se sitúa entre los siglos VI y I a.C., correspondiendo su momento de más esplendor al siglo IV a.C. En la génesis y desarrollo del arte ibérico confluyen tres factores, la cultura autóctona de los pueblos hispánicos, las aportaciones de las culturas mediterráneas y las centroeuropeas que llegan a través de los Pirineos o de los pueblos celtas de la Meseta.
Toda esta cultura está formada por un conjunto de pueblos con una lengua (alfabeto todavía no descifrado) y una cultura común: bastetanos, oretanos, turdetanos, contestanos, edetanos..., a los que los griegos llamaron Íberos. Por las referencias clásicas se saben que eran riquísimos, que comerciaban con metales y que eran muy belicosos (amor a las armas), formando una sociedad aristocrática y militar.

Interior del hipogeo de la Toya (Málaga). S. V a.C.

En Arquitectura está constatado que hacían los muros de tapial junto a los aparejos ciclópeos de grandes piedras para las fortificaciones. Se sigue utilizando el sistema adintelado, obteniéndose las bóvedas mediante aproximación de hiladas. Son características las ciudades erigidas en acrópolis, defedidas por sólidas murallas, distribuyéndose las casas rectangulares irregularmente (poblado de Azaila). Las tumbas eran de incineración, guardándose las cenizas en vasijas y urnas de piedra (junto a otros ajuares funerarios), que se disponían en cámaras rectangulares subterráneas con cubierta formando túmulo. Son representativas la Tumbas de Tútugi en Galera (Granada), el Hipogeo de la Toya en Málaga y la de Tugia en Peal del Becerro en Jaén o la Necrópolis de Basti (Baza, Granada). También son importantes los santuarios por la abundante escultura funeraria aparecida, como los del Cerro de los Santos y el Llano de la Consolación en Albacete.
La escultura ibérica es muy abundante y está presente en muchos museos nacionales, comprendiendo el capítulo de más valor del arte ibérico. El tema de la guerra será uno de los preferidos en la plática íbera. Se han encontrado bastantes bronces en Porcuna (Jaén) o en Osuna (Sevilla), así como relieves donde aparecen guerreros que combaten entre si protegidos por corazas de disco o luchando contra animales. En los relieves de Osuna, las figuras humanas (flautistas, guerreros, etc.) tienen ya un carácter realista que atestigua la influencia romana.
Los animales, reales o fantásticos, tuvieron un gran protagonismo al visualizar las creencias mitológicas de los íberos y al ser utilizados como protectores de la necrópolis. Leones, lobos, osos, toros y caballos, muy expresivos, rivalizan en este cometido con seres monstruosos como esfinges, grifos o la popular Bicha de Balazote (Albacete), toro antropoide al tener cuerpo de toro y cabeza humana, que denota la influencia del arcaísmo griego, como es patente en otras esculturas humanas íberas.

Bicha de Balazote. Piedra caliza. 73 x 93 cm. S. IV a.C. Museo Arqueológico Nacional. Madrid.

Pero las imágenes más celebres del arte ibérico forman parte del universo femenino: se trata de tres esculturas de excepcional importancia: las Damas del Cerro de los Santos, de Elche y de Baza. La Dama oferente del Cerro de los Santos (Albacete) aparece de pie como sacerdotisa y sostiene entre sus manos un vaso para entregárselo a la divinidad. La Dama de Elche y la Dama de Baza (Granada) tienen carácter funerario, ya que fueron concebidas como urnas pues presentan en la espalda un hueco para contener las cenizas del difunto. El riquísimo vestuario que las cubre y las joyas con que se adornan proclaman la alta consideración que tuvo la mujer en esta sociedad. Mientras la Dama de Elche tiene influencias clásicas, la influencia púnica se hace presente en la Dama de Baza.
Junto a estas piezas de gran formato, talladas en piedra caliza y policromadas, existió una rica colección de pequeñas estatuillas en bronce, ofrendadas como exvotos en los santuarios. También destacan los rudos relieves de Osuna (Sevilla) o los de Pozo Moro (Albacete).

Dama de Elche. Piedra caliza. 56 cm. S. IV a.C. Museo Arqueológico Nacional. Madrid.

Dama oferente del Cerro de los Santos. Piedra. 136 cm. S. IV a.C.
Museo Arqueológico Nacional. Madrid.

La cerámica integra el más importante capítulo de las artes aplicadas. Se caracteriza por ser rica y lujosa, muy colorista, destacando los amarillentos y rojizos, con dibujos muy estilizados. Se distinguen tres escuelas: La escuela andaluza acusa la influencia griega, reduciendo sus temas decorativos a líneas y círculos. La escuela del sureste nos ofrece una gran riqueza ornamental con temas de animales y escenas figuradas, según vemos en los ejemplos procedentes de Liria y Archena (Valencia). La escuela del Ebro se caracteriza por la estilística geometrizada, tendiendo al esquematismo, con representaciones de pájaros y figuras humanas, según vemos en las magníficos ejemplos de Azaila.
También se conservan armas, fíbulas y diversas piezas de orfebrería de clara influencia griega.

Vaso ibérico de San Miguel de Liria (Valencia) S. IV a.C.

Os dejo, para finalizar, una buena presentación y un video de imágenes del arte ibérico.


jueves, 21 de octubre de 2010

ACTIVIDADES DE ARTE GRIEGO

1)    Relaciona los cuatro grandes períodos de la historia griega con su fecha, situando algunos artistas (arquitectos o escultores) en los períodos que correspondan.

ETAPA                            CRONOLOGÍA                        ARTISTAS

_________________       _____________________            ____________________________


_________________       _____________________            ____________________________

_________________       _____________________            ____________________________

_________________       _____________________            ____________________________


2)  Define con brevedad los siguientes conceptos:

-- Helenismo; -- Frontón; -- Diartrosis; -- Pathos; -- Metopa; -- Curva praxiteliana;
-- Anfipróstilo; -- Opistodomos; -- Ágora.


3)  A la vista de las plantas de templos clásicos, debe resolver las siguientes cuestiones:
                                            1)

 







a) En la figura 1 debe señalar las distintas partes que componenen el templo, concretando su función.
b) Defina como es cada uno de estos cinco templos, atendiendo al número de columnas en su fachada y su distribución por el perímetro del templo.
C) Además de los templos clásicos, ¿hay otro tipo de templos en Grecia? ¿Cuáles y cómo son?


4) A la vista de los siguientes esquemas, señalar los distintos elementos que caracterizan cada uno de estos órdenes. Indicar también cuándo se desarrollan cada uno, por dónde y cite ejemplos de templos de cada uno de ellos.





















5)  Completa las siguientes expresiones:

__________ es el  arquitecto que, junto a Ictino, construyeron el Partenón en el siglo V a.C.

El Apoxiomenos de _____________ es la obra con que este escultor fijo en el siglo IV a.C. el cano de las _______ cabezas.

El orden griego caracterizado por las volutas en su capitel es el ___________ y se inició en _____________________

En el Helenismo se desarrollan escuelas escultóricas, tales como ____________________

Los templos con cuatro columnas en su frente son ____________ y si están rodeados por una doble fila de columnas, se dice que son _________________

El modelo de esculturas que representan a jóvenes atletas en período arcaico se llama ___________ y si representa a doncellas son_____________________

El escalón superior de la Crepidona o Podium se llama ____________ y sobre él descansa la ____________ de la columna.

El espacio entre dos triglifos del Orden ___________ se llama ___________


6)  Lee con atención el siguiente texto y responda, luego, a las siguientes cuestiones:

”Adelantábanse, pues, unas obras insignes en grandeza, e inimitables en su belleza y elegancia, contendiendo los artífices por excederse y aventajar en el primor y maestría; y, con todo, lo más admirable en ellas era la prontitud; porque cuando de cada una pensaban que apenas bastarían algunas edades y generaciones para que difícilmente se viese acabada, todas alcanzaron en el vigor de un solo gobierno su fin y perfección... Todas las dirigía y de todas con Pericles era superintendente Fidias, sin embargo de que las ejecutaban los mejores arquitectos y artistas; porque el Partenón, que era de cien pies, lo edificaron Calícrates e Ictino;... Fidias hizo además la estatua de oro de la diosa, y en la base se lee la inscripción que le designa autor de ellas.”


PLUTARCO: Vidas paralelas. Pericles. Madrid, 1936, pp. 136-138.

a) Señala las ideas principales del texto y sintetízalas. Diga quienes son los personajes que aparecen citados.
b) Explica con qué período o etapa de la cultura griega se relaciona este texto.
c) Comenta el contexto histórico-cultural que hizo posible la realización del Partenón.
d)  Comenta el edificio: materiales, orden arquitectónico, elementos sustentantes y sostenidos, planta, alzado, características espaciales, correcciones ópticas, decoración y significado.
e)  ¿Cuál fue la participación de Fidias en la obra?

7)  A la vista de las siguientes esculturas, desarrolla una evolución de la escultura griega, desde el arcaismo al helenismo. Identifica y encuadra estas imágenes:
   
                                              

















           

                        A)                                                           B)    
                                                                   
 
                                                                             C)


8)    A partir de la información proporcionada por la siguiente imagen, describa cada uno de los edificios principales de la Acrópolis de Atenas, señalando sus características básicas. Señale tambíen las partes principales de las ciudades griegas.



9)  Escoge una de las siguientes imágenes y haz el comentario artístico:
                                                                                                             
   A)    
B)

                                    
    C)         
D)